19 de diciembre de 2014

CÓRDOBA-LA PERLA: TESTIMONIOS DÍAS 198 y 199-LAS IMPRECISIONES DE BARREIRO.

18/12/2014
En la última sesión del año, se abordaron varias desapariciones
La Perla: Hermano de militante comunista dijo que no hay dudas acerca de quienes lo secuestraron

Desaparecido Ramiro Sergio Bustillo, víctima del anticomunismo furibundo de Menéndez. El testigo Gustavo Arturo Bustillo afirmó que no hay dudas de que su hermano desaparecido, el militante comunista Ramiro Sergio, fue secuestrado por quienes actuaban bajo órdenes directas de Luciano Benjamín Menéndez, ya que estuvo en los centros clandestinos de detención La Ribera y La Perla. Bustillo declaró en la última audiencia del año en el juicio que se lleva a cabo en los tribunales federales de Córdoba por crímenes de lesa humanidad cometidos en dichos centros clandestinos de detención, torturas y exterminio durante la última dictadura. Del mismo modo, declararon María Ester Landaburu sobre el secuestro de su hermana Elsa Alicia junto a su compañero Hugo Osvaldo López; y Silvia del Carmen Fonseca sobre el secuestro de Rubén Hugo Motta, militante de la JUP.
Ramiro Sergio Bustillo estudiaba en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Córdoba y militaba en el Partido Comunista cuando fue secuestrado el 18 de octubre de 1977, fecha desde la cual permanece en condición de detenido-desaparecido.

Preguntado por el abogado querellante Claudio Oroz sobre si tenía idea de qué fuerza represiva secuestró a su hermano, el testigo respondió: "Por supuesto. ¿Qué otra fuerza que no sea la que comanda Luciano Benjamín Menéndez y sus hombres? Sé que estuvo en La Ribera y en La Perla".

Bustillo recordó que en aquel tiempo la familia padeció "la inquietud de no saber dónde estaba y cómo. Nos tiraban informaciones falsas, y la presión a mi madre, llamándole por teléfono, diciéndole que tenía un marido y otros hijos que podían desaparecer" acrecentó la angustia.

El testigo relató que a su padre y su hermano, secuestrados en enero de 1976, "los llevaron a la D2", el Departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba y precisó que los "tipos que los secuestraron se reportaban directamente con el general Menéndez".

Sobre la primera detención de dos días Ramiro Sergio, en enero de 1976, antes del golpe de estado, su hermano señaló que "no hubo ninguna causa judicial" que la justificara.
Ya en dictadura, junto con su hermano fueron secuestrados y desaparecidos los militantes Oscar Omar Reyes, Juan Carlos Navarro Moyano, José Nicolás Brizuela y Ramón Aldo Cantero, relató.

"Y no los vimos más y desde ahí empezó el peregrinaje. Mi familia fundó junto a Emi Villares, Amelia Sciutto y tantos otros, Familiares de presos políticos y desaparecidos. Ellos defendían lo que quedaba de dignidad de un país avasallado", añadió.
En la misma audiencia declaró como testigo Elena Jorgelina Bustillo, hija de Ramiro Sergio que, al momento de la desaparición de su padre, tenía dos meses de gestación.

"Todo lo que yo pueda decir es la reconstrucción de lo que yo pude armar en estos años, y que son fragmentos porque me cuesta mucho recordar", explicó.

“Enfrentamientos”
Por su parte, la testigo María Ester Landaburu declaró sobre el secuestro de su hermana Elsa Alicia junto a su compañero Hugo Osvaldo López, el 28 de marzo de 1976, y que estuvo cautiva en La Perla.

El 2 de abril de 1976 fue retirada de ese centro clandestino junto a Hugo Osvaldo López, Mario Luis Finger y José Heriberto Gutiérrez, para ser asesinados en un falso "enfrentamiento" fraguado en el barrio Cínicas de la ciudad de Córdoba.
La testigo recordó que el 4 de abril de 1976 los diarios "informaron" sobre el supuesto enfrentamiento, cuando "en realidad no hubo ningún enfrentamiento, con posterioridad pudimos reconstruir todo lo que había pasado".

Landaburu recordó que sus padres realizaron una búsqueda incansable hasta que, por testimonios de sobrevivientes, pudieron que su hija fue uno de los detenidos-desaparecidos asesinados por los represores bajo esa modalidad de supuestos "enfrentamientos" que en realidad eran montajes.

Recordó que su padre y su tío fueron a reconocer los cuerpos y pudieron ver los impactos de bala que habían recibido por la espalda.

Por su parte, la testigo Silvia del Carmen Fonseca declaró sobre el secuestro de Rubén Hugo Motta, militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP), capturado el 7 de enero de 1976, recluido en La Perla y quien aún permanece en condición de detenido-desaparecido.

Tras escuchar estos testimonios, el presidente del Tribunal Oral Federal numero 1 (TOF1), Jaime Díaz Gavier informó que la inspección ocular a la que fue llevado el imputado José "Quequeque" Herrera por un secretario del juzgado en Villa Ciudad de América "resultó negativa".

La diligencia se realizó en el marco de supuestas revelaciones sobre sitios con enterramientos clandestinos que se atribuyeron algunos represores procesados en el juicio de La Perla, el más conocido de los cuales es Ernesto "Nabo" Barreiro.

En esta inspección ocular no se pudo determinar en la localidad Villa Ciudad América, unos 68 kilómetros al sudoeste de la ciudad de Córdoba, el lugar en el que se produjo el enterramiento clandestino de una víctima del terrorismo de Estado , según la versión de Herrera.

Después de brindar esta información Díaz Gavier dispuso "pasar a cuarto intermedio hasta el martes 4 de febrero de 2015" y añadió que "el juicio ha concluido por este año", hasta ser retomado después de la próxima feria judicial
Fuente:Telam





Día 198: 17/12

13:50 No se harán nuevas inspecciónes en el predio del ex CCD La Perla por ahora

Después de una nueva audiencia a puertas cerradas, se concluyó que no se ha arrojado información nueva en la audiencia. Por no existir presición de datos más allá de las imágenes satelitales señaladas en Google Earth, el Tribunal dispuso que no es necesario realizar una audiencia de inspección. Los imputados que tomaron la palabra hoy fueron Barreiro, Manzanelli y Herrera aunque, según integrantes del Tribunal "no hay aportes nuevos y de ninguna naturaleza en la jornada de hoy".
Para ubicar el tercero de los tres lugares, situado camino a Villa Ciudad América, uno de los imputados recorrerá la zona junto a un secretario del tribunal.
Mañana la audiencia se desarrollará en su horario y lugar habituales, desde las 10:00 en el primer piso de Tribunales Federales. Se espera que declaren 4 nuevos testigos, los últimos del año.

 

12:24 Cuarto intermedio

Terminaron los testimonios del día de hoy, pero la audiencia se prolongará porque el imputado Barreiro solicitó ampliar su declaración de la semana pasada. pidió que fuera "en las mismas condiciones de hacerlo sólo entre las partes", es decir, a sala vacía y sin prensa.
El Nabo no quiere terminar el año de audiencias sin concentrar protagonismo en su persona, fiel a su carácter.

 

12:00  La verdad

Antes de finalizar, la testigo habló de la interrelación de los destacamentos de inteligencia a lo largo de todo el país. "Si lo tomamos como cosas aisladas nunca vamos a tener la verdad del relato de los hechos. Por eso es importante para mi declarar”.


 

11:48 Enormes ojos azules

Estando en La Brigada de Lanús pudo compartir cautiverio con Salerno ny guarda de él dulces recuerdos en medio de tanta falta de humanidad: "Solo recuerdo de el sus enormes ojos azules, y que conversamos y nos dimos cuenta q cumplíamos años el mismo día, con una diferencia de 5 años... Estuvimos 4 días, sin siquiera agua. Después de eso se llevaron a un grupo y tiempo después, estando legalizada en Devoto, pude contactarme con una de las compañeras que había estado en ese grupo". Así supo que los detenidos habían sido llevados a Córdoba, a La Perla, y que creía que "El dueño", Enrique Salerno, no resistió a las torturas".
Esa mujer le contó que entre los que los vinieron a buscar había un represor cordobés que viajó con ellos en el avión y estuvo con ellos en La Perla. Dijo que quien los recibió en el Centro Clandestino fue El Nabo Barreiro.

