El acuerdo en Burkina Faso recoge las demandas de los golpistas
Por Susana Moliner Delgado /Resumen Latinoamericano/ 22/09/15 ·
El documento propuesto por la CEDEAO para una salida de la crisis ha sido denunciado por dar la espalda a la ciudadanía.
Tras el golpe de Estado del general Diendéré, cercano al dictador Compaoré destituido en noviembre del año pasado, que tuvo lugar el 16 de septiembre, la Comunidad Económica de África Occidental (CEDEAO) ha enviado a Burkina Faso a los presidentes Macky Sall, de Senegal, y Yayi Boni, de Benin, para realizar labores de mediación
Las negociaciones comenzaron el 19 de septiembre y esa misma noche fue anunciado un acuerdo. El documento firmado por los dirigentes africanos incorpora los principales reclamos de los golpistas y de los partidarios de Blaise Compaoré. Este acuerdo, aseguran los firmantes, da respuesta a un país profundamente dividido entre dos bandos que compiten por el poder en una lucha fratricida.
El movimiento ciudadano Le Balai Citoyen ha desmentido dicha idea de país dividido. Además, ha asegurado de que se trata de una ofensiva mediática para vender a la comunidad internacional la necesidad del antiguo régimen y obligar al país, de este modo, a aceptar el acuerdo. Para dicho colectivo, esta propuesta da la espalda a todo lo que el pueblo de Burkina Faso ha construido desde que en octubre del pasado año lograra volcar 27 años del régimen dictatorial del Blaise Compaoré.
Esta mañana, la capital del país ha despertado con la liberación del primer ministro de la transición Isaac Zida, hasta ahora en manos de los golpistas. Asimismo, los soldados del ejército de Burkina Faso, que apoyan al gobierno destituido, han planteando un ultimátum a los golpistas para abandonar el poder.
Según las imágenes difundidas en Facebook, parece que muchas de las ciudades de provincia han escapado al control de los golpistas. En Uagadugú el RSP controla aún una parte de la ciudad. Varias manifestaciones han sido convocadas por Balai Citoyen. Los sindicatos, muy representativos y combativos en Burkina han lanzado una huelga general. Los próximos días serán decisivos para una salida de la crisis protagonizada por la ciudadanía.
Comunicado de Balai Citoyen
La perversa película que se desarrolla ante nuestros ojos en Burkina
Yayi Boni (Presidente de Benín) nos ha anunciado una buena noticia. Y aquí esta, fea y cruel. La CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) acaba de proponer un vergonzoso acuerdo para salir de una crisis, que no existe. No hay protagonistas. Solo hay agresores, terroristas frente a la población civil que es masacrada y que resiste.
El pueblo de Burkina está a punto de ser castigado por haber desafiado el orden establecido. Los productores de esta serie de ficción son la CEDEAO, mafioso sindicato de jefes de Estado africanos e intereses franceses que apoyan el secuestro del pueblo realizado por la RSP (Regimiento de Seguridad Presidencial). Un secuestro realizado a las órdenes del general que fue condecorado con la Legión de Honor por Sarkozy en 2008. Para ellos, el Burkina de la impunidad y la corrupción generalizada debe renacer sobre las cenizas del país de los hombres íntegros, del Burkina de Sankara.
Macky Sall y Yayi Boni deber haber regresado a sus casas contentos. La misión de distracción había sido cumplida, mientras nuestro presidente y su primer ministro siguen en manos de los secuestradores. En el acuerdo la RSP continua y ni siquiera se ha propuesto de ponerla bajo la orden directa del Estado Mayor de los Ejércitos.
Macky Sall et Yayi Boni no han dicho nada sobre los muertos que se amontonan en la morge ni sobre las decenas de ciudadanos gravemente heridos amontonados en los pasillos del hospital Yalgadoo.
El Général golpista Diendéré representa bien su papel, exige y obtiene una redistribución de las cartas: la impunidad total y la restauración del sistema abatido.
Todo esto, sobrepasa al pequeño soldado y torturador de la RSP. Ellos no son más que un peón en este juego donde los maestros en la sombra tienen planificado desde hace tiempo el funcionamiento y formato de nuestros estados africanos.
Si no nos ponemos en guardia muchos de nuestros ciudadanos van a terminar aceptando el nuevo acuerdo como un mal menor, sin darse cuenta de lo que supone como vuelta al régimen derogado por la insurrección popular.
En breve los líderes religiosos y tradicionales manipulados por Blaise Compaoré se atreverán a pedirnos que los perdonemos, el bla,bla,bla de “En nombre de Dios, de la Paz …….”, olvidando que esos terroristas dispararon en casa de Mogho Naba (jefes tradicionales) y martirizaron a los resistentes del Hotel Laico bajo la mirada cómplice del cuerpo diplomático.
En realidad no se trata solo de que se larguen Diendéré y su RSP, que no son más que peones al servicio de una organización transfronteriza globalizada y sofisticada, sino destruir la secta mafiososa que quiere acaparar los aparatos de nuestros Estados.
Por esta razón es necesario poner fin a esta perversa película producida por la CEDEAO que tiene como director a Macky Sall, Yayi Boni y a otros actores y figurantes, con sus Bubús bordados y sus trajes de chaqueta caros.
No debemos ser figurantes ni peones, nosotros debemos anticipar los golpes con antelación. Debemos cavar la tumba del imperialismo.
Adelante con la resistencia.
Balai Citoyen
Burkina Faso: dislocación de la mafia o reinvención del interés común
Un análisis de la crisis en Burkina Faso y del desafío de las sociedades africanas para reinventar sus instituciones.
JL Sagot-Duvauroux
,
Dramaturgo y escritor
18/09/15 ·
Concentración de los integrantes del moviemiento ciudadano Balai Citoyen en la plaza de la Revolución en Uagadugú / BALAI CITOYEN
El golpe de Estado del cuerpo de seguridad presidencial en Burkina Faso, en la madrugada del 17 de septiembre, ilumina la bifurcación histórica en la que se posicionan la mayor parte de las sociedades africanas: la dislocación en grupos mafiosos o la posibilidad deinventar instituciones creíbles, que respondan al interés de sus ciudadanos.
Por su pureza, eficacia y, sobre todo por el desafío que marcó, la revolución ciudadana de Burkina Faso de octubre de 2014 fue un paso crucial en la construcción de instituciones representativas de la ciudadanía.
Hoy su ex-presidente Blaise Compaoré obliga a sus ciudadanos obediencia a una Constitución para permanecer a pesar de ella.
Los estados y gobiernos salidos de la noche colonial son un corta y pega de instituciones nacidas en otro lugar, inauguradas bajo dominación extranjera.
Estos estados en los que nadie cree, ni sus agentes, ni sus administradores, ni sus mismos ciudadanos, son resultado directo de los intereses colonizadores. La privatización de sus derechos y bienes públicos es la base de su funcionamiento.
Su implementación la asume desde el policía de cualquier esquina hasta el jefe de Estado.
La ciudadanía resuelve el día a día como puede, mientras la tía del presidente va a operarse al Hospital Americano de París o el primo del policía consigue fácilmente un tratamiento de antibióticos.
Mientras, un tufo de verborrea democrática se instaura para mantener la ficción necesaria que permita ingresar las trasferencias en concepto de “ayudas al desarrollo” e incluirse dentro del sistema internacional.
Este juego indigno y patético de los poderes públicos para parecer un país democrático produce un efecto de enorme indignación en un país mayoritariamente joven.
¿Cómo un presidente que transformo la Constitución en su juguete personal puede señalar el camino a la juventud, numerosa, creativa y cada vez más urbana? ¿Qué credibilidad tiene para convencerlos de que respeten “la moral y la ley”?
Lo que ocurrió al pueblo de Burkina Faso en octubre 2014 es un claro resultado de este proceso. “Nosotros no jugamos más con la Constitución”, exclamaban durante las manifestaciones.
Estos acontecimientos, trágicos y gloriosos, han hecho dejar de considerar la Constitución como un cachivache institucional a la occidental, y transformarlo en una herramienta para el cumplimiento de un conjunto de reglas que se aplique a todo el mundo y la estabilización de un marco en el que la creatividad del pueblo pueda construir el edificio institucional que le conviene.
La guardia “presidencial” que detuvo al presidente de la transición, en el golpe de estado del miércoles 16 de septiembre cometido a un mes de las elecciones generales, parecía decir sin rodeos:
“Queremos recuperar nuestra propiedad privada, el poder; nuestra legitimidad reside en la fortaleza de nuestra organización y en nuestras armas”.
Y de esta forma recordar al pueblo burquinabe que está bajo la amenaza de un grupo de 1.300 personas armadas que no se quieren dejar la fuente de alimento que representa el poder.
La historia reciente de Burkina Faso es un ejemplo de la bifurcación histórica ante la que se colocan las sociedades africanas medio siglo después de las independencias: la dislocación de sus sociedades en mafias rivales capaces, para mantener su territorio, de las crueldades más atroces, o de la invención de instituciones habitables capaces de ser interiorizadas y respetadas por la ciudadanía.
Boko Haram es posible. Nelson Mandela también lo es. El éxito del golpe de estado del equipo mortífero de la guardia presidencial de Burkina Faso es posible.
Pero también lo es la capacidad creativa de la revolución de octubre y noviembre de 2014 para reanudar y apropiarse, de nuevo, de la historia.
Las armas israelíes exacerban las atrocidades en África
Por Rania Khalek / Resumen Latinoamericano / The Electroic Intifada / 16 de septiembre de 2015 – (Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos)
Las armas israelíes están exacerbando las atrocidades en Sudán del Sur, según un informe de la ONU que aporta nuevos datos sobre el hermético tráfico de armas israelíes en África. Este informe, elaborado por un equipo de investigación reunido por el Consejo de Seguridad de la ONU, aporta pruebas fotográficas de que el arsenal del ejército y la policía de Sudán del Sur consta de rifles automáticos fabricados por la empresa Israel Military Industries (IMI, Industrias Militares Israelíes). Estas armas, que se conocen como Galil ACE, han sido utilizadas particularmente por guardaespaldas de políticos de alto rango y altos oficiales del ejército.
En 2011 se le concedió la independencia a Sudán del Sur tras una guerra civil que duró varias décadas. A los pocos días del establecimiento del país las principales figuras de la industria armamentística israelí se precipitaron a promover sus intereses en este nuevo aliado en contra de la influencia de Irán en Sudán.
Desde su secesión en 2011 Sudán del Sur se ha sumido en una guerra civil entre facciones políticas opuestas.
