26 de mayo de 2016

TROPEL.

Macri cerró la Plaza y se rodeó de policías, pero el pueblo pobre se manifiesta acampando frente a los represores
Resumen Latinoamericano, 25 mayo 2016.- 

Las imágenes no pueden ser más elocuentes de un día tan especial como este 25 de mayo. Si se planteara usar las mismas consignas de la historia de 1810, este 2016 es evidente que el pueblo “supo de qué se trata”.

Por un lado cientos de policías armados hasta los dientes custodiando a un presidente que no puede caminar sin miedo entre la gente, porque sabe que ya hay muchos que no lo quieren por todos los atropellos realizados en tan poco tiempo.

Por el otro lado, el pueblo pobre manifetándose, acampando desde hace 48 horas, reclamando por lo que es suyo y se lo roban a diario. Dos escenarios distintos y una sola forma de ver lo que está ocurriendo:

El gobierno se atrinchera, valla su espacio, y mira con temor a los que están fuera de su entorno.


Del otro lado, el pueblo grita sus consignas, que hablan de hartazgo y bronca contenida. En el aire hay cada vez más olor a resistencia.

EL ACAMPE POPULAR CONTINÚA Y SE INCREMENTARÁ EL PLAN DE LUCHA
Los manifestantes de distintos barrios que reclaman al borde de la Plaza de Mayo, resolvieron continuar con el plan de lucha y exigirle al gobierno que escuche sus demandas.






Hasta un diario derechista español se sorprende: “Argentina celebra su día patrio del 25 de mayo con Mauricio Macri rodeado de vallas y protestas” 
Carlos E. Cué / El País de España/ 25 MAY 2016 .- 

Con la Plaza de Mayo cercada, el presidente se ve obligado a refugiarse en la residencia oficial después del tedeum en la Catedral

En una nota que firma el corresponsal en Buenos Aires del diario derechista El País (España), no puede ocultar una evidencia: el gobierno de Mauricio Macri teme a las protestas populares (que van en aumento) y optó por vallar la emblemática Plaza de Mayo. Toda una señal.
Aquí va la nota de El País: Foto: La gendarmería evita el ingreso de manifestantes a la Plaza de Mayo durante el tedeum en Buenos Aires. Ricardo Ceppi 
Mauricio Macri y su principal asesor, Jaime Durán Barba, conocen bien la fuerza de una imagen en la nueva política. Con ellas hicieron su campaña y ganaron las elecciones. Pero la imagen que quedará del primer día patrio de Argentina con Macri en el poder es especialmente perjudicial para el presidente. La Plaza de Mayo, corazón de todas las celebraciones en Argentina, amaneció completamente vallada y vacía para impedir que las protestas de un grupo de cooperativistas que habían organizado una pequeña acampada al borde de la plaza llegaran hasta el Presidente.

Lejos de celebrar un 25 de mayo, día en el que Argentina dio en 1810 su primer paso hacia la independencia de España, con fervor popular, Macri lo hace rodeado de seguridad. Tenía previsto invitar a decenas de personas, entre ellos areferentes sociales como Margarita Barrientos, a compartir un locro, la comida típica del interior argentino, en la parte trasera de la Casa Rosada. Sin embargo, la presión de las protestas, sobre todo de empleados públicos, que ya el día anterior tomaron la Plaza de Mayo, hizo que se cambiara el escenario para llevar la fiesta a la quinta de Olivos, la residencia presidencial. Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, anunció que habían detenido a un grupo con cócteles molotov que iba a la Plaza de Mayo y aseguró que por eso había más seguridad de la prevista.

El presidente Mauricio Macri saluda a la salida de la catedral de Buenos Aires AFP Así que Macri asistió al tedeum, la misa en la catedral por el día patrio, y después se marchó rodeado de protección policial a la quinta de Olivos, la residencia presidencial en el norte de la ciudad, donde podrá comer y celebrar tranquilo con sus ministros y otros invitados. “Comparto el dolor, las angustias, el sincerar la economía ha sido muy duro, pero nos dejaron realmente una bomba al borde de estallar que la venimos tratando de desarmar con el mayor cuidado posible. Mi compromiso es cuidar a todos los argentinos, es que crucemos ese puente que estamos empezando a construir todos. Y por eso es que hemos tomado tantas medidas en lo social que involucran a más de 10 millones de personas y que son más de 30.000 millones de pesos (2.000 millones de dólares)”, sentenció el presidente.

Sin embargo, la imagen de Macri sin poder celebrar con los ciudadanos en la Plaza de Mayo un día tan importante para los argentinos es demoledora para un Gobierno que insiste en trasladar normalidad. La transmisión oficial trataba de mostrar esa idea, con las autoridades compartiendo un chocolate con churros, pero en cuanto los canales privados abrían el plano solo se veían policías, militares, armas, vallas y una plaza completamente vacía. Cuando salió de la catedral, Macri se acercó a saludar al pequeño grupo de fieles que habían conseguido atravesar el cerco a la plaza. Todo bastante alejado de la imagen de celebración de un día festivo.

El Ejecutivo, cuando llegó al poder en diciembre, tenía el plan de eliminar las vallas de la zona de la plaza frente a la Casa Rosada, la sede del Gobierno. Llevan ahí desde 2001, cuando empezó la crisis, y se abren y se cierran en función de las protestas. Macri y los suyos siempre han querido quitarlas pero ese momento está muy lejano. Al contrario, cada vez tienen que poner más.

Es muy evidente el contraste de este 25 de mayo con el del año pasado, en el que Cristina Fernández de Kirchner organizó un multitudinario mitin con sus partidarios en la Plaza de Mayo. En las redes sociales los kirchneristas se encargan de mostrar la comparación entre las dos fotografías. Lo que está dejando claro esta celebración es que el kirchnerismo ha perdido el poder y además ni siquiera controla el peronismo pero sigue dominando la calle, mientras Macri, que según las encuestas conserva un notable apoyo popular –aunque está bajando- no tiene capacidad para contrarrestar en la plaza esa fuerza de la oposición. Ni siquiera lo ha intentado. Los suyos insisten en que lo importante no es la calle sino comprobar que Macri sigue por encima del 50% de apoyo en las encuestas.

La gendarmería rodea la Plaza de Mayo. Al fondo la catedral de Buenos Aires. Ricardo Ceppi La participación de Macri en el tedeum, el único acto al que acudirá en la Plaza de Mayo, es ya en sí es especialmente simbólica, porque los Kirchner, por su enfrentamiento con Jorge Bergoglio cuando era arzobispo de Buenos Aires, no acudían nunca a la catedral. Macri vuelve allí como presidente precisamente cuando la Iglesia argentina, que obedece al Papa, está metiendo mucha presión por la situación provocada por la inflacióny el aumento de la pobreza. El arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, lanzó delante de Macri algunos mensajes velados aunque no hubo ninguna crítica directa. “Nadie se tiene que levantar hasta encontrar acuerdos razonables y duraderos”, y “no perdamos la sensibilidad por los más pobres” fueron algunas de sus frases.

Según los estudios de la iglesia, desde que llegó Macri hay 1,4 millones de pobres nuevos. Los informes de los obispos son especialmente duros para el macrismo, que evita enfrentarse a ellos. En Argentina está instalada la idea de que el Papa, de origen peronista, está en contra de las políticas de Macri. Cada gesto suyo o de la Iglesia se interpreta en ese sentido.

El Gobierno lo desmiente y Marcos Peña, mano derecha de Macri, asegura que la Iglesia y ellos tienen “la misma agenda de lucha contra la pobreza y la precariedad laboral”. “Compartimos 100% lo que ha dicho Poli. Fueron palabras muy sabias sus pedidos de un país en paz, con prosperidad y de una Argentina que ha cambiado por decisión de los argentinos, que se han dado una nueva oportunidad para rencontrarse este 25 de mayo”, dijo Peña al término de la homilía. Macri y Bergoglio han protagonizado esta semana un intercambio amable de cartas con llamadas a la unidad nacional para rebajar la tensión, y esta presencia del presidente en el Te Deum es un nuevo gesto de acercamiento. Pero lo que le preocupa al Papa, que colocó a Argentina en el mismo grupo que Venezuela, Brasil y Bolivia, son los conflictos sociales. Y la imagen que le llegará a Roma del 25 de Mayo demuestra que están lejos de resolverse.
Envío:ResumenLatinomaericano




