20 de agosto de 2017

DESAPARICIÓN DE SANTIAGO MALDONADO.

20 de agosto de 2017 
Página/12 accedió al expediente por la desaparición forzada de Santiago Maldonado 
Una historia de mentiras y encubrimiento 
Los testigos, la familia y la información que existe en la causa apuntan a la responsabilidad de la Gendarmería y desmienten la defensa de esa fuerza realizada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en el Senado. 
Por Adriana Meyer 
La comunidad mapuche, víctima de la represión y persecución de las fuerzas de seguridad. 
Son los hippies rubios de El Bolsón. Santiago, “Brujo” o “Lechu”, como lo llaman, se juntó el domingo 30 de julio con su amigo Ariel y le anticipó que pensaba ir de visita a la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia, de Cushamen. Su estado de salud no mostraba indicio alguno de haber sido apuñalado. Cinco días más tarde, Ariel preocupado por la ausencia de su amigo lo llamó al celular, alguien atendió sin responder durante 22 segundos y la comunicación se interrumpió. Así lo declaró este joven ante el juez federal Guido Otranto en la causa por la desaparición de Santiago Maldonado. Los mapuches a los que iba a ver lo conocían y por eso reconocieron que era a él a quien agarraron los gendarmes la mañana del 1 de agosto durante el operativo represivo en esa comunidad. Lo golpearon y lo metieron en una camioneta Unimog. Santiago había hablado con su mamá, Stella Peloso, el jueves 27 y si hubiera estado lastimado ella lo habría sabido. Mientras usinas oficiales alimentan el foco mediático con una versión que exculpa a la Gendarmería, la principal hipótesis respecto a la responsabilidad de esa fuerza sigue siendo, tal como sucede sistemáticamente en las investigaciones por desapariciones de personas en democracia, la más descuidada por parte de la justicia. De hecho, la fiscalía federal aún no se pronunció sobre el pedido de la abogada de la familia para cambiar la carátula de NN, averiguación de paradero, por la de desaparición forzada de persona. Los nombres de los 130 gendarmes que entraron a la comunidad disparando balas de goma ingresaron al expediente que instruye la justicia federal recién hace dos días, pero el abogado de esa fuerza de seguridad ya tiene copias para ir armando la defensa porque, inexplicablemente, el juez Otranto los aceptó como parte en la causa.
“Santiago es vegetariano, un pibe pacífico, en la feria de El Bolsón lo conocen todos, tirar esto de un posible apuñalado es muy bajo pero ya podemos esperar que digan cualquier cosa”, define su hermano Sergio, con un tono que ya denota más cansancio que indignación.
A tres semanas desde la última vez que fue visto Santiago Maldonado, una a una fueron cayendo las mentiras oficiales: que los mapuches y la familia obstruyen la pesquisa, que la Gendarmería repelió la agresión de piedras de ocho mapuches cuando en realidad antes había hostigado y detenido a tres mujeres de la comunidad, que hay un “bando” que insiste en la desaparición siendo que en el expediente consta la denuncia por este delito desde la foja cero con testimonios y la denuncia de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (Apdh) de Esquel. 
No funcionaron el video trucho de Entre Ríos y los barrios enteros donde todos usaban barba y rastas. Ahora fueron por el desvío, que, paradójicamente, podría llevar a la punta del ovillo de un armado previo: el incendio de un puesto en Epuyén supuestamente por parte de Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), en el cual Maldonado podría haber sido herido con un puñal. ¿Basado en qué? Nadie se atendió en los hospitales de la zona y una de las líneas celulares de Santiago se habría activado ese día en Epuyen. ¿Santiago se desangró en el desierto?
En este punto una parte de los investigadores se pregunta: ¿La familia, los amigos y las constancias del expediente son acaso menos creíbles que las conjeturas oficiales respecto a que Maldonado habría sido víctima de un puestero de la zona que se defendió cuando un grupo pro-mapuche lo atacó? Esa “hipótesis” lanzada por la secretaría de Seguridad ningunea el relato de la familia y los amigos de Santiago, como si no hubiera una larga historia de víctimas silenciadas.
PáginaI12 tuvo acceso a partes de los expedientes judiciales y reconstruyó los hechos a partir de fuentes judiciales, peritos, las querellas y la familia. Los investigadores coincidieron en que la justicia hizo medidas básicas, pero destacaron que “luego de siete días todo se hace tarde y mal”. Y agregaron que “esta demora es lo habitual en los casos de violencia institucional por lo cual es inevitable trazar similitudes con anteriores desapariciones en democracia. Es un mismo patrón, demorar las medidas preliminares lo cual concede una ventana de tiempo a la fuerza sospechada, y luego lanzar versiones distractivas, como fue el hallazgo de un cadáver NN en Punta Lara a pocos días de la desaparición del testigo Jorge Julio López”. 

