9 de agosto de 2015

MÉXICO.

#ViolenciaEnMéxico. El páramo frío de la ausencia 
Por Rossana Reguillo Cruz / 06 de Agosto 2015 .- 

Rubén Espinosa era fotoperiodista. Sus colegas y amigos cercanos lo recuerdan como un guerrero de la lente, especializado en movimientos sociales. Tenía miedo, había sido amenazado varias veces: se autoexilió en el Distrito Federal para huir de la muerte. Allí, en la Capital, el lugar que se supone el más seguro de México, donde el narco no llega, lo mataron junto a cuatro mujeres. ¿Por qué impresiona tanto el asesinato de cinco personas en un país que cada día cuenta varios fallecidos? En este ensayo, la antropóloga Rossana Reguillo denuncia la intencionalidad política del caso y piensa la violencia como forma de disciplina hacia los jóvenes que encarnan la mayor oposición al Gobierno mexicano.

Y abrí la boca para que se fuera (mi alma). Y se fue. Sentí cuando cayó en mis manos el hilito de sangre con que estaba amarrada a mi corazón. Pedro Páramo. Juan Rulfo.

Sueño que camino frente a un cerro. Es un paisaje desolado, seco, se escucha el viento. Me detengo y veo 5 relojes tirados. Levanto uno, ninguno tiene manecillas, no marcan nada. El cerro empieza a llorar sangre o así me parece. Despierto llorando. Quiero escribir y no puedo, mis manos están paralizadas frente al teclado, la imposibilidad de la escritura frente al horror, frente a este horror y esta barbarie que llamamos México. Los números nos persiguen: 72 (migrantes asesinados), 28 (cuerpos en una fosa clandestina), más cuerpos en fosas, tantos que hemos perdido la cuenta, aunque nos esforzamos por no olvidar, por nombrar. Las cuentas siguen, 43 estudiantes desaparecidos, cinco personas asesinadas en la Ciudad de México: cuatro mujeres, un hombre. Una imagen: las cámaras de los fotoperiodistas al pie del ataúd de Rubén Espinosa, negras, quietas, apiladas, silenciosas; pienso en los relojes de mi pesadilla, artefactos inertes, mudos.

Nombrar: Rubén Espinosa, 31 años, fotoperiodista. Nadia Vera, activista y gestora cultural, 32 años; Yesenia Quiroz, maquillista, Simone o Nicole, estudiante, 29 o 18 años; años, Alejandra, empleada doméstica, 40 años. ¿Explicar? Imposible. La suma es siniestra, la escena terrible. Las mujeres fueron violadas y torturadas, los cinco fueron rematados con el “tiro de gracia”, calibre 9 milímetros, esos que se supone son de uso exclusivo de las fuerzas armadas. Y una, claro, se pregunta por qué y leo a las mejores plumas de México, a las y los periodistas más valientes y veraces, devastados, sin respuestas, un “por qué” colectivo se atora en la garganta. Pero resulta fundamental no rendirse, no cesar de preguntar, de buscar respuestas, Justicia; hay que hacer visible y audible el problema más grave de México: la impunidad.

El multihomicidio en un departamento de la Colonia Narvarte (de la pretendidamente tranquila y ajena a los circuitos de la violencia) de la Ciudad de México se produce en un momento en el que, según la última encuesta del diario Reforma, la gestión del Presidente Peña Nieto es reprobada por el 64% de los mexicanos. Un país enojado y atemorizado, con indicadores muy precisos del tamaño del colapso nacional. Se produce en un momento en que las fuerzas armadas enfrentan duros cuestionamientos por su actuación en al menos dos casos documentados: las ejecuciones extrajudiciales de Tlatlaya, en junio de 2014 y la masacre de al menos 16 civiles en Apatzingán, el pasado 6 de enero de 2015. Todavía está caliente la noticia de que diversas instancias del gobierno federal y varios gobiernos locales compraron equipo y sofware a la empresa italiana Hacking Team, para espiar a sus ciudadanos. La noticia de la saña, la brutalidad con la que fueron asesinados Nadia, Rubén, Alejandra, Yesenia, Nicole o Simone llega como un golpe en seco. Días antes, el Chapo Guzmán, el narcotraficante, escapó por un túnel inverosímil de una prisión de alta seguridad; mientras el Presidente, su esposa, la actriz Angélica Rivera, alias “la Gaviota” y una comitiva de más de 142 funcionarios entre los que se encontraba el Secretario de Gobernación, Osorio Chong, responsable de la seguridad interior del país y otros 9 secretarios de estado, entre ellos el de la Defensa Nacional y la Marina, volaban rumbo a París. Está de sobra señalar, además de lo que costó a los mexicanos este absurdo viaje, lo peligroso de dejar a un país sin sus mandos más importantes. Parece una broma, pero no lo es. Lo relevante aquí, para calibrar la indignación, el asombro y el miedo que generan los asesinatos de la Ciudad de México es que ha transcurrido casi un mes desde la segunda fuga del Chapo y no hay ningún funcionario que haya sido cesado o despedido por lo que a todas luces es producto de la corrupción y, de nuevo, la impunidad.

