28 de noviembre de 2015

AFRICA.

Mali: Más allá del ataque al Hotel Radisson 
Guadi Calvo*/Resumen Medio Oriente, 23 de noviembre de 2015 – 

Mali se ha convertido, desde hace 4 años, en otro de los escenarios del mundo donde las bandas salafistas desarrollan su guerra.

Particularmente desde 2011, con la caída del gobierno y la muerte del Coronel Gadaffi, miles de armas y hombres contratados entonces para luchar en Libia, como por ejemplo los mercenarios del príncipe saudita Bandar al-Sultán, comenzaron a expandirse por el Sahel. Muchos de estos mercenarios fueron utilizados para posibilitar la intervención armada de Francia en el norte de Mali, que con la excusa de combatir a al-Qaeda, y ahogaron a sangre y fuego una vez más la rebelión del pueblo Tuareg.

Tras el arribo de cerca de 6000 tuareg, que habían combatido junto a las tropas leales al coronel Gadaffi, a mediados de enero de 2012 en el norte Malí el Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA) toma el control de su ancestral territorio generando la cuarta rebelión desde que Mali se independizó de Francia en 1960.

La titubeante respuesta del presidente Amadou Toumani Touré produce un vacío de poder que termina en un golpe de Estado el 6 de abril 2012 por parte de oficiales del ejército maliense, alentados desde el Eliseo.

Las reivindicaciones de la nación Tuareg, formalmente apoyadas por bandas vinculadas a al-Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI), como la organización liderada por Iyad Ghali, Ansar Dine (Defensores del Islam) y el Movimiento para la Unidad y Yihad en África Occidental (MUJAO), al-Mulathameen liderado por Mokhtar Belmokhtar con la intensión de cooptar el Movimiento y establecer una suerte de califato.

El intento puso en alarma a Francia que tiene proyectos propios en la región, que todavía inexplotada, se sabe es muy rica en uranio y oro. Azawad era demasiado para abandonarla en manos tanto de los Tuareg como de los salafistas. Con apoyo tecnológico de Estados Unidos, Francia lanza la operación Serval que se concentró en extinguir las pretensiones Tuareg, pero así no las de los grupos vinculados a al-Qaeda, a los que se les permitió huir fácilmente al sur de Argelia.

La intervención Serval y su continuación la operación Barkhane, contradice la resolución 2085 del Consejo de las Naciones Unidas que sólo autoriza la intervención de fuerzas militares africanas.

Francia fue autorizada posteriormente por el Consejo de Seguridad de la ONU, pero tuvo importantes objeciones de los expertos. Desde entonces, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas autorizó la permanecia de su misión militar de 11.240 miembros.

En los meses siguientes del desbande en Mali, de las bandas takfiristas se produjeron infinidad de desmembramientos y reagrupamientos de combatientes y organizaciones que pertenecían a AQMI, pasando a conformar nuevas células que adjuraron de al-Qaeda para hacer su juramento de lealtad o bay’ah a Abubaker al-Bagdadi, el califa Ibrahim, líder de Estado Islámico.

Desde entonces, tanto en Argelia como en Túnez no han dejado de protagonizar constantes atentado y asesinatos. En enero de 2013, la banda al-Mulathameen (Enmascarados) toma la planta de gas In-Amenas capturando 800 rehenes. Para desalojar la planta se debió ejecutar una operación combinada entre tropas argelinas, francesas, británicas y norteamericana que dejó 37 rehenes ejecutados.

Estacionados en la frontera entre Túnez y Argelia, donde han protagonizado varios ataques a patrullas del ejército tunecino en la sierra de Chaambi, se encuentra la célula Okba Ibn Nafaa.

En Túnez particularmente 2015 fue un año de mucha actividad. En marzo, la toma del museo de Bardo de la capital tunecina por parte del grupo Ansar al-Sharía, vinculado al Estado Islámico dejó 22 muertos.

Unos meses después en junio en el balneario Sousse, aparentemente un “lobo solitario”, Seifeddine Rezgui o Yacoubi, alias Abu Yahya al-Qayrawani, estudiante de la Universidad de Kirwan al-Qayrawan y domiciliado en la ciudad de Gafur, abrió fuego con una AK47 produciendo cerca de 40 muertos.

