11 de febrero de 2019

ESPECIAL VENEZUELA PARTE 3.

Venezuela pone en marcha “los ejercicios militares más importantes de su historia”
 10 febrero 2019
La maniobras Bicentenario de Angostura 2019, que se desarrollarán entre el 10 y el 15 de febrero, conmemoran los 200 años del Congreso de Angostura, del que salió la primera Constitución del país.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, durante unos ejercicios militares en Maracay, Venezuela, el 29 de enero de 2019. / Reuters
Este domingo arrancan en Venezuela los ejercicios cívico militares Bicentenario de Angostura 2019 —los “más importantes de su historia”, como los ha denominado el presidente Nicolás Maduro—, que tienen como fin poner en prueba las capacidades operativas y técnicas de la Fuerza Armada Bolivariana del país. Esta serie de maniobras, que se prolongarán entre los días 10 y 15 de febrero, forman parte de la conmemoración de los 200 años del Congreso de Angostura, origen de la primera Constitución del país.
“Su objetivo es acoplar toda la capacidad, operativa, organizacional, de armas y de unión cívico militar para defender nuestra patria”, declaró recientemente Maduro, impulsor de las maniobras. Asimismo, dijo que Venezuela tomará en consideración la experiencia de las operaciones anteriores y evaluará los posibles escenarios de amenaza contra la paz y la integridad del país sudamericano.
Al prestar juramento como presidente de la República el pasado 10 de enero, Maduro subrayó que durante su nuevo mandato presidencial (2019-2025) prestará particular atención a la consolidación y el afianzamiento de las capacidades militares venezolanas.
Los ejercicios de este domingo coinciden con la aguda crisis política que vive el país desde la autoproclamación como “presidente encargado” de Juan Guaidó, hasta ahora presidente de la Asamblea Nacional en desacato, lo que ha dividido el mundo entre quienes defienden la legitimidad del Gobierno de Maduro y los que reconocen al líder opositor.
“En Venezuela no va a haber guerra, ni intervención militar”, señaló Maduro esta semana en una entrevista exclusiva con RT, respecto a la posibilidad de una invasión norteamericana. “Eso no quiere decir que no nos preparemos para defender nuestra tierra, que es sagrada” y “hacer impagable desde el punto de vista de costos militares y humanos una invasión”, puntualizó el mandatario venezolano, que hizo hincapié en que una guerra se evita con la diplomacia de paz.
Los ejercicios se desarrollarán bajo dos modalidades orientadas a garantizar el adiestramiento y la cohesión de la Fanb, así como fortalecer su apresto operacional.
Durante las prácticas se pondrán a prueba, entre otros, las acciones de comando y control, comunicaciones y de planificación militar, además de demostrar la capacidad de despliegue de la fuerza armada, tal y como lo explicó esta semana el titular del Comando Estratégico Operacional de la Fanb (Ceofanb), Remigio Ceballos.
Previamente a estos ejercicios, en el país se desarrollaron desde enero fases de planificación, de preparación previa, así como maniobras militares que fueron supervisadas por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela y comandante en Jefe de la Fanb, Nicolás Maduro.
En declaraciones dadas a Telesur, en días pasados, Ceballos indicó que para fortalecer la capacidad defensiva de Venezuela, la Fanb cuenta con un sistema defensivo territorial compuesto por ocho regiones estratégicas de defensa integral, 28 zonas operativas de defensa integral a las cuales se suma la milicia, “y vamos rumbo a los 2 millones de milicianos”, acotó.
En este sentido, destacó la participación en las prácticas de la Milicia Nacional Bolivariana como un complemento de la Fanb, de hecho señaló que están activas las áreas y sectores de defensa integral apalancados en el territorio con la milicia, “y tenemos los agrupamientos y bases populares para la defensa, así como las unidades populares en los sitios más lejanos de la organización territorial y política del país”, añadió.
En la dinámica y logística de estos ejercicios también se sumarán dentro del componente civil la juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), así como miembros y voceros de organizaciones de base del poder popular, entre otros.
Venezuela: El fascista Guaidó reza el Rosario y a la vez pide invasión yanqui
















Guaidó participa con su familia en el Gran Rosario por Venezuela

La actividad religiosa fue convocada por Fabiana Rosales, esposa del presidente interino
Juan Guaidó, pelele de Trump, llegó este domingo a la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, en Las Mercedes, para participar en una jornada de oración mundial organizada por su esposa, Fabiana Rosales.A la iglesia acudieron miembros de la derecha fascista y oligárquica del país.
La actividad, convocada por Rosales, se realiza en Caracas, varios estados de Venezuela y en otros países.
“Hermanos venezolanos, es el tiempo de unirnos en oración, es el tiempo de pedir juntos con fe por nuestro país. Los invito a todos al Gran Rosario Mundial por Venezuela”, publicó Rosales en Twitter.

Guaidó no descarta autorizar intervención militar de EE.UU. en Venezuela

Mientras reza y reza, Guaidó analiza el ingreso de las fuerzas armadas yanquis para sacar a Nicolás Maduro de su país. Por su parte el mandamás estadounidense, Donald Trump, dijo que esto es “una opción”.