25 DE MAYO VIP
Por Werner Pertot

Lejos de los festejos populares, Macri ordenó vallar la Plaza de Mayo para evitar protestas. Las fuerzas de seguridad solo dejaron pasar a funcionarios y otros pocos elegidos. El acto central se trasladó a Olivos, con 400 invitados seleccionados, donde ni siquiera pudo asistir el periodismo



EN CONTRASTE CON LAS FIESTAS POPULARES DE LOS ULTIMOS AñOS, CAMBIEMOS ORGANIZO SU 25 DE MAYO SIN GENTE EN LA CALLE
Vallas en la Plaza y gente como uno en Olivos
El Presidente asistió al Tedéum con su gabinete protegido por vallas y una multitud de policías. Por la mañana dijo: “Estoy muy contento por cómo marchan las cosas”. Igual tuvo que escucharr que el arzobispo Poli le remarque la agudización de la pobreza.
Por Werner Pertot

Vecinos de Olivos compartieron el locro que empezó a servir el presidente Mauricio Macri acompañado por su vice, Gabriela Michetti.Imagen: Télam
No hubo espectáculos populares, ni fuegos artificiales, ni invitaciones a festivales masivos. Fue un 25 de mayo con la Plaza de Mayo vallada, con personas golpeando las rejas y reclamando poder ingresar. El presidente Mauricio Macri cruzó ese territorio bien vigilado desde la Casa Rosada hasta la Catedral y asistió al tradicional Tedeum, en el que el cardenal Mario Poli pidió “compartir la sabiduría del diálogo, donde las ideas superen las ideologías y donde nadie se levante hasta encontrar acuerdos razonables y duraderos de los que dependen tantas vidas, proyectos y sueños”. El Gobierno se apuraría luego a afirmar que estaban de acuerdo en todo lo que dijo. En declaraciones al comienzo de la jornada, el presidente Macri advirtió: “Nos dejaron una bomba al borde de estallar y la tenemos que desarmar con mucho cuidado”.

Pulcra, ordenada, casi sin personas. Así lucía por la mañana la Plaza de Mayo, cuando el presidente y sus funcionarios cruzaron hacia la Catedral metropolitana acompañados por la tradicional fanfarria militar.

Un pequeño grupo de alumnos había acompañado más temprano al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, a izar la bandera. Larreta se ocupó de justificar el vallado que impedía el acceso a la Plaza de Mayo.

“Se decidió vallar por seguridad. Acá hay un mecanismo de seguridad que se coordinó con el Gobierno de la Ciudad y con Nación. Acá no sé si hubo amenazas, siempre hay que estar precavidos”, aseguró.

La decisión va en contra de los proyectos que comentaban los macristas al comienzo de su Gobierno, hace apenas seis meses, cuando soñaban con levantar las vallas y mostrar una Casa Rosada con una mayor cercanía al pueblo. En los discursos de esa época, se dedicaron a describir a Macri como un presidente que, a diferencia de su antecesora, se mostraba cerca del pueblo.

Larreta consideró que el aniversario de la Revolución de Mayo se daba en “una Argentina distinta, una Argentina mucho más abierta al diálogo, en la que todos pueden expresar sus diferencias”. Un grupo de personas del otro lado de la valla se dedicaron a hacer eso. En un acampe a metros de distancia estaban los cooperativistas que dependen del Gobierno porteño, el Frente Popular Darío Santillán y el Polo Obrero, entre otros. Reclamaban un aumento para las cooperativas. Larreta sostuvo que eran “una minoría, menos del 10 por ciento de las cooperativas”.

Más tarde, otro grupo de personas reclamaron ingresar a la plaza golpeando las vallas. “Abrí la plaza la puta que te parió”, era uno de los cantitos preferidos. Varias mesas con comida se habían desplegado junto a la Pirámide de Mayo. A los funcionarios que habían sorteado el vallado y a los policías que custodiaban, se les ofreció churros y chocolate caliente, al igual que a los alumnos que habían asistido. Desde adentro, un grupo de jóvenes PRO culparon a los cooperativistas:

“Por unos inadaptados, una multitud se vio privada de asistir a los festejos”, señalaron.
A sana distancia de los que protestaban, Macri había hecho algunas declaraciones por Radio Nacional antes de asistir al Tedeum. “La rueda se empezó a mover, el mundo nos ha abierto la mano, confía en nosotros”, sostuvo, sobre el rumbo de la economía. “Estoy muy contento por cómo marchan las cosas”, aseguró. Antes de recibir una visión muy diferente por parte de la Iglesia, Macri se atajó: “Sé que han sido meses difíciles para muchos, comparto el dolor y las angustias. El sinceramiento de la economía ha sido muy duro, pero el segundo semestre va a ser mejor, la inflación va a bajar drásticamente”

Locro para pocos
El presidente escuchó el Tedeum, a cargo del arzobispo Poli, quien no le ahorró ningún repaso de la realidad, como el 35 por ciento de pobreza que señaló la UCA. “Que no nos paralicen las estadísticas, no perdamos la sensibilidad de escuchar y redoblar esfuerzos y servicios ante el dolor de los más pobres, de las familias que sufren la humillación por carecer de lo esencial”, pidió Poli. Macri lo escuchaba junto a la primera dama Juliana Awada y el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.

Apenas concluyó la homilía, el jefe de Gabinete se apuró a aclarar que el Gobierno estaba “cien por ciento de acuerdo” con lo expresado por la Iglesia. Como si el mensaje hubiera sido dirigido a otro, Peña se limitó a desear que “haya más trabajo, mejores escuelas y hospitales sobre todo más unidos en torno a un sueño común”. Peña indicó que la celebración puertas adentro de Olivos “es mejor que lo que hemos vivido en los últimos años”.

Al salir de la Catedral, Macri se acercó a un grupo de personas a las que se le había permitido cruzar las vallas y los saludó. Incluso se probó el gorro negro de uno de ellos. Luego partió hacia la Quinta de Olivos, donde había un locro para 400 invitados especialmente seleccionados. También hubo empanadas criollas y como postre, pastelitos de dulce de membrillo y de batata. El acto iba a ser originalmente en la Plaza Colón, detrás de la Casa Rosada, pero fue cambiado a último momento. En el Gobierno negaron que el traspaso tuviera que ver con las protestas.

Las invitaciones a Olivos incluían a una selección de vecinos de la Quinta de Olivos a los que les tocaron el timbre en los últimos días para sumarlos a la invitación. Fueron los únicos que pudieron registrar con sus celulares lo que ocurrió allí, dado que no se permitió la entrada de periodistas. Las únicas transmisiones oficiales fueron cuidadosamente controladas desde el Facebook de Casa Rosada.

Al convite en la Plaza de Armas de Olivos, donde se usaron fardos de alfalfa para que las personas se sentaran, también fueron invitados diversos dirigentes sociales cercanos al macrismo. La dirigente del barrio Los Piletones Margarita Barrientos, finalmente, no asistió. Se quedó en su comedor, donde por la tarde se fotografió con la vicepresidenta Gabriela Michetti. Otros de los invitados fueron: Asociación Civil Niño Jesús, Grupo Comunitario Blanca Nieves, Ositos Cariñosos, Fundación Manos Abiertas, Comedor Comunitario Pamperito, Años Felices, Fundación Convivir y el Centro Comunitario Copitos. También asistieron cursos de escuelas de Hurlingham y de Vicente López. Todos comieron al son de un conjunto folklórico.

Antes de servir el primer cucharón de locro, que fue llevado a la mesa en un zapallo ahuecado, Macri dio allí un breve discurso en el que los invitó a “seguir trabajando juntos de cara al futuro y a cerrar la brecha entre lo que somos y podemos ser”. Finalizó con un sonoro “¡Viva la patria!”.



BULLRICH INTENTO INSTALAR QUE UNOS DETENIDOS IBAN A LA PLAZA CON BOMBAS MOLOTOV
De comandos a quemacoches
La ministra de Seguridad alarmó con que se había apresado a un grupo con bombas molotov que “iban a la Plaza de Mayo”. Pero la desmintieron desde el Gobierno de la Ciudad y la propia Federal, que dijeron que los detenidos intentaban quemar un auto.
Efectivos de la Federal custodiaron las vallas de la Plaza de Mayo mientras Macri y su gabinete asistían al Tedéum.Imagen: Bernardino Avila
Papelón y macartismo. Una vez más, la ministra de Seguridad de la Nación quedó descolocada, esta vez por hacer conjeturas políticas sobre un hecho policial. Para Patricia Bullrich un grupo de personas que fueron detenidas ayer en Núñez eran sospechosos con “bombas molotov” que iban a Plaza de Mayo, pero para el gobierno porteño eran “quemacoches”, y lo mismo indicaron a Página/12 fuentes judiciales del caso. En los hechos, las versiones de Bullrich y la Policía Federal, que desde enero está a cargo del jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, quedaron cruzadas y superan un mero “malentendido”.

