Compañeras y Compañeros:
A propósito del persistente reclamo de homenaje a nuestro querido Compañero militante y dirigente gremial y político que fuera ANDRÉS FRAMINI en línea de lo que vienen realizando los compañeros y compañeras del INSTITUTO POR LA MEMORIA DEL PUEBLO (IMEPU) y ahora que se aproxima el aniversario del Centenario de nacimiento de Andrés - el próximo 2 de agosto - sumamos nuestra solidaridad y adhesión con tal reclamo.
De Daniel Brión, quien tiene la responsabilidad de orientar el quehacer del IMEPU - vale agregar que es hijo de uno de los fusilados en los basurales de José León Suárez, en la aciaga madrugada del 10 de junio de 1956, por orden de los tiranos Aramburu y Rojas - les va su correo electrónico para que tomen contacto con él y sumen fuerzas y acciones a la campaña encarada para homenajear a Andrés Framini; también va el correo del IMEPU:
Daniel Brión <imepu@hotmail.com>
La que sigue es una SÍNTESIS de la nota recibida del Compañero Brión, que les permitirá adentrarse en el tema:
"Estimados Compañeros y Compañeras:
"El próximo 2 de Agosto, en Berisso, Provincia de Buenos Aires, se cumplirán los 100 AÑOS del nacimiento de quien fuera en vida, ejemplo de militancia, de dirigente gremial y político, significado mismo de la palabra LEALTAD.
"Me estoy refiriendo al querido inolvidable Gobernador Electo de la Provincia de Buenos Aires, Don ANDRÉS FRAMINI.
"Desde hace muchos años vengo tratando que se le brinde el homenaje que se merece, o por lo menos el público reconocimiento que todos los que luchamos por una causa nacional, federal y popular deberíamos estar ansiosos por realizar.
"He probado con distintas fechas, el 18 de marzo de cada año (oportunidad en que el voto popular lo consagró Gobernador Electo de la Pcia. de Bs. As.), el 9 de Mayo (fecha de su incorporación al Comando Celestial) y esta próxima del 2 de Agosto (la de su nacimiento).
"Infructuosas resultaron todas las tentativas, ya sea a nivel Municipal con la Intendencia de Berisso, como a nivel Provincial a nivel de la Legislatura y de la misma Gobernación. ¡Y ni hablar del que fue su gremio! La Asociación Obrera Textil, A.O.T., (que no ha respondido ningún correo y además, en su página web, no menciona en su "memorioso historial de quiénes somos" el nombre de uno de sus mayores dirigentes: ANDRÉS FRAMINI).
"100 AÑOS SE CUMPLEN SÓLO UNA VEZ Y EN LA FECHA QUE CORRESPONDE.
"Dejar pasar la fecha me parece – inclusive - una total falta de respeto a quien dio su vida militando por la Patria y nuestro Movimiento, de lo cual años y años de cárcel así lo atestiguan, años de persecuciones, tortura y proscripciones lo han demostrado y la confianza que en él tenía el General JUAN DOMINGO PERÓN, rubrica mi afirmación. . . (y sigue)
De mi parte, va un trabajo de mi autoría publicado en los días del fallecimiento de Andrés, que encontrarán en el adjunto con las referencias respectivas.
Finalmente, aprovecho para enviarles mi saludo más cordial, Negro Coria.
NEUQUÉN, 24 DE JULIO DE 2014
-- --
Pje. Rivarola 154 (Bs. As., Centro)
0054 - 11 - 4372 2358
Ciudad de BUENOS AIRES, Rca. Argentina
-- --
Corresponsalía Región Comahue (Patagonia Norte)
Antonio Angel Coria
-- --
Andrés
Framini, o
lo permanente
de los subversivos
([1])
Por ANTONIO ANGEL CORIA([2])
El
pasado jueves 9 de mayo, a raíz de un síncope cardíaco que tuvo mientras
recordaba pasajes de la vida de Eva Perón, a propósito del largometraje de
Leonardo Favio “Perón sinfonía de un sentimiento”, que acababa de proyectarse
en la sede de la Central
de Trabajadores Argentinos (C.T.A.) en la Capital Federal ,
falleció Andrés Framini.
