26 de diciembre de 2016

ROSARIO: EN LUDUEÑA LLUEVEN LÁGRIMAS, MURIÓ EL PADRE MONTALDO.

26 de diciembre de 2016 
Adiós al inolvidable padre Montaldo 
Un barrio quedó huérfano ayer, en la tarde de Navidad. El sacerdote salesiano Edgardo Montaldo falleció a la noche en el sanatorio Güemes y sus restos serán velados desde hoy, desde las 8, en la escuela 1027 (Humberto Primo 5316, y Puelches), uno de los vértices de su enorme obra en el barrio Ludueña. Nacido en 1930, Edgardo Montaldo hizo de su tarea social en el noroeste de la ciudad la razón de una vida que ayer se apagó pero seguirá alumbrando para siempre en esa zona donde los principios cristianos eran letra viva. Desde principios de los 90, el cura advertía sobre los estragos del narcotráfico en los jóvenes de su barrio. Abrió comedores desde la Vicaría del Sagrado Corazón de Jesús, impulsó la organización popular y fue una figura señera para quienes pelean por la igualdad y la justicia social. Fue declarado personalidad distinguida por el Concejo Municipal en noviembre de 2008. Cualquier mención o premio queda chico ante el profundo amor de su pueblo, que lo consideraba inmortal y que hoy se congregará en la escuela que él fundó para rendirle homenaje.
Fuente:Rosario12



LLORA LUDUEÑA
Murió el Padre Montaldo, un imprescindible de los olvidados
Sufrió una descompensación en la residencia en la que estaba alojado desde el año pasado. Dedicó su vida entera a ayudar dentro de los barrios a los sectores más postergados. Tenía 85 años 
Andrés Actis 

Montaldo charlaba con los chicos e interrogaba a los grandes sobre la situación social del barrio.
Bertolt Brecht no conoció al Padre Montaldo, aunque seguramente se inspiró en una figura similar para acuñar una de sus frases más célebres: "Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles". Montaldo, el luchador imprescindible de los rosarinos más olvidados, murió este domingo por la tarde a los 85. Se descompuso en el Hogar Español, residencia a la que se había trasladado el año pasado para "recuperar energías", como le había dicho a Rosarioplus.com cuando lo consultó por su alejamiento de Ludueña. 

Pero Montaldo nunca se alejó de su barrio. Cada tanto, con la ayuda de quienes lo querían como a un padre, volvía a ver cómo estaba todo. Charlaba con los chicos, interrogaba a los grandes sobre la situación social y contemplaba una lucha cada vez más difícil de ganar: “Los curas hacemos milagros, luchamos y ponemos el cuerpo. Pero solos no podemos. Salvamos a muchos jóvenes. Pero hay otros que mueren. No podemos naturalizar esta realidad”, decía en julio del 2015, días antes de instalarse en el Hogar Español. 

Montaldo describía postales estremecedoras de Ludueña. Decía que los capos narcos, los dueños de los búnkers, pagaban y solventaban todos los gastos de los velatorios cuando un "soldadito" era acribillado. “Usan a los pibes para matar y como una forma de redimirse pagan sus entierros. Es terrible”, contaba afligido. 

Narraba situaciones que jamás había vivido desde su llegada a Ludueña. Montaldo nació en San Nicolás, hijo mayor de seis hermanos de una conocida y numerosa familia de esa ciudad. A los trece años ingresó a un preparatorio como seminarista en el Colegio Salesiano de Ramos Mejía. Luego, se trasladó al noviciado de Morón y más tarde a Córdoba, donde se convirtió en sacerdote. Montaldo en la redacción de Rosarioplus.com 

Se topó con Rosario a fines de la década del 60. Su idea era hacer algunas prácticas en el colegio San José. Fue alumno y docente. En 1968, inspirado fuertemente en la obra de Don Bosco, buscó para su sacerdocio un lugar más cercano a los jóvenes de los sectores populares. Conoció Ludueña, su pobreza y sus villas. Decidió quedarse. “Me di cuenta al instante de que era mi lugar en el mundo”, decía en cada entrevista. 

En ese pedazo de tierra profundizó su vocación de luchar por los pibes excluidos y los seres humanos expulsados de todos los derechos humanos esenciales. Dio misa en galpones y también a la intemperie. Con el paso del tiempo logró armar una parroquia, una escuela y una guardería de niños. Hasta un club social y deportivo lleva su nombre.

En 2005 sufrió un ACV que lo marcó pero no lo doblegó. Volvió al ruedo primero en un triciclo y luego en con un andador. El día de Navidad su enorme corazón dijo basta. Sus restos serán velados este lunes desde las 8 en la escuela Luisa Mora del Olguin, en Humberto Primo 5316.
Fuente:RosarioPlus





SE FUE EL PADRE MONTALDO

En Ludueña llueven lágrimas

26/12/2016
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En plena Navidad el padre Edgardo Montaldo partió en viaje eterno, dejando detrás suyo una obra que se recordará por siempre. El sujeto de su trabajo fueron siempre los pibes de un barrio como Ludueña, al que casi nunca se le prestó atención desde los despachos oficiales.
El cura Montaldo, como lo conocía casi todo el mundo, trabajó incansablemente por la inclusión y el crecimiento de los más chicos, sin olvidar a sus familias, a las que integraba en su enorme faena en la escuelita 1.027 de Humberto Primo al 5300.
Allí tenía el comedor, donde los chicos comían y estudiaban, y además disfrutaban de actividades por fuera de la escolaridad tradicional.
Desde la Vicaría del Sagrado Corazón de Jesús, fundamentalmente en la oprobiosa década de los 90, abrió varios comedores comunitarios, y siempre recorría el barrio para saber cómo estaba la comunidad, qué necesidades había, quiénes sufrían más la crisis.
Este domingo, a los 86 años, el cura Montaldo dejó este mundo, y los vecinos de Ludueña lo lloran en silencio, bajo una lluvia que esta vez derrama lágrimas desde el cielo.
Lo velan desde las 8 en la escuelita de siempre, la Luisa Mora del Olguín, allí en Humberto Primo 5316.
Fuente:RedaccionRosario

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