 11:45 Testigo 431: Declara Irma Emma Eloy

“Yo fui secuestrada el 1 de octubre de 1976 en La Plata. Estuve secuestrada en La Plata, en La Cacha, en el Pozo de Quilmes y en el Pozo de Arana. Allí compartí cautiverio con muchos otros, entre los que estaba “El Dueño”. Así se refiere a Mario Enrique Salerno, desaparecido el 5 de octubre de 1976.


11:30 La parte embromada

La testigo se refirió a las dificultades de criar a su hija sola y con el silencio obligado por la impunidad. "Estando embarazada fui a los cuarteles, a la cárcel, a las iglesias. A todos lados donde pude. Por supuesto me sacaban corriendo. Cuando nació mi hija fue lo más terrible. No se podía decir nada, para mi hija fue terrible". El recuerdo la inunda de tristeza y la remueve en el dolor. La voz se le quiebra. "No podía decirle q estaba desaparecido...los primeros años le decía que estaba muerto".
Además, explicó las dificultades de la burocracia para un caso como el suyo. Acreditar su estado civil, carecer de certificado de defunción, escriturar la casa, inscribir a su hija... "Era terrible y aún a 37 años no puedo aclarar ni mi hija ni yo la situación como seres humanos que estamos viviendo en esta sociedad"
"Recien en democracia", recuerda Irma, "comenzamos a decir algo... Mi  hija se enojó con su padre".

 

11:00 Una joyita

Irma Samosiuk cuenta que cuando la patota los sorprendió en su casa y encontraron a "Gabriela Carabelli" se refirieron a ella como "Miren la joyita  que encontramos". Gabriela era muy buscada por su militancia en el Partido Revolucionario de los Trabajadores-ERP, y por esos días estaba preocupada porque su compañero Wenceslao Vera no había regresado a casa.
En la Perla, la testigo escuchó a "La Negra" Carabelli. "Tosía y se ahogaba", dijo en relación a las torturas que Gabriela recibió. Cuando se despidieron, le dijo a la testigo dónde se encontraba su hija Astrid, un secreto que salvó su identidad. "Tiempo después me encontré con la fotografía de Astrid en una pancarta en Plaza San Martín. Su tía la estaba buscando y así pude acercarme a la familia para decirles dónde se encontraba".

Gabriela Carabelli tenía 35 años y era Dra. en Física. Además, militaba en el PRT-ERP


10:45 "Nunca dejé de buscarlo"

La testigo cuenta que pasaron la noche en ese lugar infernal que fue el campo "La Perla" y que al día siguiente la llevaron a despedirse de su marido: "Me besó, me abrazó, me encomendó que me cuidara y tuviera bien a nuestra beba... y me dijo que me iban a matar".
La liberaron todavía vendada y bajo constantes amenazas: "No te hagas la pelotuda o te sacamos el chico con un cuchillo". Desde ese momento, nunca dejó de buscarlo. Tuvo a su hija y formó una nueva pareja con quien tuvo dos hijos más, pero con un pacto: "yo nunca dejaría de buscar a mi marido, y lo sigo haciendo, hasta hoy".
 Luis Rodriguez tenía 25 años. Era estudiante y trabajaba, además era militante de PRT-ERP. Ver su semblanza en la pagina "Desaparecidos en la Argentina"

 

10:35 Testigo 430: Declara Irma Inés Samosiuk

La testigo narra el secuestro desde su casa de Bº Los Plátanos, la madrugada del 2 de abril de 1976.
Cuenta que se encontraba con su marido Luis Cristóbal Rodriguez y que esa noche habían recibido la visita de "la negra", Gabriela Carabelli (su historia fue contada en la audiencia 150).
Irma estaba embarazada de 8 meses cuando la patota irrupió violentamente y los llevaron a la Perla.

 

 10:30 Hoy declaran dos testigos

La primera de ellas, Irma Ines Samosiuk  declara por su secuestro y el de su marido Luis Cristóbal Rodriguez, que aún continúa desaparecido.
La segunda es Nilda Emma Eloy.





