28 de Diciembre de 2014
Opinión
Milani ante los tribunales
Este es el contexto en el que cobran sentido las versiones –múltiples y de fuentes muy diversas– respecto de que Milani ganó espacio por la falta de confianza del Ejecutivo en algunos de esos espías. Bastó que una cámara de TN registrara “de casualidad” (siempre en el espionaje se crean las situaciones que parecen meras coincidencias) a Fernando Pocino en un edificio de viviendas populares de Madres de Plaza de Mayo para que se tejieran rumores sobre la presencia de los servicios de Inteligencia en ese organismo. La determinación de Hebe de Bonafini de acercarse a Milani sirvió para que esas hipótesis se fortalecieran. La entrevista de la propia Hebe a Milani cuando el general estaba acusado por la desaparición de Ledo fue quizás un punto de ruptura, ya que Marcela Brizuela de Ledo fue durante años la referente de Madres en La Rioja. También puede parecer una casualidad que la madre del soldado desaparecido cuyo parte de deserción firmó Milani haya sentido la estocada de ver en Canal 7 a Hebe entrevistando a Milani.
El 19 de diciembre de 2013, siendo jefe de Estado Mayor del Ejército y conservando la Jefatura de Inteligencia, Milani ascendía a teniente general. Así, un año después, el 23 de diciembre de 2014, el poder de la democracia puso en marcha el estrecho camino para saber si el entonces subteniente que actuaba bajo las órdenes del capitán Esteban Sanguinetti es inocente o culpable. Al respecto, cabe acotar que el juez Bejas citó a declarar a Sanguinetti en agosto de 2013 y tras la indagatoria le dictó la prisión preventiva y desde entonces está detenido. La causa penal por la desaparición de Ledo se había abierto en 2007 y contaba con el respaldo de la minuciosa investigación titulada El escuadrón perdido, del capitán José Luis D'Andrea Mohr, que detallaba la maniobra urdida para hacer desaparecer al soldado riojano en un vivac del monte tucumano en junio de 1976. Con las evidencias a la vista, el pedido a indagatoria a Sanguinetti era de 2008, pero los hilos secretos del poder permitieron que Sanguinetti fuera llamado a declarar cinco años después. Una vez que lo detuvieron, era evidente que más tarde o más temprano debía producirse el reciente pedido de indagatoria realizado por el fiscal Brito.
El juez Bejas tiene una larga historia de lidiar con las causas por los crímenes cometidos en Tucumán. No le tembló el pulso para ordenar la detención de los genocidas Luciano Menéndez y Domingo Bussi, cuyas historias de crímenes, retomando a Carlos Fuentes, hicieron bajar los ojos y metieron miedo a decenas o cientos de miles de personas. Ante los reiterados pedidos de Justicia, Bejas dijo en varias oportunidades a Marcela Brizuela de Ledo y a Graciela Ledo, madre y hermana del soldado secuestrado, que no podía avanzar en la causa si no había acusación fiscal. Ahora la hay. Y Bejas puede citar a Milani. Además, durante enero, la feria judicial, está de turno, con lo cual podrá tomar la indagatoria y decidir si lo exime o no de la acusación. Incluso el juez puede cambiar la figura de los delitos si tras tomarle declaración considera que Milani es penalmente responsable. Cabe preguntarse por qué el fiscal Brito acusó ahora a Milani y no lo hizo antes. Algunos buscan la respuesta en las diferencias que este fiscal tiene con Pablo Camuña, un joven que actuó como fiscal subrogante en las causas de Operativo Independencia y Arsenales II y Jefatura II, y que trabajó estrechamente ligado a Jorge Auat, fiscal general para Delitos de Lesa Humanidad, un hombre clave en estos años de lucha contra la impunidad. Brito es opositor al Gobierno, Camuña es cercano al Gobierno. Brito fue receptivo a los familiares de Ledo, Camuña no. Camuña acaba de recibir el acuerdo del Senado para ser fiscal federal. Para la prensa opositora es “un soldado de la procuradora general Alejandra Gils Carbó”. La realidad tiene sus matices: Camuña tuvo la valentía y la capacidad de llevar la acusación en las causas de lesa humanidad más importantes de Tucumán al tiempo que la propia Graciela Ledo afirma que este fiscal no actuó bien en la investigación sobre el secuestro de su hermano. Pequeñas miserias que existen en los espacios de poder que no alcanzan a empañar la política de los tres poderes del Estado en los juicios de lesa humanidad. Ahora, Brito, aunque sea opositor, dio el paso decisivo para que el juez Bejas pueda decidir si llama a Milani a declarar como imputado, al tiempo que Camuña no tendrá nada que ver con esta causa.
Por lejos, lo más importante para saber qué pasó con la causa de Ledo es que su hermana y su madre –con tres abogadas penalistas que las asisten sin cobrar honorarios–, más el apoyo de los ex presos políticos de La Rioja, hicieron todo lo necesario para que la fiscalía sintiera presencia y contara con personas dispuestas a dar testimonio sobre el rol de Milani en la desaparición de Ledo. Marcela y Graciela Ledo no contaron con el apoyo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación ni de los organismos. Sin embargo, el momento llegó. Volviendo a Carlos Fuentes, la madre y la hermana de Ledo sintieron el miedo y la vergüenza de un poder que hizo desaparecer a Alberto cuando hacía el servicio militar. Ahora, esas dos mujeres tienen la vista del tigre –riojano en este caso– que hace bajar los ojos al poderoso, que le hace sentir miedo y seguramente también vergüenza. Se abre un nuevo capítulo en la Argentina: el juez Bejas decidirá cuándo llama a declarar a Milani. Por coincidencia, en la feria judicial de enero, al juez le tocó estar en su despacho, así que es de esperar que sea más temprano que tarde. Aunque un magistrado no debe escuchar otras voces más que la de su conciencia, resonarán en sus oídos las palabras del flamante secretario general de la Presidencia, el también abogado (y contador) Aníbal Fernández, quien dijo en una entrevista radial que si Milani fuera procesado, Cristina seguramente lo daría de baja en el Ejército.
Fuente:MiradasalSur
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