“Sabemos que estamos en un momento en el que todos los días hay una provocación. Hoy a las 5 de la mañana, en Belgrano, agarramos un auto con seis personas con bombas molotov y un montón de elementos, que uno tiende a pensar que iban a la Plaza de Mayo”, sostuvo Bullrich en declaraciones por radio La Red. En este contexto, afirmó que “los niveles de violencia son muy altos” y que “se quiere generar una situación de descontrol en la calle por parte de grupos que están, permanentemente, todos los días, haciendo manifestaciones”. Y agregó: “Tenemos que tener cuidado de no entrar en situaciones de provocación que buscan poner al Gobierno en una situación límite”, en referencia a quienes protestan contra el ajuste.

Sin embargo, en un comunicado de prensa del Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Martín Ocampo, se informó que los sospechosos fueron apresados cuando “intentaban incendiar un Peugeot 408”. No se descarta que sea un grupo de “quemacoches” o de personas que están en contra de Uber, la aplicación para pedir autos de alquiler.

El hecho ocurrió ayer a la madrugada en O’Higgins y Arias, en Núñez, y fue advertida por personal de la comisaría 35 de la Policía Federal, que a su vez habría recibido el alerta por una llamada al 911. Según el comunicado de prensa, “los detenidos estaban junto a un Renault Megane taxi donde encontraron una bolsa plástica conteniendo mecheros caseros hechos con latas de gaseosa cortadas con estopa en su interior. Además hallaron una gomera de metal y bulones de rueda con una banda elástica que apretaba un papel blanco con la inscripción que decía ‘tenemos tu patente esto recién empieza´, una caja de fósforos grande y un guante de cuero”.

Los investigadores presumen los sospechosos primero utilizaban los bulones para romper el vidrio de un rodado y amenazar a los dueños de los autos para luego prenderlos fuego. “En el interior del Peugeot había una botella de Levite conteniendo nafta y un bidón con el mismo combustible. Además de elementos contundentes como una manopla de hierro negro, un bastón extensible y un gas pimienta”, agregaron.

Los seis sospechos son mayores de edad y quedaron a disposición del juez de instrucción porteño Santiago Quian Zavalía, a cargo de la causa, quien tiene previsto tomarles hoy declaración indagatoria por la tenencia de elementos inflamables. Para los investigadores la hipótesis de la ministra es “descabellada”, y destacaron que en la zona ya se han registrado otros hechos vinculados a los “quemacoches”.

En el marco de la supuesta escalada de violencia, Bullrich mencionó otro episodio. “En el caso de las trompadas a Kicillof, era una persona que había hecho inteligencia, no era alguien que se había parado en la calle, lo vio pasar y no le gustó Kicillof. Por eso, tenemos que bajar los niveles de agresión”, apuntó la funcionaria. Desde su asunción en el ministerio no es la primera vez que hace públicas versiones que finalmente resultan falsas, tal como sucedió en diciembre cuando fueron reprimidos los trabajadores de Cresta Roja en la autopista Riccheri, y el ministerio difundió que había identificado a un militante de un partido de izquierda en el aeropuesto de Ezeiza “con intenciones de tomarlo”.




