14 de diciembre de 2016

ROSARIO: MURALES COLECTIVOS PARA DERRIBAR LOS ESTIGMAS.

Murales colectivos para derribar los estigmas
El proyecto Saltaste la Pared en Las Flores busca cambiarle la cara a un barrio signado por la ausencia del Estado. 
Matías Petisce

Mural pintado en una de las casas del barrio de la zona sur.
"¡Quien atraviesa este puente, siempre regresa!" promete la frase que forma parte de un gran mural en el ingreso a Las Flores, señalando con una flecha el puente de calle España y avenida Circunvalación, y que indica, de alguna forma, el ingreso y egreso al barrio ubicado en el extremo sur de Rosario.

Sus calles tienen nombres de flores: Clavel, Hortensia, Flor de Nácar, Estrella Federal... Y es lo que distingue al poblado del distrito sudoeste que está delimitado por la autopista a Buenos Aires, Circunvalación, calle España y arroyo Saladillo. Allí son más de 20 mil habitantes, quienes en gran parte aún deben soportar los avatares de vivir sin agua potable de red, gas natural, energía eléctrica y con una sola línea de transporte público de pasajeros.

Además de ser uno de los barrios más carenciados de la ciudad —conocido por los saqueos de finales de los '90 y el asesinato de Pocho Lepratti en el techo de la Escuela Serrano en 2001—, carga con el estigma de barrio narco, producto de las organizaciones criminales que se disputan parte de la zona bajo el concepto de territorio y corrompen a los más jóvenes.

Sin embargo, desde hace unos años, la población comenzó a moverse, a hacerse preguntas, a expresar sus sentimientos y a reclamar su identidad postergada desde que el gobierno de facto construyó un muro (en la época del Mundial ‘78) para esconder una realidad que ya se evidenciaba en el ingreso a la ciudad.

El comienzo 
Todo arrancó en mayo de 2009, cuando Corina Iocco, profesora de cultura y estéticas contemporáneas de la Escuela Nº 1.257 Crucero ARA General Belgrano, tomó un pincel, un par de tarros de pintura, las cargó en un changuito del extinto Supercoop y comenzó a recorrer el barrio para dialogar día a día con la gente. 

"La idea fue siempre la misma, —cuenta la docente—, pintar por gratitud y con la idea de que cualquiera pueda participar de manera espontánea. Así fue cómo el carrito pasó por todas las esquinas y siempre se relacionó con la gente de manera muy respetuosa". Todo surgió gracias a la escuela pública. Desde allí comenzó a gestarse el proyecto Saltaste la Pared, una creación de la profe y de los alumnos del anexo de la Técnica Nº 407, que hasta 2015 compartió el establecimiento junto a la ARA General Belgrano en Clavel al 7200. "¿Qué pasaba? A falta de lugar y elementos de trabajo, los chicos tenían muchas horas libres, entonces comenzamos a salir a la calle y empezar a pintar. Tal es así que en la actualidad hay 300 murales y no hay calle o pasillo que no haya sido pintado, desde el pasillo Nº 1 hasta la Diagonal Platón", describe la docente.

Al poco tiempo, la misión de los jóvenes muralistas del barrio comenzó a dar sus frutos. Ocurrió que a un pedagogo brasileño, que ingresaba por autopista, le llamaron la atención los murales que resaltaban en las paredes e invitaban a conocer el barrio: "Acá hay una escuela", "Hay lugar aquí", "Bienvenidos a Las Flores Sur".

Todo a pulmón
A partir de ese momento, el interés por el barrio se hizo notorio, "Cambiando lo amargo por miel", como exhibe uno de los murales del barrio. "Las Flores cada día te quiero más", "Las Flores es un sentimiento que no puedo parar", juegan un poco con las canciones que se escuchan en la cancha. Sin embargo, los integrantes del Saltaste explican que "fútbol y religión es lo único que no se pinta para evitar complicaciones a los conflictos que ya existen".

Hasta ese momento todo fue muy a pulmón, las pinturas y los elementos se solventaban a través de una feria de ropa improvisada, que se autodenominó Precios Increíbles, ya que se le daba ropa a la gente a cambio de un módico crédito y con eso se juntaba dinero para comprar pintura. Era muy frecuente en esa época ver a una docente cargando bolsas de ropa en la línea 140 (Empresa Mixta, la única que entra al barrio) para ofrecerla luego a quienes realmente la necesitaban, a cambio de dos y tres pesos en cómodas cuotas. 

"Empezamos pintando en bar de Coto, (que está ubicado en Hortensia, entre los pasajes Cala y Jazmín) que es punta de línea del 140 y a la semana teníamos pedidos de la señora que hace los budines caseros y las casas de los vecinos; acá es muy común escuchar la casa de tal", explican.

Uno de los murales que se destaca por su artística singular es el que transformó el frente de la casa de Susana, de Estrella Federal al 2000. Abundan los colores vivos, alegres, mixturados con flores que completan los planos compuestos por líneas curvas, rectas, puntos y miradas que cautivan.

Sin embargo, un signo de pertenencia e identidad del barrio es el mapeo colectivo realizado junto a la escuela de Artes Visuales en 5 de Agosto y Pasaje 521 —a una cuadra del ingreso al barrio—, que fue trazado con la idea de brindarle tanto al visitante como al parroquiano una hoja de ruta con lugares tradicionales, íconos históricos y costumbres bien arraigadas que definen a ese colectivo de personas. Además —según explican— fue con la idea de repensar la cartografía de la Municipalidad de Rosario. "Es errónea", refutan. Entre los datos útiles, figura lo que "hay" y lo que "no hay" en el barrio. Hay: mucha gente laburante, 15 perros por familia, sueños, amores, alegría, ganas de vivir, cosas bien propias, heladitos, torta asada; en cambio, no hay: presión de agua potable, recarga de tarjeta de colectivo, espacios verdes, cloacas, poca presencia del Estado. "El Saltaste siempre fue a reclamar a todos lados las necesidades de Las Flores", destacan. Mapeo colectivo realizado en barrio Las Flores.
Mapeo colectivo realizado en barrio Las Flores. 
Más allá de ganar en 2012 el primer premio en Arte Comunitario en el Salón Nacional de las Artes, y el reconocimiento del Concejo Municipal en 2013, el proyecto Saltaste la Pared le devolvió, de alguna manera, el color que Las Flores siempre tuvo y ayudó a cicatrizar esos estigmas con los que tiene que cargar una población noble, de gente trabajadora, muchos de quienes llegaron del norte del país y de países limítrofes con la ilusión de una vida mejor, y aún sigue reclamando vivir en paz y dignamente. Hoy las paredes siguen hablando y seguirán retumbando en la conciencia de la gente del barrio para decir "Acá estamos". En el barrio del extremo sur de la ciudad hay más de 300 murales.
En el barrio del extremo sur de la ciudad hay más de 300 murales.
Fuente:LaCapital

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