Día 199: 18/12

14:31 "Le agradezco al tribunal poder estar declarando frente al tribunal y participar de esta práctica democrática"

Terminó así el testimonio del último testigo del año.
El tribunal anunció que habrá receso hasta el año que viene ya que la inspección realizada por el imputado Herrera acompañado del Secretario del Tribunal en búsqueda del lugar donde habría restos humanos, no arrojó información alguna.
El año que viene se espera que culmine la rueda de testigos y, después de los alegatos de las partes, podamos tener la sentencia antes de los últimos meses de 2015

14:28 Cultura de la impunidad

El testigo salió del recuerdo de su propia historia, saltó del relato de su propio caso y habló de la impunidad que castigó a todo el país durante tanto tiempo.
Sobre el Mundial del 78, dijo "Yo festejé los goles de la Argentina. lo digo con toda la verguenza de tener un hermano desaparecido. Pero esas mujeres valientes lograron aprovechar ese circo para hacer saber al mundo lo que nos estaba pasando"
Además habló del rol de la prensa: "Comunicadores como Mario Pereyra que en la democracia aún trataron de Mi General a los represores, y periodistas que no callaron por miedo sino porque sus medios estaban absolutamente involucrados con la represión". Bustillo

 

14:23 Reconocimiento a Familiares

"Enormes hombres que estaban detras de esas enormes mujeres", así se refirió el testigo al resto de los familiares de desaparecidos que junto a las madres y abuelas se acompañaron en la búsqueda.
"Estabamos expuestos a una angustia terrible de no saber donde estaban. Pero además las amenazas, a mi madre la llamaban por teléfono recondándole que tenía otro hijo, y llamados con información falsa, que confundía y sembraba incertidumbre", el dolor le invade la voz al testigo.

 

14:11 Testigo 435: Declara Gustavo Bustillo

Cuenta que junto a su hermano militaron el la Federación Juvenil Comunista: "El Cordobazo nos encontró militando aún en pantalones cortos".
"Antes del golpe nacional, pero ya en una Córdoba sumida en el terror por el golpe policial del 74, en enero de 1976 sufrimos la persecusión de la policía de la D2. Mi amiga, la que hoy es mujer de mis cuatro hijos, corrió y cayó en el patio de unos vecinos, pero encontraron una camisa con mis documentos. Cuado corrí hasta casa me enteré que se habían llevado a Sergio y a mi padre. Cuando los soltaron, contaron que los policías se reportaban por radio directamente a Menéndez". Fue el primer secuestro de Sergio Bustillo, quien posteriormente el 18 de octubre de 1977 fue desaparecido definitivamente.

 

14:00 Terminó el testimonio de Elena Jorgelina Bustillo

"Ser hija de un desaparecido también significa esto: estar acá rodeada de mucha gente, de compañeros que hace tiempo vienen trabajando para echar un poco de luz sobre la historia y para que se haga justicia. la palabra compañeros se reprodujo y somos cada vez más y estamos juntos... No pudieron matar lo que quisieron matar. Estar acá es una alegría más allá de que es algo difícil de transitar".
Con lágrimas en sus ojos, Elena Jorgelina Bustillo remarcó la importancia de que estos juicios se lleven adelante después de tanto tiempo de silencio.
"Espero de estos juicios que se continúe con la investigación, que se haga justicia, que haya condenas, que las condenas puedan tener en cuenta todo esto: la gravedad de estos crímenes".

 

13:44 Hija

Elena tiene su rostro delgado enmarcado por una melena de cabello largo y oscuro. A veces se toma la cara con sus manos, después, con un ceño fruncido, mientras trata de recordar más detalles, deja que sus ojos vuelen por sobre los presentes, frente a ella el tribunal la observa en silencio respetuoso.
Como otros hijos que declararon en este juicio, ella puede describir con la claridad de la infancia lo que significa la ausencia de un padre desaparecido, y sus consecuencias:
"De chica fantaseas a veces con que te abandonó, otras con que está escondido y va a volver, o que está secuestrado esperando el momento de escaparse... o pensas en todo lo que podría estar pasandole... Yo escuché relatos de otras personas que estaban secuestradas, escuche de chicas cosas sobre la tortura y lo viví terriblemente por ser tan chica: algo fantasioso, fantasmagórico... Fue vivir con una familia afectada por todo esto, vivir con una mamá triste, angustiada, que intentaba darnos lo mejor, pero eso estaba presente. Ella habrá fantaseado con que poniendo más de ella podía suplir esa ausencia... pero mamá es mi mamá, y a mi papá no lo tuve. Soñaba con abrazarlo... pero además de ese dolor, esa angustia, esa intensa tristeza, vivíamos con mucho temor. yo tenía mucho miedo de que vinieran a buscar a mi mamá. Soñaba pesadillas. Algo que no cierra. Hasta el dia de hoy no podemos saber donde está ni qué le pasó (...)".
Contó como sus propios sentimientos fluctuaban tratando de traer algo de calma. Pensando en que no podía extrañar a alguien que nunca había estado con ella... Otras veces se enojó con él, por su imprudencia, por haberse dejado atrapar.. y después se culpaba: cómo enojarse con alguien que dió su vida por un mundo mejor...