Los asesinatos de dos dirigentes de la izquierda tunecina Mohamed Brahmi y Chokri Belaid en 2013 también fueron adjudicados a grupos radicales islamistas. La milicia salafista argelina Jund al-Jilafa (Soldados del Califato) fue la responsables del secuestro y posterior ejecución del turista francés Hervé Gourdel, en septiembre de 2014.

En Libia la presencia de Estado Islámico se ha convertido un factor más para la desintegración del país, en una cantidad de feudos gobernados por bandas de diferentes orígenes y propósitos. Mali y por casa como andamos

Si bien las autoridades tanto de Mali como de Francia, se han guardado muy bien de permitir obtener información acerca de las operaciones de represión tanto de las bandas salafistas como de los combatientes tuareg, se ha conocido denuncias de ejecuciones extrajudiciales y entierros ilegales para ocultar las acciones de ambos gobiernos involucrados en la zona de Azawad.

Si bien la prensa internacional obtiene información constante de las acciones del grupo nigeriano Boko Haram, que ya no solo ataca en su país sino ha desbordado a naciones vecinas como Camerún, Níger, Chad, la propia Mali, poco se conoce acerca de las actividades de los grupos salafistas en Mali.

Lo que hace sospechar que Paris tiene particular interés por dar un paraguas de seguridad mediática al presidente malí Ibrahim Keita Boubacar, como también lo hace con el chadiano Idris Déby, cuyo régimen está plagado de denuncias de corrupción y atentados a los derechos humanos.

Se ha tenido más información por ejemplo de los atentados que ha sufrido el pueblo de Fotkol en la provincia del Extremo Norte de Camerún, que este último sábado 21 sufrió el tercer atentado del año, con el estallido de un coche bomba revindicado por Boko Haram, y que habría dejado al menos 10 muertos, que las consecuencias posteriores al atentado contra un bar de la capital en marzo último.

Según trascendió entonces, 3 occidentales y dos guardias de seguridad murieron tras el ataque con armas de fuego en el bar La Terrasse, de la calle Princesa, en el barrio L’Hypodrome, el corazón de la noche de la capitalina.

Un auto se detuvo en la medianoche de donde bajó un hombre encapuchado, que enseguida de atravesar la entrada del lugar abrió fuego indiscriminadamente al grito de “muerte a los blancos”.

En el camino se tropiezan con una unidad policial y tras un intercambio de disparos desaparecieron sin dejar rastros. Si bien el atentado se le ha adjudicado a una organización salafista de las varias que operan en Mali, el accionar no fue típico de una organización integrista, fundamentalmente porque el grito de guerra tal sucedió infinidad de veces y como se recuerdo en los atentados del último viernes 13 en París el grito de guerra es “Allahu akbar” (Dios es grande), además nunca se mencionó el tipo de armas que fue utilizado, en lo que parece parecerse a un ataque de índole racial que político religioso, como los que aquí analizamos.

Aunque más tarde fuera revindicado por al-Mulathameen, nunca más se volvió a informar sobre el confuso ataque. La toma del Hotel Radisson del último sábado 21 no se ha podido ocultar dada la magnitud del hecho, trece hombres del grupo al-Mulathameen (Enmascarados) también conocidos como al-Mua’qi’oon Biddam, (Los firmantes con sangre), ingresaron al hotel donde se encontraban entre pasajeros y personal unos 140 personas a las que consiguieron ejecutar casi una treintena. al-Mulathameen, estaría dirigido por el veterano de Afganistán, Motkar Belmokhtar que había abandonado aQMI tras el fracaso de Mali, conformó su propia organización, cuyo bautismo de fuego había sido la toma de la plata de gas en Argelia.

A lo largo del 2013 la televisión estatal chadiana anunció que el Ejército había conseguido ejecutarlo, a Belmokhtar aunque la noticia nunca había sido confirmada y a partir de los sucesos de Bamako ha quedado totalmente claro que el líder de los enmascarados sigue activo. al-Mulathameen también fue relacionada con los ataques en el norte de Níger, contra instalaciones militares y una explotación de uranio del grupo nuclear francés Areva. 

