Recordo el ex gremialista Hugo Antonio Gómez, de 82 años
"Me dijeron que me iban a fusilar y pensé que un balazo no duele, que es algo calentito y ya está".
"Me dijeron que me iban a fusilar y pensé que un balazo no duele, que es algo calentito y ya está".
Una esquina de La Ribera, aún bajo control militar.
Córdoba.- El testigo Hugo Antonio Gómez dijo que no bien lo introdujeron en el ccd La Ribera, le dijeron que lo iban a fusilar, y que entonces pensó que "un balazo no duele, que es algo calentito y ya está". Gómez, ex gremialista y docente, declaró hoy en la audiencia 133 del juicio oral y público de la megacausa La Perla por crímenes de Lesa Humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar, juicio que tiene como principal imputado al ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército y entonces teniente general Luciano Benjamín Menéndez. También lo hizo Antonio Vanella, miembro de una familia durante represaliada, que dijo que en el Departamento de Informaciones de la policía (D2) dónde estuvo secuestrado, muchas veces le pegaron por puro placer sádico.
Córdoba.- El testigo Hugo Antonio Gómez dijo que no bien lo introdujeron en el ccd La Ribera, le dijeron que lo iban a fusilar, y que entonces pensó que "un balazo no duele, que es algo calentito y ya está". Gómez, ex gremialista y docente, declaró hoy en la audiencia 133 del juicio oral y público de la megacausa La Perla por crímenes de Lesa Humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar, juicio que tiene como principal imputado al ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército y entonces teniente general Luciano Benjamín Menéndez. También lo hizo Antonio Vanella, miembro de una familia durante represaliada, que dijo que en el Departamento de Informaciones de la policía (D2) dónde estuvo secuestrado, muchas veces le pegaron por puro placer sádico.
"Con mis 82 años, soy un poco historia", dijo Gómez al iniciar su testimonio y relató que siempre fue una persona inquieta, dedicado a la electrónica y docente.
"Fui dirigente gremial y siempre muy exigente con la enseñanza. Yo quería tecnología moderna, era un tipo jodido, pero nunca me vinculé a organizaciones armadas. En septiembre de 1976 salía de la escuela donde daba clases y vi un coche con gente armada. Y al otro día mis compañetos me dijeron que me estaban buscando".
Gómez dijo que a partir de entonces sufrió intimidaciones y allanamientos, hasta que el 7 de diciembre lo secuestraron y llevaron en un Unimog (camión pequeño todo Relató que sufrió allanamientos e intimidaciones hasta que el 7 de diciembre lo secuestraron y lo llevaron en un Unimog (camión todoterreno Mercedes Benz) hasta un lugar que pudo identificar como La Perla, porque vio "que pasaba un colectivo que decía Carlos Paz por la ruta", a cuya vera se encontraba dicho el centro clandestino de detención y exterminio.
Cuando ya estaba en La Perla, recordó, alguien dio la orden: "Éste no es para acá", y lo volvieron a subir al camión. "Vamos para San Vicente" le dijo el soldado que lo llevaba, y luego de observarlo le dijo: "Yo fui alumno suyo". Iban camino a La Ribera.
Indicó que ni bien llegó al centro clandestino de detención le dijeron que lo iban a fusilar. "Siempre pensé que un balazo no duele, es el sonido, algo calentito y ya está. Pero me di cuenta de que lo que duele no es lo físico, sino lo psíquico", expresó, recordando aquel duro momento.
Gómez dijo que en La Ribera lo torturaron con golpes y patadas mientras lo interrogaban sobre su actividad como delegado gremial y sobre el hallazgo de un libro de Mao Tse Tung (Zedong) en su casa durante el operativo en el que fue secuestrado.
Disfrutaban
Posteriormente declaró Ignacio Antonio Vanella, que permaneció cautivo los años 1975 y 1983. "La primera parte estuve detenido legalmente bajo una causa de la que fui sobreseído y excarcelado".
No obstante aclaró que a partir del 19 de marzo del 76 estuvo "secuestrado totalmente en la clandestinidad en una dependencia".
El testigo relató los tormentos a los que fue sometido mientras estuvo secuestrado en el Departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba (D2), donde, en un momento le mostraron a su esposa embarazada, que estaba desnuda y muy golpeada.
"Me preguntaban por algunos nombres pero creo que lo que querían era golpearme. Lo disfrutaban", recordó.
