1 de febrero de 2014

CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER CRITICO A CLARIN Y LA NACION.

CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER CRITICO A CLARIN Y LA NACION
“La catástrofe permanente”
La Presidenta advirtió que esos medios hacen una “novela cotidiana”, y absolutamente contradictoria, en torno de “la figura y la actividad presidencial”. Remarcó la escasa cobertura que le dieron a la reciente cumbre de la Celac.
CFK recurrió una vez más a Twitter para salir al cruce de Clarín y La Nación.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner denunció “la novela cotidiana de medios como La Nación y Clarín” y las “contradicciones permanentes” que publican alrededor de “la figura y actividad presidencial”. 

Lo hizo en la madrugada de ayer, a través de las redes sociales, donde criticó, a lo largo de una serie de 23 mensajes, la cobertura que esos matutinos hicieron durante su breve descanso de fin de año, de sus últimos estudios clínicos y de su actividad en la cumbre de jefes de Estado de la Celac, que se desarrolló esta semana en Cuba.

La seguidilla de tweets presidenciales comenzó en los primeros minutos de ayer, luego de que la mandataria regresara a la residencia oficial en Olivos tras haber atendido una serie de reuniones en su despacho de la Casa de Gobierno. “Casi 21:30. Salgo de la Rosada. Fotógrafos y cámaras varias. Inclusive, uno en la entrada del helipuerto... uhh ya sé... Te tiro el título catástrofe de mañana: ‘Cristina se reunió en Gobierno con funcionarios. Hay preocupación por la caída de reservas’”, comenzó CFK, en primera persona y tiempo presente, como acostumbra.

A continuación, destacó una nota del diario Tiempo Argentino, en la que, según comentó, se “relata con precisión quirúrgica la novela cotidiana de medios como La Nación y Clarín en relación a la figura y actividad presidencial” y quedan en evidencia las “contradicciones permanentes” en las que incurren esos diarios.

“Que si habla, que si no habla, que cuando habla no la publican, etc., etc., etc. Ahh! ¿No te acordás? Acá van algunos títulos y portadas, acerca del “silencio” y la “ausencia” presidencial”, tuiteó, acompañado por un collage con una docena de encabezados de noticias durante su ausencia. “Cuando habla en la segunda cumbre de Celac, en La Habana, junto a más de treinta jefes y jefas de Estado, tres reuniones bilaterales con jefes de Estado: México, Venezuela, Uruguay... Clarín y La Nación, mutis por el foro”, comparó.

Fernández de Kirchner también se quejó por la cobertura que hicieron esos diarios de los últimos estudios médicos que se realizó esta semana en el Hospital Austral. “Ah no, ya sé, ¿habrán mandado a los fotógrafos porque esperaban verme salir en muletas, por la bursitis del trocánter izquierdo diagnosticada? –bromeó–. What is this? Nada, una inflamación que se trata con kinesiología y un poco de hielo. No, seguro que no. Me juego por el título catástrofe.”

Enseguida retomó la ironía: “CFK... ¿no será que estás muy susceptible? ¿te parece? ¿querés que te tire algunos títulos más?...”. La Presidenta recordó cuando Clarín anunció las “extensas vacaciones de Cristina en El Calafate” y replicó: “Me fui el viernes 20/12 a mi casa y volví el lunes 6/1. Cuatro días hábiles fuera de Buenos Aires. Al resto de los dirigentes políticos propios y ajenos se los ve en playas todo el mes de enero, vacacionando. Ojo que no es crítica, a nadie...”

La mandataria también puso el ojo en la cobertura que se hizo de su visita a La Habana la semana pasada, en ocasión del encuentro de presidentes de la región. “Fijate si no Clarín, domingo: ‘Cristina pasa el fin de semana en Cuba’, ¿Qué tal? Cualquier distraído, que los hay, piensa... ¿y ésta qué hace de vacaciones en Cuba? Porque de la Celac... nada”, se quejó. “El domingo, almuerzo con Fidel en su casa y casi inmediatamente reunión con Dilma recién llegada de Lisboa –continuó–. ¿Sabés qué puso un medio opositor? ‘La agenda secreta de Cristina en Cuba’. En fin, nada nuevo bajo el sol...”

Por último, retomó el artículo que había citado al comienzo y escribió que “el título de la nota de Tiempo Argentino debió ser, con el mayor respeto por la libertad de prensa: ‘La construcción de la mentira diaria, la contradicción patética y la catástrofe permanente’”. Y, retomando la crítica a los matutinos opositores, arriesgó: “Si no ponen el título que dije al principio, me juego por este otro: ‘Duro ataque de CFK a la prensa’ y como subtítulo ‘Furia y catarata verborrágica a través de su cuenta de Twitter. Si me equivoco, que la SIP y Fopea me perdonen”.


Con un príncipe en la Rosada
Imagen: Sandra Cartasso
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió ayer en la Casa Rosada al príncipe Akishino, de Japón, y a su esposa la princesa Kiko. El encuentro se realizó en el Salón Evita, ubicado en el primer piso de la Casa de Gobierno, donde la mandataria recibió a la comitiva y le mostró a su visitante un vestido y un sombrero de Eva Perón. El príncipe estaba acompañado por la princesa Kiko; el embajador de Japón en la Argentina, Masashi Mizukami; su asesor especial, Toshihazu Itakura; y el director adjunto de América del Sur del Ministerio de Asuntos Exteriores, Takahiro Ogihara. La jefa de Estado fue acompañada por el canciller Héctor Timerman. Los príncipes del Japón arribaron por segunda vez a la Argentina con motivo del 50 aniversario de la entrada en vigor del Acuerdo de Migración entre ambas naciones.
Fuente:Pagina12


01.02.2014
contraeditorial 
A los jóvenes de ayer 
Reflexiones a partir de un artículo del psicólogo Miguel Espeche, publicado en La Nación, que pretende alertar contra la utilización política de los jóvenes y postula su ineptitud para ocupar cargos públicos de relevancia.





