FUGA DE DIVISAS (Primera Parte)
La historia se repite
Por: Eduardo Di Cola*
La
información de más de 4000 cuentas de argentinos ocultadas en el HSBC de
Ginebra y la consecuente iniciativa de
crear una comisión parlamentaria para su investigación, me retrotraen a doce
años atrás cuando a la luz de la debacle del 2001 y como respuesta a una
iniciativa de mi parte, en el seno de la Cámara de Diputados de la Nación se creó
una Comisión Especial Investigadora de la Fuga de Divisas. La comisión comenzó
su funcionamiento en feb/2002 y emitió dictamen en octubre/2003 ( 1).
No
se trata de un mero ejercicio de memoria. Podremos apreciar como la historia se
repite y revela la existencia de un sector importante del empresariado nacional
que estructuralmente fuga capitales del país, en complicidad con parte del
sector bancario que facilita el camino para la salida de los fondos
provenientes de la evasión fiscal y otros ilícitos.
En
el “Informe sobre desarrollo mundial” de julio de 1985 el Banco Mundial
mencionaba: “En los primeros años del decenio de 1980, la fuga de capitales en
gran escala fue un factor que influyó considerablemente en las presiones sobre
la balanza de pago en varios países…”. A su vez en marzo de 1986 en la
publicación denominada “World Financial
Markets” del Morgan Guaranty Trust de
New York decía: “La salida de capitales es un problema serio en muchos países
en vías de desarrollo, puesto que los priva de recursos para el desarrollo económico y porque
simboliza errores de política y
desempeño que contribuyen a agravar los
problemas de la deuda externa”.
Si
hacemos un análisis de lo sucedido en Argentina con relación a la fuga de
divisas nos encontramos que los capitales locales acumulados en el exterior
(stock) en 1970 ascendían a U$S 921 M. En tanto en 1989 ese importe había
crecido a 43.078 M (2). Dentro de las dos décadas mencionadas el período comprendido entre
1975 y 1983 es donde se produce el crecimiento exponencial. De capitales por 3.566
M de dólares acumulados por argentinos en el exterior saltó a 32.214 M. Es el
período que coincide con la interrupción democrática por parte del proceso
militar, que con el argumento que era imprescindible generar las condiciones
para las inversiones contó con el apoyo del empresariado y las grandes
corporaciones económicas de la industria, el campo y las finanzas. No solo no
invirtieron sino que además fueron los protagonistas excluyentes de una
fenomenal fuga de divisas.
Hay
coincidencia generalizada que más del cincuenta por ciento de todos los activos
equivalentes a U$S 33.862 M que tenían los argentinos en el exterior hacia el
año 1986 fueron acumulados entre 1980 y 1983.
Si
tomamos en cuenta el tipo de cambio existente a la época en que desarrollamos
el trabajo de la comisión y nos paramos en ese momento, año 2002, el PBI argentino era menor que el total de
activos externos que tenían los argentinos en el exterior. Esto es, los argentinos
fugaron el equivalente a todas las exportaciones desde 1997 hasta 2001
incluido. O dos veces y media la recaudación del Estado nacional o cinco veces
lo recaudado por privatizaciones desde 1990.
Esto
marca lo pernicioso que resultó para le economía de nuestro país en los
aspectos: impositivo, de financiamiento a la producción, de mayores tasas de
interés e incremento del déficit fiscal con fuerte crecimiento de la deuda
externa, entre otros.
[1] Parte del dictamen fue publicado por la
Editorial Siglo Veintiuno en un trabajo conjunto con FLACSO en el libro
titulado “Fuga de Divisas en la Argentina. Informe Final Comisión Especial de
la Cámara de Diputados 2001”
2) Eduardo
Basualdo y Matías Kulfas (2000): “Fuga de capitales y endeudamiento externo en la
Argentina” en Realidad Económica N° 173
*Ex Diputado Nacional
Presidente Comisión Especial
investigadora de la Fuga de Divisas año
2002
Cámara de Diputados de la
Nación
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