30 de mayo de 2016

CORDOBAZO.

   Cantata del 29
 
                                                                                                                                    Daniel Vilá 

Como una luz que apenas parpadea
y de pronto se enciende y encandila.
Como un río que transcurre manso
y en horas se desborda,
y ya no tiene orillas.
 
Así las gargantas tanto tiempo apretadas
se desgarraron para parir el grito.
Así la soledad del hombre solo,
de la mujer callada,
se hicieron multitud sin darse cuenta.
 
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Fue en un día cualquiera,
un 29, para ser exactos,
que la docta ciudad inmaculada,
la de la estirpe añosa
y la misa perenne
se hizo hoguera infernal
 
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Los Jerónimos dueños se asustaron,
y soltaron prontos sus mastines
pero la lava del volcán se derramaba
sobre la quietud de los sumisos
y abrazaba las calles y las plazas.
 
Vamos a ganar, estamos hartos
de los que se hartaron con nuestro trabajo,
del señor general y sus esclavos
del señor obispo, de sus oscuros socios
y de sus monaguillos.
De ese patrón sin rostro que nos verduguea,
de valer menos que los  electrodos,
las limas, el acero, las poleas.
Del mes sin fin, del crédito perpetuo,
de mendigar un bono, un porcentaje,
un sábado, por más inglés que sea,
un pedazo de vida.
 
 
Ahora queremos una vida entera,
una vida en colores, redondita,
porque ahora La Cañada es una fortaleza
 
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Ahora queremos nuestro tiempo,
queremos nuestra casa,
Queremos nuestra escuela.
Porque nunca nos sentimos tan enteros
como hoy, 29 para ser exactos.
 
 
 
             Gringo
 
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El Gringo es uno más,
su mameluco
no es distinto del nuestro,
pero tiene una luz
que nos da fuerza.
 
Gringo nuestro que estás en la calles,
todos gritan tu nombre
y se contagian de tu voluntad
así en la fábrica como en la barricada.
El pan de cada día
lo sabremos ganar con dignidad
y no vamos a rogar para tenerlo.
ni perdonaremos a nuestros opresores.
Del mal nos libraremos
con el pueblo encendiendo fogaratas.
 
                   El Clínicas
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Parece que se acercan, lo anuncia ese tam tam
del golpe en las columnas de alumbrado.
Los compañeros avisan que estemos preparados
que aprestemos las hondas, que acumulemos piedras.
Pronto habrá una batalla y será dura.
El Clínicas, carajo, no se rinde.
          
                 Todos los fuegos
 
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Dele doña, tiresé una madera,
O un mueble viejo o cartones o trapos,
Los de la esquina trajeron unas gomas
El verdulero aportó unos cajones
Y hasta el carniza se puso con la grasa
En Alberdi y San Roque
Cada esquina es un fortín que aguanta
y es fuego que calienta por abajo.
Apáguenlo si pueden,
 
                   La fábrica
 
 
Ya son las diez, paren todas las máquinas,
que el silencio les cuente que nos vamos.
Porque en el centro esperan y son miles,
hay que meterle miedo al miedo, acorralarlo,
hay que pararse sobre las dos piernas
como si fueran cuatro, o setecientas.
Hay que alzar los  brazos como lanzas,
como las astas de una bandera nueva
que flamea en todos los balcones.
Vamos que son las diez y la historia no espera.
 
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Así fueron las cosas cuando todo estallaba.
Un 29 para ser exactos.
 
 
 CORDOBAZO[1]
 
Mayo de 1969 emergió agitado en todo el país… En Córdoba, mecánicos, metalúrgicos, lucifuercistas y estudiantes se movilizaron. Sucedieron episodios que a la postre, serán algo así como un «ensayo» del próximo estallido. Una asamblea del SMATA en el estadio del Córdoba Sport fue atacada por la infantería policial y se peleó en pleno centro. Los días 14 y 15 hubo muchos paros sectoriales y el 16 una huelga general a nivel provincial, precedido también de numerosas asambleas sindicales. El día 23 los estudiantes vuelven a ocupar el barrio Clínicas. El día 26, plenarios de la dos CGT regionales, tras un acuerdo entre ambos sectores, convocaron a un paro activo por 37 horas para los días 29 y 30.
 
Y la mañana del 29 de mayo de 1969... ya todo estaba ardiendo…
En las barricadas del cordobazo, junto al grito de «¡Abajo la dictadura!» se imprimió un estribillo que también intenta ser borrado de la memoria colectiva, porque en sí mismo, encierra el valor de un programa del que careció el movimiento de masas en aquella época: «Y LUCHE, LUCHE, LUCHE / NO DEJE DE LUCHAR / POR UN GOBIERNO OBRERO/ OBRERO Y POPULAR».
 
[1] Fragmento de ¿Por qué y cómo ocurrió el cordobazo?, Abel Bohoslavsky, en LOS CHEGUEVARISTAS, la Estrella Roja, del Cordobazo a la Revolución Sandinista, , Imago Mundi, 2016
Envío:Abajaro

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