Rubén Espinosa era fotoperiodista. Dicen sus colegas y amigos cercanos, que era un guerrero de la lente, especializado en movimientos sociales. Rubén documentó para Proceso y Cuarto Oscuro, manifestaciones, marchas y movilizaciones en Veracruz, ese estado que gobierna uno de los más oscuros priistas del “nuevo PRI”, Javier Duarte. La organización Artículo 19 publicó en julio pasado un reporte con respecto a la libertad de expresión y las agresiones contra periodistas: “Veracruz continúa como una de las regiones más peligrosas para la prensa en el mundo. En 2014, se registraron tres asesinatos, el de los periodistas Moisés Sánchez, Armando Saldaña y Juan Mendoza”.

A nivel nacional dice Artículo 19, “las agresiones contra periodistas en México en el primer semestre de 2015 aumentaron 39.26% respecto de la cifra registrada en el mismo período de 2014. Rubén tenía miedo, fue amenazado varias veces, la última mientras fotografiaba una marcha; ahí de manera directa, le dijeron: “Sigue sacando fotos y te va a pasar lo mismo que a Regina”. Regina Martínez Pérez, la periodista combativa y discreta, corresponsal deProceso, fue asesinada en su casa en Xalapa, Veracruz, en 2012. Caso emblemático del grado de descomposición del país.

Imágenes del Instagram de Rubén Espinosa.

Así que Rubén se autoexilió en el DF, para huir de la muerte, para seguir ejerciendo su labor como fotoperiodista; estaba por incorporarse a Cuarto Oscuro. No pudo concretar el proyecto.

Nadia Vera, era activista, integrante de #YoSoy132, antropóloga social, gestora cultural. También había salido de Veracruz, ese lugar marcado por la violencia de Estado. Amiga cercana de muchas y muchos activistas cercanos, me ha quedado claro el boquete en el estómago y en el alma que la tortura y ejecución de esta joven ha producido en todas y todos ellos. Pero también quedó claro que la muerte de Nadia nos ha calado hondamente; las fotografías de una Nadia sonriente se han convertido en cientos de Nadias en los perfiles de Facebook y Twitter. Esa “niña de azúcar” como escribió su madre, la poeta Mirta Luz Pérez Robledo, en un poema premonitorio“Balada para una niña citadina”:

No te vayas de mí niña de azúcar
A deshacerte entre la piel del llanto
No te vayas de mí pájara libre
Hacia el páramo frío de la ausencia.

Y supongo (hay razones para hacerlo) que Nadia también tenía miedo y no era para menos. El 5 de junio de este año, ocho estudiantes de la Universidad Veracruzana, fueron atacados en un domicilio particular por diez hombres armados. A la voz de “ya los cargó la verga, se van a morir”, fueron golpeados con salvajismo, con palos y machetes. El “incidente”, mandó a siete al hospital, tres de ellos desfigurados para siempre, por los golpes de machete. Las crónicas dicen que a uno de ellos se le desprendió la quijada y a otro más, el pómulo se le salió de la cara. Todo hace suponer que eran policías “disfrazados de civiles” y que el ataque se vincula a una famosa “lista negra” elaborada por el gobierno de Duarte, en la que se enlistan los nombres de aquellas y aquellos activistas o periodistas que resultan “incómodos” para la la administración priista. Se trata de un ataque al más puro estilo paramilitar, ese que busca hacer el mayor daño posible sin matar, con el objetivo de meter miedo, mandar mensajes disciplinantes, desmovilizar. Estos estudiantes, articulados en el Comité Universitario de Lucha, eran compañeros y amigos de Nadia; con ella participaron en diversas manifestaciones, acampadas y protestas. Una por la que fueron reprimidos y encarcelados resultó particularmente similar: en ella mostraron una gran pancarta que decía: “Javier Duarte, te tenemos en la mira. El pueblo no olvida ni perdona”. La propia Nadia había sido golpeada por mujeres policías durante una manifestación: allanaron su casa. Sus amigos dicen que se sentía vigilada y amenazada. Hace alrededor de año y medio, decidió irse a la Ciudad de México. Supuso, al igual que Rubén, que ahí estaría segura.