Delegado gremial en la clandestinidad y
dirigente obrero y político en épocas de resistencia a los tiranos; gobernador
electo de la provincia de Buenos Aires por el Movimiento Peronista en 1962,
cargo que no pudo asumir como consecuencia de las presiones dictatoriales que
terminaron en golpe de estado aquel año;
que supo de la dureza de las cárceles, de los riesgos de pensar y
comprometerse con los intereses nacionales y populares en épocas de gobiernos
cipayos, durante el último medio siglo, a Framini siempre se lo vio asumir la
responsabilidad de ocupar espacios vacíos que dejaban los claudicantes o los
traidores, a la hora de jugarse por la Patria y el Pueblo.
Su vida de militante gremial, al igual que
la de muchos argentinos que tempranamente vieron torcerse el rumbo de sus
destinos como resultado del reiterado golpismo dictatorial, desde el momento
mismo de instalada la tiranía que derrocó el gobierno de Juan Perón en 1955,
tomó el valor grande de la vida de los patriotas. Al fragor de la lucha,
Framini, como todos los de su generación, la de los contemporáneos de los años
de gobierno peronista, amplió el horizonte de la construcción de la historia
que había tenido hasta entonces.
Alguna vez, recuerdo haberle escuchado,
por aquellos años de la resistencia, señalaba que era una verdadera odisea
enfrentar el régimen implantado por los golpistas, pues no se sabía, no sabíamos, más que de paz, de
trabajo y de estudio. De pronto, las persecuciones, los encarcelamientos, las
torturas, los secuestros, la quema de libros, de fotografías y documentos
históricos, la prohibición dispuesta por decretos gubernamentales de mencionar
nombres de políticos y gremialistas, los crímenes y la proscripción política y
gremial y la clausura y confiscación de sus bienes, la eliminación de conquistas sociales y la
resignación de la soberanía nacional a favor del imperialismo o la eliminación
de la
Constitución Nacional por una “proclama”, desataron lo que en
principio se aparecía como la reedición del enfrentamiento de David y Goliat.
El historiador Roberto Baschetti, recupera en una de sus obras el concepto
utilizado por un militante de aquella época (1955-1958) que sirve para entender
mejor el componente teórico militante en esa primera etapa de la resistencia.
Como si fuera una de las páginas de lo
ocurrido aquí cerca, cuando desde la Nicaragua insurrecta Omar Cabezas relataba que
“la montaña es algo más que una inmensa estepa verde”, en la mesa confidente del café porteño, el
activista César F. Marcos hizo apuntar a Baschetti que “ninguno de nosotros tenía
experiencia conspirativa. Jamás habíamos trabajado en la clandestinidad.
Tampoco teníamos una auténtica tradición de lucha. Las masas obreras de nuestro
Movimiento, tenían su origen en la emigración interna de los trabajadores del
campo, que se habían desplazado a la ciudad y se habían transformado en obreros
industriales. Eran los ‘cabecitas negras’ que habían nacionalizado, acriollado
al movimiento obrero, pero carecían, naturalmente, de una tradición de lucha en
centros urbanos fabriles”. Con tal descripción de lo que entonces era un militante,
fácil será comprender algunas de las razones que impedían visualizar que la
lucha entre la opresión y la liberación, se daba en sus términos más crudos y
por lo tanto, no era con los paños tibios que planteaban los que estaban
decididos a claudicar ante el dominador, como se tenía que afrontar la
situación.
Desde ese espacio, surgieron hombres como
Andrés Framini. Y en ese espacio, Andrés, que era obrero textil, comenzó a
destacarse por sus propuestas y la construcción de una nueva forma del quehacer
gremial, que lo entendía triunfante (como casi todos quienes como él iban en
una misma dirección) si a la defensa de las cuestiones meramente gremiales, se
le incorporaban definiciones políticas. Al período de su participación en la
conducción de la llamada “C.G.T. Auténtica” (1957), corresponden planteos como
la “vuelta a la Patria
y al poder, sin condiciones, de Juan Domingo Perón, Presidente de la Nación Argentina ;
promover un estado general de agitación social que permita llegar a la huelga
general revolucionaria que volteará para siempre la tiranía; el Peronismo es
una Revolución Social; como un detalle
coadyuvante al objetivo, proseguir la lucha por la recuperación de los
sindicatos”, que figuraron en el manifiesto de la C.G .T. en junio de 1957. Esto,
ocurría en plena época de feroz represión del gobierno del general Pedro
Aramburu y el almirante Isaac Rojas, que unos meses antes habían ordenado el
fusilamiento de casi medio centenar de civiles y militares, que, como Framini y
los suyos, complotaban contra la opresión.