El desempleo, la pobreza y el descontento juvenil en Malí, donde la mitad de su población está por debajo 14 años y otro 19% entre 15-24 años, es sin duda una rica cantera para el trabajo de captación de los salafistas.

La permeabilidad de las fronteras, la corrupción y las grandes necesidades económicas provocan que estas bandas no solo se trasladen libremente por toda la región, sino que expandan su ideario.

Nunca sabremos cuán vinculados están conectados los atentados de París y los de Bamako, pero sin duda tienen una misma raíz, y no es la violencia religiosa, sino la violencia económica que se ejerce contra millones de jóvenes, en este caso musulmanes, que no se le da otra posibilidad que hacerse el futuro a base de una AK 47.

* Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC. 


Finaliza con entre 18 y 27 muertos la toma de rehenes de Malí 
Resumen Latinoamericano/ 20 de Nov. 2015.- 

Una fuente militar maliense ha informado del fin de la masiva toma de rehenes de este viernes en el hotel Radisson de Bamako, capital del país africano. “La toma de rehenes ha terminado.

 Actualmente estamos comprobando la seguridad del hotel”, ha informado la fuente, bajo condición de anonimato, a la agencia de noticias francesa AFP. El Parlamento de la comunidad francófona de Bélgica ha anunciado que entre los 18 muertos del incidente se encuentra un belga.

Sin embargo, los cascos azules de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desplazados hasta el hotel han asegurado que han visto unos 27 cuerpos.

Asimismo, el mando militar estadounidense para África ha afirmado que entre los rehenes hay al menos 6 estadounidenses, que han sido trasladados a lugares seguros. 

Anteriormente, el Departamento de Defensa de Estados Unidos, el Pentágono, había comunicado que había tropas especiales estadounidenses prestando ayuda a los malienses para trasladar a los rehenes liberados, entre los cuales se halla un número de extranjeros, incluidos turcos y chinos.

El grupo extremista Al-Murabitun ha reivindicado la responsabilidad del ataque y toma de rehenes, y al mismo tiempo ha revelado que lo han realizado en “coordinación” con Al-Qaeda en el Magreb.

La banda takfirí proclamó en mayo su lealtad al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe). 

Fuerzas de seguridad de Malí se preparan para transportar a rehenes liberados del hotel Radisson en Bamako (capital), 20 de noviembre de 2015. Al menos dos asaltantes armados habían tomado como rehenes a “140 clientes y 30 empleados” en el hotel Radisson de Bamako.

En agosto, un grupo de pistoleros mató a 13 personas, entre ellas cinco trabajadores de las Naciones Unidas, durante una toma de rehenes en un hotel en la ciudad de Sevare, a más de 600 kilómetros al norte de la capital maliense. Foto: Las fuerzas de seguridad de Malí evacuan a un hombre de un área rodeando el hotel Radisson en el Bamako, capital maliense.

09:41am
Hombres armados atacan un hotel en Malí y retienen a 170 rehenes Al menos dos asaltantes armados han tomado como rehenes a “140 clientes y 30 empleados” en el capitalino hotel de Radisson, en Malí, informa hoy viernes el grupo hotelero Rezidor en un comunicado.

“El grupo hotelero Rezidor, que administra el hotel Radisson Blu de Bamako en Malí está informado de que una toma de rehenes tiene lugar hoy (viernes) en este lugar”, reza la nota.

La toma de rehenes se desarrolla en la séptima planta del hotel, donde los terroristas han disparado con sus armas automáticas, según las fuentes hoteleras. Aunque la policía ha acordonado el edificio, todavía se desconoce si hay víctimas mortales o heridos en el recinto tomado.

Según una fuente de seguridad maliense, los atacantes han entrado en el edificio a bordo de un coche con matrícula diplomática. En agosto, un grupo de pistoleros mató a 13 personas, entre ellas cinco trabajadores de las Naciones Unidas, durante una toma de rehenes en un hotel en la ciudad de Sevare, a más de 600 kilómetros al norte de Bamako (capital maliense).