EN EL TEDEUM, EL CARDENAL DE BUENOS AIRES PIDIO QUE “NO PERDAMOS LA SENSIBILIDAD ANTE EL DOLOR DE LOS MAS POBRES”
Poli renovó el reclamo de la Iglesia
En su primer Tedéum como presidente, Macri debió escuchar los reclamos del cardenal Poli, en la misma línea de los que viene manifestando la cúpula de la Iglesia. Marcos Peña se apresuró a aclarar que coincidían en un “ciento por ciento”.
El cardenal Poli recibió al presidente Macri y la vicepresidenta Michetti en la puerta de la Catedral Metropolitana.
Con la Plaza de Mayo vallada, un enorme operativo de seguridad para alejar manifestantes de la Catedral y un chocolate que sólo pudieron disfrutar policías y un puñado de invitados, Mauricio Macri participó ayer de su primer Tedéum como presidente. “No perdamos la sensibilidad de escuchar y redoblar esfuerzos y servicios ante el dolor de los más pobres, de las familias que sufren la humillación por carecer de lo esencial”, advirtió en su homilía el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, ante un auditorio que incluyó al jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta, a miembros del gabinete nacional y al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti. El cardenal Poli hizo un llamado al diálogo para afrontar la crisis económica y la pobreza creciente y manifestó su deseo de “que todo argentino e inmigrante de buena voluntad que comparta nuestros días tenga tierra, techo, y trabajo, lo elemental”. “Compartimos el 100 por ciento”, avisó luego el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

El primer Tedéum de Mauricio Macri como Presidente tuvo como escenario una Catedral Metropolitana colmada de invitados especiales, ante quienes el cardenal Mario Poli pronunció una homilía donde marcó las preocupaciones de la Iglesia frente a los problemas sociales, aunque con menos dureza que el del documento del sábado pasado en el encuentro de la Pastoral Social de Mar del Plata.

“Es horripilante que esté todo vallado. Ni en la última dictadura militar vi algo así”, soltó un jubilado de YPF mientras le mandaba fotos a sus amigos porque no le creían cuando les contó que no podía ingresar a Plaza de Mayo. Frente a la Pirámide se habían desplegado varias mesas en las que se ofrecía chocolate con churros, que degustaban mayoritariamente uniformados de distintas fuerzas.

Rodríguez Larreta y su esposa llegaron temprano para aguardar a Macri en la puerta de la catedral. En segundo término llegó la esposa del Presidente, Juliana Awada, en una camioneta. Poco antes de las 11, escoltados por el Regimiento de Granaderos a Caballo, cubrieron los 100 metros que separan Casa Rosada de la Catedral el Presidente junto con los miembros de su gabinete, que incluyó a la vicepresidenta Gabriela Michetti, al presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y al titular de Diputados, Emilio Monzó.
Cerca de las 11.30 comenzó la homilía de Poli, quien llamó a la unidad de los argentinos y pidió ayudar a quienes más sufren. “Que no nos paralicen las estadísticas. No perdamos la sensibilidad de escuchar y redoblar esfuerzos y servicios ante el dolor de los más pobres, de las familias que sufren por carecer de lo esencial. Que la atención priorice a los chicos y los mayores, los más vulnerables. No permitas que nuestras promesas defrauden a la gente”, dijo el cardenal. “Danos coraje para crear espacios y mesas donde compartir la sabiduría del diálogo, donde las ideas superen las ideologías y donde nadie se levante hasta encontrar acuerdos razonables y duraderos, de los que dependen tantas vidas, proyectos y sueños”, agregó.

Poli también le pidió a Dios “para los que tenemos algún grado de dirigencia en la Argentina soberana, a que nos comprometamos cada vez a más a servir y no a ser servidos, a descubrir la grandeza y alegría del que sirve dejando de lado toda mezquina ambición”. “El pueblo que nos diste lo merece”, agregó. El arzobispo planteó que “la Patria no comienza ni termina con nosotros sino que nos trasciende, que es una tarea continua y de todos”, y pidió “fortaleza para ordenar toda nuestra inteligencia al servicio del bien común, que el genio que muchas veces nos distanció se convierta en ingenio para que todo argentino e inmigrante de buena voluntad que comparta nuestros días tenga tierra, techo, y trabajo, lo elemental”.

Al salir de la Catedral, Macri se acercó hacia una de las vallas y saludó a algunas personas. Uno de los pocos funcionarios que se acercó a hablar con la prensa fue Marcos Peña. “Compartimos el cien por ciento: un país de encuentro, de paz y de cuidar a los más débiles, como los más chicos y los abuelos”, dijo el jefe de Gabinete consultado sobre la homilía. Agregó que tanto en la Casa Rosada como en el Congreso están “abiertos” al diálogo y manifestó su “seguridad” de que la Argentina “es mejor que lo que hemos vivido en los últimos años”. “Vamos a lograr cosas que parecían imposibles y vamos a trabajar mucho para cambiar la realidad: que haya más trabajo, mejores escuelas y hospitales sobre todo más unidos en torno a un sueño común (que es) que nuestros hijos vivan mejor que como vivimos nosotros y que se pueda vivir en paz”, prometió.