De la misma madera que Framini, estaban
tallados hombres como Sebastián Borro, Jorge De Pascuale, Amado Olmos, Atilio
López desde el campo gremial; Arturo Jauretche, John William Cooke, Leopoldo
Marechal, Raúl Scalabrini Ortiz, desde la intelectualidad y hasta militares
como los fusilados Valle, Cogorno, Abadíe y Noriega entre otros, o el almirante
José Arce (uno de los correos clandestinos de Perón) y el general Iñíguez
varias veces preso por sus intentonas subversivas cívico militares;
encolumnados tras ellos, millares de activistas elaboraban conjuntamente
propuestas como las que dieron en llamarse “Plan de La Falda ” (1957) y “Plan de
Huerta Grande” (1962). En ambos, se plantean cuestiones como “control estatal
del comercio exterior sobre las bases de la forma de un monopolio estatal;
liquidación de los monopolios extranjeros de importación y exportación;
planificación de la comercialización teniendo presente nuestro desarrollo
interno; soluciones de fondo, con sentido nacional a los problemas económicos
regionales sobre la base de integrar dichas economías a las reales necesidades
del país, superando la actual división entre ‘provincias pobres y provincias
ricas’; control obrero de la producción
y distribución de la riqueza nacional, mediante la participación efectiva de
los trabajadores, entre otros asuntos, el del ‘control popular de precios’,
fortalecimiento del estado nacional popular, tendiente a lograr la destrucción
de los sectores oligárquicos antinacionales y sus aliados extranjeros y
teniendo presente, que la clase trabajadora es la única fuerza argentina que
representa en sus intereses los anhelos del país mismo, a lo que agrega su
unidad de planteamientos de lucha y fortaleza.”
Como candidato a gobernador por la provincia
de Buenos Aires – fórmula en la que lo acompañó como candidato a vice
gobernador el propio Juan Domingo Perón, postulación que no prosperó por una
nueva proscripción del totalitarismo – el 18 de marzo de 1962 resultó
triunfante en forma arrolladora. Alrededor del 60% de los votos avalaron que en
uno de los más ricos estados del país y asentamiento principal de la oligarquía
terrateniente, se estuviera a las puertas de la distribución de la tierra,
consecuente con el principio de que, por ser “un bien social, se ha de dar a
quien la trabaje”. La consigna “déle paso a un obrero en la provincia de los
estancieros”, se había hecho realidad. Pero una vez más, el gorilaje militar
cumplió el mandato imperial: asaltó el poder y volvió a proscribir al Peronismo
y sus hombres.
En años posteriores, Framini siguió
militando en las filas de los leales a los principios históricos del peronismo
y su líder exiliado. Errores en la conducción sindical de su gremio,
promediando la década de los ’60, opacaron su luz en la jefatura, que
consecuentemente permitió el avance de los claudicantes frente al sistema. No
obstante, desde el terreno de la política no dejó de consultárselo y ahora, por
su criterio pluralista y para su honor, esas consultas venían en voces extra
partidarias. Así fue durante muchos años, hasta el día en que la muerte lo
sorprendió participando de una mesa redonda en la sede de una de las centrales
obreras argentinas. Quizás, allí, en ese acto final de la vida, Andrés Framini
(que había nacido el 2 de agosto de 1914 en Berisso, Provincia de Buenos Aires)
subversivo permanente, fue el modo que eligió para dejar como mensaje a los que
resisten mientras llega un nuevo amanecer en la historia, la convocatoria a la
fe y la esperanza en tres banderas de la Patria para construir la sociedad y el país que
todos anhelamos y por el cual luchamos: Justo, para
eliminar las desigualdades sociales; Libre, para construir su destino de
grandeza; Soberano, para decidir sobre su desarrollo en beneficio de la Nación y la Humanidad.
[1] Publicado en la Revista “Buzos y al fondo”
de la Ciudad
de Puebla, República Mexicana, el 15 de mayo de 2001
[2] Posteriormente,
este trabajo fue parte del folleto “Con
la memoria siempre fresca, construyamos nuestra Historia; Prosas en la militancia
nacional y popular” publicado en Primera Edición y distribuido por el Sindicato
de Empleados de Comercio de Daireaux, S.E.C., integrante del Movimiento
Mercantil del Interior, en el ámbito de sus gremios adheridos en la Pcia. de Bs. As. en el año 2002.
Por tal edición, al S.E.C. corresponden
los derechos de autor, los cuales se destinarán a incrementar la biblioteca del
Gremio.
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