29 de agosto de 2015

AMIA: DENUNCIAN A STIUSSO POR ENCUBRIMIENTO.

28-8-2015
INvestigación
En Casa de Gobierno
Denuncian a Stiuso por encubrimiento del atentado a la AMIA

Así lo anunció el titular de la AFI, Oscar Parrilli, quien estuvo acompañado el subdirector general del organismo Juan Martín Mena. El ex agente de inteligencia tiene dos denuncias en su contra. Parrilli informó que la denuncia contra Stiuso "se vení­a preparando desde hace un tiempo y reuniendo elementos y pruebas que acrediten esa actitud de encubrimiento".
Por: Milva Benitez y Cecilia Devanna


El titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Oscar Parrilli, anunció este mediodía que amplió la denuncia el ex director de Operaciones de la ex SIDE, Antonio "Jaime" Stiuso, por encubrimiento del atentado a la AMIA. Fue durante una conferencia de prensa ofrecida en Casa de Gobierno junto al subdirector general del organismo de Inteligencia, Juan Martín Mena. Parrilli informó que la denuncia contra Stiuso "se vení­a preparando desde hace un tiempo y reuniendo elementos y pruebas que acrediten esa actitud de encubrimiento". Y precisó que fue presentada esta mañana en el juzgado federal a cargo de Julián Ercolini, donde estaba radicada una denuncia anterior por la presunta violación de sus deberes como funcionario público y por haber ocultado documentos e información referidos al atentado.

El titular de la AFI también aseguró que “llama poderosamente la atención” que Stiuso “no venga a la Argentina” ni sea “citado a comparecencia por la fuerza pública” en “ninguna de las seis causas penales” que lo involucran. Parrilli enumeró y describió cada una de esas denuncias que se tramitan en los juzgados de Ercolini, Daniel Rafecas, Sebastián Casanello, Luis Rodríguez y Rafael Caputo.

Remarcó el funcionario que esto les llamada poderosamente la atención, sobre todo porque Stiuso está denunciado por “gravísimos delitos” que pueden implicar penas de hasta 10 años de prisión. Anticipó además que la Procuradora del Tesoro, Angelina Abbona, en breve representará al Estado en algunas de estas investigaciones, ya que de comprobarse estos delitos se vería afectado el patrimonio nacional.

Parrili denunció la presencia de “una sintonía de música parecida”, “una suerte de acuerdo o sintonía fina” entre el ex espía, “la Embajada de los Estados Unidos, algunos jueces federales y el diario La Nación” para “evitar que Stiuso sea convocado al país”. Hizo entonces referencia a un editorial publicada esta mañana en el matutino, titulado “El Gobierno, cómplice de Stiuso”, donde se dijo que las cosas se planteaban de forma contraria a como realmente eran.

Stiuso está en Estados Unidos
Parrilli explicó que por datos de la Embajada estadounidense saben que Stiuso está en ese país, al que han requerido información en diversas oportunidades. El primero fue cursado el 30 de julio vía la Cancillería. Después de un mes y medio sin respuesta se realizó una nueva presentación esta vez a través de la embajadora ante los Estados Unidos Cecilia Nahón, que se reunió con la subsecretaria del Departamento de Estado. Recién esta mañana las autoridades argentinas recibieron la confirmación para una audiencia sobre el tema, citada para el próximo miércoles.

En la conferencia Parrilli precisó que buscan información sobre qué hace Stiuso en Estados Unidos, dónde está radicado y en carácter de qué ingresó a ese país, por ejemplo, si tiene visa de turista y por cuánto tiempo.

Sobre el atentado en la AMIA: “intercambio epistolar”
La denuncia por el incumplimiento de los deberes de funcionario público, en la que el titular de la AFI le atribuye el ex jefe de Operaciones la SIDE el ocultamiento de pruebas sobre el atentado se presentó el 7 de abril de 2015. Después fue Mena quien habló sobre la denuncia que se presentó esta mañana y todo lo referente al rol de Stiuso. Según la denuncia, dio domicilios "falsos e inexactos" y ocultó documentación ante la institución de espionaje estatal.

Parrilli señaló que durante los 10 años que el fiscal Alberto Nisman estuvo al frente de la investigación  delegó la investigación en manos del agente Stiuso. La denuncia indica que durante ese tiempo el ex funcionario de la SIDE no informó a las autoridades sobre la investigación. El director de la AFI se refirió a los escritos que le presentaba al fiscal con los supuestos informes de la investigación como un mero “intercambio epistolar”.

