22 Junio , 2017
Entrevista a Julián Scher, autor del libro “Los desaparecidos de Racing”, en Mañana imposible. El libro se presentará el lunes 26 de junio a las 16:00 horas en la Casa de la Militancia-H.I.J.O.S en la ex ESMA (Av. del Libertador 8151, CABA).
Once historias de víctimas de delitos de lesa humanidad, contadas por Julián Scher, a partir de la pertenencia de las víctimas a un equipo de fútbol: Racing.
“Los desaparecidos de Racing es un libro que compila las historias de once hinchas de Racing que fueron víctimas del genocidio. Son historias reconstruidas a partir de dos grandes ejes: la pasión por el fútbol, en este caso en particular por Racing, pero Racing funciona como una excusa, simplemente; y la pasión por la política y el compromiso social”, sostuvo el autor. “Cada una de estas historias está construida a partir de los testimonios de quienes conocieron a estos compañeros desaparecidos”, agregó.
“Quienes somos o nos consideramos muy futboleros, y además nos parece determinante para la Argentina de ayer, de hoy y de mañana construir Memoria, Verdad y Justicia muchas veces nos preguntamos por qué el fútbol, que es una identidad tan masiva y tan potente en lo afectivo para millones de personas, contribuyó relativamente poco a la construcción de la memoria histórica en el país”, afirmó Scher.
“Me quedo con pequeñas historias dentro de esas historias”, contó el autor. “Entre las anécdotas graciosas está la de Alejandro Almeida, hijo de Taty Almeida, quien con su hermano Jorge compraron un viernes una gallina, la tuvieron dos días viva adentro de un departamento, y la llevaron un domingo a la cancha para tirársela a los de River para cargarlos por eso de que les dicen gallinas”, recordó. “Roberto Santoro, en plena luna de miel, hacia finales de 1965, se escapó con sus amigos de la quinta donde estaba descansando con Dolores, su mujer, en José C. Paz, para ir a ver un partido de Racing, y después haber intentado retomar la dinámica habitual del romance”, agregó.
“Zulema, la hija de Jacobo Chester, recuerda a la perfección que el represor Muiña integraba el Grupo de Tareas del Hospital Posadas, que secuestró a su papá hacia finales de 1976. La historia de Jacobo es realmente muy interesante. Era un fanático de Racing, era un fanático de la vida. Llegó de adulto al Hospital Posadas, se pudo integrar a ese grupo que intentaba construir desde principios de la década del 70 una salud pensada desde una lógica no exclusivamente mercantil, sino desde una cuestión de la salud pública y un derecho para todos”, contó Julián Scher. “Para los que son más futboleros, hacía una cosa que era bastante poco usual, que era aprovechar su simpatía para hacerse amigo de los fotógrafos, que le prestaban una cámara sin rollo, porque él no era fotógrafo: simplemente, quería estar en la cancha para ver el partido más cerca de sus ídolos”, agregó
Fuente:LaImposible.
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