Francia inició en enero de 2013 una intervención militar en Malí, una de sus antiguas colonias, para lo que dijo impedir que grupos terroristas que controlan el norte del país tomen control del territorio maliense.

En el mismo año 2013 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) inició una operación en Malí con el despliegue de un gran número de sus cascos azules, para tomar el relevo de la incursión militar francesa.

Los trabajadores de la MINUSMA en Malí.
No obstante, ni la intervención militar francesa y ni la misión de paz de la ONU en Malí conocida como la MINUSMA, han logrado restablecer la plena seguridad en el país africano.


La petrolera Shell no cumple: el delta del Níger que aseguró haber limpiado está contaminado
Resumen Latinoamericano / Eldiario.es – Rebelión / 11 de noviembre de 2015 – 

Un informe de Amnistía Internacional y la ONG local CEHRD muestran los rastros de petróleo en varias zonas de la desembocadura del río Níger. La petrolera holandesa ha asegurado en varios comunicados la limpieza de varias localizaciones aún afectadas por los residuos, indica el estudio. En 2011 la ONU emitió un informe sobre la polución en la zona y culpó a Shell de “crear problemas de salud y de seguridad pública”.

Con tan solo un vistazo o una aspiración resulta “evidente”: varias zonas del delta del río Niger están impregnadas de petróleo. El subsuelo, el agua y la superficie de la tierra en la zona de Ogoniland, en la desembocadura del Niger, presentan residuos de crudo de manera “claramente visible”, indica un estudio de Amnistía Internacional y la organización nigeriana CEHRD, acompañada de fotografías de este septiembre de las zonas investigadas. Algunos de los territorios son los que la petrolera holandesa Shell aseguró haber limpiado, tras la probada contaminación de la zona en un informe de las Naciones Unidas de 2011.

El delta del río Níger es una de las mayores fuentes de ‘oro negro’ en África. Esta riqueza le ha salido muy cara a la población nigeriana, que ha sufrido los vertidos y la contaminación durante decenas de años. La fundación Green Cross Switerland, por ejemplo, eligió la zona como uno de los diez lugares más contaminados del mundo en su lista de 2013.

Emadee Roberts Kpai, de 83 años, es agricultor de Kegbara Dere (Ogoniland), y su vida se divide en el “antes de que llegara Shell” y el después. “Nuestros cultivos ya no son productivos. Ya no hay peces en el agua. Plantamos los cultivos; crecen pero la cosecha es pobre”, cuenta el anciano a AI.

Un estudio de 2011 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente(PNUMA) mostró de manera detallada la polución de la zona. La investigación detectó, entre otras deficiencias, un subsuelo “severamente contaminado” y niveles de hidrocarburo en el agua utilizada para beber que suponían una “seria amenaza” para al menos diez comunidades ogoni (como se conoce al pueblo autóctono).

La PNUMA señaló a varios responsables de las agresiones medioambientales, entre ellos, el gobierno nigeriano y las compañías explotadoras de las refinerías de petróleo, entre las que destaca Shell a través de su entidad britanico-holandesa SPDC (Shell Petroleum Development Company of Nigeria).

Tierra contaminada en la zona de Bomu Manifold, que Shell aseguró haber limpiado en 2012. | Fotografía: Amnistía Internacional. 
La SPDC se presenta como la industria petrolera “pionera y líder” en Nigeria, con la mayor extensión de terreno explotado y la producción del “39% del crudo del país”. La entidad inició sus actividades en Onogiland en 1958 hasta 1993, cuando cesó su producción “tras la violencia contra nuestro personal y nuestras instalaciones”, defiende la compañía. Desde entonces, las tuberías de la petrolera siguen trasladando el crudo por la zona.

“El control y el mantenimiento de la infraestructura de los campos petroleros en Ogoniland ha sido y sigue siendo inadecuado: los propios procedimientos de Shell Petroleum Development Company of Nigeria no se han aplicado, creando problemas de salud pública y de seguridad”, censuró el informe de la ONU, que recomendó la limpieza “urgente” de la zona y un cambio de las instalaciones de la compañía y su mantenimiento.