Después los alojaron en el pasillo del D2, conocido como "el Tranvía", dónde escuchaban las campanadas de la catedral, lindante con el centro clandestino de torturas.
Pasado el 24 de marzo de 1976, cuando se ejecutó el Golpe de Estado, ambos fueron trasladados. Él fue llevado a la Unidad Penitenciaria número 1 (UP1) del barrio San Martín.
Ignacio Vanella dijo que la suya era una familia muy unida y con fuertes convicione "y por eso nos pegaron a todos". Explicó que tiene dos primas desaparecidas, y que toda su familia sufrió arrestos y persecuciones, por lo que debieron o bien exiliarse, o o permanecer escondidos durante la dictadura.
Al término de su testimonio, el Tribunal Oral Federal número 1 (TOF1), dispuso un cuarto intermedio hasta el próximo martes a las 10.
Fuente:Telam
Día 132: 01/04
17:00 Cuarto intermedio hasta el jueves a las 10:00
16:40 Testigo 247: Declara Ricardo Figueroa
(El siguiente fragmento es gentileza de la periodista Marta Platía)
-Conocía a Néstor Rafael Aguilar?
-Sí, fuimos compañeros desde la primaria. Recuerdo que cuando se lo llevaron, él se había ido hacia su casa, vivía en la esquina de la mía, y yo frente al colegio... Yo no estaba en ese momento, pero cuando volví a casa, mi papá me relató lo que había ocurrido. Que Rafael había llegado por la vereda, que se había abrazado a mi madre y que le dijo “¡Me vienen siguiendo, me quieren llevar!”. Que él se abrazó a mi mamá -sigue el testigo con los ojos muy abiertos, como si estuviese viendo la escena- pero que se lo arrancaron. Eso me lo contó primero mi padre y después mi madre.
Yo he sido su vecino, conozco a sus padres, hermanos… Estaba de novio con una vecina del barrio, pero no recuerdo su nombre. No recuerdo la fecha de todo eso, pero sí el horario, fue a la tarde. Nosotros ya no estábamos en una actividad escolar. Habíamos terminado la secundaria, pero ayudábamos en un grupo.
15:30 Testigo 246: Declara María Margarita Aguilar
"Juro por Dios, por ustedes, por mi hermano y por mis amigos decir la verdad", dijo ante el Presidente del Tribunal Jaime Díaz Gavier y comenzó a narrar lo sucedido el día del secuestro de su hermano, cuando ella estaba dando clases particulares a cinco niños e irrumpió una patota de civil. "Me pusieron un arma en la cabeza, yo sentía los gritos de mi hermano. Y a mi papá pidiendoles que no lo mataran. Lo golpearon brutalmente frente a mis padres".
El día anterior se habían llevado a su cuñada, Cristina Demarchi, después de allanar el domicilio de ambos. Después, todo cambió para la familia, que empezó a sufrir la persecusión de personas que los seguían en autos mientras ellos movían cielo y tierra para dar con el paradero de la pareja. "Nos rompieron la vida", resume María Margarita Aguilar.
15;23 Testigo 245: Declara Elizabeth Homenuc
"Los conocí una sóla vez. Los acercamos en un auto porque ibamos a pasar cerca de su casa. Yo estaba embarazada de seis meses y Cristina dijo: yo también. A los pocos días mi marido me contó que se los habían llevado, que estaban desaparecidos. A mí siempre me quedó grabado el hecho de que era una chica embarazada".
Terminó el testimonio de la tercera testigo del día.
15:15 Testigo 244: Declara Lidia de La Merced Zappia
-"Sabe si Cristina estaba embarazada?"
-"Estaba embarazada, eso es lo que se comentaba".
-"Sabe qué pasó con ellos?"
-"No..."
Terminó el testimonio de Lidia Zappia.
15:00 Terminó el testimonio de Chiavassa
14:10 Complicidades
"Estando en UP1 a principios de 1977, llega una delegación junto al Director del Servicio penitenciario, Gastaldi; el director de la Cárcel, Torres. El objeto de la visita era ver en que condiciones físicas estábamos para mejorar las condiciones en que vivíamos. ¿Cómo las mejoraron? a los tres días vinieron y tapiaron las ventanas. Y allí fueron cómplices las autoridades penitenciarias". Agrega: "No pude ver a mis hijas durante esos dos años, con todo lo que eso significa: inventándome sus vidas".