Según el informe de la ONU, el ejército de Sudán del Sur y las milicias alineadas con el gobierno están empleando una “política de tierra arrasada” caracterizada por la violación sistemática de mujeres y niñas, los asesinatos indiscriminados y la quema de pueblos enteros con las familias dentro de sus hogares.
Sudán del Sur no es el único país africano en el que la industria armamentística israelí se beneficia del derramamiento de sangre.
Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), Israel no proporciona una información detallada sobre su tráfico de armas, la mayoría del cual se negocia por medio de turbios intermediarios que suelen ser personal retirado de su ejército o expatriados civiles israelíes.
No obstante, en los últimos años tanto algunos reportajes periodísticos ocasionales como declaraciones públicas de funcionarios e investigaciones realizadas por las ONG han sacado a la luz la participación militar en más rincones de África de los que se pueden detallar en un solo artículo. Gracias a esas fuentes, el SIPRI pudo documentar la venta de gran cantidad de armas israelíes a Camerún, Chad, Guinea Ecuatorial, Lesotho, Nigeria, Ruanda, las Seychelles, Sudáfrica y Uganda desde 2006 a 2010.
Un traficante de armas por excelencia
A pesar de su reducido tamaño, durante décadas Israel ha estado entre los diez principales exportadores de armas del mundo, una proeza impresionante para una nación que geográficamente no es mayor que Nueva Jersey. Esto se debe en parte a que Israel utiliza las ocupadas Cisjordania y Gaza como laboratorios para probar y refinar tanto las armas como los métodos de dominación y de control, lo que permite a las empresas de armas israelíes promocionar sus productos como “probados en batalla” y “probados en combate”, unos codiciados calificativos que confieren a la nación una ventaja competitiva en el comercio internacional de armas.
El éxito de Israel también se puede atribuir a su voluntad de hacer negocios con regímenes represivos a los que incluso Estados Unidos y los países europeos evitan armar directamente.
En el caso de Sudán del Sur la magnitud de las atrocidades llevaron a la Unión Europea a imponer un embargo de armas y sanciones contra los dirigentes militares del país.
Así mismo, Estados Unidos ha suspendido la ayuda militar e impuesto sanciones, aunque habría que indicar que el gobierno Obama contribuyó con entusiasmo a aumentar el ejército de Sudán del Sur aunque sabía que contaban con varios miles de niños soldados en sus filas.
Mientras tanto, recientemente, en el mes de junio, Israel invitó a Sudán del Sur a una exposición de armas.
Contribuir al genocidio
El actuar como conducto de armas para regímenes asesinos no es un fenómeno nuevo para Israel. Bajo el liderazgo del entonces primer ministro Yitzhak Rabin y del entonces ministro de Exteriores Shimon Peres Israel suministró tanto al gobierno ruandés dominado por los hutu como al ejército rebelde liderado por Kagame balas, rifles y granadas mientras se estaba produciendo el genocidio en aquel país en la década de 1990.
Además de armar a los asesinos, Israel adiestró al ejército y a las fuerzas paramilitares ruandesas durante los años que llevaron al baño de sangre.
Se afirma que después de recorrer el escenario de los asesinatos un traficante de armas israelí se vanaglorió de ser humanitario por ayudar a las víctimas a morir rápidamente con balas en vez de con machetes: “En realidad soy un médico”, afirmó.
Desde entonces Israel mantiene una estrecha relación con [Paul] Kagame, el actual presidente autocrático de Ruanda que cuenta con un fuerte apoyo de Occidente.
Un depósito de armas para déspotas
Mientras declinan los contratos de armas israelíes firmados por Estados Unidos y Europa debido a las reducciones de los presupuestos de defensa, los países en vías de desarrollo en América Latina y África se han convertido en los mercados de Israel que crecen más rápidamente.
Las ventas de armas israelíes a África se duplicaron entre 2012 y 2013, y aumentaron otro 40 % en 2014, hasta llegar a los 318 millones de dólares ese año. No se sabe con seguridad si este monto total equivale a las armas y adiestramiento que Israel proporcionó a Uganda y posiblemente Ruanda como compensación por haber aceptado acoger a los refugiados africanos expulsados de Israel.
Aunque Israel no tiene reparos en contribuir a la agitación de los países africanos, se niega a conceder asilo en su territorio a las personas africanas y, en vez de ello, prefiere encarcelarlas y deportarlas a los horrores de los que habían escapado.
Algunas de ellas han sido encarceladas, torturadas e incluso asesinadas desde que fueron expulsadas.
Lo que está claro es que entre los clientes africanos de Israel están los principales regímenes no democráticos que oprimen brutalmente a sus ciudadanos.
Un comandante retirado del ejército israelí, Mayer Heretz, adiestra la Brigada de Intervención Rápida de Camerún (BIR), que realiza asasinatos y “desapariciones” extrajudiciales rutinarias.
En 2009 se desplegó para aplastar las manifestaciones en contra de la desigualdad económica y asesinó a unos cien manifestantes.
Otro comandante retirado del ejército israelí, Avi Sivan adiestró a la tristemente célebre y brutal unidad de la guardia presidencial de Camerún, vital para mantener desde hace 33 años la dictadura del dictador Paul Biya.
El prolongar el control de regímenes represivos en África es una vieja tradición israelí. En las décadas de 1970 y de 1980 Israel equipó con armas al régimen de apartheid sudafricano con armas con lo que violó las sanciones internacionales.