De las otras mujeres asesinadas, aún se sabe poco, pero ya algunas autoridades y sus corifeos de la prensa oficialista ya se aprestan a fabricar “un falso positivo” que llaman con voz engolosinada y escriben con pluma servil, “la colombiana”. Se trata de Nicole o Simone, a quien supuestamente vinculan con los agresores. La nacionalidad de esta joven, se convierte en la coartada para desviar la línea de investigación contra la libertad de expresión y manifestación. Se habló incluso de una fiesta que duró 16 horas, en las que las víctimas bebieron con sus agresores, versión que fue desmentida por los vecinos del edificio. unnamed

¿Por qué duelen tanto las muertes de Rubén y Nadia? ¿Por qué impresiona de esa manera el asesinato de cinco personas en un país que cuenta muertos por violencia cada día? Nadia y Rubén encarnan y representan lo que ha sido la lucha en este país durante los últimos 10 años, cuando empezó el “tiempo malo”, como se refiere una madre de Ciudad Juárez, al periodo en que arreció la violencia. Ellos dos se parecen mucho a cada una y uno de los jóvenes con los que he conversado, caminado y marchado durante los últimos tiempos. Nadia y Rubén son todos esos miles y miles de jóvenes mexicanos a los que les fue arrebatado un país y un futuro, son los que cargan ataúdes y llevan flores a los velorios, son los que gritan y denuncian los atropellos y llevan la cuenta de los agravios. Duelen porque sus ojos vieron lo que su responsabilidad ética no les permitió callar. Duelen porque nos da miedo, porque en estos días en que observo con atención los muros de Facebook y el Twitter de mis jóvenes amigos activistas, percibo ese desasosiego que produce el terror a ser la próxima, el próximo. El mensaje fue debidamente entregado, no hay duda. En un artículo ya viejo, llamé a los sicarios a los que operan para el narco y a los que operan para los gobiernos: delivery boys. Me ocupa en ese artículo lo que he venido llamando “Violencia disciplinante”, esa que se ejerce sobre los cuerpos como escarmiento para otros. Los asesinos de estas cinco personas, no son ladrones, no son delincuentes comúnes. La intencionalidad política del caso, no puede ponerse en duda.

La ejecución de estas cinco personas impresiona y cala hasta los huesos, no sólo por la brutalidad, sino porque destapa una idea aterradora: no hay lugar en México para estar a salvo. Como los personajes de Rulfo andamos en un “llano en llamas”. –
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Comunicado de la Red de Colectivos Fotográficos Latinoamericanos . 

Foto: Ruben Espinosa. 
Comunicado de la Red de Colectivos Fotográficos Latinoamericanos ante el asesinato del Fotoperiodista Mexicano Rubén Espinosa Becerril, la activista Nadia Vera y Yesenia Quiroz, Nicole y Alejandra.El pasado 31 de julio fueron torturados y asesinados en el Distrito Federal, el fotoperiodista de la agencia AVC Noticias y corresponsal de Cuartoscuro y la revista Proceso, Rubén Espinosa Becerril, además de la activista Nadia Vera, la estudiante Yesenia Quiroz y Simone y Alejandra (nombres aún no confirmados).

Rubén Espinosa, cuyo mayor enfoque era la cobertura de protestas sociales, y quien usaba la fotografía como herramienta de lucha y de denuncia, dejó el estado de Veracruz en junio pasado -tras recibir distintas amenazas por la labor periodística que ejercía- para exiliarse en la Ciudad de México, donde acudió a diversas organizaciones en busca de protección y denuncia del constante acoso a su persona.

Veracruz es uno de los tres estados más peligrosos de México para ejercer la libre expresión.

Con el asesinato de Rubén, son 88 los periodistas asesinados en México desde el año 2000, de esta forma, cada día hay una mayor violencia al periodismo y a la libertad de expresión, así como una total impunidad en todos los casos.

Durante la presidencia de Felipe Calderón (2006-2012) se agredía a un periodista cada 48 horas, en tanto que con el actual presidente Enrique Peña Nieto se agrede a un periodista cada 26 horas según el Informe “Estado de Censura”, elaborado por Artículo 19.

Desde la Red de Colectivos de Fotografía Latinoamericanos nos sumamos a la demanda y exigimos justicia en el esclarecimiento del asesinato del compañero fotoperiodista Rubén Espinosa y de las compañeras Nadia, Yesenia, Nicole y Alejandra; y el cese de violencia en contra de los periodistas en México y América Latina.

Nos pronunciamos así, en favor de la total libertad de expresión y acceso a la información. Ya que este es un caso más, de la impunidad y violencia que existe de manera constante contra los periodistas por parte del estado mexicano.

¡Justicia para Rubén Espinosa! 

¡Justicia para las cuatro mujeres asesinadas junto con él! 

¡Basta de perseguir y asesinar fotoperiodistas!

¿México #CuantxsMas?

Red de Colectivos de Fotografía Latinoamericanos

Caja de Cartón (CHI)

Colectivo Chakana (ARG)

Colectivo En la Vuelta (ARG)

Colectivo Las Niñas (CHI)

Colectivo MaldeojoFoto (PER)

Colectivo Manifiesto (ARG)

Colectivo Nómada (CR)

Colectivo Ruwashaycu (PER)

Colectivx Veinticuatro/tres (ARG)

Coletivo Altavista (BR)

Compromiso Fotografico (ARG)

Crónicas Visuales (ARG)

Dokumental (URU)

Encontraste Colectivo (MEX)

En.fo.ca. (ARG)

Festivales Solidarios (GUA)

La Ceguera Foto (PER)

MAƒIA (ARG)

Mídia NINJA (BR)

MIRA (BR)

NIRU visual (ECU)

NITRO (BR)

Paradocs (ECU)

Prensa Comunitaria (GUA)

RebelArte (URU)

Red de Acciones Fotográficas (ARG)

Red Tz’ikin (GUA)

REMIRAR (BR)

R.U.A. FotoColetivo (BR)

RUIDO Photo (España)

SADO (ARG)

Selva SP (BR)

Somoselmedio (MEX)

Sub.Coop (ARG)

Supay Fotos (PER)

Versus Photo (PER)

Visual Action (ARG)

Coletivo ZÓIO (BR)



“El problema somos nosotros, que estorbamos a Gobierno y narco”, dijo Nadia; la mataron Resumen Latinoamericano / SinEmbargo / 3 de agosto de 2015 –

La antropóloga Nadia Vera Pérez, de 32 años, tenía un diagnóstico preciso de la crisis de violencia e impunidad que sufre Veracruz, el estado donde había estudiado la universidad y donde vivía aunque era originaria de Comitán, Chiapas. “Aquí la mercancía eres tú”, le dijo a los autores del reportaje “Veracruz: la fosa olvidada”, elaborado y estrenado en noviembre de 2014 por la organización de televisión por internet Rompeviento para documentar las desapariciones en aquella entidad.

“A ti te agarran como mujer para la trata, a ti como estudiante para el sicariato. Aquí el problema somos todos nosotros, que les estorbamos tanto al Gobierno como al narco; estamos ante dos frentes de represión, ilegal y la legal. Porque el narco es el que gobierna en este estado. El narco es el que está rigiendo; Los Zetas literalmente son los que tienen todo este estado manipulado, regido; aquí te cobran derecho de piso, aquí te cobran por tener un bar, te cobran por trabajar”, dijo la joven egresada de la Universidad Veracruzana y, hasta su muerte, promotora cultural. 

Su cadáver fue encontrado el pasado viernes 31 de julio junto con los de otras tres mujeres y el del fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril -de 31 años y también residente de Xalapa- en un departamento de la calle Luz Saviñón, en la colonia Narvarte de esta ciudad. Tanto Rubén como Vera se destacaron en Veracruz por sus denuncias públicas sobre la violencia y la impunidad desatada sobre todo a partir de 2010, cuando asume el gobierno del estado Javier Duarte de Ochoa.

“Y también hay que entender el contexto de quién es Javier Duarte de Ochoa: tú dale un poquito de poder a un ignorante, y es lo que sucede. Porque ni siquiera tiene conciencia del costo político de nada. A Regina Martínez la mataron, y no pasó nada. Acaban de matar también a Gregorio Jiménez, otro periodista, y no pasó nada. Llevamos cuántos periodistas asesinados, y no ha pasado nada”, comentó Vera en la entrevista. 

Con chalina al cuello, lentes de sol sobre la cabeza, la antropóloga cuestiona de manera contundente ante la cámara el clima de violencia que, al parecer, terminó alcanzándola a ella y a su amigo Rubén Espinosa en el DF.

“¿Cuántos defensores, activistas, defensores de derechos humanos han sido asesinados, levantados, desaparecidos. O sea, tenemos un nivel de desaparecidos impresionante, pero tiene que ver también con el personaje que tenemos gobernando, y todavía se está levantando el cuello que es el estado más seguro ahorita. Creo que no tiene un poquito de vergüenza”, agregó.

Recientemente, había denunciado la agresión a machetazos registrada el pasado 5 de junio en Xalapa contra ocho estudiantes de la facultad de Humanidades y activistas de la Universidad Veracruzana reunidos en una vivienda de aquella capital y por la cual la comunidad académica responsabilizó al Secretario de Seguridad Pública del estado, Arturo Bermúdez.

