25 de mayo de 2017

HIJOS DE REPRESORES CUENTAN COMO ATRAVESARON SU NIÑEZ y APORTAN DATOS SOBRE LO OCURRIDO DURANTE LA DICTADURA.

25.05.2017 
DDHH 
Hijos de represores cuentan cómo atravesaron su niñez y aportan datos sobre lo ocurrido durante la dictadura 
Luego de que se hiciera pública la carta escrita por la hija de Etchecolatz, otros hijos de genocidas se pusieron en contacto y se organizaron y para “aportar datos a los familiares que aun hoy buscan justicia, nietos y poder llorar sus muertos”.
Un grupo de hijos de genocidas decidió juntarse para “organizarse con miras a aportar datos a los familiares que aún hoy buscan justicia, nietos y poder llorar sus muertos”. “Cuando la palabra circula la historia permanece viva. Cuando nombramos generamos presencia. Y es entonces que podemos estar seguros de que no nos han vencido”, sostienen.

Erika Lederer nació en noviembre de 1976, en la provincia de Salta y es hija de un médico obstetra carapintada de Campo de Mayo. “Leer el testimonio de la hija de Etchecolatz me genera, más allá de la angustia por los recuerdos, la posibilidad de transformarlos en acción plena de sentido, lo cual es más útil y consecuente”, aseguró a Revista Anfibia. La mujer es una de las administradoras de la página de Facebook "Historias desobedientes y con faltas de ortografía", donde se publican relatos de hijos de represores.

“De esa época recuerdo mis problemas para vincularme, el asma y el miedo a hablar. Algo no encajaba en mi pequeña lógica. Un par de años después, siendo todavía una estudiante primaria, escuché de boca de mi viejo -entre otros relatos- el de los vuelos de la muerte. (Nunca pude entender cómo se las arreglaba con el Juramento Hipocrático ya que la paradoja es insalvable: la mano que cura es la misma mano que puede torturar, dar a luz, decidir sobre la vida y también, criar, acompañar al colegio, abrazar y golpear. Un devenir incesante de disociaciones, ninguna gratuita). También recuerdo el no poder hablar, los golpes, la vergüenza, los textos prohibidos, las películas vedadas y, principalmente, lo mal fundado de los argumentos por los cuales habría uno de creer su visión de la historia era la correcta. Creo que todo ello fue deslegitimando la figura paterna y me permitió interpelarlo e interpelarme”, contó Erika en la entrevista.

La mujer explicó que después de leer la carta de la hija de Etchecolatz “surgió la idea de juntarse hijos de milicos genocidas, bajo una única consigna inclaudicable: Memoria, Verdad y Justicia”. “Es necesario dejarlo más en claro que nunca por el contexto actual: se reciben a familiares de genocidas en oficinas de gobierno, se otorgan beneficios en la ejecución de las penas a los genocidas condenados, se hizo campaña (y se ganó una elección) contra el “curro” de los derechos humanos y el más alto órgano jurisdiccional argentino desoye instrumentos internacionales en la materia y argumenta y sentencia en favor de aplicar la famosa pero no vigente ley del 2×1. Esto es  borrar lo logrado con años de lucha”, sentenció.

“Es increíble que se vuelva a escuchar hablar de dos demonios. Fue uno y se llamó Terrorismo de Estado. No hay reconciliación posible con las Pandos. En el año 2012 hubo justicia, porque o bien mi viejo terminaba preso en el penal de Marcos Paz o terminaba como terminó. ¿Qué respuesta judicial habría hoy para un caso como el de mi viejo?” se preguntó la mujer, que integra ahora el grupo de hijos de genocidas que se reúnen para aportar sus experiencias en busca de ayudar a reconstruir lo sucedido.

Fuente:PoliticaArgentina

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