Emadee Roberts Kpai recuerda la vida en su comunidad antes de la fiebre del petróleo: “Solíamos hacer todo tipo de actividades en el río porque el agua estaba limpia. Antes de que llegara la contaminación, los niños iban al río a bañarse y a jugar, pero ya no van”.

Una limpieza insuficiente
El informe de Amnistía Internacional y el Centro para el Medio Ambiente, los Derechos Humanos y el Desarrollo (CEHRD) estudia el impacto medioambiental de la explotación de Shell cuatro años después del toque de atención de Naciones Unidas. Estudia cuatro zonas del delta del río: Boobanabe, Bomu Manifold, Barabeedom y Okuluebu. Las imágenes de la investigación muestran restos de crudo en la tierra, señas del aceite en el agua y su impacto en los debilitados cultivos de la comunidad, dedicada tradicionalmente a la agricultura.

“Los vertidos de petróleo causan un impacto devastador en los campos, los bosques y los caladeros de los que dependen los alimentos y los medios de vida de la población del delta del Níger. Si alguien visita estos lugares de vertidos podrá ver y oler por sí mismo cómo la contaminación se ha extendido por la tierra”, afirmó Mark Dummett, investigador sobre empresas y Derechos Humanos de Amnistía Internacional.

La petrolera Shell no ha respondido a las preguntas de eldiario.es sobre las acusaciones del informe. En una carta del 24 de octubre que adjunta la investigación, la compañía niega los hechos denunciados por las organizaciones y remite a los comunicados que publica en su página web. Shell culpa a los “sabotajes” y al robo de crudo –reconocidos también como problemas por la PNUMA– como las “principales causas del daño mediambiental en Ogoniland y el delta del río Niger hoy en día”.

Emadee Roberts Kpai, de 83 años, es un agricultor perjudicado por la contaminación en la zona de K-dere, en Onoginland (Nigeria). | Fotografía: Michael Uwemedimo/cmapping.net. En Bomu Manifold, la ONU denunció que no se había “hecho nada” para solventar la contaminación de años anteriores, lo que permitió “que se extendiera más”. Shell contrató a dos empresas para la limpieza de la zona y en 2012 anunció que los trabajos de recuperación habían terminado. Tras su visita, AI y CEHRD documentan que el rastro del petróleo sigue presente.

También queda registrada el agua aceitosa del pantano Barabeedom, en K-dere. “Los tres estanques de peces, propiedad de una familia de la zona, están cubiertos en un brillo aceitoso espeso y no muestran signos de vida”, recoge el estudio.

La contaminación que halló la ONU en Barabeedom presentaba niveles ocho veces superiores a los que deberían haber hecho saltar las alarmas de las autoridades nigerianas. Aunque Shell no incluyó el pantano como parte de las áreas que limpió tras el estudio, sí ha dado cuenta de su descontaminación debido a los vertidos posteriores a 2011.

Irregularidades en el control estatal
El informe recoge que las afirmaciones de Shell sobre la limpieza de estos territorios son “falsas”, pero además AI y CEHRD denuncian una segunda irregularidad: las autoridades nigerianas certificaron la descontaminación de esas zonas. La agencia nigeriana Nosdra se encarga de la comprobación de la limpieza de los territorios afectados por vertidos de petróleo y, tanto en Bomu Manifold como en el pantano Barabeedom, sus técnicos dieron el visto bueno a la rehabilitación que ejecutó Shell.

Contamination en el territorio de Bobbanabe, en el delta del río Níger, 45 años después de una gran fuga de crudo. Las petroleras están obligadas por ley a descontaminar los terrenos en Nigeria, pero no siempre ocurre de manera eficiente.
| Fotografía: Amnistía Internacional.

Los investigadores de AI denuncian la falta de medios de la agencia Nosdra y piden al gobierno nigeriano una auditoría independiente sobre los defectos en la desinfección que señala su estudio. Exigen además a la compañía Shell que cumpla: la efectiva descontaminación de la zona y “compensar de manera adecuada a las comunidades por sus pérdidas”.
Envío:ResuemenLatinomaericano

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