Una situación “complicada”
La vicepresidenta Gabriela Michetti compartió una merienda con Margarita Barrientos, en Los Piletones. El acto incluyó la marcha de Gendarmería y niños bailando zambas. Barrientos había invitado a Mauricio Macri, quien mandó a Michetti en su lugar. La dirigente había quedado en el centro de la escena cuando cuestionó al papa Francisco por no recibirla. Michetti intentó detallar cuál es el estado de la relación del Gobierno con el Vaticano: “Es una situación bastante complicada. Por un lado, en alguna conversación que he tenido cuando Francisco era nuestro arzobispo sabe perfectamente que Mauricio es una persona de buena madera”. La vicepresidenta consideró que “la relación obviamente se modificó. Es una distancia en términos de comprender el proyecto político que estamos llevando adelante”. Enseguida, quiso aclarar: “No digo que no lo comprenda, digo que tal vez no hemos podido contarle hacia dónde estamos yendo. Mauricio no ha tenido una charla a fondo con el Papa para decirle: ‘Mire yo estoy yendo para allá’ y que la pobreza le parece un tema clave”.



 LOS COOPERATIVISTAS HICIERON SU ACAMPE SOBRE DIAGONAL NORTE
Con el reclamo tras las vallas
Son integrantes de varias cooperativas que desde hace semanas vienen reclamando al gobierno porteño por un aumento de salario y la apertura de nuevos puestos. Por miedo a su protesta, el Gobierno suspendió un acto en la Rosada y valló la plaza.
Los cooperativistas acamparon desde el martes a la noche cerca de la Catedral Metropolitana.Imagen: Bernardino Avila
“Porque con el tarifazo y el ajuste no nos alcanza ni para parar la olla”, fue la consigna que gritaron con más insistencia los cooperativistas que acamparon desde la noche del martes sobre Diagonal Norte, a pocos pasos de la Catedral Metropolitana, donde el Presidente celebró ayer al mediodía el tradicional Tedéum, antes de partir rumbo a Olivos. Las vallas montadas por la Policía Federal y los cordones de Gendarmería actuaron como un muro de contención que los separaba del paisaje desierto de la Plaza de Mayo, adonde la comitiva oficial celebró, custodiada, la fecha patria. El calor humano de la protesta, envuelta en banderas, frazadas y fogones para capear el frío, contrastaba con la soledad de funcionarios y obispos, cercados por la policía y apenas acompañados por los granaderos a caballo, a esta altura el público más fiel de Macri en cada acto. “Al Presidente le diría que se acuerde de nosotros, los trabajadores. Que no solamente se tiene que sentar a dialogar con los empresarios”, soltó Dina, referente de la cooperativa Darío Santillán, donde trabajan otras 250 personas como ella por un salario mensual de 4500 pesos que paga el gobierno porteño.

“Imaginate…. con 4500 pesos, ¿alguien puede creer que una puede pagar los aumentos, mandar a los chicos a la escuela y cumplir con el alquiler?” se indignaba Erica, del Polo Obrero, en la noche del martes mientras se calentaba las manos en una fogata hecha de cartones y pedazos sueltos de madera. En su relato cabían los de centenares de los acampantes de ayer: “Yo soy madre soltera, y el resto de mis compañeras son jefas de familia. Si pudiéramos, tomaríamos otro trabajo, a pesar de que eso implicaría descuidar a los chicos, pero la realidad es que tampoco hay”, contó.

La mayoría de ellos viven en las villas y los barrios del sur de capital. La Boca, Lugano, la 1-11-14, la 21-24, la 31, Los Piletones y Soldati. El trabajo en cooperativas –mayormente de limpieza del espacio público, que dependen del programa “Veredas Verdes”– es el principal sustento familiar. El acampe de ayer es la tercera medida de fuerza que adoptan en poco menos de un mes, en un conflicto que viene en escalada desde que las organizaciones tomaran el hall del nuevo edificio de la Jefatura de Gobierno, en Parque Patricios. El reclamo es por un aumento salarial del 40 por ciento y la apertura de nuevos puestos de trabajo.