Miente, miente, que algo quedará

Ariel había presentado un hábeas corpus preventivo porque desde enero la policía de El Bolsón lo sometía a un permanente hostigamiento. Había sido detenido junto a uno de los hermanos de Facundo Jones Huala, el lonko de la comunidad Pu Lof Resistencia Cushamen preso en Bariloche, luego de la feroz represión a los mapuches que reclaman su derecho a una parte de las tierras de la estancia del empresario Luciano Benetton. 
El buzo. “Ni de casualidad estuvo Santiago en ese hecho de Epuyén, Ariel es su amigo, habló con él ese fin de semana y estaba perfecto de salud. Es él quien aporta el buzo de Santiago para que los perros busquen rastros, no es de otra persona como dicen por ahí”, dijo Verónica Heredia, abogada de la familia Maldonado, a PáginaI12. “Dicen por ahí” que esa prenda la habría proporcionado la comunidad mapuche para “sembrar evidencia falsa”. El rastro de Maldonado lo siguen los canes en base al olor de una gorra y un cuello polar encontrados donde fue golpeado, según los testigos que así lo declararon ante el juez.
Celulares. “Tenía tres, y como uno es de Chile fue suficiente para generar la suspicacia de sus nexos internacionales. Es todo un delirio. Hay actividad de llamadas hasta el 21 en uno de los aparatos y hasta el 27 en otro, pero además en el que está registrado en Chile se recibe la llamada de su amigo Ariel el día 4 de agosto”, agregó la letrada en diálogo con este diario desde Esquel. “Hay un teléfono que tenía un chip de Chile porque había estado ahí, y después había otro con otro número que no se si sería de él o no, pero lo usaba para sus tareas de tatuajes y figura en los folletos que repartía”, describió Sergio Maldonado, hermano de Santiago.
¿Plomo? En la causa están siendo sometidas a pericias las municiones de goma que aparecieron en la escena. Pero según dos fuentes, los gendarmes también tiraron con balas de plomo, lo cual consta en una causa diferente contra Gendarmería por “hostigamiento”, iniciada por las dos mujeres de la comunidad que fueron detenidas en el operativo represivo.
Gendarmes. Según el expediente hubo dos gendarmes mujeres heridas. Aún resulta incomprobable para las fuentes saber a qué se deben las amenazas que estaría recibiendo el jefe del escuadrón de Esquel Fabián Méndez.
Es falso que la Gendarmería actuó “de oficio” por la flagrancia del delito de arrojar piedras con “hondas boleadoras”. 
La cronología de los hechos realizada por la Gendarmería y que consta en el expediente da cuenta de que la comunicación con el juez Otranto no se produce luego de la pedrada con que los mapuches intentaron resistir el desalojo de la ruta, como sostuvo la ministra Bullrich, sino varias horas antes de la misma. Y omite detalle alguno sobre Santiago Maldonado. Su nombre recién aparece a fojas 1, en la denuncia de Julio Saquero, de la Apdh de Esquel, y en la declaración de una testigo de la comunidad ante el defensor oficial Fernando Machado. 
A diferencia del escueto relato de los uniformados, la mujer describió que ingresaron al territorio en medio de disparos, empujando a sus hijos y quemando las carpas y pertenencias de los mapuches. “Búsquenlos”, era el grito que repetían. “Uno de los integrantes del Lof vio cuando se llevaban detenido al compa Santiago Peloso (apellido materno del desaparecido)”, dijo la testigo. Su mayor preocupación era evitar los efectos traumáticos de lo que habían vivido esa mañana en sus hijos, porque afirmó que “episodios de violencia son frecuentes”. Y aportó tres vainas servidas antimotín de 70 milímetros, y una sin percutar. Por su parte, Saquero ante el defensor Machado declaró que el ciudadano Santiago Peloso estaba presente durante el procedimiento de la Gendarmería para desalojar la ruta 40, “de quien no se tienen más datos ni contacto alguno”, y que luego de verificar que no estuviera detenido en ninguna comisaría dejaba constancia de que se encontraba desaparecido. Una semana más tarde, a fojas 44 la fiscal federal subrogante Avalos pide a Gendarmería el detalle del personal y vehículos que intervinieron en la represión, así como solicita al juez el audio de una entrevista al subsecretario de Seguridad Pablo Nocetti.
Según figura en el listado de medidas adoptadas en la causa hasta el 14 de agosto, el juez solicitó a la División Rastros de la Policía Federal que determine si las huellas encontradas en el allanamiento de la vivienda donde paraba Santiago en El Bolsón pertenecen a él. A dos semanas del hecho, Otranto volvió a pedir el listado de quienes participaron del procedimiento represivo y la lista de vehículos utilizados “en el término improrrogable de 24 horas”. Gendarmería se tomó 72 horas para entregar, finalmente, los 130 nombres. El juez toma nota de las pruebas que le aporta el defensor oficial sobre el lavado de las camionetas y la rotura de una de las fajas de seguridad, pero lo único que hace al respecto es “requerir los datos de la persona que hizo entrega de los mismos”.