“#Xalapa Estudiantes de la UV brutalmente atacados x grupo de choque #FueElEstado #SiTocanAUnoNosTocanATodos”, escribió Vera en su cuenta de Twitter ese día junto a las ligas de las notas que reportaron los hechos.

Este ataque contra los estudiantes fue el detonante de la persecución que empezó a notar el fotógrafo Rubén Espinosa, que también le dio seguimiento a la noticia y que, el 9 de junio, tuvo que dejar Xalapa ante la presencia de personas sospechosas en el exterior de su casa.

De acuerdo con información difundida ayer por el medio veracruzano e-Consulta, Nadia había formado parte también de la Asamblea Estudiantil de Xalapa y, en 2012, participó con el movimiento #YoSoy132 –formado en todo el país para repudiar al hoy Presidente Enrique Peña Nieto -que, ese año, fue víctima de una golpiza por parte de policías estatales en una manifestación.

El medio agrega que Nadia había también realizado trabajo social en el Centro Cultural Casa Magnolia y, a la fecha, se dedicaba de manera profesional a la promoción cultural y, en mayo pasado, dirigió el festival de arte escénico Cuadro x Cuadro.

“Es necesario accionar en este momento, porque nos están aniquilando. Es necesario que nosotros sí hagamos algo”, agregó la antropóloga en la entrevista con Rompeviento.

En su cuenta de Twitter, Nadia tenía una imagen de una pinta en la que se leía:

“En tiempos de crisis mantener la sonrisa es un acto revolucionario”. 

Y, en efecto, en su foto oficial aparece con una gran sonrisa.

LA VERSIÓN DEL GDF EN DUDA 
Rafael Rodríguez Castañeda, director del semanario Proceso, dijo que es preocupante que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) haya dicho que el fotoperiodista Rubén Espinosa arribó a la capital en busca de oportunidades, aún cuando hay diversos testimonios que han dicho que dejó el estado de Veracruz porque temía por su seguridad.

“Yo creo que la investigación debe radicar inicialmente en la ciudad de Xalapa donde salió huyendo Rubén”, comentó el director de la revista en la que colaboraba Espinosa al periodista Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula.

Rodríguez Castañeda dijo que más que especular, hay que exigir resultados a las autoridades. Indicó que es necesario que la Procuraduría General de la República (PGR) participe en las investigaciones.

En el mismo espacio, Pedro Valtierra, director de la agencia fotográfica Cuartoscuro, dijo que Rubén “venía muy asustado” de Veracruz. “El comento que venía muy mesurado, me dijo que en verdad tenía miedo”.

Valtierra recordó que Rubén le comentó en varias ocasiones a sus compañeros que aún en la capital lo venían persiguiendo. “Qué es lo que pasó para que le hicieran tanta saña a un joven”.

El día de ayer, en conferencia de prensa, el Procurador de Justicia del DF, Rodolfo Ríos Garza aseguró que Rubén “tenía dos meses en el Distrito Federal donde buscaba nuevas oportunidades de trabajo”.

De acuerdo con la Procuraduría General de Justicia, los cuerpos de Rubén, Nadia y otras tres mujeres fueron encontrados en las recámaras y uno más en el baño. Cada uno, dijo el Procurador Rodolfo Ríos, presentaba una herida de bala en la cabeza, de arma calibre 9 milímetros, “así como algunas escoriaciones en diversas partes, presuntamente originadas por el forcejeo previo al sometimiento al que fueron expuestas”.

Fuentes consultadas por este medio agregan que los cadáveres presentaban señales de haber sido torturados de manera prolongada. En los alrededores, sin embargo, ningún vecino reportó haber escuchado los disparos. La mayoría se mostró renuente a dar información y, entre los habitantes del edificio, al parecer, los agentes ministeriales dieron la orden de que no se concedieran entrevistas.

Espinosa, de acuerdo con los relatos de sus amigos, había considerado volver a Veracruz, sobre todo por la falta de ingresos fijos. En DF, además, empezó a notar que incluso aquí estaba siendo perseguido.

“Me comentó que en una entrevista que le estaban haciendo en un café, llegó un hombre y de pronto le dijo: ‘tú eres el reportero de Veracruz que está perseguido”, narró a este medio una defensora de periodistas en el exilio.

Pese a las circunstancias, Espinosa habría tomado en sus últimas horas la decisión de quedarse en la Ciudad de México y, en esta semana, confirmaría su ingreso de planta a la agencia Cuartoscuro. “Hablé con él como a las 11:30, el jueves, le contesté y me dijo que se iba a quedar”, dijo a SinEmbargo Moisés Pablo Nava, editor de la citada agencia.

