28 de octubre de 2016

AMIA: LAS PRUEBAS SEPULTADAS.

Las pruebas sepultadas 
Por Andrés Klipphan 
Nuevos elementos en la causa AMIA. Veintidós años después del atentado, se encontró material sin inventariar que puede ayudar a la investigación. Un trabajo hormiga que da resultados. 

Después de 22 años y tres meses, los fiscales especiales de la UFI-AMIA descubrieron en la División Laboratorio Químico de la Policía Federal Argentina elementos de prueba vinculados con el atentado terrorista contra la mutual judía el 18 de julio de 1994. El material estaba sin inventariar, sin registro de entrada y mucho menos incorporado a la causa judicial que investiga a los supuestos responsables de la masacre, Imad Mugniyah (ex jefe de Hezbolá); Ali Fallahijan, ex jefe de inteligencia de Irán; Mohsen Rabbani (ex agregado cultural de Irán en Argentina); Ahmad Reza Asghari (ex tercer secretario de Irán en Argentina); Ahmad Vahidi (ex ministro de Defensa de Irán) y Mohsen Rezaí (ex jefe de la Guardia Revolucionaria iraní), y a los encubridores locales, entre ellos jueces, fiscales, policías y funcionarios políticos de primer nivel, como el ex presidente Carlos Saúl Menem. 

Ahora, por orden de los fiscales Sabrina Namer, Roberto Salum y Leonardo Filippini, que reemplazaron al fallecido fiscal Alberto Nisman, se realizará una profunda revisión del lugar, y un grupo del Cuerpo Médico Forense de la Justicia de la Nación catalogará, examinará y custodiará el material hallado. 

El inédito descubrimiento fue posible por las tareas de investigación desarrolladas por el Grupo Especial de Relevamiento y Análisis Documental (GERAD) de la UFI-AMIA. 

El reencuentro con esas piezas se logró después de seguir los rastros filmados en un video –descubierto por casualidad hace pocos meses– del Cuerpo Médico Forense, que documenta minuto a minuto el análisis que los médicos encargados de las operaciones de autopsia realizaron sobre los cuerpos de las víctimas del atentado terrorista que habría llevado adelante una célula iraní apoyada por una “conexión local”, y presuntamente sobre partes del cuerpo que se habría recuperado del supuesto conductor suicida del coche bomba que estalló en la sede de la AMIA, ubicada en la calle Pasteur 633 a las 9.53.

Los nuevos fiscales que tomaron la posta de Nisman advirtieron con sorpresa que el VHS que relataba cada una de las autopsias y mostraba las imágenes de los cadáveres despedazados no había sido agregado a la causa como parte del material documental.

En esas filmaciones se observa el relevamiento que los médicos y peritos realizan sobre los elementos de prueba hallados durante las autopsias, como por ejemplo muestras biológicas, pero también esquirlas extraídas de los cadáveres en los primeros momentos de la investigación.

Ese rastreo llevó a los fiscales a encontrar, más de dos décadas después, los primeros elementos de prueba relevados, los cuales fueron apartados de la investigación original sin razón aparente, al menos escritas, y que podrían ser muy valiosos y abrir nuevas líneas de pesquisa, o reforzar las ya existentes. 

Según pudo saber Veintitrés de manera exclusiva, muchos de estos elementos “se encuentran conservados en envases rotulados que permitirían reconstruir de modo suficiente la cadena de custodia”, y conocer con exactitud en manos de quienes estuvieron esas pruebas, por qué razón no se les dio ingreso formal en los libros, por qué nunca fueron sopesados por los instructores judiciales, y si algún funcionario dio una orden verbal para que esto ocurriese. 

Mientras esto se lleva adelante, una de las tareas más urgentes es evaluar cada una de las piezas, identificarlas, observar el grado de conservación y registrarlas de manera adecuada para que jueces y fiscales evalúen el peso real de las nuevas pruebas. 

De izquierda a derecha. Los fiscales que reemplazaron a Nisman: Sabrina Namer, Leonardo Filippini y Roberto Salum. 

Un alto funcionario de la Procuración General le confió a esta revista que entre las medidas de pruebas ordenadas por los fiscales Namer, Salum y Filippini está un “cotejo genético de todas las muestras biológicas registradas en el caso, con la finalidad plural de intensificar –sobre la base de las posibilidades que la ciencia ofrece hoy– la eventual presencia de restos de un atacante, además de completar la identificación de las víctimas”. 

Con esta tarea, los fiscales intentan ordenar y organizar la información existente, y la que como se ve aún permanece oculta, para continuar con la búsqueda de la verdad y ante el hipotético enjuiciamiento en ausencia de los terroristas iraníes que volaron la AMIA y matando a 85 personas. 

Como ya se informó, este trabajo de hormiga logró dar con la identidad de Augusto Daniel Jesús, el 24 de agosto pasado, quien hasta ese momento no había podido ser identificado, a pesar de haberse hallado su cuerpo entre los escombros y por orden del ex juez de la causa, Juan José Galeano, fue enterrado en una fosa común del cementerio judío de La Tablada, en el partido bonaerense de La Matanza. 

La identificación de la víctima 85 se remonta a varios meses atrás, después que por un pedido de las distintas querellas de familiares, y por orden de los fiscales que quedaron a cargo de la UFI-AMIA, integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) realizan estudios de ADN a restos de fallecidos en el ataque que permanecían en osario común. 

“Durante años le reclamamos a (Alberto) Nisman que se realizaran los estudios de ADN y él no accedió, nos decía que ya se había hecho todo y que no había nada que hacer para identificar los cuerpos enterrados en la fosa común de NN”, denunció la titular de la Asociación 18J, Olga Dejtiar, después de que los integrantes del EAAF identificaran a Augusto Daniel Jesús. 

El día de la explosión Augusto tenía 20 años y junto a su madre, también fallecida, María Lourdes Jesús, habían concurrido a la sede de la mutual judía para asistir a un curso de enfermería. Como se ve, la pésima investigación judicial del mayor atentado terrorista en el país aún sigue conmoviendo, produciendo historias que conmueven y otras que indignan y siguen llamando a la reflexión, y poniendo en tela de juicio la actitud y la manera de actuar de la Justicia y de buena parte de la clase política de entonces antes, durante y después de la masacre.
Fuente:Veintitres

No hay comentarios: