5 de abril de 2014

RECHAZO A LOS LINCHAMIENTOS.

El CELS, la Red de Jueces Penales, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo rechazaron los linchamientos
Publicado el 4 abril , 2014
En medio de una constante difusión de casos de linchamientos por parte de los medios de comunicación al mismo tiempo que intentan poner en debate su legitimidad o no, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Red de Jueces Penales, así como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo rechazaron y repudiaron los linchamientos.
Linchamientos II
En medio del furor de los medios de comunicación por la difusión de casos de linchamientos y el posterior debate en torno a su legitimidad o no, organismos referentes en la cuestión de los Derechos Humanos rechazaron de plano cualquier tipo de “justicia por mano propia”.

A través de un comunicado, la Red de Jueces Penales de la Provincia de Buenos Aires califica a los lichamientos como “expresiones de venganza privada”, advirtiendo a la sociedad que “nos retrogradan a épocas de barbarie y crueldad, a la sociedad arcaica donde no existían el derecho, la razón ni la justicia, donde el hombre era el lobo del hombre”.

En este sentido, sostienen que se trata de “ejecuciones sumarias y tumultuosas de personas sospechadas de cometer delitos” por parte de “grupos de particulares con ánimo de venganza”. ”Cuando los particulares desplazan a los organismos estatales encargados de velar por la realización de un juicio a la persona sospechada de haber cometido un delito, a través del debido proceso legal y con el aseguramiento de todas las garantías, se conmueve la estructura institucional y hasta la propia razón de ser del Estado”.

Por su parte, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, se sumó al repudio de los hechos de violencia suscitados en algunas de las principales ciudades del país: “No es que nos pongamos como ejemplo, pero nosotras estamos hace 36 años buscando justicia y jamás se nos ocurrió matar a quienes mataron a nuestros hijos. Como abuela a la que le arrebataron a su nieto, en 36 años y sabiendo quiénes mataron a nuestros hijos, jamás pensamos en lincharlos. De ninguna manera ‘el que las hace las paga’, sino que es la Justicia la que debe actuar”, aseguró.

En esta misma línea, Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, remarcó que a los familiares de desaparecidos durante la última dictadura militar no les “arrebataron un bolso o una cartera”: “Nos arrancaron a nuestros hijos, hermanos, nietos, y sin embargo jamás recurrimos a la violencia contra los genocidas”, sentenció. Además, según consigna el diario Página 12, aclaró que el rechazo es suscripto también por “Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, Padres de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S. y nietos recuperados”.
Violencia Institucional
El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), a través de Paula Litvachky, aseguró que los linchamientos “no pueden ser considerados actos de justicia de ningún tipo” sino que, por el contrario, “son delitos que deben ser juzgados y condenados”. En este sentido, aclararon que implican “un camino de incremento de la violencia que socialmente no tiene salida”.

“Nos preocupa la habilitación a debatir si (los linchamientos) son legítimos, por parte de referentes políticos y medios de comunicación, que los amplifican e instalan. Si estamos de acuerdo en vivir en democracia, el recurso de la violencia ya no es válido como objeto de discusión”, concluyó.

Fuente:ElDiariodeBuenosAires



02.04.2014
declaraciones
Almeida: "A los genocidas que nos arrebataron a nuestros hijos jamás los linchamos"
02.04.2014

Taty Almeida, integrante de la línea fundadora de Madres de Plaza de Mayo, condenó los linchamientos callejeros a presuntos delincuentes y subrayó que a ellas les arrebataron a sus seres queridos durante la dictadura y "jamás" recurrieron a la violencia contra los genocidas.
"A nosotros no nos arrebataron un bolso o una cartera, nos arrancaron a nuestros hijos, sin embargo jamás recurrimos a la violencia contra los genocidas", remarcó Almeida al pronunciarse sobre los casos de violencia callejera contra supuestos ladrones.

Almeida remarcó que la condena a los linchamientos es suscripta también por "Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, Abuelas de Plaza de Mayo, Padres de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S. y nietos recuperados".

En diálogo con Télam, la integrante de Madres recordó que los organismos de derechos humanos "siempre luchamos por la justicia legal aún viendo durante más treinta años a los asesinos de nuestros hijos caminando por las calles".

"En 30 años de impunidad, y hasta la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final logradas por la lucha de los organismos de derechos humanos y las políticas de memoria, verdad y Juticia impulsadas por Néstor Kirchner, jamás se nos pasó por la cabeza actuar de esa manera", finalizó. 
Fuente:Telam



DESDE LOS ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS REPUDIARON LOS CASOS DE LINCHAMIENTOS
El mejor contraejemplo de la venganza
Estela de Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo, y Taty Almeida, de Madres Línea Fundadora.
La Presidenta mencionó que los familiares de desaparecidos no apelaron a “ningún gesto que se pueda considerar violencia”. “Estamos hace 36 años buscando justicia y jamás se nos ocurrió matar a quienes mataron a nuestros hijos”, dijo Estela Carlotto.