Salvaguardar el saqueo corporativo
Décadas de robar y colonizar tierras y recursos palestinos ha cualificado a Israel con una pericia única en someter a la resistencia y mantener el saqueo colonial.
Como explicó Jimmy Johnson, un activista e investigador del tráfico de armas de Israel, “el nacionalismo etnocéntrico del siglo XIX que llevó a la creación de Israel […] oculta a menudo el hecho de que la desposesión de los palestinos ha incluido una generalizada transferencia ascendente de riqueza desde el colonizado al colonizador, del ocupado al ocupante”.
Israel no se limita a entregar armas a África, sino que ofrece un exitoso modelo para garantizar el botín del neocolonialismo obtenido de una cada vez mayor clase baja desposeída y abandonada por los estragos del capitalismo globalizado.
Como señala Johnson, “s e exporta la ocupación de Israel para luchar contra la redistribución de la riqueza”.
Al sur de Camerún las compañías militares israelíes se embolsan millones de dólares vendiendo armamento a la pequeña nación de Guinea Ecuatorial rica en petróleo.
En Guinea Ecuatorial vive unas de las sociedades más desiguales del mundo.
El despiadado dictador de la antigua colonia española, Teodoro Obiang, se ha enriquecido gracias a los generosos pagos de algunas compañías petroleras estadounidenses que a cambio explotan sin obstáculos las enormes reservas de petróleo del país.
Para mantener su control Obiang depende de una guardia presidencial casi con seguridad adiestrada por Israel, al tiempo que cuenta con el armamento israelí perfeccionado en Gaza para protegerlas plataformas petroleras de Exxon.
Las fuerzas de seguridad de Obiang tienen una pésima reputación por torturar de forma generalizada y ejecutar sumariamente a los oponentes políticos
En 2008 Israel obtuvo un acuerdo de compra de armas valorado en 100 millones de dolares con Guinea Ecuatorial que implicaba la compra de cuatro barcos patrulleros IMI Shaldag y un barco de misiles Saar fabricados por [la empresa israelí] Israel Shipyards.
Según el diario Haaretz, “los barcos IMI están destinados a garantizar los derechos petroleros en el mar”.
Son los mismos barcos que utiliza la Armada israelí para hacer cumplir el bloqueo por mar a Gaza y disparar a sus habitantes.
Mientras Israel ayuda a las compañías petroleras estadounidenses y a la familia Obiang a enriquecerse, uno de cada diez niños de Guinea Ecuatorial muere antes de cumplir cinco años.
Por otra parte, menos de la mitad de la población tiene acceso a agua limpia potable.
En la provincia de Cabinda en Angola, el drone Aerostar fabricado por la compañía israelí Aeronautics Defense Systems protege las plataformas petroleras marítimas de las compañías privadas,incluida Chevron.
En el delta del Niger Delta diferentes vehículos de vigilancia israelíes, incluidos los Aerostar y Seastar de Aeronautics, y el barco patrullero Shldag de Israel Shipyards, protegen las plataformas petroleras de Chevron de potenciales obstáculos al saqueo por parte de esas compañías de los recursos de Nigeria.
A esto se suma el sistema de vigilancia de internet de Nigeria, instalado por la principal empresa militar de Israel, Elbit Systems, en 2013.
Exportar la “guerra contra el terrorismo”
Con el ascenso de Boko Haram Nigeria ha adoptado en los últimos años la doctrina de la “guerra contra el terrorismo” que Israel fue la primera en fomentar para justificar su incesante conquista de Palestina.
“ Israel ha sido una aliado fundamental y leal en nuestra lucha contra Boko Haram”, afirmó a principios de este año un alto cargo del gobierno nigeriano.
“Es una triste realidad que Israel tiene una enorme experiencia de lucha contra el terrorismo. Para ayudarnos, nuestros socios israelíes han utilizado esa experiencia y la pericia única lograda a lo largo de años de luchar contra el terrorismo dentro de sus propias fronteras”, añadió equiparando la resistencia palestina a la violencia colonial israelí con el terrorismo perpetrado por un grupo militante con el que los palestinos no tienen relación.
Un activista cristiano nigeriano que apoyaba totalmente a su gobierno declaró al The Jerusalem Post :
“Soy como un colono israelí en Cisjordania en medio de palestinos”.
Esta actitud ha sido simplemente desastrosa.
Desde 2012, con la excusa de aplastar a Boko Haram, el ejército nigeriano ha ejecutado extrajudicialmente a 1.200 personas y detenido arbitrariamente a 20.000 chicos y hombres jóvenes, al menos 7.000 de los cuales murieron en centros de detención de hambre, negligencias médicas o debido al hacinamiento.
Igualmente, los escuadrones de la muerte de Kenia en la Unidad de Servicio General, el ala paramilitar de la policía y del ejército de ese país, han adoptado el “reglamento israelí” para los asesinatos extrajudiciales de los clérigos musulmanes que se expresan abiertamente.
Varios oficiales de escuadrones de la muerte entrevistados por Al Jazeera el año pasado revelaron que sus unidades están adiestradas por Israel.
“Exportar la experiencia del sionismo”
En su libro publicado en 1987, The Israeli Connection , Benjamin Beit-Hallahmi calificó el apoyo que Israel presta a varios tiranos de países en vías de desarrollo de “resultado directo de lo que ha hecho internamente”.
