29 de mayo de 2016

NOTICIAS DE ROSARIO y LA REGIÓN.

"Hubo varias fallas del Estado"
Por José Maggi
El ministro de Seguridad Pullaro le admitió a Rosario/12 que los hechos violentos desatados el feriado del 25 de Mayo, "difícilmente hubieran podido prevenirse con más presencia policial". Y reconoció los déficit que provocaron la muerte y el abuso de una nena vulnerable de 12 años.


EL MINISTRO DE SEGURIDAD PULLARO VOLVIO A HABLAR DE "UNA DE LAS PEORES SEMANAS QUE NOS TOCO TRANSITAR".
En la ciudad de la furia sigue la violencia
El funcionario se refirió a los hechos violentos que terminaron con cinco personas asesinadas en el feriado del 25 de Mayo. Caracterizó los aportes de sus dos colaboradores más recientes: Marcelo Sain y Mariano Savia y avisó que profundizará el control a la policía.
Por José Maggi

El ministro Pullaro en los allanamientos de ayer en Casilda, donde se secuestró éxtasis, LSD y cocaína. Hubo 12 detenidos.Imagen: Sebastián Granata
El ministro de Seguridad de Santa Fe Maximiliano Pullaro confió ayer a Rosario/12 que "esta fue una de las peores semanas que nos tocó transitar en la provincia de Santa Fe y particularmente en la ciudad de Rosario. Lamentablemente parecía que venía todo bastante bien en algún aspecto y hechos de violencia de estas características hacen que a uno lo hagan replantear todas las políticas públicas que lleva adelante. También siente que es muy pero muy difícil poder desde el aspecto policial solamente, prevenir la violencia cultural. Si uno ve los diferentes hechos que se cometieron y la gravedad, honestamente con más policías o con mejor presencia policial hubiese difícil poder prevenirlos. Lo que nos hace pensar en una profunda política pública donde intervengan diferentes áreas del estado con el Ministerio de Educación, Salud, Desarrollo Social, Hábitat y Seguridad. Esto ya lo hacemos, en las reuniones del Consejo Social de Santa Fe, por eso digo profundizar este tipo de políticas.

-Pero también existió el caso de la chiquita de 12 años, ultrajada y asesinada en Lima al 2900, donde el Estado llegó solo con su cara policial una vez fallecida. Su madre asegura haber pedido ayuda y no haber sido escuchada.
-Es sin dudas un hecho aberrante, que lamentablemente ocurrió y que está cercano a esclarecerse. Sin dudas fallaron muchas partes del Estado porque estaba con muchas instituciones de la sociedad desde la familia, el estado y los diferentes roles del Estado en Santa Fe, en Rosario y en Argentina. Hoy tenemos muchos marginados en nuestro país, que sienten que su vida vale muy poco y por ende la vida de los demás también vale muy poco. Para eso tenemos que trabajar.

-¿Que piensa que le puede sumar Marcelo Sain a la cartera a su cargo?
-Sain puede sumar muchísimo porque es un intelectual profundo de la seguridad en la Argentina, del mundo de los intelectuales más brillantes que tenemos en seguridad, y estuvo en la primera línea de la gestión pública administrando y gestionando la seguridad, como cuando fue viceministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires o cuando estuvo formando la Policía de Seguridad Aeroportuaria, o en la última parte de su vida laboral como Director de la AFI (Agencia Federal de Inteligencia). Nos suma ideas y experiencia al equipo de seguridad en Santa Fe.

--Sain habló de la profundización del control de las fuerzas policiales? Usted pondría directamente solo a civiles a controlar las fuerzas policiales?
--Nosotros tenemos la Secretaría de Control de fuerzas de Seguridad, que son civiles. David Reinero es un civil. Son funcionarios políticos que conducen a Asuntos Internos.

--¿Usted no cambiaría nada entonces de lo que esta haciendo?
--Profundizaría los controles. En estos cinco meses de gobierno tenemos 500 controles a comisarías y unidades regionales, con las que detectamos muchas irregularidades entre ellas unas dos mil armas en comisarías.

--¿Asuntos Internos seguirá existiendo tal como se la conoce con uniformados?
--Con la conducción del secretario de control, sin depender del jefe de policía de provincia.