13:50 La Ribera
Sin embargo aclara que no llegaba a los niveles de brutalidad que conoció en la D2 ni lo que supo por comentarios de los pocos que venían de La Perla.
13:43 El gato Gomez
12:40 Breve cuarto intermedio
12:20 Los recuerdos más terribles
El testigo describe los detalles de las torturas recibidas, las secuelas físicas que les dejaron y cómo ello lo afectó en su vida.
"Fue brutal el daño a los sobrevivientes de estos lugares, incluso yo", sostiene, y da como ejemplo la situación de los cuatro "viejos" Chabrol, Borgoño, Onetti y Ruffa, "perseguidos por la subversiva tarea de buscar a sus hijos".
12:12 Militante
12:00 Testigo 243: Declara Isidro Fernando "Tito" Chiavassa
Después de prometer por la Memoria, la Verdad y la Justicia, comienza su testimonio.
11:08 Hoy declaran cinco testigos
Día 133: 03/04
13:24 Cuarto intermedio hasta el martes a las 10:00
13:19 Otra familia desvastada
12:43 Las torturas en la D2
"Me preguntaban por algunos nombres pero creo que lo que querían era golpearme. Lo disfrutaban".
Después estuvieron en el pasillo del D2, conocido como "el Tranvía", y escuchaban las campanadas de la catedral. Después de unos días, pasado el Golpe de Estado, fueron trasladados. Él fue llevado a la penitenciaría Nº1 en San Martín.
12:37 Testigo 249: Declara Ignacio Antonio Vanella
El testigo fue citado por las abogadas de Abuelas de Plaza de Mayo en el marco del expediente Díaz.
12:31 Terminó el testimonio de Hugo Gómez
12:23 Detenido Legal
"Llegué a mi casa mi papá estaba barriendo la vereda y avisó a mi madre que yo volvía. Ella me miró y me dijo 'Hijo, no lo fui a ver porque yo lo parí para que estuviera en libertad', me dejó un sello sobre la vida y la libertad", dice y se acerca la mano al costado izquierdo, señalando el corazón.
12:00 "Uno a uno"
"Un interrogador me preguntó si "era zurdo". Yo pensé que se refería a mi habilidad con la mano, o para patear la pelota. No que fuera de la mente. Le dije que sí.
-"Usted se está haciendo el vivo? Mire que yo estudié en Panamá".
-"Y yo estudié en la Universidad Nacional de Córdoba", le contesté, y no sabía qué había en Panamá, pero al menos estábamos "uno a uno".
11:42 Simulacro de Fusilamiento
En La Ribera lo torturaron con golpes y patadas mientras lo interrogaban sobre su actividad como delegado gremial y sobre el hallazgo de un libro de Mao Tse Tung en su casa.
11:40 "Yo fui alumno suyo"
11:31 Testigo 248: Declara Hugo Antonio Gomez
Gomez sufrió allanamientos e intimidaciones hasta que el 7 de diciembre lo secuestraron y lo llevaron en un unimog hasta u lugar que pudo identificar como La Perla: "Vi que pasaba un colectivo que decía Carlos Paz por la ruta"
11:29 Demorada, arrancó la audiencia 133
Se trata de un vecino de la familia Aguilar, mencionado por el "Bocha" Aguilar en su testimonio de la audiencia 123. En aquel momento, el hermano de Néstor contó que mientras este estaba huyendo desesperadamente de los captores, se chocó en la vereda con una señora que era vecina de ellos, a quien le pidió ayuda.
Va a declarar sobre la desaparición de su hermano, Nestor Rafael Aguilar, quien fue testigo cuando se lo llevaron el 22 de octubre de 1976.
Cuando el fiscal le pregunta si conoció a la pareja de Demarchi y Aguilar, responde:
Iba a ser testigo del casamiento de Cristina Demarchi y Néstor Rafael Aguilar, era conocida de la pareja por participar del grupo misionero al que pertenecían.
"...Vimos el valor desagregado de una epoca donde se rompieron todos los parametros constitucionales, políticos, donde impero el horror y subsistió el miedo, y entonces sí, revaloricé el sentido del valor agregado, de esta sociedad que permite, tardía o no, una justicia constitucional, republicana, que permite que aquellos puedan tener las opciones que ellos mismos no nos dieron...a quienes perforamos las paredes de las cárceles, a las abuelas, las madres, los H.I.J.O.S., una sociedad que permite que tengamos una oportunidad como esta". Con esas palabras Isidro Fernando Chiavassa terminó de declarar.