Encubrir desde el minuto cero: episodio Epuyén 

“Gendarmería le responde a la fiscal que participaron del operativo sólo ocho gendarmes, de los cuales cuatro son mujeres, y a partir de ese momento comprendí que esa fuerza es la responsable acá, ocultaron desde el minuto cero”, se indigna la abogada de la familia Maldonado. PáginaI12 le había preguntado cuál de todas las pruebas recogidas hasta ahora es la más contundente sobre el destino que pudo haber tenido el joven artista. Sin abrir especulaciones sobre los resultados de los peritajes de las muestras de sangre y cabellos halladas en los sucesivos allanamientos en el lugar y en el escuadrón 35 de Esquel, la letrada sí ponderó los testimonios. “Son contundentes y precisos, un testigo ve que Santiago no cruza el río, que lo agarran los gendarmes y lo golpean y una testigo observa cómo lo suben primero al Unimog, y luego lo pasan a una camioneta”, resume. 
Pocos días después estalla la versión del puestero –o más bien capataz del puesto de Benetton en Epuyén– apuñalando a uno de sus atacantes, quien según el gobierno podría ser el joven desaparecido. El círculo podría cerrarse con otra medida ad hoc: la solicitud del contenido de la historia clínica de Maldonado que fue requerida al hospital local. Si bien el incendio del puesto de Epuyén existió, como así su derivada causa penal, y tuvo mucho impacto en los pobladores de la zona, algunas voces dudan que haya sido obra de la RAM. En una entrevista de La Izquierda Diario, la madre de Facundo Jones Huala, el lonko de la comunidad mapuche de Cushamen detenido y en huelga de hambre, dijo que “muchos pueden tener miedo a quedar pegados porque se comieron el cuento de la RAM. Hoy leía una noticia sobre gente de Cholila que quedó sin trabajo y salió a hacer un corte de ruta y ya salieron a decir que era la RAM la que cortaba. Van quedando claras algunas cosas. ¿Quién es la RAM, los mapuches o los milicos?”.
Actualmente la causa está desdoblada, el juez Otranto se quedó con el trámite de los tres hábeas corpus iniciales, y en sus manos no hay nada sobre el episodio de Epuyén. La investigación por el delito de desaparición forzada está delegada en la fiscalía de Alejandra Avalos, quien decretó el secreto de sumario. Entonces, las “versiones” sólo pueden surgir de fuentes oficiales o de la propia fiscalía que rompe su medida. 
Germán Maldonado dijo frente al Congreso que Santiago, egresado de Bellas Artes, era artista y músico, que escribía y amaba viajar. Pero Maldonado es llamado “tatuador”, “artesano” o directamente “activista de la RAM” de rastas largas, que vivía en comunidad y leía bibliografía “revolucionaria” a favor de la causa mapuche, por quienes no escuchan a la familia sino al gobierno. “Bullrich no nos pidió disculpas por no haberlo ubicado con vida”, dijo Sergio Maldonado a PáginaI12 desde Bariloche. “Lo único que falta es que saquen un cuchillo ensangrentado, que lo hayan tenido guardado desde el día 21, sería totalmente ridículo pero ya no sé lo que pueden inventar. Se lo vió después de esa fecha, no tuvo nada que ver ni participó en lo que pasó en ese lugar, sigue desviando la atención”, agregó. Para este comerciante de 48 años cuya vida se dió vuelta hace tres semanas, “es tan simple, alcanza con que vayan a preguntar a la biblioteca de El Bolsón, adonde iba siempre a tomar mate y a charlar por largos ratos”.
Santiago está desaparecido, la multitud que exigió en Plaza de Mayo su aparición con vida pretende que no integre esa lista que con el paso del tiempo obliga a dejar de mencionarlos en presente para mencionarlos en pasado.
Fuente:Pagina12