 

13:35 Secuestro

"Mi papá desapareció el 18 de octubre de 1977. Se fué a cumplir con sus actividades de militante y no volvió", dijo rotunda Elena Bustillo frente a los jueces. Después habló de los telegramas y los hábeas corpus que poblaron la búsqueda de la familia. Su nombre está entre la lista de militantes del PC desaparecidos por los represores de la última dictadura cívico militar.

 

13;30 Semblanza

"Más allá de su secuestro quiero poder dar cuenta de quién era él. Tengo la necesidad de poder humanizarlo y que no sea un numerito más que suma los 30.000". Elena contó que Sergio era cariñoso y alegre, que era muy querido y le gustaba jugar al basquet.
La testigo habló del daño que implica como hija tener que conocer a su propio padre por los recuerdos de otros: "Ayer discutíamos y mi mamá lo recordaba como un alumno ejemplar, pero mi tío decía que era un desastre en  la escuela. Desde el lugar de hija, es difícil poder armar un padre y construir con él una relación".
 Ramiro Sergio Bustillo

 

13:23 Testigo 434: Declara Elena Jorgelina Bustillo

Viene a declarar por la desaparición de su padre, Ramiro Gustavo Bustillo, nacido en San Rafael Mza. en 1950, militante del Partido Comunista.
"Todo lo que yo pueda decir es la reconstrucción de lo que yo pude armar en estos años, de los cuales son fragmentos porque me cuesta mucho recordar", dijo su hija quien contó que se desempeñaba como aprendiz en la fábrica militar. "En el año 1976 dejó de trabajar porque sabía que había listas negras. El partido le pagaba un sueldo de funcionario para poder sostener a la familia".  Elena tenía dos meses de gestación y un hermano de 11 meses cuando su padre desapareció.

 

12:52 Cuarto intermedio de 10 minutos


12:14 "Cuenten hasta 100"

"La mamá de Rubén tejía en máquina, a la cual cubría con una tela floreada. Yo vi que se llevaban a Rubén con las manos hacia atrás y agarraron esa funda floreada para taparle los ojos como venda. Nos dijeron que contáramos hasta 100 y no salieramos porque nos iban a matar. Y se fueron. Por el terror, nosotros nos quedamos paralizados. Entonces volvieron y dijeron: No los escuchamos contar. Empiecen o no nos vamos...".
Como si volviera a vivirlo, Silvia del Carmen relata con presición la última vez que vieron a Rubén. "Entraron preguntando por el que estudiaba Ciencias Económicas. Rubén formaba parte del Centro de Estudiantes de esa facultad, con la lista Celeste y Blanca".


12:10 Secuestradores

Con su registro de memoria fotográfica, Silvia describe a los miembros de la patota que irrumpieron en la casa profesando amenazas a las mujeres que allí se encontraban. "Uno era alto, pelo corto, vestía vaquero, camisa de cuello polo blanca y zapatillas toper bien blanca... Otro era alto como yo, no más de 1.65. Tenía los miembros superiores más cortos y la antecara del brazo miraba hacia arriba. Tenía bigotes, era el que comandaba la operación..."