Por: Sergio De Piero
Hacia fines de los '70, un grupo de cantantes de tango hizo declaraciones criticando al rock nacional por su música, por no continuar las tradiciones del tango, y algunas cosas más. Charly García, con su grupo Serú Girán, compuso un tema, cuyo título encabeza esta columna, tomando la cuestión en broma, achacándoles ciertas manías, y acompañando la letra con una música que es casi un resumen de lo mejor de las tradiciones locales.

Pensaba en ese tema para escribir estas líneas sobre la cuestión del lugar de los jóvenes en la sociedad, y en particular en la política. Para sumar elementos a este debate, La Nación publicó una columna de Miguel Espeche sobre el tema, quien partiendo de sus conocimientos como psicólogo, objeta que tengamos en el Gabinete nacional a ministros que pueden considerarse jóvenes y, por lo tanto, deduce, carentes de experiencia en la materia que les compete. La cuestión abre una infinidad de aristas. Pero no remitiría la discusión sobre los jóvenes y la política a esta columna ni es mi intención contestarle a su autor. En particular porque las objeciones a que "los jóvenes" ocupen cargos de relevancia, las hemos escuchado desde hace varios años, y desde distintos espacios.

En primer lugar, la línea acerca del fin de la juventud, es incierta. No hay una división taxativa y se trata en todo caso de procesos de formación. Pero en cualquier caso, el ingreso de los jóvenes a la vida política, en todo lo que implique la participación, es un fenómeno propio del siglo XX; fue en ese siglo que los jóvenes adquirieron una entidad pública en la política, que antes no tenían. (También lo consiguieron las mujeres.) No la adquieren por ser mejores que los adultos; ocupan ese espacio porque se convierten en un actor nuevo, cuya voz y acción abrieron muy recientemente las puertas y transformaron el mapa político de una sociedad apoyada, hace cien años y menos también, exclusivamente en los varones adultos y propietarios. Pero los jóvenes no ingresan para reemplazar a los mayores, sino para compartir ese espacio (a veces desde luego, conflictivamente). Todos atravesamos aprendizajes en la vida. Algunos muy jóvenes logran capturar una enorme experiencia y traducirlas en obras increíbles (sobran los ejemplos). Otros acumulan esos saberes para desarrollarlos en diversas etapas. En cualquier caso, como la política es acción y relaciones entre distintos, en definitiva el aprendizaje es un camino que nunca acaba, porque tampoco la acumulación de años nos garantiza sabiduría. 

Este ingreso de los jóvenes a la vida pública se traduce pues en un tiempo nuevo. Ese tiempo se ha planteado muchas veces como "el futuro de la sociedad"; sin embargo, los jóvenes son decididamente presente, son ahora, ya poseen una mirada sobre su sociedad, y asumen responsabilidades. Eso en sí mismo no implica una virtud, ni carga a ese grupo etario de ella. Pero al cuestionar el involucramiento de los jóvenes en la política, deberíamos alzar la mirada y observar en qué momento histórico se hace este llamado: el otro discurso dirigido a ellos los convoca exclusivamente a consumir de manera pasiva. Los jóvenes, que protagonizan todas las publicidades, están allí para comprar las propuestas del mercado y son maravillosos cuando sin cuestionamientos se adaptan al consumo. La invitación a la política implica otra dimensión, justamente activa, que tensiona a la sociedad porque se para sobre diversos conflictos políticos, sociales y económicos.

Es curioso cómo se demoniza a agrupaciones como La Cámpora o cualquiera otra del kirchnerismo (como décadas atrás se lo hacía con la Junta Coordinadora Nacional de la UCR), pero no observamos juicios semejantes en torno de un consumo orientado por el marketing.

Y esta desconfianza a la inclusión de los jóvenes en puestos de decisiones, proviene en particular de lo que parece ser un axioma: los jóvenes son manipulables. No deben estar allí porque sus pasiones, por lo político en este caso, serán utilizadas para los intereses de los adultos que allí los pusieron. Esta creencia anula toda visión de los jóvenes como actores en el espacio público, como señalé hasta aquí. Los jóvenes no serían capaces de percibir por sí mismos valores, intereses y políticas convenientes para los fines que defienden.

Porque los jóvenes, parece, no son racionales. La pasión guía sus acciones, y ella los conduce a adherir a políticas sin tener la necesaria prudencia y racionalidad. Una impugnación que no pocas veces se extiende a los sectores populares, quienes no serían racionales a la hora de votar, sino que, nuevamente, son utilizados.

Ambos pierden frente a la acción política su categoría de sujetos.

Sin embargo, los jóvenes allí están. La edad no los exceptúa de responsabilidades y de juicios críticos, si deciden ser parte de un proyecto y estar entre quienes toman decisiones; pero se los debe juzgar por sus acciones, no por su condición. Quienes no quieran ver esta realidad, se pierden un pedazo de la historia.
Fuente:TiempoArgentino

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