Buscando a Santiago: muestra de fotos sobre represiones en la Patagonia 


Claudia Curaqueo, fotógrafa de la muestra y sus imágenes de la represión anterior donde un hombre fue herido en la cara.
Un colectivo de fotógrafos mapuches y adherentes a su causa muestra en Rosario su colección de fotografías sobre varias represiones ocurridas en el sur del país, entre las que se encuentra la de Cushamen, del pasado primero de agosto, último escenario en el que se lo vio al desaparecido Santiago Maldonado. La invitación es este sábado y domingo por la tarde en el Instituto Superior de Educación Física Nº 11, Dante Alighieri 2550, en el Parque Independencia.
Los cinco fotógrafos del colectivo Fachi Antug son autodidactas y miembros de las comunidades mapuches. “Con las imágenes tomamos registro del terrorismo de Estado, mostramos cómo se vulneran los derechos de ancianos y niños, se quitan las tierras a pedido de poderes económicos y gobiernos, que coercionan a jueces y éstos dan la orden a la Gendarmería para que reprima, desde la época de la Campaña del desierto tomando tierras para los empresarios, pero que se recrudeció en enero de este año”, planteó Jaime Carriqueo, miembro del colectivo, en diálogo con Rosarioplus.com.
Carriqueo precisó que no conoció al joven Maldonado, buscado ahora por Interpol, dado que reside lejos de la zona, pero sobre su desaparición precisó: “Todos nosotros entendemos esta desaparición como un modo de infundir el terror y para que se abandone las tierras, y encima desvían la atención diciendo que Maldonado está escondido en la comunidad. Nosotros sabemos que la Gendarmería lo chupó”.
Los demás miembros son Claudia Curaqueo (Patagones) Leandro Antiman (Eskel) Jorge Barrios (El Bolsón) y Felipe Durán (Gulu Mapu, Chile). Éste último es ex preso político del estado chileno por visibilizar la represión hacia el pueblo mapuche y la toma de tierras para el monocultivo. En la muestra se podrá ver unas 80 imágenes que incluyen fotos de la represión al Pu Lof en Resistencia Cushamen, tomadas por Barrios y Curaqueo.
“El planteo mapuche es ancestral, porque este pueblo está en el territorio desde antes que el Estado, y como la misma ley dice, tenemos derecho a la entrega de tierras y es el propio Estado el que no lo cumple, y mientras tanto los empresarios extranjeros y terratenientes nacionales siguen comprando lugares como el lago Lewis”, ejemplificó el reportero gráfico rionegrino. 
Fuente:RosarioPlus




