12 de febrero de 2016

OPINIÓN.

El desarmador
11.02.2016

Sesenta días. Ese tiempo le llevó a Mauricio Macri elaborar una estrategia exitosa para debilitar a la oposición, que amenazaba con hacerle imposible gobernar. Es que Cambiemos, que asumió con apenas 3 puntos de diferencia sobre el candidato del FPV Daniel Scioli, tiene amplia minoría en el Senado y en Diputados. Dado el escenario, el Presidente decidió prescindir del Parlamento, a sabiendas de que en algún momento tendría que negociar si no quería caer en el autoritarismo. Se tomó dos meses, mientras tanto, para tratar de quebrar a su más duro opositor, el Frente para la Victoria y su socio mayoritario, el Partido Justicialista. Primero intentó encumbrar a Sergio Massa al frente del PJ, no tuvo mayor eco hasta que llegó en su auxilio el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, que acaudilló la ruptura con sus diputados y con el ex ultrakirchnerista Diego Bossio. Se efectivizó, entonces, la división de un pequeño bloque de legisladores, rápidamente tachados de traidores por sus antiguos compañeros. En el Senado el bloque justicialista se mantiene gracias a la muñeca de Miguel Ángel Pichetto, pero la división crece. Cristina Fernández sigue recluida en el Calafate y por ende La Cámpora, su creación, poco protagonismo tiene en la escena política. El resto de las fuerzas, mutis por el foro. Le dan a Macri el famoso período de gracia para que pueda gobernar sin palos en la rueda los primeros meses. El Presidente, en tanto, se toma esas licencias y avanza a paso de vencedor con diferentes medidas que sólo encuentran oposición en los afectados. Así, todos los días la calle está tomada por diferentes protestas de despedidos de tal o cual organismo público o empresa privada. Como informó esta revista la semana pasada, se produjo un promedio de mil despidos por día. Además, el Gobierno se lanzó a una propuesta de acuerdo con los fondos buitre que echa por tierra la resistencia que estos años ofreció el kirchnerismo a esa estafa en forma de inversión financiera. Macri pasó el examen, gobernó 60 días a puro decreto. El Congreso y los líderes opositores tendrán la última palabra en cuanto a la resistencia que encontrará el primer mandatario de acá en más.
Fuente:Veintitres

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