“La idea era reunirnos el martes, para concretar su entrada”, agregó el periodista.

Esa noche del jueves 30, Espinosa se encontraba en una reunión en el departamento 401 del edificio ubicado sobre Luz Saviñón y decidió quedarse, le dijo a sus amigos y colegas, para evitarse el traslado hasta Santa Fe, a casi una hora de distancia de la colonia Narvarte, donde visitaba, creen sus amigos, sobre todo a la activista y productora cultural Nadia Vera.


MÉXICO: 
Exigen justicia en el Ángel por homicidio de Rubén Espinosa y 4 mujeres 
Resumen Latinoamericano / Proceso / 2 de agosto de 2015 – 

Con la exigencia de que se aclare el asesinato del fotorreportero Rubén Espinosa y cuatro mujeres, entre ellas las jóvenes ya identificadas Nadia Vera y Yesenia Quiroz Alfaro, cientos de periodistas, familiares, amigos y ciudadanía realizaron este domingo un mitin en el Ángel de la Independencia y una manifestación frente a la representación del gobierno de Veracruz, donde colgaron un moño negro e imágenes del periodista ejecutado.

Los manifestantes demandaron la renuncia y el juicio al gobernador de Veracruz, Javier Duarte, a quien responsabilizan de la muerte del fotógrafo que colaboraba con la revista Proceso y la agencia Cuartoscuro, quien desde el pasado 9 de junio había salido de esa entidad y se había refugiado en la Ciudad de México buscando un lugar seguro.

En un comunicado firmado por una docena de reporteros y fotógrafos veracruzanos que viajaron desde Xalapa para encabezar la protesta, exigieron a las autoridades del Gobierno del Distrito Federal centrar sus investigaciones en la labor periodística de Rubén Espinoza, quien había fotografiado la reciente golpiza a estudiantes de esa entidad y era uno de los principales promotores de que se detuviera la violencia en contra de reporteros en Veracruz.




Durante el mitin en el Ángel, los periodistas señalaron como responsable directo de la muerte de Rubén Espinosa al gobernador Duarte porque durante su administración han sido asesinados 11 reporteros y fotógrafos, incluido este último.

Una de las hermanas del fotógrafo ejecutado demandó justicia y dijo que Rubén siempre estuvo a favor de la verdad y que por eso unos “cobardes” lo asesinaron.

Luego del mitin, cerca de mil personas marcharon a la sede de la representación del gobierno de Veracruz donde una vez más exigieron la renuncia y el juicio al gobernador Javier Duarte.

A pesar de una intensa lluvia los periodistas, amigos, familiares y representantes de organizaciones de derechos humanos y defensores de la libertad de expresión se mantuvieron por más de una hora frente a la sede veracruzana que se encontraba vacía. En las rejas colocaron mensajes de “asesino”, “justicia” y colgaron fotografías con la imagen del fotógrafo.

Rubén Espinosa era originario del Distrito Federal pero con ocho años radicando en Veracruz. Había dejado ese estado desde el pasado 9 de junio luego de que detectó que era perseguido por personas armadas y que le advirtieron que le pasaría lo mismo que la reportera Regina Martínez, asesinada en abril de 2012.

El fotorreportero era uno de los principales promotores de que se investigara el asesinato de Regina Martínez e incluso junto con otros periodistas de Xalapa colocó una placa en la Plaza Sebastián Lerdo de Tejada frente a Palacio de Gobierno, la cual fue retirada precisamente cuando se autoexilió en la Ciudad de México donde vivían sus familiares.




En una de sus visitas a la revista Proceso, Rubén comentó a varios de sus compañeros que se quedaría en la casa de algunos amigos y conocidos para no exponer a ningún peligro a su familia. Dijo que se sentía perseguido hasta en su estancia en el Distrito Federal porque apenas había llegado y unos sujetos se le acercaron en una cafetería y lo identificaron diciéndole: “Tú eres el fotógrafo que salió huyendo de Veracruz”, cuando nadie más que sus conocidos sabían de su autoexilio.

En varias entrevistas publicadas a su llegada al Distrito Federal, acusó al gobierno de Javier Duarte de ser el principal responsable de las amenazas de muerte y la persecución que tenía incluso en la capital del país.

Hasta ahora las autoridades capitalinas sólo han reconocido a Nadia Vera y a Yesenia Quiroz como dos de las cuatro las víctimas encontradas junto con Rubén Espinosa.

