30 de agosto de 2015

CHINA.

La devaluación China en América Latina 
ECONOMIA 
Por Carlos Luppi / Resumen latinoamericano / 24 de Agosto 2015 .- 

Un fantasma recorre el mundo. China sufre sus primeros dolores como superpotencia y los resuelve estimulando y devaluando. Caen los precios de los commodities y las exportaciones de los países emergentes, en particular en América Latina. La situación se agrava por la firma de un TLC con Australia, que vende los mismos productos que Uruguay pero tiene margen de maniobra.

Como recordaba Daniel Barrios la semana pasada en Caras y Caretas, fue Alan Greenspan (titular de la Reserva Federal de Estados Unidos entre 1987 y 2006) quien popularizó la frase “exuberancia irracional de los mercados” para alertar contra las alzas injustificadas en el precio de acciones, que concluían en el estallido de las burbujas financieras. Lo hizo en las vísperas de la crisis de las empresas punto.com, en los inicios del primer gobierno de George W. Bush. Greenspan resolvió con liquidez esa crisis, pero el exceso de recursos llevó a la inversión masiva en inmuebles y a la crisis subprime, que trajo la Gran Recesión 2007-2010.

Ahora, mientras el mundo vive obsesionado con Grecia o con la eventual suba de tasas en Estados Unidos (desaconsejada por el Fondo Monetario Internacional –FMI– y alentada por los mezquinos neoliberales criollos), China (el principal socio comercial de casi todos los países de América Latina, que prometió invertir US$ 250.000 millones en diez años en la región) envía un mensaje de mayor gravedad. Está en problemas y sus soluciones afectarán a los demás.

Con “exuberancia irracional”, hasta la mitad de junio de 2015 la bolsa de Shanghái, la mayor de Oriente, acumuló en doce meses un alza de 150%, a contramano de la evolución de la economía real. Desde entonces empezó a experimentar caídas, que a principios de julio, según el Shanghái Composite Index, sumaban 30%. La prensa europea señaló: “El recalentamiento de muchas acciones tras una larga fase alcista, las señales de desaceleración de la economía china, el elevado endeudamiento de muchos inversores que operan en acciones locales y la volatilidad de los mercados están detrás de las fuertes caídas”.

También se señaló la influencia de los efectos de la transición de una economía orientada durante 30 años a la exportación (que cambió la faz del mundo) hacia otra que aspira a aumentar el consumo interno incluyendo a 800 millones de campesinos que están bajo la línea de pobreza.

En tres semanas, el mercado de capitales chino perdió el equivalente a US$ 3,2 billones. El gobierno aplicó de inmediato inyecciones masivas de liquidez y compra de títulos (John Keynes y Ben Bernanke son referencia permanente, menos en América Latina y en Europa, donde avanza la “austeridad” y se realizan homenajes a Milton Friedman, el exitoso consejero de Augusto Pinochet y Jorge Rafael Videla), pero la contracción persistió y afectó a los demás mercados bursátiles y al precio de las materias primas.

El efecto en los commodities
A fines de julio, la bolsa de Shanghái cayó 8,48% y la de Shenzhen 7,59%. La señal de fragilidad económica de China (nadie habló de colapso) y su condición de primer consumidor de materias primas mundial determinaron una caída promedio de 11% en los precios de commodities como el oro (moderado por el “efecto refugio”), el petróleo, el gas natural, el trigo, el maíz, la soja, el hierro y el cobre, luego de una tendencia alcista que duró una década, según el Bloomberg Commodity Index. Analistas europeos señalaron la paradoja de que el mundo desarrollado entró en la Gran Recesión 2007-2010 con los precios de las materias primas en máximos históricos y sale de ella con los mismos niveles de hace más de una década.

La caída de los precios disminuye los ingresos en países como Argentina, Brasil, Chile, Perú, Venezuela y Uruguay, y afecta incluso a Australia y Nueva Zelanda, a pesar de sus Tratados de Libre Comercio (TLC) con China. Los déficits ya provocaron caídas en monedas como el real brasileño, que acumula una baja de más de 24% ante el dólar, sacudiendo la región con reminiscencias de su devaluación del 13 de enero de 1999. Esto nos llevará seguramente a una nueva “guerra de divisas”, según la feliz definición del ex ministro Guido Mantega, lo que provocaría un efecto dominó internacional.

Paso dos: las devaluaciones del yuan
El 8 de agosto Bloomberg informó que las exportaciones chinas habían caído 8,9% en julio, cifra intolerable para la superpotencia y que ponía en riesgo la meta oficial de crecimiento de 7% –la más baja en 25 años, pero consistente con la “Nueva Normalidad” anunciada por Xi Jinping–. También se supo que las reservas chinas cayeron US$ 315.000 millones (equivalente a 5,6 PIB de Uruguay) entre enero y julio de 2015 y llegaron a US$ 3,7 billones.