“Nunca aparecía un  informe sobre el contenido exacto de la investigación, no hay ningún informe preciso sobre esas supuestas líneas de investigación, ni en la ex SIDE, ni en la Unidad Fiscal AMIA”, completó el funcionario. Esta información fue detectada por los actuales titulares de Inteligencia una vez que la presidenta Cristina Fernández dictó un nuevo decreto de desclasificación vinculado al atentado.

La ampliación de esta denuncia pide que se investigue a Stiuso por “encubrimiento agravado” del atentado, en el que el ex agente actuó de manera “temerariamente negligente”.



29-8-2015
FOTOGRAFIA
A 21 años de la explosión
Un registro fotográfico inédito de la tragedia de la AMIA

La fotógrafa Inés Ulanosky tenía 17 años cuando ocurrió el atentado. Vivía junto a sus papás, Carlos Ulanosky y Marta Merkin, a metros de distancia de la mutual. Con el temblor todavía en el cuerpo, agarró una cámara pocket y comenzó a disparar. Las imágenes de un día cruento para la historia argentina.
Por: Julieta Benedetto


Inés Ulanosky vivía a metros de distancia de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) cuando tuvo lugar el atentado de 1994 a la mutual. Tenía 17 años y el shock le impidió sentir los vidrios en sus pies, al andar. Sin embargo, con las manos temblando, agarró una cámara pocket que había en su casa, metió un rollo blanco y negro y comenzó a disparar. Ese registro inédito da cuenta de la dimensión del horror que se vivió en el corazón de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 21 años atrás. Un documento de la tragedia que, para Inés, tiene un valor particular: “Hoy sería absolutamente normal tener un registro de una situación así, todos con los celulares, no tendría ninguna cosa excepcional. Creo que tienen valor porque fue algo que sucedió hace 21 años, momento en que todavía vivíamos en una época analógica. Con el tiempo, pude rescatar esas fotos. Evidentemente, fue muy bueno haberlo hecho y tener los negativos que guardé y conservé”, cuenta a Infojus Noticias.

Inés hoy, a 21 años de la tragedia.
El 18 de julio de 1994, antes de las 10 de la mañana, en un departamento ubicado en la esquina de Viamonte y Pasteur, algo inquietó a Rita, la gata de Inés, que se metió de forma violenta adentro de su cama y la rasguñó. Inés estaba de vacaciones de invierno, tenía 17 años y cursaba 5to año en el Nacional N°4 Nicolás Avellaneda.
“Estaba durmiendo”, comienza por decir Inés, en un bar cercano a Plaza de Mayo. “La gata me despertó y pude ver que la cortina que tenía frente a mi cama se movía como en una especie de ola, metiéndose adentro de la casa. Logré taparme con el acolchado antes de escuchar el estruendo. Después, tembló todo”, recuerda sobre sobre el instante en que el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) atravesó las paredes de su casa. El edificio donde vivía Inés, junto a sus papás, estaba en la misma cuadra que la mutual, a unos metros de distancia.

Desde la ventana, Inés y sus papás fueron testigos del derrumbe de la AMIA
Cuando la onda expansiva golpeó su hogar, los vidrios de las ventanas volaron como cuchillos. “El acolchado quedó totalmente lleno de vidrios, de cosas y de la cortina que se había empapado por el agua de una pecera que tenía y que también explotó”. Ensordecida, Inés se levantó de la cama y, descalza, caminó por la habitación. También, por el pasillo. “Estaba todo cubierto por una alfombra de vidrios, la adrenalina hizo que no me cortara” dice, y mira por la ventana del bar, la calle empedrada, la claridad de este mediodía, 21 años después de aquella mañana helada.
Inés dormía arriba, en una casa de dos pisos. Al llegar a la escalera, se encontró con sus papás y juntos miraron por una ventana cómo el edificio de la AMIA se derrumbaba. “Enseguida mi papá se dio cuenta que era un atentado terrorista, yo estaba en un estado de shock total, no entendía nada. Él empezó a decir ‘Es la AMIA, es la AMIA, es la AMIA’”, comparte. Los papás de Inés, el periodista Carlos Ulanovsky y la fotógrafa Marta Merkin, se fueron exiliados a México durante la última dictadura militar, donde Inés pasó sus primeros 6 años. Habían vuelto hacía once y vivían a metros de la AMIA desde entonces.