-- También usted contrató al ex jefe de policía Mariano Savia. ¿Que cree que le puede sumar este ex comisario al nuevo perfil de la policía?
-- Savia nos enriquece con su mirada, porque es una persona que tiene una opinión de la institución policial por haber hecho toda su carrera dentro de la fuerza santafesina. La discusión con él de algunos puntos, nos enriquece. Es un policía con prestigio.

-- Hay sin embargo una designación en su gestión: la de Gonzalo "Chino" Paz ex jefe de Drogas Peligrosas, con imputaciones varias en su contra por ejemplo en la causa Halford, en la Unidad Regional 17 de San Lorenzo, que casualmente es un puerto cerealero de los más importantes de latinoamérica, sobre el que pesan sospechas de tráfico de estupefacientes. Su segundo a cargo es otro ex jefe de Drogas Juan Carlos "Cabezón" Romero. ¿Porque los nombró?
-Simplemente fue una propuesta que hizo el jefe de policía de provincia Luis Bruschi, así que hicimos una mirada en Asuntos Internos de cada una de las personas designadas, y también hicimos una consulta en los juzgados federales para ver si existen causas federales e indudablemente no vimos nada que no pueda generar una luz naranja para nos designar a Paz en ese lugar. Paz además venía siendo el jefe de Orden Público del departamento San Lorenzo. El tercero en jerarquía.

Cabe recordar que en mayo de 2011 la entonces camarista federal Laura Cosidoy se presentó ante un tribunal oral federal para defenderse de las imputaciones en su contra por su rol durante la dictadura con una verdadera "guardia pretoriana": el ex jefe de la brigada antinárcoticos Gustavo Spoletti, su entonces segundo el "Chino" Paz (a quien Cosidoy no quiso investigar por las irregularidades denunciadas en el operativo de detención del célebre narco Jorge Halford sólo 24 horas antes de haber plantado droga para forzar un allanamiento en su contra) y del ex jefe del grupo, Alejandro Franganillo.



DENUNCIAN A BULLRICH POR LA PRESENCIA DE GENDARMERIA EN LA CIUDAD DE LAS ROSAS.
"Violó la ley de Seguridad Interior"
Así lo afirmaron miembros del Foro contra la Impunidad y por la Justicia de Santa Fe. Aseguran que la ministra no podía ordenar que fuerzas de la Gendarmería intervinieran en "el municipio de Las Rosas", a pedido del intendente del PRO, Javier Meyer.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe.
En Las Rosas hubo un largo conflicto municipal en el que intervino la Gendarmería.
El Foro contra la Impunidad y por la Justicia de Santa Fe acusó a la ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich por una "flagrante violación a la ley de Seguridad Interior" al "haber ordenado" que fuerzas de la Gendarmería intervinieran en "el municipio y la ciudad de Las Rosas", a pedido del intendente del PRO, Javier Meyer y "sin conocimiento" del gobernador Miguel Lifschitz. Denunció que el operativo incluyó a "personal de civil" que "realizaba tareas de inteligencia en la ciudad y se desplazaba en automóviles particulares, algunos de ellos identificados, como una camioneta Amarok patente NEW889". Distribuyó fotos de la "presencia intimidatoria de los gendarmes" dentro y fuera de la sede municipal, donde trataron a "a los trabajadores municipales y a sus representantes sindicales como si fueran delincuentes" y los vigilaron hasta en "reuniones y asambleas gremiales". Advirtió que el hecho atenta contra "la autonomía de la provincia, los derechos de la ciudadanía y la vigencia del estado de derecho". Y exigió que Bullrich renuncie o "sea separada de su cargo" y "sometida a la acción de la justicia" por los supuestos delitos de "abuso de autoridad" e "incumplimiento de deberes de funcionario público".

El Foro pidió la investigación a Bullrich en un documento que se conoció esta semana y publicó en su página en la Web. Está dirigido "a los poderes provinciales y nacionales y a la opinión pública" para advertir sobre la "gravedad" de las operaciones de Gendarmería en un conflicto gremial entre Meyer y los trabajadores municipales y reclamar que "se realicen las acciones que correspondan" para "salvaguardar" "la autonomía provincial, los derechos de la ciudadanía y la vigencia del estado de derecho". Mañana, los dirigentes del Foro solicitarán una audiencia al ministro de Justicia y Derechos Humanos de la provincia, Ricardo Silberstein para entregarle una copia y lo mismo harán en la Legislatura, donde lo presentarán por mesa de entradas y en audiencias con los legisladores.