Ya como preso legal, el testigo fue trasladado a la cárcel UP1. El juez Zamboni Ledesma y su secretario le tomaban declaración, y Chiavazza se pregunta cómo fue posible que no exigieran su liberación, que avalaran su persecusión. Habla de complicidad civil, como fue la de "los directivos de empresas como Mercedez Benz, Fíat y tantas otras".
El testigo da detalles de las condiciones inhumanas de su cautiverio. sin la posibilidad de higienizarse ni de tener ninguna clase de cuidados méticos, sometidos a tormentos y malos tratos: "Eran mecanismos de perversión psicológica".
El testigo Isidro Chiavassa reconoce a quien fue su torturador, Miguel Angel "El Gato" Gomez, en la D2. "Lo ví también llevarse a las compañeras secuestradas para darles el 'tratamiento especial'. Creo q siempre las mujeres estuvieron en condición desfavorecida frente a los hombres por el sólo hecho de ser mujeres.
Dentro de los tratos que recibíamos, había formas extremas de machismo". Con la dificultad propia de tan terrible recuerdo, da algunos detalles que explicitan el ensañamiento de los miembros de la patota contra las compañeras.
El fiscal interroga al testigo sobre aquellas personas que pudo ver durante su secuestro en los centros clandestinos de Córdoba, compañeros de los sindicatos y docentes de Arquitectura. Antes que el testigo responda, el Tribunal dispuso un cuarto intermedio de 15 minutos.
Chiavassa refuerza sus dichos, recordando que se echó a 120 docentes y desaparecieron más de cuarenta estudiantes. "En ese marco de persecusion que hubo en una unidad académica, yo fui secuestrado". Se lo llevaron de su domicilio el 9 de septiembre de 1976 aproximadamente a las 21 hs. junto a quien entonces era su esposa. Tito se conmueve por la impotencia del recuerdo, junto a ellos llevaron también a la hija de su compañera, una niña de 5 años que pasó la noche en el Departamento de la Policía.
El testigo, Isidro Chiavassa, comienza a declarar lo que vivió estando detenido en la D2 y en Campo de la Ribera. A pesar de que desde el Tribunal pretenden acotar el relato sobre el contexto, Chiavassa se mantiene firme, explicando la motivación que tenía la patota que se lo llevó de su casa: "Quisiera comenzar a partir de algunos elementos comunes tanto de la D2 como en Campo de la Ribera. Ese elemento comun tiene que ver con el interrogatorio que me hicieron bajo torturas, básicamente sintetizada en un par de preguntas, referidas a mi práctica y mi actividad como docente en la facultad de arquitectura de UNC y mi relación con varios sindicatos de la ciudad, y con los centros de estudiantes de la facultad. Yo era un militante social, militante político, militante gremial"
Al entrar en la sala, con paso pausado y tranquilo, el testigo dirige su saludo al tribunal, luego comienza a grar sobre sí mismo volteándose hacia los abogados y fiscales. Saluda con un "Buenos Días" a los fiscales, querellantes y defensores, sigue con su mirada hacia la derecha de la sala, y agrega un saludo al público, haciendo evidente su sentimiento hacia los imputados a quienes sólo dirige su mirada severa y profunda.
Se trata del arquitecto "Tito" Chiavassa, quien estuvo secuestrado en Campo de la Ribera; y cuatro testigos más que son derivados del testimonio de Alberto Alguilar Vouillat, durante la audiencia 123. Se trata de Mercedes Zappia de Dominguez, Elizabeth Homenuc, Ricardo Figueroa, María Aguilar de Carbo.
Va a declarar sobre la desaparición de su hermano, Nestor Rafael Aguilar, quien fue testigo cuando se lo llevaron el 22 de octubre de 1976.
Cuando el fiscal le pregunta si conoció a la pareja de Demarchi y Aguilar, responde:
Iba a ser testigo del casamiento de Cristina Demarchi y Néstor Rafael Aguilar, era conocida de la pareja por participar del grupo misionero al que pertenecían.