Dirigentes de los organismos de derechos humanos apelaron a la “responsabilidad social” para evitar que haya nuevos casos de linchamientos y pidieron que la reacción frente a los hechos delictivos sea “luchar desde la legalidad total y jamás desde una venganza personal”. “Hay que proponer y buscar soluciones, pero de ninguna manera matar porque mataron”, señaló la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, mientras que desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) advirtieron que “cualquier intento de justificar” los episodios en que grupos de personas golpearon, en un caso hasta la muerte, a ladrones o presuntos ladrones, “implica tolerar prácticas de violencia social inadmisibles”.

La presidenta Cristina Kirchner, que hizo una referencia al tema en su discurso sobre Malvinas, destacó a los familiares de desaparecidos por haber esperado siempre justicia “con paciencia, sin tomar ningún gesto que se pueda considerar violencia”.

La mandataria no mencionó explícitamente los linchamientos, pero en su discurso reivindicó “el derecho a vivir civilizadamente entre todos nosotros, aun en circunstancias extremas y difíciles”. Luego, al hablar de las tumbas NN que todavía hay en Malvinas, puso como ejemplo “el gesto maravilloso” de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo “en rechazo a la violencia y la venganza”. “No sé si yo hubiera sido tan paciente, por mi carácter o militancia”, apuntó, para remarcar que “la venganza es de la prehistoria, del estado de no derecho”.

Carlotto, así como también Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, y Paula Litvachky, del CELS, se sumaron al repudio a los últimos casos de “justicia por mano propia” desde la historia y los roles que les tocó vivir.

“No es que nos pongamos como ejemplo, pero nosotras estamos hace 36 años buscando justicia y jamás se nos ocurrió matar a quienes mataron a nuestros hijos. Como abuela a la que le arrebataron a su nieto, en 36 años y sabiendo quiénes mataron a nuestros hijos, jamás pensamos en lincharlos. De ninguna manera ‘el que las hace las paga’, sino que es la Justicia la que debe actuar”, sostuvo la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. La dirigente agregó que lo que hay que hacer es “la denuncia a la Justicia, que es donde corresponde que se resuelva el tema”. Almeida, a su vez, marcó que a los familiares de desaparecidos “no nos arrebataron un bolso o una cartera, nos arrancaron a nuestros hijos, hermanos, nietos, y sin embargo jamás recurrimos a la violencia contra los genocidas”. La madre de Plaza de Mayo aclaró que la condena a los linchamientos es suscripta también por “Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, Padres de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S. y nietos recuperados”.

Como otros analistas que vienen advirtiendo sobre el rol de los grandes medios en la estigmatización de los jóvenes pobres, Carlotto consideró que “en lo colectivo, la sociedad no es una sociedad agresiva, (pero) la están fomentando para la agresividad, la discordia, enfrentando unos contra otros por diferentes pensamientos”.

“Hay que erradicar a aquellos que les interesa fomentar las diferencias y la división por momentos electorales o de tipo económico. Ya sabemos bastante bien quiénes son. Hay que marginarlos para que no se cumplan los propósitos de que, en esta nación, no seamos hermanos y amigos entre todos”, advirtió.
“Mejoremos la Justicia, que está para eso, y pensemos en contribuir para ayudar a los jóvenes víctimas de la droga, pero buscando salvar más que acusar e incentivar la venganza”, concluyó.

Desde el CELS, Litvachky encaró otro aspecto del tratamiento que se viene dando al tema. “Nos preocupa la habilitación a debatir si (los linchamientos) son legítimos, por parte de referentes políticos y medios de comunicación, que los amplifican e instalan. Si estamos de acuerdo en vivir en democracia, el recurso de la violencia ya no es válido como objeto de discusión”, definió.

La directora del área de Justicia y Seguridad del CELS añadió que los linchamientos “no pueden ser considerados actos de justicia de ningún tipo. Son delitos que deben ser juzgados y condenados”, e implican “un camino de incremento de la violencia que socialmente no tiene salida”.

Litvachky sostuvo que formular estas críticas no significa “decir que no haya necesidad de que se desarrollen políticas sostenidas para enfrentar los problemas del delito y la violencia. Si de lo que se trata es de tener leyes más efectivas, esto supone discutir en serio el nuevo código penal, reformar el sistema judicial y encarar una transformación profunda de todas las policías. Eso sería parte de una respuesta seria al problema de la inseguridad. Pero esta es una discusión con la que no se puede especular: no hay discusión posible sobre políticas de seguridad si se busca legitimar estos hechos de violencia”.
Fuente:Pagina12



OPINIÓN.
LINCHAMIENTOS SÍ, PERO SOLO PARA ALGUNOS
                                                           Por: Eduardo Di Cola*
La evolución social logró que como civilización aprendiéramos que no es la justicia por manos propias la que nos permite realizarnos como persona en lo individual y en la dimensión social. “El ojo por ojo, diente por diente” que en su tiempo significó un salto cualitativo de civilización con relación a la brutal desmesura que lo antecedía, hoy es una manera de expresar la más cruel de las barbaries.