“Lo que Israel está haciendo en el Tercer Mundo”, afirmó Beit-Hallahmi, “es, simplemente, exportar la experiencia del sionismo en Oriente Medio” caracterizada por la conquista y la pacificación. Israel “no solo está exportando una tecnología de dominación, sino también la visión del mundo que sustenta esta tecnología”, añadió.
Exporta “la lógica del opresor […] determinado estado de ánimo, el sentimiento de que el Tercer Mundo puede ser controlado y dominado, de que se pueden detener los movimientos radicales en el Tercer Mundo, de que todavía tienen futuro los modernos Cruzados”.
Eso es precisamente lo que Israel está haciendo actualmente en África con unas previsibles consecuencias mortíferas.
Las guerras del agua en África
Por Pablo Aranda / Resumen Latinoamericano / 18 de Sept. 2015.-
El agua es un bien esencial para la vida. Y cada vez es más escaso. El continente africano cuenta, como de costumbre, con grandes diferencias. Mientras hay zonas que no sufren la falta de agua, al menos el 65% del territorio africano padece escasez total o parcial de recursos hídricos, con lo que todo ello conlleva. La progresiva contaminación de las aguas, el aumento poblacional, el calentamiento global y el uso desorbitado de este elemento para la explotación intensiva de cultivos de exportación y la ganadería descontrolada está poniendo contra las cuerdas a una parte de la población africana.
Además, la disminución del agua dulce provoca toda una serie de consecuencias, como las migraciones forzadas, que puede llevar a conflictos entre pueblos o sectores económicos e, incluso, pueden provocar enfrentamientos internacionales. Estas denominadas “guerras del agua” llegaron a preocupar a la ONU que considera que, a lo largo del siglo XXI, veremos un cambio en la lógica bélica, pasando de conflictos por el oro negro o territoriales a la lucha por el agua. Lamentablemente, África se está convirtiendo en la principal víctima de este proceso que acabará por disparar la inestabilidad en el continente.
Entre la guerra y la cooperación
El Nilo y sus afluentes bañan las riberas de once países africanos y el uso de sus aguas ha llevado a diversos conflictos y acuerdos internacionales a lo largo de su historia. Fue en 1929 cuando, bajo el dominio británico de casi toda la región, se formuló un acuerdo internacional en virtud del cual Egipto quedaba en una posición privilegiada para el control de las aguas, adquiriendo la capacidad de vetar obras o desvíos ribereños fuera de sus fronteras que pudieran afectar en cualquier caso al caudal del Nilo.
Durante décadas, los diez países que comparten los recursos hídricos del Nilo (once, desde la partición de Sudán) buscaron nuevos acuerdos para poder ampliar el uso de las aguas, sobre todo, dirigido a la agricultura, la ganadería y la energía. Durante los últimos años, hemos asistido a un duro enfrentamiento entre Sudán, Egipto y Etiopía por la gestión hídrica, especialmente, desde el momento en que el gobierno de Addis Abeba anunció la construcción de una presa en el Nilo Azul.
De hecho, la postura de Egipto y Sudán ante la modificación de los tratados históricos llevó a los países no árabes de la cuenca del Nilo (Uganda, Ruanda, Burundi, Kenia, Tanzania, la República Democrática del Congo y Etiopía) a firmar un acuerdo, en 2010, para la modificación de esas normas internacionales a las que ninguno de los países árabes se adhirieron. Finalmente, Egipto y Sudán aceptaron la nueva situación y, en 2015, se ha firmado un nuevo acuerdo para el uso de las aguas, lo que permite a Etiopía continuar con su plan energético en la cuenca del Nilo Azul. Este tratado ha anunciado una nueva etapa de cooperación entre los diferentes Estados ribereños lo que, por el momento, aleja los fantasmas de la guerra.
Sin embargo, no podemos olvidarnos de otros conflictos como el del lago Malawi en el que, históricamente, se han enfrentado Mozambique, Tanzania y Malawi y que, actualmente, confronta a los dos últimos Estados. Como consecuencia de la colonización, se da la irónica situación de que Tanzania es un país costero del lago Malawi pero no puede acceder a sus aguas porque la frontera histórica se encuentra, precisamente, en la costa. El gobierno tanzano exige que la línea fronteriza se mueva al centro del lago en virtud de las leyes internacionales que establecen que cuando las costas de dos Estados se hallan situadas frente a frente, ninguno de ellos tiene derecho a expandir sus aguas territoriales más allá de la línea media equidistante a ambas costas.
Pero Lilongwe no está dispuesto a ceder un palmo de agua y, a pesar de que han existido diversos acercamientos en los últimos años, lo cierto es que ambos contendientes siguen manteniendo una actitud más próxima al enfrentamiento que a la cooperación, lo que sin duda beneficiaría a las poblaciones que viven de las aguas del lago.
Pero no todos los conflictos del agua se deben a la escasez. Algunos son producto de la abundancia. Un ejemplo paradigmático es el enfrentamiento que tuvo lugar entre Zimbabue y Mozambique en el año 2000, cuando las aguas del río Zambeze aumentaron de forma exponencial durante la época de lluvias. El crecimiento del caudal del río y del lago Kariba llevaron al gobierno de Zimbabue a desembalsar agua en la presa del lago, provocando una catástrofe humanitaria y medioambiental que afectó directamente a Mozambique, que se encuentra en el curso bajo del río.
