AVELLANEDADeclararon ciudadana ilustre de Carmen “Tota” Guede
Declararon ciudadana ilustre de Carmen “Tota” Guede.
La Madre de Plaza de Mayo fue distinguida por el Concejo Deliberante de Avellaneda. Recibió el reconocimiento junto a su familia.
A través de una ordenanza aprobada por unanimidad en una de las últimas sesiones, “Totita” fue declarada “ciudadana ilustre” del partido de Avellaneda.
Se trata de Carmen “Tota” Guede, quien participó en la conformación de Madres de Plaza de Mayo en la década del 70 y hoy se desempeña como presidenta de la Mesa de la Memoria de Avellaneda. La incansable búsqueda de su marido y de su hijo fue su lucha.
En diálogo con Info Región, Guede expresó su “orgullo” por la distinción. “No me la esperaba para nada, siempre me consideré una persona común y corriente que hizo lo que tenía que hacer”, reconoció con humildad.
Historia de una lucha sin fin. Carmen Ramiro nació en la provincia de Mendoza en 1935. En 1956 se instaló en la localidad de Wilde, donde su marido, Dante Guede, vivió “toda su vida”. Dante fue un reconocido investigador del CONICET. Al año siguiente nació el primer hijo de la pareja, Héctor.
El 7 de octubre de 1976 Dante y Héctor fueron secuestrados en la esquina de Las Flores y Bartolomé Mitre, según el único testimonio que llegó a oídos de Tota. Héctor tenía 19 años y era estudiante de la carrera de Ingeniería en la Universidad Nacional de La Plata. En aquel momento, su padre tenía 47.
“Mi lucha comienza desde ese día”, subrayó Guede. “Recorríamos todos los lugares en los que podíamos obtener datos, como hospitales, iglesias, comisarías y cementerios”, detalló.
Al año siguiente Carmen se sumó a Madres de Plaza de Mayo, aunque nunca formó parte del sector más activo de la organización, ya que se vio en la obligación de mantener a sus otros dos hijos, de 14 y 5 años. Tuvo que salir a trabajar dos veces al día mientras intensificaba la búsqueda del paradero de su esposo y de su primogénito. “Fue una lucha incansable”, afirmó.
Durante los primeros años era costurera en un taller local por la mañana, mientras que por la tarde noche formaba parte del personal de limpieza de diversas oficinas de Capital Federal. “Nunca dije que era familiar de desparecidos porque no te daban trabajo”, explicó. “La sociedad estaba creída de que éramos terroristas”, lamentó.
Las décadas pasaron y el lugar que las Madres ocupaban en la sociedad argentina era cada vez más grande. Si bien las expectativas de encontrar a sus familiares eran cada vez más bajas, Carmen nunca se dio por vencida en la búsqueda de Dante y Héctor ni en la militancia.
El trabajo de generar conciencia. En 2004, Tota Guede decidió abandonar la asociación “por cuestiones personales” y se instaló en Quilmes, donde comenzó a realizar actividades junto al Municipio y a dar charlas en escuelas, tareas que constituyeron un reflejo fiel de aquella lucha setentista por encontrar a sus seres amados.
Debido a que era la única integrante de Madres viva de la zona y que “no se hacían muchas cosas”, en 2010 Tota se integró a la Secretaría de Derechos Humanos del Municipio de Avellaneda dirigida por Claudio Yacoy, uno de los impulsores del proyecto por nombrar a la mujer como ciudadana ilustre.
Dos años después de su desembarco en el distrito, Carmen fue nombrada presidenta de la Mesa por la Memoria, la Verdad y la Justicia. “El espacio busca dar lugar al debate, diseño y ejecución de políticas integrales de derechos humanos”, se informa desde el sitio web del Municipio.
“Mi lucha aún continúa, hasta lo que me de la vida. Ya cumplí 80 años, esperó que un poco más me dejen vivir", exclamó, entre risas. Al ser consultada por sus expectativas personales a futuro, sin una gota de egoísmo, Totita respondió: “Me gustaría que la juventud siga militando por los derechos humanos”.
Señalizaciones. Junto a la distinción a la Madre de Plaza de Mayo, el Concejo Deliberante de Avellaneda entregó a familiares de desaparecidas ordenanzas que establecen la designación de sus nombres a distintas calles de la ciudad, con el fin de “revivir la memoria de las víctimas del terrorismo de Estado”.
Los nombres de los detenidos-desaparecidos figurarán en nomencladores de calles y planchetas catastrales ubicadas en diversos puntos del distrito.
Los reconocimientos: Los nombres de Dante y Héctor Guede lleva la esquina de Cotagaita y Belgrano; Gloria Margarita Peralta, la intersección de las calles Aldecóa y Rivero; Juan Marruco, el cruce entre Díaz y Rosetti; Horacio Gendra, la esquina de Martín y Lavalle; Francisco Victor Panna, Ingeniero Huergo y Solis; Osvaldo Horacio Portas, La Carra y Cangallo; Néstor de Vicente y Raquel Mangín, Crisólogo Larralde y Posadas; Carlos Del Río y Margarita Cuello, avenida Mitre y Suárez; Celso Pedro Cruces Padro y Claudio Augusto Levitan Rosa, Salto y Mariano Moreno.
Vale destacar también que en marzo de este año y a 39 años del golpe cívico militar, que dejó 3000 desaparecidos, cientos de nietos apropiados y una herida que sigue abierta, el centro clandestino de detención y exterminio “El Infierno” fue señalizado.