12:00 Telegrama

Cuando anunciaron que traían un telegrama, Silvia recuerda que sospecharon. Era tarde para abrir la puerta, e intentaron recibirlo por la ventana. De pronto se encontró siendo apuntada por un hombre de verde que la tenía de rehén y exigía que los dejaran entrer. "El perro se puso loco, la señora lo calmó y cuando amenazaron con matarme les abrió la puerta". Así comenzaron a transitar los peores minutos de sus vidas, lo que duró el tiempo de la patota en su casa. "Me mandaron a buscar agua para la señora, que se sentía mal. Cuando fui a la cocina vi que los dos hermanos estaban tirados en el suelo. Y había una humareda impresionante, por las salchichas que habían quedado al fuego".

 

11:45 Testigo 433 Silvia del Carmen Fonseca

Vino a declarar en el marco del Expediente Vergéz, citada por la fiscalía y la querella de la secretaría de DDHH. Silvia estuvo presente en el secuestro de Ruben Motta el 6 de enero de 1976 cuando se encontraba por casualidad en su casa visitando a la madre de los chicos que era su amiga. "Estaba esperando a mi novio de la secundaria, yo tenía 19 años, eran como las 10 u 11 de la noche".
La testigo recuerda con detalles cada momento: "Llegó el hermano de Rubén, Oscar Motta, que había ido a pasar el dia al campo con amigos. Su mamá puso la sartén y unas salchichas para cocinar para comer. Ruben llegó de trabajar y se estaba bañando. Cuando subió a cambiarse a su habitación en planta alta, escuchamos que golpean la puerta".  La patota se llevaría a Rubén Motta minutos más tarde, vendado y atado además de robar algunas de las pertenencias de la casa.

 

 

11:40 Terminó el testimonio de María Ester Landaburu

"Que se sepa q no fue un enfrentamiento porque los mataron por la espalda y ellos iban desarmados... Me alienta la esperanza que sigamos en este camino para conocer la verdad y llegar a la justicia... Que encontremos a todos los niños siguendo el camino de las abuelas, sin venganza (...) que el horror provocado por el Terrorismo de Estado y conocido por el testimonio de los sobrevivientes no ocurra nunca más. Pido permiso para recordar así a mi hermana y mi cuñado, y a todos los jóvenes a los que les fue arrebatada la vida"...

11:35 Elsa y Osvaldo

Eran estudiantes de medicina en la UNC y se desempeñaban como practicantes en anestesiología en la Maternidad Provincial, donde trabajaron hasta el día de su secuestro Integraban la columna José Savino Navarro, eran compañeros de militancia de Graciela "La Gorda" Doldán, también secuestrada en La Perla y posteriormente desaparecida.



11:30 Secuelas en la Familia

La Dra. María Teresa Sanchez, de la querella de Abuelas de Plaza de Mayo interroga a la testigo sobre cómo continuó la vida de la familia después de estos hechos terribles.
"Alcira Cristina dejó sus estudios. Rosario fue desaparecida estando embarazada y hoy buscamos a mi sobrino junto a las abuelas, que son el  camino para hallar a todos los nietos robados". María Ester está hoy declarando por la memoria de sus familiares, actualmente es Licenciada en Psicología. "Todo esto fue un golpe que no se supera jamás".

 

11:27 Enfrentamiento Fraguado

La testigo explica que el 4 de abril de 1976 salió una publicación en los diarios donde se daba cuenta de un supuesto enfrentamiento. "En realidad no hubo ningún enfrentamiento, con posterioridad pudimos reconstruir todo lo que había pasado".
Los padres de Elsa Alicia Landaburu se sumergieron en una búsqueda incansable. Finalmente, por testimonios de sobrevivientes, pudieron enterarse que el de su hija fue uno de los asesinatos que se cometió contra secuestrados ilegales bajo esta modalidad de enfrentamiento fraguado. Con su testimonio, María Ester hizo un reconocimiento a los aportes de aquellas personas que estuvieron privadas de su libertad junto a Elsa Alicia y brindaron datos a la familia.
Su padre y su tío fueron a reconocer los cuerpos y pudieron ver los impactos de bala que habían recibido por la espalda

11:21 Persecución

La testigo cuenta que pocos días después del Golpe de Estado, aproximadamente el 27 o 28 de marzo de 1976, la casa de las hermanas Landaburu fue allanada por un grupo de gente jóven, armados y vestidos de militar. "Nos preguntaron por la ropa masculina, que pertenecía a mi hermano, que en ese momento estaba en Buenos Aires. Nos preguntaban también por los libros de medicina y buscaban a Osvaldo Lopez, mi cuñado, que no estaba porque se había ido junto a mi hermana". Poco tiempo después recibieron la noticia de que ambos habían sido asesinados.