El documento tiene el aval de Madres de Plaza de Mayo, Hijos, Familiares de Desaparecidos, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, otros organismos de derechos humanos y unas 40 organizaciones políticas, gremiales y sociales que integran el Foro.

La denuncia del Foro ya generó cierto ruido en el gabinete de Lifschitz, en la Casa Gris, donde el ministro de Gobierno Pablo Farías criticó la "presencia inconsulta de la Gendarmería en Las Rosas" porque "no fue solicitada", "acordada" ni "coordinada con la provincia". Mientras que su colega de Seguridad Maximiliano Pullaro la justificó al considerar que era "un pedido del intendente" Meyer, que "el gobierno nacional acompañó".
"Gendamería puede actuar", sorprendió Pullaro ante una consulta de Rosario/12.
Sin embargo, el Foro "no tiene dudas" de que Bullrich cometió "un acto de flagrante violación de la ley 24.059 de Seguridad Interior al haber ordenado la intervención de la Gendarmería en el municipio y la ciudad de Las Rosas, sin que mediara la correspondiente solicitud" de Lifchitz. Y advirtió que el operativo sumó el "agravante" de "tareas de inteligencia ilegales" que realizaron "efectivos de la fuerza" que operaban "de civil" y "se desplazaban en automóviles particulares", entre ellos "una camioneta Amarok patente NEW889".

La ley 24.059 de Seguridad Interior (artículos 5 y 24) "es muy clara", dijo el Foro. Gendarmería "sólo puede intervenir fuera de la jurisdicción nacional a pedido del gobernador de la provincia y ante situaciones de inseguridad que están tipificadas" y eso no ocurrió en Santa Fe.

"La ministra Bullrich no se condujo dentro de lo que establece la ley de Seguridad Interior, sino que directamente ignoró" al gobierno de Lifschitz y "decidió de por sí el envío de las fuerzas federales a Las Rosas, ante el pedido del intendente Meyer.

Bullrich dijo que "la Gendarmería no fue a reprimir", sino "a ayudar a que (Meyer) pueda gobernar". "Lo que pone en evidencia que se trató de una intervención con motivaciones políticas distintas", a los supuestos legales, agregó el Foro.

"La actuación de la ministra de Seguridad representa una violación a la Ley de Seguridad Interior, y por lo tanto, una acción delictuosa, que como cualquier otra requiere de la denuncia y la sanción correspondiente. Más aun por tratarse de una funcionaria que en ejercicio de sus funciones hace caso omiso de las leyes vigentes y viola la autonomía de una provincia, lo cual representa un agravante de carácter institucional".

Tras recordar "otras actuaciones lamentables e irresponsables" de Bullrich, el Foro solicitó "a las autoridades provinciales y nacionales una acción enérgica" y exigió la "renuncia de la ministra" o que "sea separada de sus funciones, y sometida a la acción de la Justicia" por los supuestos "delitos de abuso de autoridad" e "incumplimiento de sus deberes".
Fuente:Rosario12




Una familia convirtió su almacén en una olla popular“Si me dicen «tengo hambre», me mata”
29/05/2016
Por Federico Tartufoli y Marcos Mizzi
07 Claudia Olla Popular color
Desde hace un mes, en la Olla Popular Matías, bautizada así en homenaje a un hijo fallecido en un accidente, Claudia, Sonia y Julio les dan de comer a más de 170 personas todos los sábados a la noche, y el número va en aumento. El día elegido no es fortuito: esa cena es la que está a caballito entre el almuerzo del viernes y el almuerzo del lunes, en los que las familias pueden manguear en los comedores escolares de Saladillo. “Yo también me cagué de hambre, yo también estuve con cuatro hijos sin nada para comer”, explica Claudia en una extensa charla en la que describe cómo convirtió a su almacén y su cocina en un espacio solidario para el barrio.