“Somos los que vivimos en las villas que no están urbanizadas, las madres y los padres de los chicos de las escuelas de zona sur que se quedan sin vacante, de los chicos que no se pueden atender en los hospitales públicos por falta de presupuesto. Somos los y las que sufrimos el recorte de alimentos del gobierno de la Ciudad, su política de pobreza, su ocultamiento del dengue”, se definieron a sí mismos los maifestantes en los volantes que repartieron ayer.

El acampe en vísperas del 25 de mayo era en principio una carta que jugaban los cooperativistas en la negociación con el Ejecutivo porteño. En la tarde del martes, cuando se preparaban para marchar desde el Obelisco a Plaza de Mayo, el jefe de Gabinete del Ministerio de Desarrollo Social de la ciudad, Juan Ignacio Maquieyra, dio por terminada la mesa de diálogo con un llamado telefónico. “Así, con estas medidas de fuerza, no hay más negociación”, comunicó a las organizaciones. Fue entonces que se desplegaron las carpas. Sólo que las vallas, montadas sobre todo el perímetro de la Plaza, los obligó a hacerlo sobre Carlos Pellegrini.

Desde entonces, el Gobierno optó por criminalizarlos. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, difundió una información falsa que vinculaba a los manifestantes con un grupo de “quemacoches” que fueron detenidos en el barrio de Belgrano con seis bombas molotov, que fue desmentida por un comunicado de la Federal (ver página 2). El jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, aportó enseguida que “no sé si hubo amenazas” (sic). No fue la primera vez que sucesor de Macri en la ciudad apunta contra los cooperativistas. Los había acusado de “violentos” tras la toma de la sede de su gobierno. Desde el acampe, la noticia fue recibida con sorna. “Che, ¿trajiste las bombas? No, estaban en camino, pero fueron interceptadas”, fue el chiste de la mañana entre los militantes.

Los manifestantes de ayer representan una porción no menor dentro del universo de las cooperativas. Aun así, según las organizaciones el aumento que reclaman le costaría al gobierno alrededor de dos millones de pesos por mes. “Es increíble, pero el verso del segundo semestre como salvación también lo escuchamos durante las negociaciones”, relató Leandro, vocero de la Federación de Organizaciones de Base (FOB), que estuvo presente en los tres encuentros con autoridades del gobierno previos al acampe. “Argumentan que la inflación va a bajar y que por eso tenemos que bajar también nosotros las pretensiones”, contó.

La situación económica es otra de las preocupaciones entre las organizaciones. “Hasta fines del año pasado, teníamos entre 30 y 40 chicos en el merendero –describió Agustín, de Los Invisibles, que tiene su base en la 31–. Ahora vienen de a 60 todos los días”. “No fue tanto el aumento de chicos en los merenderos”, contrastó Leandro, de la FOB, “sino que cada día tenemos más reclamos de compañeros que necesitan laburar y consultan cómo tienen que inscribirse en la cooperativa. Eso hace que la organización haya crecido muy rápido”. “Mi problema ahora es como voy a pagar el alquiler”, apuntó Lidia, que está anotada en la lista de espera que las organizaciones le entregaron al gobierno como reclamo.

“En febrero explotó el colchón”, aportó Dina, del Santillán. “Todos los días llega gente nueva a preguntar por trabajo”, dijo, y denunció que el gobierno porteño hizo su propio ajuste: “nos recortaron el cuarenta por ciento de la mercadería para los bolsones y encima empeoró drásticamente la calidad de la comida”.

Los militantes golpearon las vallas durante toda la mañana del 25, al compás de los bombos, intentando perforar el cerco aunque sea con el ruido. “Cooperativas/ trabajo ya/ si no hay aumento que quilombo se va armar”, cantaron. La ceremonia en la Catedral se montó mirando hacia la Casa Rosada, dándoles la espalda. “Que se joda por no venir, se perdió nuestra chocolatada”, bromearon algunos.
Informe: Matías Ferrari.
Fuente:Pagina12

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