Dado que el gobierno ya había dado, el 5 del mismo mes, la señal de inyectar un estímulo de hasta un billón de yuanes en los próximos tres años para financiar proyectos de infraestructura, lo que restaba para recuperar la confianza internacional (en realidad, no despertar el pánico global) era devaluar el yuan. Así se produjeron las apreciaciones del dólar del martes 11 de agosto (1,9%), el miércoles 12 (1,6%) y el jueves 13 (1,11%, con lo que se llegando a una paridad de referencia de 6,401 yuanes por dólar). Esto acumula una caída total del yuan del orden de 4,66%, que podría llegar a 10%, a pesar del anuncio oficial de que el tipo de cambio “llegó a un valor consistente con los fundamentos económicos” y de que “el ajuste está básicamente completo”.

Las medidas fueron saludadas por el FMI, que al parecer teme volver al default del que fue rescatado por el G20 en 2009 y receta instrumentos keynesianos a las grandes potencias. Eso sí, el FMI señaló que las medidas del Banco del Pueblo (Banco Central de China) tienden a llevar al país “bastante cerca de una flotación limpia”, según palabras del jefe de misión, Markus Rodlauer. Se intenta, pues, continuar con la ficción de que en algún país del mundo, en algún momento, fue el mercado el que fijó libremente el tipo de cambio, una de las grandes falacias del pensamiento neoclásico, liberal y neoliberal. Ni el mercado ha sido libre nunca (si ello ocurriera, los grandes agentes económicos privados tomarían el poder de inmediato) ni la flotación limpia puede existir. Pero el FMI y el Banco Mundial mantienen estos inútiles mitos.

La Secretaría del Tesoro de Estados Unidos se expresó extraoficialmente señalando que “aunque es pronto para juzgar las consecuencias completas de la modificación en el tipo de cambio por parte del Banco del Pueblo, China ha indicado que estos cambios son otro paso en su camino hacia un régimen cambiario más determinado por el mercado”.

La devaluación provocó de inmediato una fuerte baja en el precio de los granos en los mercados de futuros. Cayeron la soja, el trigo, el maíz y el sorgo, en tanto que el petróleo Brent cotizó a US$ 44,28 el barril.

Impacto en las exportaciones uruguayas 
Según Uruguay XXI, las exportaciones FOB en el período enero-julio de 2015 cayeron 17,4% con respecto a igual período de 2014 (pasaron de US$ 5.960 millones a US$ 4.923 millones), mientras que las exportaciones de julio se redujeron 24,5%, cayendo de US$ 1.058 millones a US$ 798 millones. La Unión de Exportadores del Uruguay afirmó que la devaluación que llevó al dólar a $ 29 vendedor es insuficiente para compensar las que están sufriendo nuestros principales clientes comerciales, con Brasil a la cabeza.

El problema es que, al haber mantenido el valor de la moneda nacional sobrevaluado durante años –pese a las advertencias de renombrados economistas de izquierda, como Alberto Couriel, Jorge Notaro y José Manuel Quijano, sobre los peligros del atraso cambiario–, ahora el margen para devaluar se ha estrechado al mínimo.

Llevar el valor del dólar a un punto en que el Tipo de Cambio Real (TCR) permita niveles adecuados de exportación (entre $ 34 y $ 37, según CPA/Ferrere) acarrearía un aumento inflacionario difícilmente tolerable, más allá del umbral de 12% que el equipo económico no quiere sobrepasar para no disparar los mecanismos de ajuste salarial que compensen a los trabajadores la pérdida real de poder adquisitivo.

En el caso de China (principal cliente comercial de Uruguay, con 19% del total), el panorama ya se había agravado al 31 de julio, ya que en el período enero-julio de 2015 las exportaciones al país pasaron de US$ 1.109 millones a US$ 937 millones (-15,6%). El panorama se agrava si tomamos en cuenta las exportaciones de la Zona Franca de Nueva Palmira, que van casi todas a dicho país. Estas (que son el tercer cliente, con 9,3% del total) cayeron -33,8%, pasando de US$ 695 millones a US$ 460 millones. Es previsible que la devaluación china acentúe la caída de ventas. Hay que agregar que el 17 de junio China Popular suscribió con Australia un TLC que se suma al que ya tenía con Nueva Zelanda desde el 1º de octubre de 2008. Ambos países de Oceanía exportan los mismos bienes agroindustriales que Uruguay, y en su competencia con los uruguayos en el mercado chino serán mucho más ventajosos.

Cuando esté vigente el TLC, más de 85% de exportaciones de bienes australianos, como productos lácteos, carne de ovino, cerdo, mariscos, cebada, vino y lana, estarán libres de aranceles, lo que elevará gradualmente la cifra a 95%. Según un informe del Instituto Nacional de la Leche (Inale), “el acuerdo negociado por Australia con China ofrece ventajas sobre el de Nueva Zelanda […]. China, por su parte, obtiene importantes ventajas en el sector manufacturero: hasta mil millones de dólares australianos libres de escrutinio de la autoridad competente australiana en inversiones, excepto en el sector agrícola, donde el umbral baja a 15 millones para la compra de tierras y a 53 millones para la compra de agronegocios.

Claramente, Australia ha sacrificado su industria de mediana tecnología a costa de productos primarios y de los sectores de servicios (financieros, educación y salud) y alta tecnología (nuevas manufacturas, biotecnología), a la vez que intenta asegurarse de que el sector primario permanezca mayormente en manos australianas”.

China fue en 2015 nuestro principal importador de soja, carne bovina, lana, despojos cárnicos, cuero, madera, productos lácteos, trigo, pescado y otros commodities, ubicados al tope de nuestras exportaciones. La devaluación china sin duda afectará severamente nuestras ya muy deterioradas exportaciones. También bajarán de precio los aparatos electrónicos y de alta tecnología, como los circuitos integrados, y toda la parafernalia de bienes industriales que China exporta, así como sus servicios turísticos y de otros tipos. Ha mejorado sustancialmente su posición en el mundo, igual que su socio principal, Estados Unidos de América.

Conclusiones preliminares 
China Popular sigue fielmente haciendo lo mismo que Estados Unidos para fortalecer su economía: invertir fuertemente en infraestructura y devaluar su moneda. Es lo que Paul Krugman recordaba que Keynes aconsejaba en caso de desaceleración o crisis económica, y que Estados Unidos ha aplicado rigurosamente desde 1933. Otros, como la Unión Europea, eligen la austeridad prescripta por Angela Merkel (que exporta deflación y provoca recesión en la “Europa no alemana”), restringen inversiones y se niegan a devaluar sus monedas para tener un TCR que permita vender su trabajo al resto del mundo, en lugar de que el resto del mundo los inunde con sus bienes y servicios, empezando por el turismo.
¿Qué medidas se tomarán en Uruguay? 
Pocas veces las cuestiones económicas han sido más claras como en este siglo, que nadie dejará de incluir en los “tiempos interesantes” de que habla la maldición china y que puso como título a sus notables memorias el historiador Eric Hobsbawm.


¿Quién puede beneficiarse de la debacle de la bolsa en China? 
25 ago 2015, Resumen Latinoamericano / RT.-

Mientras que la bolsa en China continúa su caída afectando las economías del resto del mundo, expertos opinan que para algunos países, por ejemplo de América Latina, estos cambios pueden suponer posibles beneficios, dado que la devaluación de las monedas volverá más competitivas sus mercancías.

El lunes, la bolsa de China ha registrado una caída récord de un 8,5 por ciento, siendo la peor jornada bursátil desde 2007.

El descenso, denominado ‘lunes negro’ ha provocado una reacción en cadena en la economía de otros países.

La desaceleración del crecimiento económico de China ha estado afectando al resto del mundo a lo largo de los últimos años, provocando, por ejemplo, la caída de los precios de las materias primas.

Una de las regiones más afectadas por esta tendencia ha sido América Latina. Entre los más perjudicados están el sector petrolero de Venezuela y el sector del cobre de Chile, publica BBC Mundo.

No obstante, los cambios en la economía china han afectado no solo los precios de las materias primas sino también las monedas de la región.

Por ejemplo, el real brasileño ha bajado 1 por ciento, mientras que el peso chileno ha caído a un nivel mínimo de los últimos 12 años.

“Será fundamental ver la capacidad de reacción de cada economía y cómo sustituyen la caída en las materias primas.

Hay países como México que pueden sustituir el mercado chino por el estadounidense y por lo tanto tienen más capacidad de reacción”, señala Kamel Mellahi, especialista en mercados emergentes de la Warwick Business School del Reino Unido.

“Estos países pueden beneficiarse porque la devaluación de sus monedas los hará más competitivos”, ha añadido Mellahi.

Suben las bolsas mundiales tras la decisión de China de rebajar el tipo de interés Las bolsas mundiales experimentan una subida tras la decisión de China de rebajar en 25 puntos básicos el tipo de interés para préstamos y depósitos a un año. Las acciones y bonos europeos han experimentado subidas en las bolsas europeas después de que el gigante asiático recortara los tipos de interés y el coeficiente de reserva exigida a los bancos, informa Reuters.

El índice europeo FTSEurofirst 300 subió un 4,5%, lo que supone el incremento diario más alto desde mayo de 2010. La rentabilidad de los bonos alemanes, punto de referencia para toda la eurozona, aumentó más de 10 puntos básicos hasta el récord de hace dos semanas (0,68 por ciento), mientras que los equivalentes norteamericanos y británicos subieron ocho puntos, alcanzando un 2,08 y un 1,89 por ciento, respectivamente.

El Banco Popular de China recortó los tipos de interés por quinta vez desde noviembre para tratar de estabilizar la situación económica tras el desplome de las bolsas chinas del pasado lunes. A partir del próximo miércoles, 26 de agosto, la tasa de depósitos se situará en un 1,75%, mientras que la de préstamos quedará fijada en un 4,6%.

El analista económico Félix Moreno ha comentado a RT que el mundo “está comenzando a ver la ralentización de la economía mundial y ya no podemos esperar los ritmos de crecimiento que hemos tenido en años anteriores”.

Según el analista “hay que comenzar a prepararse para un escenario más conservador con menores precios de materias primas”.
Envío:ResumenLatnoamericano

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