—¿Cuándo arrancás con todo esto?
—Dieciséis años atrás, diecisiete, cuando fue todo el quilombo, en 1999, 2000. Uno lo hace porque le gusta, porque aprendió lo lindo de ayudar. Yo la pasé con De la Rúa, cuando estaba embarazada de mi hijo de 17 años. Yo también iba a la copa de leche con la Yoli. Empecé con ella, cuando tenía que trabajar por los 150, ¿te acordás? Tenías que trabajar dos horas, y ahí empezamos con la copa de leche y una olla, hasta que se acomodó todo.

—¿En qué época fue que se acomodó todo?
—Cortamos más o menos en 2004, cuando asume Néstor. Nos fuimos acomodando todos y nos olvidamos de todo. Y cuando vino Cristina ya estaba todo más que bien. Mi marido agarraba un trabajo y dejaba otro, elegía de qué trabajar. A los chicos nunca les faltó nada, pudimos arreglar la casa, revocamos, pintamos. ¿Cuándo uno iba a tener un televisor de estos? (señala el Smart TV que cuelga sobre un mueble) ¿Cuándo iban a tener computadoras los chicos? Los más chicos míos son una luz con la computadora (risas).

—¿Por qué una olla popular después de quince años?
—Yo hablo mucho, no sé si se están dando cuenta (risas), yo hablo y también escucho. Viene gente al negocio y yo les hago de psicóloga, porque me cuentan y me cuentan: mi marido se quedó sin trabajo, a mi hermana la echaron, no tengo plata, me aguantás cuatro pesos de pan, cinco pesos, no sé cuándo te lo voy a pagar, porque no tengo, pero vos me podés dar… Y, ¿qué les voy a decir?, ¿que no?, si yo también me cagué de hambre, si yo también estuve con cuatro hijos sin nada para comer.

—¿Cómo empezaron?
—Empezó más o menos después de las fiestas. El 31 ya se notó el cambio. Acá nosotros somos pobres y si tenemos guita la gastamos. Yo me di cuenta en la venta: el otro año para las fiestas se vendía y se vendía. Yo no tengo ganas de festejar, por el fallecimiento de mi hijo, que me cambió mucho. Y siempre a eso de la una cierro el negocio, pero este año no se vendía nada y cerré antes. La gente venía y compraba lo justo y bien temprano: dos gaseosas, dos cervezas y listo. Después, ya en enero, tuve que empezar a abrir menos porque empezó el fiado y me iba a fundir, de vuelta, porque ya me pasó (risas). Y yo no puedo, si me dicen «tengo hambre», me mata, y tengo que darle. Igual seguían viniendo, empezaron también los hombres grandes, que están echados, y empezó la lluvia, un día, dos días, tres días, y vinieron muchos y ya era un desastre. Y un día hice un arroz amarillo acá en mi cocina y digo bueno, cuando empiecen a venir les empiezo a dar. Entonces ahí empezó, cuando venían a pedir les decía: «traé un taper que te voy a dar comida». Les llenaba el taper, les daba pan y listo. Y esa noche me acosté pensando, no podía dormir. Mi marido me miraba, nomás, no me decía nada. Encima esa noche habíamos visto a Navarro y ¡para qué! (risas), vimos todo lo que está pasando. Entonces, al otro día, mi marido vuelve de trabajar y le digo: «Mirá tengo esta idea, ¿qué hacemos?». «Estás loca», me respondió (risas). Pero después de comer le volví a decir y me contestó que le dé para adelante. Justo él cobraba esa semana, así que agarramos 1000 pesos, compré packs de arroz, bolsas de zanahoria, de cebolla, y le conté al chico de la pollería que estaba por hacer una olla y si me podía dar una mano con alita y menudo. Y llegamos a un trato: un sábado me cobra y otro sábado me lo da gratis. En la semana vino Sonia, una amiga del pasillo de acá enfrente, y se prendió a darme una mano. Y ahí empezamos.

—¿Cuánta gente se acerca?
—El primer día hicimos un recuento y anotamos 15 familias. Ahora son 35. Y yo les digo: «Dejen de tener hijos» (risas), porque te piden las porciones y son cuatro, cinco. El cinco me tiene cansada (más risas). Y si sumás los padres son siete, entonces les ponemos también para ellos, y le damos para que lleven a la casa. Porque mi idea es que vayan a la casa y coman todos alrededor de la mesa.

