19 de diciembre de 2014

CAUSA JUNÍN: EN FEBRERO EL VEREDICTO.

EL PROCESO SE RETOMARÁ DESPUÉS DE LA FERIA JUDICIAL
Causa Junín: en febrero, el veredicto
Ayer se realizó una inspección ocular en la Comisaría Primera y en la cárcel.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Se resolvió que haya un receso hasta 2015.



Cuando María Elena Echart llegó al baño de la Comisaría Primera sintió un nudo en la garganta y una piedra en la boca del estómago. Entonces dio media vuelta, se abrió paso entre la gente, apuró la marcha hacia la salida y una vez allí, respiró hondo el aire puro de la mañana soleada. Ya no pudo volver a ingresar al edificio.
Se había asomado al mismo lugar donde tantas veces la habían llevado por la fuerza y donde debió soportar la violación física y psicológica de los más feroces agentes policiales de la segunda mitad de la década del 70. Ese acercamiento al horror le resultó insoportable. Y su cuerpo se lo hizo saber.
Como testigo en la causa por delitos de lesa humanidad cometidos en Junín, en la segunda audiencia del proceso Echart ya había contado las vejaciones a las que había sido sometida en aquellos años, en un testimonio que estremeció por su crudeza.
Ayer, en la última jornada del año de este juicio, asistió a la inspección ocular que se hizo en la Comisaría Primera –lugar que fue centro clandestino de detención– de la que participaron integrantes del tribunal, la fiscalía, la querella, la defensa y los testigos.
Luego de la recorrida por la dependencia policial, se hizo lo propio en otro centro de detención durante la dictadura: la Unidad Penitenciaria N° 13.

Comisaría Primera

Ayer, a las 10:30, una comitiva de unas 40 personas encabezada por el presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal 1 de La Plata, Carlos Rozanski, ingresaba a la Comisaría Primera para hacer una inspección ocular del lugar.
Ahí, mientras caminaban en medio de una maraña de chatarras de motos, barro y telarañas, algunas de las personas que estuvieron detenidas en los años 76 y 77 reconocieron las celdas en las que permanecieron cautivos.
Si bien se realizaron en todos estos años varias modificaciones edilicias, eso no impidió que los testigos ratificaran lo que habían contado frente al tribunal en sus declaraciones.
Susana Bogey, Normando Di Sábato, Rubén Liggera, Ana María Rinaldi y Ángel César fueron algunos de los que dieron detalles a los jueces.
Por su parte, Alberto Silva reconoció el lugar donde fue torturado, en la antigua Unidad regional. Mientras lo seguían Rozanski y sus colaboradores, iba señalando la escalera caracol por la que lo subieron y la dependencia ubicada en el primer piso en la que le aplicaron la picana eléctrica.
Silva recordó que vio el lugar porque lo subieron a cara descubierta, pero a la hora de los tormentos, lo encapucharon.

La cárcel

La Unidad Penitenciaria 13, que en los años 70 todavía estaba en construcción, fue otro de los lugares inspeccionados.
Repitiendo la metodología, los testigos fueron mostrando los lugares que recordaban.
De esta manera, vieron el piso de goma, que para ese entonces ya estaba colocado, reconocieron los calabozos desde afuera, también un salón de actos, al que conocieron por el eco que había en lugar. De hecho, Di Sábato cree que fue torturado allí porque, a diferencia de otros testigos, él no recuerda haber subido una escalera para ir a la sala de tormentos.
Luego los testigos reconocieron la escalera de la torre y el lugar donde fueron picaneados.

Receso

Luego de la recorrida por ambos lugares, las partes regresaron al Salón de la Democracia Argentina de la Unnoba, donde se está desarrollando el juicio, y ahí comunicaron la decisión sobre el destino de los acusados durante la feria judicial (ver recuadro), y establecieron la siguiente audiencia para el 3 de febrero.
Aún restan algunas ampliaciones de los testimonios, luego los alegatos y la sentencia.
En tal sentido, Carlos Rosanzki señaló a este medio que en el transcurso del mes de febrero habrá un veredicto para esta causa.
Fuente:DiarioDemocracia 

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