Viernes, 30 de enero de 2015
Un spot y un video con seis historias que no deben perderse
Un spot y un video con seis historias que no deben perderse
- Por Gustavo De Marinis
Desde hace una semana estamos viendo en los canales de televisión mendocinos y también en internet y diarios digitales un spot lanzado por la Dirección de Promoción de Derechos Humanos de la provincia. Dura 53 segundos y hace referencia a la búsqueda de hijos de desaparecidos durante la última dictadura militar y lógicamente, hace hincapié en los relacionados con Mendoza.
Otro video, más extenso, de casi 5 minutos da referencias acerca de los casos de seis mujeres mendocinas que –se sabe– dieron a luz en cautiverio y sus niños o niñas les fueron arrebatados. Ojalá esta campaña ayude. Quizás alguien vea una imagen y se conmueva. Y consulte. Vale la pena repasar los casos que la grabación presenta.
Adriana Irene Bonoldi, conocida como Colo, era maestra de música en la escuela Mayorga, de Luján, militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y tenía 23 años cuando la secuestraron en diciembre de 1976, poco después que a su compañero, Marcelo Carrera, quien trabajaba en YPF. Adriana estaba embarazada y dio a luz en junio de 1977.
María Inés Correa Llano se desempeñaba como instrumentista en el Hospital Central y desarrollaba trabajos sociales en el barrio San Martín con el padre Macuca Llorens. Militaba en el PRT. La secuestraron a los 26 años, embarazada. Su compañero, también desaparecido y del PRT, era Carlos Jacowcyck. Ella tuvo un hijo o hija entre diciembre del ’76 y febrero del ’77.
Gladys Castro estudiaba Diseño Gráfico y pertenecía al Partido Comunista Marxista Leninista junto con su pareja, Walter Domínguez, estudiante de Arquitectura. A Gladys se la llevaron embarazada de 6 meses y alumbró a un niño o niña entre febrero y marzo de 1978.
Lucía Nadín, profesora de Latín y Francés, participaba en Montoneros junto con su compañero, Aldo Quevedo, empleado de una imprenta. Los secuestraron en Buenos Aires y los vieron en dos centros clandestinos de detención. Entre marzo y abril de 1978 nació su hijo o hija.
María del Carmen Moyano hacía trabajo social en la Colonia 20 de Junio y en el barrio San Martín. Con su compañero Carlos Poblete (ingeniero y docente) simpatizaban con Montoneros. Con ella embarazada de 8 meses, los secuestraron en Córdoba. Los llevaron a Buenos Aires y en el Hospital Naval, fue atendida por el militar José Luis Magnaco, María del Carmen dio a luz a una niña en junio de 1977.
Olga Inés Roncelli era profesora de Matemática, Física y Cosmografía. Trabajaba socialmente con el padre Llorens y militaba en Poder Obrero. La secuestraron mientras daba clases en el Magisterio. A mediados de 1978 fue madre.
Como se ve, estudiantes, profesionales, trabajadores... forman parte de esta historia que ha sido plasmada en un spot y en un video. Hay seis muchachos o muchachas (quizás más) de familias mendocinas a quienes se los busca sin cesar para devolverles su identidad.
Natalia Brite, directora del organismo que lleva adelante la campaña, dijo: “Estos materiales serán permanentemente utilizados en charlas, talleres y demás actividades y quedan a disposición de toda persona, institución, organización social y demás interesados en difundir los rostros de las compañeras y compañeros que esperaban un bebé y ese proyecto de familia fue exterminado por el terrorismo de Estado. Apelamos a que se vean esas caras y gestos lo más posible, porque más de un caso ha sido resultado del verse parecido”.
Que así sea.
Otro video, más extenso, de casi 5 minutos da referencias acerca de los casos de seis mujeres mendocinas que –se sabe– dieron a luz en cautiverio y sus niños o niñas les fueron arrebatados. Ojalá esta campaña ayude. Quizás alguien vea una imagen y se conmueva. Y consulte. Vale la pena repasar los casos que la grabación presenta.
Adriana Irene Bonoldi, conocida como Colo, era maestra de música en la escuela Mayorga, de Luján, militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y tenía 23 años cuando la secuestraron en diciembre de 1976, poco después que a su compañero, Marcelo Carrera, quien trabajaba en YPF. Adriana estaba embarazada y dio a luz en junio de 1977.
María Inés Correa Llano se desempeñaba como instrumentista en el Hospital Central y desarrollaba trabajos sociales en el barrio San Martín con el padre Macuca Llorens. Militaba en el PRT. La secuestraron a los 26 años, embarazada. Su compañero, también desaparecido y del PRT, era Carlos Jacowcyck. Ella tuvo un hijo o hija entre diciembre del ’76 y febrero del ’77.
Gladys Castro estudiaba Diseño Gráfico y pertenecía al Partido Comunista Marxista Leninista junto con su pareja, Walter Domínguez, estudiante de Arquitectura. A Gladys se la llevaron embarazada de 6 meses y alumbró a un niño o niña entre febrero y marzo de 1978.
Lucía Nadín, profesora de Latín y Francés, participaba en Montoneros junto con su compañero, Aldo Quevedo, empleado de una imprenta. Los secuestraron en Buenos Aires y los vieron en dos centros clandestinos de detención. Entre marzo y abril de 1978 nació su hijo o hija.
María del Carmen Moyano hacía trabajo social en la Colonia 20 de Junio y en el barrio San Martín. Con su compañero Carlos Poblete (ingeniero y docente) simpatizaban con Montoneros. Con ella embarazada de 8 meses, los secuestraron en Córdoba. Los llevaron a Buenos Aires y en el Hospital Naval, fue atendida por el militar José Luis Magnaco, María del Carmen dio a luz a una niña en junio de 1977.
Olga Inés Roncelli era profesora de Matemática, Física y Cosmografía. Trabajaba socialmente con el padre Llorens y militaba en Poder Obrero. La secuestraron mientras daba clases en el Magisterio. A mediados de 1978 fue madre.
Como se ve, estudiantes, profesionales, trabajadores... forman parte de esta historia que ha sido plasmada en un spot y en un video. Hay seis muchachos o muchachas (quizás más) de familias mendocinas a quienes se los busca sin cesar para devolverles su identidad.
Natalia Brite, directora del organismo que lleva adelante la campaña, dijo: “Estos materiales serán permanentemente utilizados en charlas, talleres y demás actividades y quedan a disposición de toda persona, institución, organización social y demás interesados en difundir los rostros de las compañeras y compañeros que esperaban un bebé y ese proyecto de familia fue exterminado por el terrorismo de Estado. Apelamos a que se vean esas caras y gestos lo más posible, porque más de un caso ha sido resultado del verse parecido”.
Que así sea.
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