Ante la situación, el gobierno de Maputo amenazó con el uso de las armas si el gobierno de Harare no controlaba la gestión de las aguas que podía afectar a los vecinos río abajo. Aunque finalmente no tuvo lugar un conflicto bélico, esta es una muestra más de lo frágil que pueden ser las relaciones internacionales cuando tienen que ver con el uso y la gestión del agua.
¿Guerras tribales o guerras por el agua?
Sin embargo, los peores conflictos no se han dado, por el momento, a nivel estatal, sino que muchas de las “guerras por el agua” tienen lugar a un nivel más regional.
Debemos pensar que los primeros afectados por la escasez de agua son los pueblos que dependen de ella para su subsistencia y, en el momento en que esta falta se hace efectiva, se ponen en funcionamiento los mecanismos para obtenerla de alguna forma: la migración y el enfrentamiento.
Cuando el agua escasea, se pueden producir enfrentamientos entre las comunidades que antes compartían este elemento, sobre todo, entre agricultores y ganaderos; pero también los desplazamientos de pueblos enteros a otras regiones con agua pueden producir conflictos entre las comunidades “foráneas” y las comunidades que llevaban más tiempo en dicho territorio.
Estas guerras se han tachado en numerosas ocasiones como “guerras tribales” o “ de religión”, atribuyendo las causas del enfrentamiento a odios primitivos entre “tribus” y “etnias”, siempre dejando de lado que una de las principales causas es la escasez de agua.
De esta manera, tienen lugar acontecimientos terribles como el acaecido en el Delta del Tana entre finales de 2012 y principios de 2013, donde murieron 118 personas y más de 13.000 tuvieron que desplazarse huyendo de la “guerra tribal” que estaba teniendo lugar.
El origen de la contienda se debía a las disputas entre la tribu pokomo (agricultores) y la etnia orma (pastores seminómadas) por el acceso a la tierra y, sobre todo, por el acceso a los recursos acuíferos.
Igualmente, la disminución del agua en el lago Chad, que podría llegar a desaparecer en solo dos décadas, está provocando no pocos problemas a los más de 30 millones de personas que dependen de él.
A pesar de la rápida desaparición del lago, la migración hacia sus costas no se detiene, lo que aumenta la presión en la zona y producen disputas entre los allí establecidos y los recién llegados. Volviendo a tildar estos choques como “tribales” o “étnicos”.
En referencia a esta situación, la física india Vandana Shiva expresó cómo los medios de comunicación y los políticos encubren los conflictos del agua y los presentan como si fueran religiosos y étnicos lo que, a su vez, facilita la división y las políticas de gobierno.
De esta manera, anulando el motivo real de estos conflictos, se pasa por alto la necesidad global de crear una justicia, una democracia y una paz del agua.
El agua, un bien común
El agua es un bien común, pero también finito y escaso en algunas regiones del mundo. Como ya hemos visto, la falta de agua puede crear tensiones, conflictos, enfrentamientos y, desde luego, puede conducir a la más terribles de las guerras si no se ponen los medios para evitarlo.
Los países africanos han evitado, por el momento, el conflicto directo por el agua, aunque no podemos olvidar que muchas de esas disputas siguen abiertas hoy en día y podrían evolucionar hacia situaciones mucho más graves.
Si bien, algunos de estos Estados han optado por la cooperación en lugar del enfrentamiento, lo que a la larga puede ayudar a subsanar los males que produce la falta de agua.
Sin embargo, los gobiernos se han olvidado, una vez más, de sus ciudadanos, pasando por alto las guerras regionales por el agua y, en ocasiones, utilizándolas para su beneficio. Sin olvidar a las grandes empresas que, haciendo uso del “divide y vencerás” más inhumano, sacan partido de la confrontación de estos pueblos.
Al final, la única solución posible pasa por la cooperación y la solidaridad entre las diferentes comunidades.
Todos somos conscientes de que el agua es un bien común, pero corremos el riesgo de que, a la larga, se convierta en un bien de pago por el que debamos entregar el más alto de los precios: la sangre.
Burkina Faso. Brújula para orientarte sobre el golpe de Estado de Burkina
Por Resumen Latinoamericano/ Africaye , septiembre 17, 2015 .-
Las noticias que llegan desde Burkina Faso, donde un grupo de militares de la llamada Régiment de sécurité présidentielle (RSP, o guardia presidencial) ha realizado un golpe de Estado contra el gobierno de transición encabezado por Michel Kafando, se producen a menos de un mes de la celebración de las elecciones presidenciales y legislativas que tenían que concluir el proceso de transición política en el país, previstas para el 11 de octubre.
Las razones que se hallan detrás de este golpe, organizado por el autoproclamado Consejo Nacional para la Democracia, constituido por miembros de la RSP, parecen orientarse en base a dos asuntos:
La posible eliminación como cuerpo de élite de la guardia presidencial, la RSP. La misma que ha dado el golpe. Está compuesta por 1.300 efectivos que equivalen al 10% de las fuerzas armadas, muy vinculada con el anterior régimen de Compaoré.
La exclusión del proceso electoral de las candidaturas vinculadas al partido del ex presidente Blaise Compaoré.
La situación, como siempre que hay un golpe, sigue siendo de mucha incertidumbre. La Comunidad Internacional está condenándolo y hay llamamientos desde la sociedad civil y el Parlamento nacional a resistir el intento de desestabilización
Antecedentes que explican la situación actual
28/octubre/2014. Alzamiento popular contra el Gobierno de Blaise Compaoré y su intento de reformar el artículo 37 de la Constitución para permitirle la reelección presidencial.