Con el discurso de la ausencia del estado y la indignación e impotencia que un hecho de inseguridad provoca,  hubo dirigentes que con distintos argumentos, o silencios, gestos y sobreentendidos cómplices, dieron justificación a los linchamientos.

Que hay hechos de inseguridad es indudable. Que en realidad los hay en todo el mundo también.
Que se percibe hartazgo ciudadano con una constante exaltación mediática es igualmente cierto. De igual forma que resulta innegable que la indignación, el dolor e impotencia frente a un hecho de inseguridad son sentimientos constitutivos de la propia naturaleza humana.

Ahora bien, no solo un hecho de los que hoy denominamos genéricamente como de inseguridad es capaz de ultrajar a alguien y provocarle indignación.

Tanto es así que si continuamos  con el desarrollo de este análisis concluimos que de haberse producido linchamientos de sus funcionarios como consecuencia de las muertes provocadas por los repetidos derrumbes de obras en la ciudad de Buenos Aires por falta de control de un estado municipal ausente, Macri los tendría que haber justificado. De la misma manera debería hacerlo cuando el humilde trabajador frente a una urgencia  en busca de la pronta atención tiene que desprenderse de un dinero que no cuenta para pagar un plus ilegal que el médico inescrupuloso valiéndose de su posición dominante y ante la pasividad del estado municipal le cobra a pesar que su prestación está cubierta por una obra social. 

Asimismo tendría que justificar la justicia por manos propias  provocada por la indignación del que diariamente es ultrajado por tener que trabajar más tiempo del que le pagan, o firmar recibos de sueldos por un importe mayor al que percibe o directamente hacerlo en negro,  como sucede en tantas actividades,  como la textil por ej.

Si la reacción indignada y el estado ausente es el justificante de los linchamientos, entonces construyamos una sociedad en que esta conducta sea válida frente a toda respuesta impulsada por la indignación de cada quien.

Esto pone en evidencia que a la irracionalidad de justificar los linchamientos le agregan además que lo piensan en forma selectiva. Solo lo imaginan provocado a un tipo de persona al que estigmatizan.

Esto nada tiene que ver con la concepción ideológica que sustenta la necesidad de más o menos mano dura en el marco de la ley. De lo que se trata es de la alarmante mediocridad e ignorancia de personas que asumen o tienen un posicionamiento dirigencial. Dirigentes que por otra parte en su responsabilidad de gestión tienen que trabajar para generar seguridad además de transmitirla.

Macri tiene claro como es el tema de su seguridad. Linchamientos sí, pero para algunos. En tanto sus hijos en Estados Unidos.
                                                                                                         *Ex Diputado Nacional




Cagaron a patadas
a un wacho
hasta matarlo.


Mientras tanto
el aire vibraba
en espasmos de otoño,
los comercios cerraban
a la hora acostumbrada,
los colectivos seguían
tardando en venir,
una pareja se besaba
bajo el árbol donde el poeta
vio caer un pajarito,
y cientos de laburantes volvían
a sus casas a descansar.

Cagaron a patadas
a un wacho
hasta matarlo.

Mis vecinos dijeron
que estuvo bien,
y avanzaron el la fila
del almacén.

Mis amigos dijeron
que es cualquiera
pero que ya se veía venir,
y pasamos a hablar de lo que vamos a hacer
para solucionar el mundo.

Mi compañera
me pidió que nos vayamos
cuanto antes de esta ciudad
y volvió a abrazarme
con los ojos.

Cagaron a patadas
a un wacho
hasta matarlo.

Los noticieros comentaron el hecho
y luego pasaron a mostrar un video
-¡en vivo!-
del llanto de una prostituta.

En las redes sociales alguien comentó el asunto
y luego subió un meme,
¿o era un video de música celta?
no me acuerdo bien.

Cagaron a patadas 
a un wacho
hasta matarlo.

Fue en mi viejo barrio,
ese al que no volví más
ese al que siempre estoy llegando.

¿Uno de los asesinos habrá sido el Pedro,
el viejo de enfrente del almacén?
¿Habrá sido alguno de los tipos
que se juntaban a escabiar
en el bar Chola?
¿O la que atendía en la farmacia
y tenía orgullo
de ser la más linda
y la más ortiba
de todo Azcuénaga?

Cagaron a patadas
a un wacho
hasta matarlo.

Y nadie se preguntó
por qué había choreado
-si es que había choreado-
ni cómo se llamaba,
ni si tenía mamá, papá,
algún hijo
algún sueño
algún miedo,
si tenía algo más en la cabeza
que esos zapatos
hundiéndose en su cráneo,
si había algo en su pecho
aparte del dolor
del desconcierto
de la bronca.
Nadie se preguntó:
simplemente lo mataron
por chorear una cartera.

Y lo repito
porque no sé si quedó claro:
mataron a un wacho 
cagándolo a patadas.

Mientras tanto,
el aire vibraba
los comercios vendían
los colectivos no llegaban
una pareja se besaba,
los laburantes volvían,
y da terror
pensar que decir:
"mataron a un wacho a patadas"
pueda significar decir,
en fin, 
lo de siempre
lo de todos los días.
Marcos Mizzi

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