Ya van 19 días y el desaparecido 30.003 sigue sin aparecer 

LA SEMANA POLITICA
20/08/2017 
Emilio Marin – Santiago Maldonado podría definirse como el desaparecido por razones políticas número 30.003. Además de los 30.000 de la dictadura, se agregan Julio López, Miguel Bru y Santiago, aunque son muchos más.
El delito de desaparición forzada del joven Maldonado sigue cometiéndose, a diecinueve días de haber sido tomado prisionero por las fuerzas de Gendarmería que reprimieron en la comunidad Pu Lof en Resistencia Cushamen, Chubut.
Lo más indignante del caso, además de la dolorosa situación de la familia de Santiago y por extensión a millones de argentinos sensibilizados por la reiteración de estos delitos contra los derechos humanos, es que el gobierno argentino sigue sin hacerse cargo de su responsabilidad. Hasta los organismos internacionales actuaron primero que el estado argentino en diligencias para pedir por su paradero.
Y no es que aquella demora radique en el desinterés del macrismo hacia causas de derechos humanos, que por supuesto incide. En 41 años desde el golpe de Estado esa fuerza política nunca asistió a una marcha de repudio a ese terrorismo de Estado. La última gran inasistencia, previa a la desaparición del joven artesano, fue a las marchas multitudinarias en contra del “2×1” que había resuelto una minoría extremista de la Corte Suprema de Justicia en beneficio de los genocidas. La jugada fue frustrada por la movilización de la ciudadanía, sin una sola bandera ni globo de esos que volvieron al aire de Costa Salguero en la noche de un domingo con escrutinio manipulado y frenado.
La causa más profunda del desinterés investigativo del gobierno es que está implicada su propia fuerza de Seguridad, la Gendarmería, lo que en forma directa conecta con el rol de la ministra Patricia Bullrich. Y por más que en circunstancias como esa el gobierno central suela lavarse las manos y dejar que el incendio vaya con el funcionario de marras, el costo político a pagar es bastante alto en países como el nuestro, donde los DD HH no son un curro, como dijo Mauricio Macri.
Bullrich rehuyó la cita con la Comisión de Derechos Humanos en Diputados y fue a día siguiente a la Comisión de Seguridad del Senado, donde supuso que la iban a tratar más amigablemente. Y en parte acertó, pero no la pasó bien ante las preguntas de senadores kirchneristas que demostraron se trata de una desaparición forzada y Gendarmería es la principal sospechosa.
Miente que algo queda.
La ministra defendió a esa fuerza como trucha fuera del agua, defendiéndose a sí misma, teniendo en cuenta que ella avaló todo lo actuado en esa represión por su segundo y jefe de Gabinete, Pablo Noceti, ex defensor de genocidas.
Para Bullrich no había que estigmatizar a la Gendarmería; la desaparición de Maldonado es una más de las 5.000 que ocurren al año; la investigación está en manos del juez de Esquel, Guido Otranto, la labor no fue más veloz porque no habría habido colaboración de la familia y a comunidad mapuche; se investigarían todas las hipótesis, etc.
Con esa última referencia abrió una serie de alternativas para ocultar lo sucedido y minimizarlo, como cuando se dio difusión a un camionero que aseguraba haber llevado a Santiago a dedo hasta Entre Ríos. Ahora son versiones más venenosas: él podría ser la persona herida o muerta por un peón de la estancia de los Benetton que apuñaló a un integrante de la Resistencia Ancestral Mapuche, de quien no se supo más. Pero ese suceso, si es que ocurrió tal cual, fue varios días antes de la represión de los gendarmes en Pu Lof, lo que significaría -en esa versión- que Maldonado, herido o muerto, no podría haber estado presente el 1 de agosto donde los 127 gendarmes, sin orden judicial, obedeciendo a sus mandos y a Noceti, entraron a la comunidad indígena disparando balazos, golpeando gente e incendiando pertenencias y tomando prisionero al joven. Esto fue así según tres testigos que han declarado en sede judicial.
Lo bueno es que esos testigos hablaron ante la justicia, con todos los riesgos que eso supone en un trámite que debería ser normal y no lo es. Lo mejor es que hay reportajes y videos que se podrán ver esta noche en ADN del cordobés Tomás Méndez, que ahora va por C5N como programa federal. Ya se vieron adelantos en otros programas del canal y volverán a sepultar políticamente a Bullrich, sus mentiras y pistas falsas plantadas a la justicia y la sociedad.
Para que esa versión alejada de la verdad tenga alguna chance de prosperar, el mensaje va a los votantes del PRO-Cambiemos y tantas personas que frente al terrorismo de Estado de 1976 decían “en algo habrá estado” el argentino cuyos familiares denunciaban la desaparición. De allí la demonización de Maldonado y sus amigos mapuches, que constituirían, según el gobierno, un grupo extremista y separatista en la Patagonia. 