"...Vimos el valor desagregado de una epoca donde se rompieron todos los parametros constitucionales, políticos, donde impero el horror y subsistió el miedo, y entonces sí, revaloricé el sentido del valor agregado, de esta sociedad que permite, tardía o no, una justicia constitucional, republicana, que permite que aquellos puedan tener las opciones que ellos mismos no nos dieron...a quienes perforamos las paredes de las cárceles, a las abuelas, las madres, los H.I.J.O.S., una sociedad que permite que tengamos una oportunidad como esta". Con esas palabras Isidro Fernando Chiavassa terminó de declarar.
Ya como preso legal, el testigo fue trasladado a la cárcel UP1. El juez Zamboni Ledesma y su secretario le tomaban declaración, y Chiavazza se pregunta cómo fue posible que no exigieran su liberación, que avalaran su persecusión. Habla de complicidad civil, como fue la de "los directivos de empresas como Mercedez Benz, Fíat y tantas otras".
El testigo da detalles de las condiciones inhumanas de su cautiverio. sin la posibilidad de higienizarse ni de tener ninguna clase de cuidados méticos, sometidos a tormentos y malos tratos: "Eran mecanismos de perversión psicológica".
El testigo Isidro Chiavassa reconoce a quien fue su torturador, Miguel Angel "El Gato" Gomez, en la D2. "Lo ví también llevarse a las compañeras secuestradas para darles el 'tratamiento especial'. Creo q siempre las mujeres estuvieron en condición desfavorecida frente a los hombres por el sólo hecho de ser mujeres.
Dentro de los tratos que recibíamos, había formas extremas de machismo". Con la dificultad propia de tan terrible recuerdo, da algunos detalles que explicitan el ensañamiento de los miembros de la patota contra las compañeras.
El fiscal interroga al testigo sobre aquellas personas que pudo ver durante su secuestro en los centros clandestinos de Córdoba, compañeros de los sindicatos y docentes de Arquitectura. Antes que el testigo responda, el Tribunal dispuso un cuarto intermedio de 15 minutos.
Chiavassa refuerza sus dichos, recordando que se echó a 120 docentes y desaparecieron más de cuarenta estudiantes. "En ese marco de persecusion que hubo en una unidad académica, yo fui secuestrado". Se lo llevaron de su domicilio el 9 de septiembre de 1976 aproximadamente a las 21 hs. junto a quien entonces era su esposa. Tito se conmueve por la impotencia del recuerdo, junto a ellos llevaron también a la hija de su compañera, una niña de 5 años que pasó la noche en el Departamento de la Policía.
El testigo, Isidro Chiavassa, comienza a declarar lo que vivió estando detenido en la D2 y en Campo de la Ribera. A pesar de que desde el Tribunal pretenden acotar el relato sobre el contexto, Chiavassa se mantiene firme, explicando la motivación que tenía la patota que se lo llevó de su casa: "Quisiera comenzar a partir de algunos elementos comunes tanto de la D2 como en Campo de la Ribera. Ese elemento comun tiene que ver con el interrogatorio que me hicieron bajo torturas, básicamente sintetizada en un par de preguntas, referidas a mi práctica y mi actividad como docente en la facultad de arquitectura de UNC y mi relación con varios sindicatos de la ciudad, y con los centros de estudiantes de la facultad. Yo era un militante social, militante político, militante gremial"
Al entrar en la sala, con paso pausado y tranquilo, el testigo dirige su saludo al tribunal, luego comienza a grar sobre sí mismo volteándose hacia los abogados y fiscales. Saluda con un "Buenos Días" a los fiscales, querellantes y defensores, sigue con su mirada hacia la derecha de la sala, y agrega un saludo al público, haciendo evidente su sentimiento hacia los imputados a quienes sólo dirige su mirada severa y profunda.
Se trata del arquitecto "Tito" Chiavassa, quien estuvo secuestrado en Campo de la Ribera; y cuatro testigos más que son derivados del testimonio de Alberto Alguilar Vouillat, durante la audiencia 123. Se trata de Mercedes Zappia de Dominguez, Elizabeth Homenuc, Ricardo Figueroa, María Aguilar de Carbo.
El testigo cuenta que eran una familia muy unida: "por eso nos pegaron a todos". Tiene dos primas desaparecidas en 1976, y toda su familia sufrió arrestos y persecusiones, debieron exiliarse o permanecer escondidos durante la dictadura.
