15 de abril de 2017

ENTREVISTA CON JUSTIN HARMAN, CÓNSUL DE IRLANDA CUANDO COMENZÓ LA DICTADURA.

“Ser testigo de la dictadura fue terrible” 
15 de abril de 2017
Por Daniel Zen 

El embajador de Irlanda en Argentina era cónsul en el país cuando sucedió el golpe de Estado en 1976. Justin Harman es embajador de Irlanda en Argentina desde hace casi tres años. Su sede diplomática representa los intereses de su país no apenas en el nuestro, sino también en Bolivia, Paraguay, Uruguay. Desde fines de 1975 a hasta 1978, le tocó desempeñarse como cónsul en Buenos Aires y ser testigo de la previa y los primeros años de la dictadura.

Desde esa experiencia y con un claro enfoque histórico, en su paso por Córdoba habló del rol de la diplomacia durante el gobierno de facto, de la relación bilateral entre ambos países y de los potenciales peligros que tiene su país frente a la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.

–¿En qué se basa la relación histórica entre Argentina e Irlanda?
–El rol de los irlandeses en el período de la Independencia fue destacado. Hubo soldados de Irlanda que peleaban para la corona británica en las invasiones, pero se terminaron pasando al bando argentino. Eso constituyó un elemento simbólico importante en la relación, pero la mayor migración se dio en la segunda mitad del siglo XIX, cuando vinieron unos 60 mil irlandeses con conocimientos de la por entonces pujante industria ovina. Tuvieron impacto en la provincia de Buenos Aires, pero también en Santa Fe y aquí en Córdoba. Fíjese que en 1900 se podía ir de Buenos Aires a Rosario transitando íntegramente por campos irlandeses.

–Usted se desempeñó como cónsul en el país durante parte de la dictadura argentina, ¿cómo fue esa experiencia? 
–Ser testigo de esa catástrofe fue terrible. Estuve aquí de noviembre del ’75 a octubre del ’78. Hubo detenidos y desaparecidos que tenían conexión con nuestra colectividad, por ejemplo, los tres sacerdotes y dos seminaristas palotinos asesinados el 4 de julio de 1976 en Capital Federal. Recuerdo también el caso de Patrick Rice, un sacerdote secuestrado y torturado que pudimos localizar. Él militaba para los sectores más desprotegidos. En ese momento si uno no tenía noticias de la persona, temía que había sido capturada. El primer paso fue encontrarlo antes de que fuese tarde, luego hacer gestiones para recuperarlo y finalmente sacarlo del país. Años después, volvió con la democracia y trabajó de manera sostenida por los derechos de los desaparecidos, tanto que logró la creación de un instrumento internacional que es la Convención sobre los Derechos de los Desaparecidos. Otra misión diplomática fue intercambiar información sobre lo que estaba sucediendo en Argentina. Yo volví hace algo más de dos años y la situación ha cambiado tanto, afortunadamente. Si hay algo de lo que Argentina debe estar orgullosa, a pesar de las dificultades, es de los mecanismos que creó para que esto no pase de nuevo.

–¿Cree que una especie de sentimiento antibritánico acercó más a Argentina a Irlanda tras Malvinas? 
–Esos años fueron difíciles para Irlanda. Estaba el conflicto por Irlanda del Norte y hubo huelgas de hambre en 1981, donde inclusive murieron 13 jóvenes. Cito eso para decir que el foco de preocupación de Irlanda estaba en otro lado. Sin embargo, creo que mi país tuvo una perspectiva clara por la descolonización a nivel internacional, siendo una excolonia. Quizás exista un imaginario social antibritánico en nuestros países, pero no pienso que Malvinas haya unido a nuestros pueblos. El vínculo es, como le decía, anterior.

Más de un siglo Sucesos de Pascua. 
Irlanda conmemoró en Argentina el aniversario de su gesta épica.

Harman estuvo en Córdoba para acompañar una serie de actividades relativas a la exposición cultural que termina de conmemorar el centenario del Levantamiento de Pascua en Dublín en 1916, cuya impronta anticolonialista desembocó en la independencia de esa nación. La muestra, montada desde la biblioteca Nacional y curada por el ensayista y traductor Guillermo David, tuvo su paso itinerante en el Buen Pastor. Con Harman. El presidente de la Asociación Civil de Irlandeses, Horacio Pringles; la vicepresidenta, Valeria Mc Lucas; y la asociada Catalina Kehoe. Con Harman.
El presidente de la Asociación Civil de Irlandeses, Horacio Pringles; la vicepresidenta, Valeria Mc Lucas; y la asociada Catalina Kehoe.
Fuente:LaVoz

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