Nadia Vera era originaria de Chiapas y se dedicaba a la producción de programas para las redes sociales, residía en Xalapa y era integrante de la Asamblea Estudiantil de Xalapa y del movimiento #YoSoy132 . Fue una de las estudiantes golpeadas por policías de la Secretaría de Seguridad Pública, durante el desfile del 20 de noviembre del 2012, por protestar contra las elecciones presidenciales. De Yesenia Quiroz Alfaro sólo se tiene la información de que era maquillista y era originaria de Mexicali, Baja California.

Al cabo de los eventos activistas sociales, defensores de derechos y reporteros nacionales y algunos extranjeros que trabajan de manera independiente manifestaron su temor de ser víctimas de ataques y amenazas de muerte. “Nos sentimos más vulnerables ahora”.

En un comunicado firmado por #FotoReporterosMX, manifiestan que por razones de seguridad familiares y amigos de Rubén Espinosa no darán entrevistas a los medios de comunicación.

Los restos del fotógrafo son velados en una funeraria al sur de la Ciudad de México.


MÉXICO: 
Encuentran asesinado a fotoperiodista de Veracruz junto con otras cuatro personas en el DF
Resumen Latinoamericano / SinEmbargo / 01 de agosto de 2015 – Ciudad de México. (SinEmbargo).– 

El fotógrafo mexicano, Rubén Espinosa Becerril, corresponsal de Cuartoscuro y de la revista Proceso fue encontrado hoy asesinado junto con otras cuatro personas en al colonia Narvarte, en la capital del país, confirmó un familiar a la organización internacional Articulo 19.

El cadáver de Espinosa fue identificado esta tarde en las instalaciones del Servicio Médico Forense por una de sus hermanas. Tenía un golpe en la cara, además de dos impactos de bala.

El fotoperiodista estaba en condiciones de exilio en la Ciudad de México, porque se sentía bajo amenaza en el estado de Veracruz. En una reciente entrevista con SinEmbargo, acusó directamente al Gobernador Javier Duarte de Ochoa de haber convertido esa entidad en un camposanto.

La organización Artículo 19 informó esta tarde que el fotoperiodista estaba desaparecidodesde hacía 24 horas, por lo que se dio formal aviso a las autoridades para que pusieran en marcha los protocolos de localización.

De acuerdo con la organización, ni familiares ni amigos conocían el paradero del fotoperiodista, la única información que tenían es que se dirigía a su casa cuando desapareció.

Desde hace un mes Rubén Espinosa Becerril vivía en el Distrito Federal, en un autoexilio de Veracruz, obligado por las amenazas de las que fue víctima. El joven salió huyendo el 9 de junio pasado, luego de protagonizar varios episodios de acoso.

El reportero gráfico era originario de la Ciudad de México, pero desde hace ocho años radicaba en Veracruz. En esa entidad dejó su trabajo, sus corresponsalías, amigos, su casa y hasta su perro por el miedo a ser asesinado como los 12 periodistas que ya fueron ejecutados durante la administración del Gobernador priista Javier Duarte de Ochoa. 

DUARTE Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN 
El pasado 1 de julio, en entrevista con SinEmbargo, Rubén platicó sobre el estado que guardan la prensa y de la libertad de expresión en Veracruz; el modus operandi del gobierno de Duarte de Ochoa para mantener sometidos a los medios de comunicación y la vida que deben llevar los reporteros y fotógrafos que no quieren recibir dinero a cambio de su silencio.

La anarquía es tal, dijo, que todos la están pasando mal menos la corrupción, en un Veracruz que la muerte escogió para vivir en brazos de un gobierno admirador del ex dictador español Francisco Franco.

En el cuarto año de Gobierno de Javier Duarte de Ochoa, la administración priista carga con la siguiente lápida: 12 asesinatos de reporteros (la mayoría de estos casos están sin resolver), tres reporteros desaparecidos en la entidad, una decena de exiliados por amenazas veladas de grupos delincuenciales y varios reporteros intimidados, golpeados u hostigados de forma anónima por ejercer el oficio.

En diversas entrevistas, Jorge Morales Vázquez, integrante de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas (CEAPP) ha asegurado que las garantías para el gremio cada vez se ven más vulneradas y el libre ejercicio de la profesión se vuelve más frágil, peor aún, apunta, el grado de corrupción y de no investigación de los Ministerios Públicos y de los cuerpos policíacos es cada vez más evidente.

De acuerdo con la organización Artículo 19, en 2014 Veracruz se ubicó, con 41 casos, entre las cinco entidades federativas con el mayor número de agresiones a periodistas. En el cuarto año de Gobierno de Javier Duarte de Ochoa, 12 reporteros han sido asesinados (la mayoría de estos casos están irresueltos), tres reporteros están desaparecidos en la entidad, una decena exiliados por amenazas veladas de grupos delincuenciales y varios reporteros intimidados, golpeados u hostigados de forma anónima por ejercer el oficio.


Masiva jornada en defensa de la salud pública 
Por Carolina Gomez Mena; Rubicela Morelos y Alfredo Valadez, corresponsales / Resumen Latinoamericano / La Jornada / 31 de julio de 2015 – 

Al grito de “derechohabiente, escucha, tu salud es nuestra lucha” y “rechazo total al seguro universal”, miles de trabajadores activos, jubilados y pensionados de diversas instituciones realizaron una jornada en defensa de la salud pública y en contra de su eventual privatización.

Durante la jornada se movilizaron empleados de los institutos Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), de la Secretaría de Salud (Ssa), de servicios médicos de Pemex, del DIF y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

La jornada ha durado más de 12 horas.

Las movilizaciones incluyeron una marcha hacia las instalaciones centrales del IMSS, ubicadas en Paseo de la Reforma, frente a las cuales se instalaron en plantón y realizaron un mitin, y protestas ante otras sedes del sistema de salubridad.

Los inconformes aseguraron que el gobierno de Enrique Peña Nieto pretende llevar a cabo una nueva reforma estructural a través de la cual “privatizará” los servicios de salud pública.
Subrayaron que no permitirán que se modifique el artículo 4o constitucional, pues dijeron que sería entregar la salud pública a la iniciativa privada, con lo cual los más afectados no sólo serán los trabajadores del sector, sino también los millones de derechohabientes de los institutos públicos y los usuarios de la Secretaría de Salud.

En el mitin, los trabajadores, principalmente del IMSS, han expresado que no permitirán que se “privatice” la salud pública pues si se deja pasar esta nueva reforma, millones de mexicanos serán afectados en uno de sus derechos fundamentales: “el acceso a la salud”. 

Más de una veintena de oradores han denunciado que la universalización del sistema sanitario no es más que una forma “disfrazada” de entregar a la iniciativa privada, particularmente a las aseguradoras, los servicios de salud públicos.

En la protesta se demandaron más recursos para las instituciones de salud pública, término del desabasto de medicinas, de la carencia de insumos y falta de personal.

Los manifestantes cerraron la lateral de Reforma y marcharon hacia la Secretaría de Salud y posteriormente a las instalaciones del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, situado en la colonia Roma, para exigir la destitución del secretario general de ese gremio, Manuel Vallejo Barragan, y de su comité ejecutivo por “ser cómplice del desmantelamiento del Contrato Colectivo de Trabajo”.

En Cuernavaca, integrantes de la organización Gustavo Salgado Delgado marcharon y protestaron frente a la clínica 20 del IMSS y frente de la delegación del ISSSTE.

Los manifestantes, en su mayoría personas de la tercera edad, salieron en marcha después de las 18:00 horas de la avenida del punto conocido como El Vergel y siguieron por la avenida Plan de Ayala.

“Nuestra movilización es para solidarizarnos con los médicos y enfermeras del país a quienes, con la privatización de este sector, les quieren quitar sus derechos laborales”, dijo el vocero de la organización, Gabriel Rivas Ríos.

En la ciudad de Zacatecas, unos trescientos trabajadores del IMSS arropados por integrantes de la CNTE, marcharon por las principales calles del centro histórico, para protestar por la reforma al contrato colectivo de trabajo y lo que consideran es el inicio de la privatización del Seguro Social.

Primero los trabajadores, jubilados y pensionados del IMSS protestaron afuera de la delegación del instituto en el fraccionamiento Gavilanes, en el municipio de Guadalupe, conurbado a la capital. Ahí colocaron pancartas de protesta y durante casi una hora se manifestaron.

Luego el mismo grupo se dirigió a la antigua máquina del ferrocarril 30-30, del monumento a la batalla Toma de Zacatecas, donde se les sumaron decenas de integrantes de la CNTE. Desde ahí todos marcharon por el centro histórico, hasta concluir en la explanada del congreso del estado, donde realizaron un mitin.

Ahí Ramiro Oliva Martínez, un trabajador del IMSS, reprochó que el gobierno federal pretenda despojarlos del contrato colectivo de trabajo, con las recientes reformas a la Ley del Seguro y al reglamento administrativo de la institución.

Todo, aseguró, con el propósito final de privatizar los servicios médicos del IMSS.

Con esta reforma señaló, el gobierno y la dirección general del IMSS pretenden retirar un importante número de medicamentos del cuadro básico, lo que incluye dejar fuera del alcance de los derechohabientes los tratamientos contra enfermedades crónico degenerativas.
Envío:ResumenLatinoamericano

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