El acto se llevó a cabo en la puerta del edificio. Cientos de militantes, funcionarios y dirigentes políticos y sociales participaron de la ceremonia, en la que se reivindicó la política de Derechos Humanos y la búsqueda de justicia.
Se trata de Carmen “Tota” Guede, quien participó en la conformación de Madres de Plaza de Mayo en la década del 70 y hoy se desempeña como presidenta de la Mesa de la Memoria de Avellaneda. La incansable búsqueda de su marido y de su hijo fue su lucha.
En diálogo con Info Región, Guede expresó su “orgullo” por la distinción. “No me la esperaba para nada, siempre me consideré una persona común y corriente que hizo lo que tenía que hacer”, reconoció con humildad.
Historia de una lucha sin fin. Carmen Ramiro nació en la provincia de Mendoza en 1935. En 1956 se instaló en la localidad de Wilde, donde su marido, Dante Guede, vivió “toda su vida”. Dante fue un reconocido investigador del CONICET. Al año siguiente nació el primer hijo de la pareja, Héctor.
El 7 de octubre de 1976 Dante y Héctor fueron secuestrados en la esquina de Las Flores y Bartolomé Mitre, según el único testimonio que llegó a oídos de Tota. Héctor tenía 19 años y era estudiante de la carrera de Ingeniería en la Universidad Nacional de La Plata. En aquel momento, su padre tenía 47.
“Mi lucha comienza desde ese día”, subrayó Guede. “Recorríamos todos los lugares en los que podíamos obtener datos, como hospitales, iglesias, comisarías y cementerios”, detalló.
Al año siguiente Carmen se sumó a Madres de Plaza de Mayo, aunque nunca formó parte del sector más activo de la organización, ya que se vio en la obligación de mantener a sus otros dos hijos, de 14 y 5 años. Tuvo que salir a trabajar dos veces al día mientras intensificaba la búsqueda del paradero de su esposo y de su primogénito. “Fue una lucha incansable”, afirmó.
Durante los primeros años era costurera en un taller local por la mañana, mientras que por la tarde noche formaba parte del personal de limpieza de diversas oficinas de Capital Federal. “Nunca dije que era familiar de desparecidos porque no te daban trabajo”, explicó. “La sociedad estaba creída de que éramos terroristas”, lamentó.
Las décadas pasaron y el lugar que las Madres ocupaban en la sociedad argentina era cada vez más grande. Si bien las expectativas de encontrar a sus familiares eran cada vez más bajas, Carmen nunca se dio por vencida en la búsqueda de Dante y Héctor ni en la militancia.
El trabajo de generar conciencia. En 2004, Tota Guede decidió abandonar la asociación “por cuestiones personales” y se instaló en Quilmes, donde comenzó a realizar actividades junto al Municipio y a dar charlas en escuelas, tareas que constituyeron un reflejo fiel de aquella lucha setentista por encontrar a sus seres amados.
Debido a que era la única integrante de Madres viva de la zona y que “no se hacían muchas cosas”, en 2010 Tota se integró a la Secretaría de Derechos Humanos del Municipio de Avellaneda dirigida por Claudio Yacoy, uno de los impulsores del proyecto por nombrar a la mujer como ciudadana ilustre.
Dos años después de su desembarco en el distrito, Carmen fue nombrada presidenta de la Mesa por la Memoria, la Verdad y la Justicia. “El espacio busca dar lugar al debate, diseño y ejecución de políticas integrales de derechos humanos”, se informa desde el sitio web del Municipio.
“Mi lucha aún continúa, hasta lo que me de la vida. Ya cumplí 80 años, esperó que un poco más me dejen vivir", exclamó, entre risas. Al ser consultada por sus expectativas personales a futuro, sin una gota de egoísmo, Totita respondió: “Me gustaría que la juventud siga militando por los derechos humanos”.
Señalizaciones. Junto a la distinción a la Madre de Plaza de Mayo, el Concejo Deliberante de Avellaneda entregó a familiares de desaparecidas ordenanzas que establecen la designación de sus nombres a distintas calles de la ciudad, con el fin de “revivir la memoria de las víctimas del terrorismo de Estado”.
Los nombres de los detenidos-desaparecidos figurarán en nomencladores de calles y planchetas catastrales ubicadas en diversos puntos del distrito.
Los reconocimientos: Los nombres de Dante y Héctor Guede lleva la esquina de Cotagaita y Belgrano; Gloria Margarita Peralta, la intersección de las calles Aldecóa y Rivero; Juan Marruco, el cruce entre Díaz y Rosetti; Horacio Gendra, la esquina de Martín y Lavalle; Francisco Victor Panna, Ingeniero Huergo y Solis; Osvaldo Horacio Portas, La Carra y Cangallo; Néstor de Vicente y Raquel Mangín, Crisólogo Larralde y Posadas; Carlos Del Río y Margarita Cuello, avenida Mitre y Suárez; Celso Pedro Cruces Padro y Claudio Augusto Levitan Rosa, Salto y Mariano Moreno.
Vale destacar también que en marzo de este año y a 39 años del golpe cívico militar, que dejó 3000 desaparecidos, cientos de nietos apropiados y una herida que sigue abierta, el centro clandestino de detención y exterminio “El Infierno” fue señalizado.
El acto se llevó a cabo en la puerta del edificio. Cientos de militantes, funcionarios y dirigentes políticos y sociales participaron de la ceremonia, en la que se reivindicó la política de Derechos Humanos y la búsqueda de justicia.
Fuente:InfoRegion
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