 

11:15 Testigo 432: María Ester Landaburu

Viene a declarar por la desaparición de su hermana Elsa Alicia Landaburu y su compañero Osvaldo Lopez.
(Fotos)

 

10:51 Sentencia en Bs. As.

Para la tarde de hoy se espera la lectura del fallo en causa El Vesubio II. Una de las víctimas de esta causa es Roberto Cristina, desaparecido en 1978. Su hija María Eleonora, compañera de H.I.J.O.S.  junto a su mamá Ana Molina, viajaron temprano para escucharla. Desde aquí las acompañamos en este nuevo hecho de Justicia.

 

10:42 La última audiencia del año

Hoy declaran los últimos cuatro testigos de 2014 antes de la feria judicial que interrumpirá las audiencias hasta el 4 de febrero del año próximo.
Fuente:DiariodelJuicio  







BARREIRO VOLVIO A DECLARAR EN EL JUICIO POR CRIMENES EN LA PERLA
Las imprecisiones del Nabo
El represor Ernesto Barreiro habló otra vez ante el tribunal, pero no supo precisar dónde estarían las supuestas tumbas clandestinas. Dijo que otro represor lo sabía, pero éste lo contradijo. Un nuevo testimonio señaló a Barreiro como torturador.
Por Marta Platía

Desde Córdoba
Barreiro entregó la semana pasada una lista de desaparecidos y los lugares donde estarían sus cuerpos.
”El Nabo Barreiro fue quien sacó a Mario ‘El Dueño’ Salerno del Pozo de Arana, en La Plata, y quien lo trajo a Córdoba, a La Perla. Fue el Nabo el que estuvo en la cárcel; en el patio; en el Infierno (la Brigada de Lanús); en el traslado en avión y luego en La Perla, donde hay testimonios de compañeros, como Haidée Lampuñani y Teresa Meschiatti, de que a Salerno lo torturaron salvajemente. Tanto, que Haidée pensaba que Mario no había sobrevivido a la tortura. Lo fusilaron en un falso enfrentamiento en noviembre de 1976”, declaró la testigo Nilda Emma Eloy en la audiencia de ayer. “¿Y usted cómo supo que era Barreiro el que se lo llevó?”, le preguntó el presidente del Tribunal, el juez Jaime Díaz Gavier. “Porque Haidée, que sobrevivió, lo nombró todo el tiempo como El Nabo. El los sacó, los trasladó en el avión, los llevó a La Perla. Yo recién este año supe que se llamaba Ernesto. Siempre lo recordé como Nabo, porque así lo llamaban todos.”

Así, el segundo de los testimonios de ayer se sumó a los que reconocieron a Barreiro en su rol de represor y torturador durante la dictadura cívico-militar. Inmediatamente después, Barreiro y su “comisión” de cómplices, los represores Héctor “Palito” Romero, José “Quequeque” Herrera y Luis “Cogote de Violín” Manzanelli pidieron, a través de su abogado defensor, Osvaldo Viola, ampliar su declaración de la semana pasada, en la cual entregaron una lista de 19 desaparecidos y recorrieron los predios de La Perla, junto al Tribunal Oral Federal que los juzga por crímenes de lesa humanidad, para supuestamente señalar los lugares donde se habrían realizado los enterramientos clandestinos.

Pero esta vez el Nabo hizo sapo: ante su imprecisión para señalar unos hornos que, según dijo, “estaban a unos 50, 60 metros” de los hornos de cal de la Ochoa, donde el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) encontró restos humanos el 21 de octubre, los jueces le pidieron que si no era él, dijera quién de la “comisión” podría señalarlos. Barreiro no dudó y aseguró que Manzanelli lo haría. Ya parado ante la pantalla donde se podía ver la zona con Google Earth, tal como los imputados lo habían solicitado, Manzanelli se lavó las manos: “No, yo no puedo decir nada de nada de afuera. Yo sólo estaba adentro de La Perla. Afuera no puedo señalar nada”. El que sí se esforzó en ayudar a su jefe a salir del papelón fue Quequeque Herrera, el represor que oficia cuasi de secretario del Nabo: “Yo lo único que recuerdo es que tenían forma triangular. Que eran tres y no tenían la entrada así, de arco como ésos”, dijo, aludiendo a los hornos donde los antropólogos siguen recogiendo restos día tras día.