31/octubre/2014. Derrocamiento de Compaoré y fin del régimen que había gobernado Burkina Faso durante 27 años. El ejército toma el poder. Compaoré se exilia a Costa de Marfl. Se crea un gobierno de transición con Michel Kafando como presidente y el teniente coronel Yacouba Isaac Zida como Primer Ministro y titular de Defensa.
15/diciembre/2014. El gobierno suspende al partido del ex presidente Compaoré, el Congreso por la Democracia y el Progreso (CDP).
22/enero/2015. Anuncio de la convocatoria de elecciones presidenciales y legislativas para el 11 de octubre de 2015.
7/febrero/2015. Miles de personas se manifiestan en la capital Ouagadougou para exigir la disolución de la guardia presidencial, la RSP, ya que se trata de un cuerpo de elite afín al ex presidente Compaoré.
17/julio/2015. Compaoré es acusado de alta traición por el Parlamento.
22/agosto/2015. Presentación de 22 candidaturas para optar a las elecciones presidenciales del 11 de octubre.
10/septiembre/2015. El Consejo Constitucional anuncia la lista definitiva de las candidaturas aprobadas que podrán concurrir a las elecciones. De los 22 candidatos, se da luz verde a 14 candidaturas, invalidando entre otras las de dos ex ministros de Compaoré, la de Djibril Bassolé, ex Ministro de Asuntos Exteriores, la de Yacouba Ouédraogo, ex Ministro de Deportes.
14/septiembre/2015. La Comisión de Verdad y Reconciliación llama a desmantelar la guardia presidencial RSP.
16/septiembre/2015. Miembros de la RSP irrumpen en la reunión del Consejo de Ministros y detienen al Presidente de transición Kafando, y al Primer Ministro, Zida, así como a otros dos Ministros
17/septiembre/2015. Se constata el golpe de Estado. El autoproclamado Consejo Nacional para la Democracia anuncia la dimisión del Presidente y la disolución del Gobierno, nombrando como presidente al General Gilbert Diendéré, mano derecha de Campoaré. Las informaciones que llegan hablan de disparos en el centro de la capital.
Cómo seguir qué está pasando en Burkina Faso
A través de Twitter y Facebook, están difundiendo información relevante:
Movimiento Ciudadano Balai Citoyen @BalaiCitoyen Facebook: Le Balai Citoyen
La periodista Gemma Parellada: @Gemma_Parellada
La revista Jeune Afrique: @jeune_afrique
El periodista José Naranjo Noble: @naranjo_p
El medio de comunicación Lefaso.net @lefaso_net
La cuenta de Twitter @Burkinalwili
ÁFRICA
Burkina Faso: 3 muertos y 60 heridos tras golpe de Estado
18 septiembre 2015
Militares instauraron el toque de queda a partir de las 19H00 para contener a los manifestantes.
Al menos tres personas han perdido la vida y otras 60 han resultado heridas tras los disturbios registrados el jueves en la ciudad de Uagadugú, capital de Burkina Faso, nación donde las fuerzas militares declararon un golpe de Estado.
Testigos citados por agencias internacionales indican que los cuerpos militares han disparado contra grupos de protestantes que salieron a las calles a rechazar los últimos acontecimientos.
Un portavoz militar ha informado sobre la instauración de un toque de queda desde las 19H00 hasta las 06H00 locales “en todo el territorio nacional”. Destacó también el cierra de las fronteras terrestres, marítimas y aéreas “hasta nuevo aviso”.
Rechazo
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha rechazado el golpe de Estado en Burkina Faso y exigió, a través de un comunicado, la liberación de las autoridades; llamado al que se han sumado la Unión Africana, la Unión Europea, Marruecos, Francia y Alemania.
Ban ha pedido a los militares la contención y el respeto pleno a los derechos humanos de los civiles.
El líder militar, general Gilbert Diendéré, ex jefe del Estado Mayor del ex presidente Blaise Compaoré, aseguró que el ex mandatario del Gobierno transitorio y su primer ministro se encuentran en buenas condiciones y garantizó que “serán liberados”.
Destacó que actualmente se encuentran bajo arresto domiciliario y que no se encuentran implicados en el golpe de Estado.
Blaise Compaoré renunció el pasado 30 de octubre a la presidencia de Burkina Faso tras 27 años en el poder, presionado por las protestas contra una reforma constitucional que podría haberle permitido perpetuarse en el cargo.
Dirigió de forma autoritaria el país desde su llegada al poder en 1987 en un golpe de Estado en el que murió el presidente Thomas Sankara, que a su vez había iniciado una revolución en 1983.
Finalizada la revolución de octubre, el mayor temor era que la antigua clase dirigente se enquistara en el poder.
Por ello, para estos comicios, el Tribunal Constitucional había vetado la participación en los sufragios de hasta 40 políticos.
Todos ellos, miembros de la antigua vieja guardia del régimen. Este era el caso de Eddie Komboigo, candidato por el partido de Compaoré.
No obstante, a pesar de que el Gobierno de transición modificó la ley electoral en abril para impedir la candidatura de simpatizantes de Compaoré, en julio, la Comunidad Económica de Estados del Oeste de África (Ecowas) tiraba abajo esta decisión, permitiendo la presencia libre de aspirantes.