—¿Entonces no comen acá?
—No. Primero, por una falta de espacio; y segundo, porque para mí es lindo compartir la comida con la familia, que la madre saque la comida del táper y le ponga un cucharón en el plato a cada uno, y que se sienten a comer todos y que hablen entre ellos. Porque cuando vos te sentás en la mesa a comer compartís, hablás con tus chicos. Y mi idea es que no se rompa ese lazo, que se siga conservando, porque la familia es la base. Aunque se pierda todo lo demás, hay que conservar esos lazos.

—¿Y qué te dice la gente cuando le dan la comida?
—Están muy agradecidos, porque no tienen para comer en serio. Y te preguntan si te tienen que dejar el documento para poder volver, y yo los reto y les digo: «No hace falta, llevate el táper lleno y volvé a traerlo el próximo sábado que también lo vas a tener». Y a la gente, con ese arroz amarillo, no sabés lo feliz que la hacés. Y se corre la bola y cada vez vienen más.

—¿Cómo es que va creciendo el número?
—Porque hay hambre. Y cada vez más. El año pasado no estábamos así. Yo primero lo noté en el negocio, y ahora lo ves en todos lados. La mayor cagada es que esto repercute en los más chicos, y en los viejos. Nos queda toda una parte grande del barrio para caminar, que sé que también hay hambre ahí, porque pasé y vi gente mal. Estaban paradas, mirando lejos, sin esperanza, yo ya conozco esa mirada.

—¿Qué significa esa mirada?
—Gente que está en la vereda, mirando lejos sin mirar, pensando qué va a hacer, adónde va a ir. Personas que están solas, tiradas en la puerta del rancho. Si vos tenés para comer, para llevarle a tus hijos, si estás bien no estás así, afuera mirando la nada, al lado de un fueguito de tres palitos. Yo te juro que me mata eso, ¿y a quién no?

Quien quiera oir que olla
Por F.T. y M.M.

Las ollas populares, flores salvajes que nacieron en los arrabales allá en la noche oscura de fin de siglo, vuelven a brotar a montones en este nuevo trance neoliberal que vive la Argentina. Una de esas es la que plantó Claudia, almacenera de Saladillo, que se puso al hombro la tarea de aliviar un poco el hambre de los nadies.
Como todos aquellos que guardan en lo profundo de sus ojos a la tristeza, Claudia tiene la risa fácil. Mientras nos ceba mate dulce con una pava eléctrica (acaso un mojón del boom de consumo interno de la última década), alivia un poco escucharla reír a carcajadas mientras habla de viejos desesperados, de madres angustiadas y de chicos con frío en las patas.

Que nadie se confunda: Claudia no adhiere al cinismo de la Revolución de la Alegría que llevan adelante los reptiles del gobierno de Mauricio Macri. Simplemente sabe que para la adversidad no hay mejor remedio que la buena onda. En medio de una crisis descomunal que amenaza con hundirnos a todos en el fango del sálvese quién pueda, la risa de Claudia tiene gusto a pan compartido.

Ella y Julio, su marido, forman parte de la clase laburante que sobrevivió entre ollas populares y trueques cuando nuestro país parecía ir rumbo a la desaparición, y que después de la llegada de Néstor Kichner pudo establecerse y acomodarse un poco. Él trabaja en blanco en una metalúrgica (que dicho sea de paso desde marzo empezó a cortarle las horas extras) y ella atiende un almacén y se encarga de la casa y de los chicos.
Cuando notaron que los vecinos que estaban más cerca del borde del precipicio empezaron a caer irremediablemente cuesta abajo, ni lo dudaron: desempolvaron viejas mañas y se pusieron manos a la obra: fundaron la Olla Popular Matías.

Para acercar ayuda
Los que quieran dar una mano con la Olla Popular Matías pueden acercarse con mercadería (tomate triturado, verduras, carnes) a la casa de Claudia (Lamadrid 405 bis) o al local central del Movimiento Evita (Rioja 1065 1° piso). También pueden comunicarse al 4614048 o al 3413680112.
Fuente: El Eslabón
Fuente:RedaccionRosario

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