El estilo goebbeliano es evidente. Le mienten a la sociedad y los medios, que replican esas mentiras; ganan tiempo en época de elecciones y pescan votos; entre tanto Maldonado pierde la vida o hay menos chances de hallarlo con vida.
Y lo peor de todo. Si el joven fue desaparecido por Gendarmería, el resultado es que Argentina sigue teniendo esa “fuerza de (in) seguridad”. Todos estarán inseguros.
En ese marco fue alarmante que Macri se manifestara consternado por el atentado terrorista en Barcelona y no tuviera esos sentimientos humanitarios para con el argentino Maldonado. Eso no es humanismo. Parece un sentimiento sesgado e interesado electoralmente hacia su amigo Mariano Rajoy y los Borbones.
Manipulación de justicia.
Tanto se quejó Macri de los jueces supuestamente manipulados por el kirchnerismo y al final su administración está batiendo récord en colmar de elogios a los jueces propios y tirar abajo del camión a los que reputa como adversos o cercanos a Cristina Fernández de Kirchner.
Eso quedó palmariamente demostrado con la operación político-judicial del oficialismo y el titular de la Corte Suprema de Justicia para aprovechar un vacío forzado en el Consejo de la Magistratura, para suspender por 180 días al camarista Eduardo Freiler y abrirle juicio político.
El plan se cumplió paso a paso. Primero suspendieron al representante en el Consejo, Ruperto Godoy, del FPV, por no ser abogado, una condición que no es sine qua non para ser legislador, su mandato de origen en la entidad. Con Godoy presente, el gobierno necesitaba 9 votos para fallar en contra de Freiler; sin él, sólo 8, votos que sí tenía.
Quien reemplazaría a Godoy era el senador Mario Pais, también del FPV, pero debía jurar previamente como miembro del Consejo. A tal fin fue citado por Ricardo Lorenzetti, quien lo hizo esperar varias horas sin tomarle juramento, el tiempo necesario para que Pablo Tonelli y la mafia del PRO en el Consejo pudieran alterar el orden del temario. Pasaron el caso Freiler del punto 10 al primer asunto a considerar. Y antes que Pais pudiera entrar al Consejo con sus títulos perfectos, ya la titular del organismo, Adriana Donato, había hecho votar, y con ocho porotos a favor, suspendieron a Freiler.
Cómo habrá sido la articulación de los socios de una especie de asociación ilícita, que al segundo ya el presidente estaba informado y dijo que esa suspensión “es un paso adelante hacia la Argentina de la seguridad y el fin de la impunidad”. Lo declaró en la conferencia de prensa con el titular del Banco Mundial, Jim Yong Kim.
Si el capital financiero internacional va a prestar más millones de dólares al gobierno argentino por esas acciones casi delictivas, eso demostraría que una vez más el dramaturgo alemán Bertolt Brecht tuvo razón cuando planteó: “¿qué delito es robar un banco en comparación con fundarlo?”. La máxima le cabe al Banco Mundial que con su primo hermano, el FMI, han cometido gravísimos delitos contra de la soberanía y el patrimonio de los pueblos.
Macri se presenta como consolidado y con chances de ser reelecto en 2019, como carta para solicitar la llegada de créditos e inversiones extranjeras, que por ahora no mueven el amperímetro.
Sinceramente tiene más posibilidades de lograrlo con buenos resultados electorales como los de nivel nacional en las PASO, incluso en Buenos Aires aunque al final del demorado escrutinio sus candidatos pueden perder por uno o dos puntos con CFK.
Pero las maniobras para sancionar a Freiler no pueden reportarle ventaja sustancial en cuanto a la demorada “lluvia de inversiones”. La maniobra artera y sin tapujos fue como secuestrar a un jugador del equipo contrario en los vestuarios, para ganar un partido sin respetar el once contra once.
La pérdida de credibilidad social a lo sumo puede ser compensada en política para el gobierno en un mayor alineamiento de muchos otros magistrados, ablandados para que actúen según bajada de línea de Olivos. Ya tiene un núcleo de acero que lo sigue en cualquier tarea asignada, como una fuerza de elite, casos de Claudio Bonadío y Germán Moldes. Ahora van a ser más, unos por convencimiento y otros por temor.
Con esa justicia partidizada y alejada de las normas legales, los argentinos estarán más inseguros que antes. Si a eso se le suma la Gendarmería, fuerza de inseguridad, el resultado mete miedo aunque en Costa Salguero los globos sigan en el aire queriendo llegar a octubre. Todos saben que ese látex inflado dura pocos días, después se pincha o desinfla.
Fuente:LaArena                      

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