Ahora, los autores de la nueva asonada —miembros de la guardia pretoriana de Compaoré— se reafirman en su intención de celebrar comicios presidenciales (sin fecha), pero estos, según afirman, deberán incluir a todas las fuerzas políticas.
En este sentido, el currículum vital del líder de los golpistas, Gilbert Diendere, antiguo general de la guardia presidencial y exjefe de Inteligencia, demuestra las peculiaridades del golpe.
El pasado mes de febrero, entre fuegos de artificio, el Gobierno de Chad ponía en marcha en febrero unas maniobras de lucha contra el terrorismo apoyadas por Estados Unidos.
En el operativo participaron 1.300 soldados de 28 países africanos y occidentales. Y entre ellos, se encontraba Diendere. «Lo que queremos es aprender a trabajar juntos de forma más efectiva contra el terrorismo», señalaba escuetamente entonces el líder militar.
Como ya ocurriera con el levantamiento de Malí en 2012, las alas de mariposa de Occidente provocaban una tormenta en el continente.
Los golpistas de Burkina Faso liberan al presidente
Los militares, guiados por un general afín al dictador Compaoré, dicen querer dialogar
18 SEP 2015
Los militares ejecutores del golpe de Estado del pasado miércoles en Burkina Faso han liberado al presidente Michael Kafando.
Como muestra de su intención “de apaciguar” la situación, tras capturar a Kafando y a su primer ministro, el coronel Zida, los militares han decidido dejar en libertad al primero.
En un comunicado oficial se han comprometido además a “dialogar con la comunidad nacional e internacional” para encontrar una salida de la crisis “consensuada y duradera”.
Sin embargo, a muchos burkineses poco les interesan la voluntad y deseos de este grupo de golpistas, viejos conocidos del pueblo burkinés.
El movimiento popular Le Balai Citoyen (La escoba ciudadana), que lideró la revolución del pasado mes de octubre, ha convocado a los jóvenes al aeropuerto para recibir a los mediadores internacionales que están a punto de aterrizar en el país.
La intención de Le Balai es que la población haga oír su opinión.
El presidente senegalés, Macky Sall, liderará los esfuerzos de negociación, pero los activistas no quieren que “se negocie con terroristas” y por eso planean acogerlo con una manifestación.
Las calles de capital, Uagadugú, se han levantado menos incandescentes que ayer, día en que se consolidó en golpe de Estado. Pero se siguen oyendo algunos disparos y ráfagas de metralleta aislados, los militares patrullan y algunas calles están cortadas.
El pueblo de Burkina Faso derrocó al dictador Blaise Compaoré en octubre mediante una fulminante revuelta popular. Pero aunque la cabeza del régimen, Compaoré, tuvo que huir y se ha refugiado en su segunda residencia –la vecina Costa de Marfil-, la cúpula de sus hombres fuertes se quedó en Burkina, ocupando las estructuras de poder. Y las militares.
Ha pasado casi un año, una tenue transición apuntaba a elecciones –previstas para el 11 de octubre-, pero este miércoles la densa sombra de Compaoré ha vuelto a entrar en Burkina Faso.
Y lo ha hecho de la forma más previsible, puesto que el general Diéndéré, el líder de los golpistas, es desde hace tres décadas uno de los hombres más fieles del dictador descabalgado.
Diéndéré fue jefe de Estado Mayor y, sobre todo, el número uno del Regimiento de la Seguridad Presidencial (RSP), un regimiento militar “diseñado por y para Compaoré”, tal y como lo describe un periodista burkinés.
Diéndéré ha negado ningún tipo de comunicación con su exjefe, pero los ciudadanos no atribuyen ninguna credibilidad a las declaraciones oficiales.
10 meses después
Sentados en el palacio de Kosyam, sede de la presidencia de Burkina Faso, esperábamos el pasado mes de noviembre la comparecencia del nuevo primer ministro, el coronel Zida, para que anunciara el Gobierno de transición.
Eran los días que seguían a la revuelta, los días en que se empezaba a construir este “nuevo futuro” para Burkina Faso.
Los periodistas locales comentaban la jugada, prudentes pero sin trabas. “Ya pueden cambiar Gobierno y ministros, que mientras la RSP siga activa, Compaoré seguirá presente”, comentaba un compañero.
El protagonista por su ausencia era un tal Diéndéré, que había hecho aún más discreta su discreción natural.
En este mismo palacio de Kosyam, el miércoles reapareció el pasado. Militares de la RSP capturaron al presidente Michael Kafando y al mismo coronel Zida y los trasladaron a un campo militar vecino. Diéndéré asumía el poder al cabo de unas horas.
¿Y por qué un golpe de Estado ahora? ¿Porque las autoridades de transición querían diluir la RSP? ¿Quizás porque estaban a punto de hacerse públicos los detalles de la autopsia del expresidente burkinés Thomas Sankara este jueves?
Tanto la RSP como Diéndéré tenían motivos para estar preocupados.
Ellos fueron, en 1987, los responsables de la operación militar que acabó con el asesinato de Sankara.
“Demasiadas coincidencias”, opina la viuda de Sankara, recordando que las autoridades de Burkina Faso –con el omnipresente Blaise Compaoré a la cabeza- no han permitido nunca investigar la muerte de su marido. Hasta que, con la revuelta popular del año pasado, se reabrió el caso.
Envío:ResumenLatinoamericano
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