Los vidrios quedaron desparramados por todo el lugar.
Antes del atentado, ¿había guardias en el barrio?
–Sí, desde que había explotado la bomba en la Embajada de Israel, en 1992, había un patrullero estacionado, pero siempre lejos. No daba mucha seguridad, a veces, estaba y, a veces, no. No había sensación de protección, para nada. Una semana antes le había dicho a un amigo, al pasar por ahí, “un día vamos a volar a la mierda”.
Minutos después de la explosión, Inés y su mamá salieron a la calle, miraron los escombros y vieron cosas tremendas. Pero, sobre todo, recuerda “una confusión muy grande de audio, como si todo hubiera adquirido otra dimensión. La gente hablaba mucho, muy alto, a los gritos y no se entendía qué decían”.
Regresó a su casa impresionada. Los vidrios de las ventanas del living estaban clavados como estacas en las paredes opuestas. “Tuvimos suerte de no morir en esa, que sí hubo víctimas así, que al pasar se les clavó un vidrio de esa manera” y agrega un sentencia cierta: “No era nuestro momento”. Inés fue a su habitación, de la pecera rota aún chorreaba agua, estaban los peces en el suelo, los puso dentro de un vasito y, en esa confusión, vio la cámara.

Inés y su mamá salieron a la calle, miraron los escombros, el ruido era tremendo. Volvieron a la casa impresionadas.
¿Cómo fue que decidiste hacer fotos en ese momento?
–No fue una decisión. No era fácil quedarse sin hacer nada. Tuve el impulso de agarrar la cámara y registrar lo impresionante de ese momento. Me acuerdo que temblaba y no podía hacer algo tan simple como meter el rollo en la cámara, hasta que finalmente pude y saqué estas fotos en blanco y negro.
¿Te acordás cómo fue la secuencia de fotos que hiciste?
–Fue un registro sin ningún tipo de plan o idea, fue una necesidad. Lo que hice fue sacar fotos de lo que pasaba, muy nerviosa y muy angustiada. Disparé algunas a mi alrededor, por la ventana y no mucho más.

"Fue un registro sin ningún plan", confesó la fotógrafa.
Inés Ulanovsky estuvo desde chica en contacto con la fotografía. Solía acompañar a su mamá en sus trabajos, donde pasaban horas y horas en cuartos oscuros de agencias de noticias, diarios, revistas. A los 14 años, empezó a hacer cursos y, junto a su madre, armó un laboratorio en esa casa, donde Marta le enseñó a revelar y ampliar. La fotografía pasó de madre a hija como herencia natural: Marta le regaló su equipo fotográfico a Inés.
–¿Las fotos las tomaste con esa cámara?
–No, las sacamos con una pocket que teníamos, porque creo que era la que estaba más a mano o no pude meter el rollo en la Nikon que tenía de ella, y se las pasé a la pocket, un rollo blanco y negro, de 36. Saqué diez fotos, pero se perdieron unas tiritas que presté. Por eso quedaron estas seis.

Rita, la gata de Inés, junto a la pecera, en una foto previa al atentado.
Inés explica que las tuvo que retocar bastante porque “el tiempo arruina las películas, aun si están bien guardadas”. Entre las imágenes registradas se ve también la esquina de Pasteur y Viamonte repleta de gente y la llegada de una ambulancia; y otra donde se ve una grúa y uno de los primeros equipos periodísticos que llegaron al lugar, algo que Inés señala con asombro por la inmediatez con que comenzaron a transmitir desde allí.

En pocos minutos, el lugar se colmó de ambulancias, policías, vecinos, periodistas.
Su casa, vinculada con los medios periodísticos, pasó a ser un lugar de mucho movimiento de prensa, al igual que la casa de enfrente, rememora mientras señala las esquinas dibujadas en el plano que está sobre la mesa del bar. Esos dos edificios fueron estratégicos para la cobertura de los rescates de los días subsiguientes. “Me acuerdo que vimos desde el sexto piso, en vivo, el momento del rescate de un hombre que creo se llamaba Jacobo, que fue quien sobrevivió entre los escombros varios días pero que, al poco tiempo, falleció”.
A partir de entonces, todos los 18 de julio, desde estas mismas ventanas desde donde Inés disparó temblando un par de fotos, muchos fotógrafos y camarógrafos repitieron el gesto, para no olvidar las huellas dejadas por uno de los actos terroristas más cruentos de la historia argentina. A 21 años de ocurrido, la sociedad todavía espera que se haga justicia y se condene a los responsables.
Fuente:Infojus

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