El testigo cuenta los tormentos recibidos una vez secuestrado en la D2 cuando le mostraron a su esposa embarazada, desnuda y muy golpeada.
Estuvo detenido entre los años 1975 y 1983. "La primera parte estuve detenido legalmente bajo una causa de la que fui sobreseído y excarcelado. A partir del 19 de marzo del 76 estuve secuestrado totalmente en la clandestinidad en una dependencia policial".
Antes de retirarse el testigo regaló un libro al Presidente del Tribunal con una dedicatoria escrita por el mismo. El libro cuenta las penurias y vivencias de Hugo Antonio durante la dictadura y el Dr. Díaz Gavier lo recibió con una calidez indisimulable ante este personaje tan entrañable y pintoresco.
Gomez recién pasó a figurar como detenido en 1977, al pasar a disposición del Pen. De la Ribera lo llevaron a la Penitenciaría San Martín, después a Sierra Chica y luego a una cárcel de La Plata, a Caseros y a Coordinación Federal. Finalmente lo liberaron un día a mediados de 1978.
Con un envidiable sentido del humor, Hugo Antonio cuenta un episodio que parece extraído de una película.
A Hugo Antonio Gomez le dijeron que lo iban a fusilar, apenas llegó a La Ribera. "Siempre pensé que un balazo no duele, es el sonido, algo calentito y ya está. Pero me di cuenta de que lo que duele no es lo físico, sino lo psíquico", dice recordando el duro momento.
En La Perla, Gomez estaba junto a un soldado y alguien dio la orden: "Éste no es para acá", y lo volvieron a subir. "Vamos para San Vicente" le dijo el soldado que lo llevaba, y luego de observarlo le dijo: "Yo fui alumno suyo". Iban camino a La Ribera
"Con mis 82 años, soy un poco historia" dice Hugo, y cuenta que siempre fue una persona inquieta, dedicado a la electrónica y docente. "Fui dirigente gremial y siempre muy exigente con la enseñanza. Yo quería tecnología moderna, era un tipo jodido, pero nunca me vinculé a organizaciones armadas. En septiembre de 1976 salía de la escuela y vi un coche con gente armada. Al otro día me dijeron que me estaban buscando".
El testigo cuenta los tormentos recibidos una vez secuestrado en la D2 cuando le mostraron a su esposa embarazada, desnuda y muy golpeada.
Estuvo detenido entre los años 1975 y 1983. "La primera parte estuve detenido legalmente bajo una causa de la que fui sobreseído y excarcelado. A partir del 19 de marzo del 76 estuve secuestrado totalmente en la clandestinidad en una dependencia policial".
Antes de retirarse el testigo regaló un libro al Presidente del Tribunal con una dedicatoria escrita por el mismo. El libro cuenta las penurias y vivencias de Hugo Antonio durante la dictadura y el Dr. Díaz Gavier lo recibió con una calidez indisimulable ante este personaje tan entrañable y pintoresco.
Gomez recién pasó a figurar como detenido en 1977, al pasar a disposición del Pen. De la Ribera lo llevaron a la Penitenciaría San Martín, después a Sierra Chica y luego a una cárcel de La Plata, a Caseros y a Coordinación Federal. Finalmente lo liberaron un día a mediados de 1978.
Con un envidiable sentido del humor, Hugo Antonio cuenta un episodio que parece extraído de una película.
A Hugo Antonio Gomez le dijeron que lo iban a fusilar, apenas llegó a La Ribera. "Siempre pensé que un balazo no duele, es el sonido, algo calentito y ya está. Pero me di cuenta de que lo que duele no es lo físico, sino lo psíquico", dice recordando el duro momento.
En La Perla, Gomez estaba junto a un soldado y alguien dio la orden: "Éste no es para acá", y lo volvieron a subir. "Vamos para San Vicente" le dijo el soldado que lo llevaba, y luego de observarlo le dijo: "Yo fui alumno suyo". Iban camino a La Ribera
"Con mis 82 años, soy un poco historia" dice Hugo, y cuenta que siempre fue una persona inquieta, dedicado a la electrónica y docente. "Fui dirigente gremial y siempre muy exigente con la enseñanza. Yo quería tecnología moderna, era un tipo jodido, pero nunca me vinculé a organizaciones armadas. En septiembre de 1976 salía de la escuela y vi un coche con gente armada. Al otro día me dijeron que me estaban buscando".
Fuente:DiariodelJuicio
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