Así las cosas, el Tribunal dio por terminada la exposición y los mandó de regreso a la prisión de Bouwer. El juez Díaz Gavier, a la salida, adelantó que no harán “ninguna otra inspección ocular a La Perla hasta que no haya una mayor precisión en lo que señalan”. Informó que “un secretario acompañará al imputado José Herrera a la zona de Villa Ciudad de América, donde ellos insisten estaría enterrada la víctima número 19 de la lista, de la cual todavía no dieron el nombre”.

La querellante Adriana Gentile contó a Página/12 que “ya dijeron que se trataba de un nombre importante, ‘de un pez gordo’, y ahora Barreiro dijo que no dirán todavía quién es ni a los jueces, ‘para no herir susceptibilidades’”. Según trascendió, se trataría “de alguien importante”, algo que, sotto voce, se tradujo en “un sindicalista, un líder obrero” de renombre en Córdoba.

Por su parte, el fiscal Facundo Trotta apuntó que “según el informe que nos entregue el secretario que irá en comisión con el imputado Herrera a reconocer el terreno mañana temprano (por hoy) veremos si de inmediato o en los próximos días hacemos una inspección a la zona de Villa Ciudad de América como Tribunal”. El fiscal resaltó que “para nosotros sigue siendo positivo que quieran seguir hablando, salga lo que salga de esto. Ya en los lugares que señalaron, al menos en La Perla, el EAAF estaba trabajando y hallaron restos; pero lo inédito acá, lo que no hay que perder de vista, es que por primera vez desde que empezaron estos juicios, militares entregan una lista con 19 nombres de personas desaparecidas. Eso hasta el miércoles pasado no había ocurrido nunca”.

El abrazo con Menéndez

Puestos a leer las entrelíneas del abrazo que el ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, el multicondenado Luciano Benjamín Menéndez (de 87 años), le dio la semana pasada a Ernesto “Nabo” Barreiro apenas terminó de entregar la lista a los jueces, dos veteranos funcionarios judiciales que presenciaron la escena y están siguiendo de cerca el juicio coincidieron ante este diario: “¿Un abrazo de oso? Puede ser, pero no está claro, no cierra... Lo que sí está claro es que no se trató de una aceptación de parte del viejo. Menéndez hace tiempo que no está en la cárcel. Tiene prisión domiciliaria hace como un año y medio, así que él ya no decide por el resto, que son los que se bancan estar en Bouwer y todo lo que eso significa. Y ahí manda Barreiro. Cierra más algo así como ‘yo me voy a morir con las botas puestas y no hablo; y ustedes hagan lo que tengan que hacer’. Una especie de vía libre. De traspaso de mando, si se quiere. El Nabo tiene el poder ahora sobre los demás y las estrategias que usen”, argumentaron.

Si dio o no el visto bueno, no se sabe, pero de allí a que concuerde con el resto de la caterva parece existir un abismo de tiempo y perspectivas. Ayer, apenas Barreiro se paró para hablar (“ahora el centro soy yo, como le gusta poner al Página/12”, dijo, ironizando sobre su propia intención), el Cachorro Menéndez se levantó del banquillo y abandonó, lo más rápido que pudo, la sala donde el Nabo se disponía a seguir hablando. Desde los foros castrenses en Internet, no son pocos los militares que, de “traidor” para abajo, (des)calificaron a Barreiro y a sus cómplices. Un Barreiro que, en su afán de figuración, ha dado varias entrevistas y hasta ha llamado él mismo a los diarios desde la cárcel para lograr espacio en los medios. Mientras ante el Tribunal que lo juzga sostiene la lista de 19 desaparecidos, para la tribuna (¿y los candidatos de derecha?) repite la frase que pareció escalar el cénit de su cinismo: “En La Perla no murió nadie”.
Fuente:Pagina12

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