Guaidó se autoproclamó gobernante el pasado 23 de enero luego de que el Parlamento declaró a Maduro en usurpación del cargo.

“Nosotros haremos todo lo posible. Esto es un tema obviamente muy polémico, pero haciendo uso de nuestra soberanía, el ejercicio de nuestras competencias, haremos lo necesario”, respondió Guaidó a la pregunta de si haría uso de las facultades  que nadie le confirió como “jefe del Parlamento y presidente encargado” para autorizar eventualmente una intervención militar. El dirigente derechista enfatizó que hará “todo lo que sea necesario, todo lo que tengamos que hacer para salvar vidas humanas, para que no sigan muriendo niños” o pacientes por falta de medicinas.“Vamos a hacer todo lo que sea que tenga menor costo social, que genere gobernabilidad y estabilidad para poder atender la emergencia”, sostuvo Guaidó, preguntado dos veces sobre si autorizaría una intervención militar.
El presidente estadounidense, quien reconoció a Guaidó el mismo día de su proclamación, reafirmó el pasado domingo que el uso del ejército en Venezuela es “una opción” que se ha considerado ante la crisis política y socioeconómica del país petrolero. “Aquí los días en Venezuela ya se cuentan en vidas humanas. Del 23 al 30 (de enero) asesinaron a sangre fría, el FAES, una unidad de las fuerzas armadas, a 70 jóvenes“, denunció el opositor.
Nicolás Maduro aseguró este viernes que no permitirá el “show” de la ayuda humanitaria, que comenzó a ser acopiada en la frontera con Colombia a solicitud de Guaidó. Según Maduro, la “emergencia humanitaria” es “fabricada desde Washington” para “intervenir” Venezuela. “Si vienen tropas estadounidenses en Colombia, que se queden” allí, advirtió, afirmando que nunca entrarán al país.
Venezuela / Paracaidistas de las FANB leales siempre a la Revolución
Resumen Latinoamericano, 10 febrero 2019

Interventor de Táchira: Comenzar una guerra en Venezuela sería incendiar la región
Resumen Latinoamericano / 10 de febrero de 2019
Si el Gobierno de EEUU decide comenzar una guerra en Venezuela, provocaría una situación de caos en toda la región, y ese país norteamericano sería el principal afectado, dijo en entrevista con Sputnik, Freddy Bernal, interventor del estado Táchira (oeste) fronterizo con Colombia.
“Si se inicia una guerra en Venezuela, se incendiaría toda la región, y millones de refugiados irían a parar no África, sino a los Estados Unidos, se tendría que preparar Estados Unidos, entonces que se lo piense muy bien”, añadió en declaraciones ofrecidas a Sputnik.
Bernal, fue nombrado protector del estado Táchira por el presidente Nicolás Maduro, luego de que en ese estado ganara la opositora Laidy Gómez como gobernadora.
Esta entidad del oeste venezolano, se encuentra en tensión desde el pasado 2 de febrero, después de que el presidente de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral, de mayoría opositora), Juan Guaidó, anunció que llegaría un cargamento de medicamentos e insumos hospitalarios.
La oposición venezolana ha convocado para el próximo 12 de febrero una movilización, en la que exigirán a las autoridades que permitan el acceso de la ayuda humanitaria, por lo que esa fecha se ha convertido en un día clave para los representantes de ese sector, y a juicio de Bernal, no pasará de ser “un show”.
“La oposición tiene no sé cuántos años con fechas, primero que el Gobierno iba a caer el 23 (de enero), no pasó; el 10 (de enero), no cayó; el tampoco 2 (de enero) no cayó, y el 12 podemos asegurar que no sucederá nada, seguramente van a hacer un show”, añadió.
Si intentan ingresar los camiones con cargamentos de medicinas, expuso el interventor de Táchira, los representantes del oficialismo harán un cordón humanitario para evitar su paso.
“A nosotros no nos quita eso el sueño, no vamos a caer en ninguna provocación, no vamos a hacer lo que ellos quieren, nuestra Fuerza Armada está en la frontera y si intentan pasar, haremos un cordón humanitario del lado de acá”, expuso.
En medio de esta situación, la oficina de migración de Colombia anunció que revocaría a más de 300 funcionarios y allegados del Gobierno venezolano, sus permisos de movilidad fronteriza, entre ellos a Bernal, también comisario del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN).
“Eso no nos quita el sueño, por mi pueden agarrar todas sus visas y hacer con ellas lo que quieran, yo no tengo que salir de mi país, yo nacía aquí, trabajé aquí y moriré aquí”, sostuvo.
La tensión entre Colombia y Venezuela se ha incrementado en las últimas dos semanas.
Cúcuta, ciudad del departamento Norte de Santander, se ha convertido en el centro de recepción de medicamentos e insumos médicos “donados” por gobiernos de Canadá, Alemania, Estados Unidos y Puerto Rico.
Desde allí, las autoridades neogranadinas, junto a representantes de organizaciones no gubernamentales, han dicho que ingresarán la ayuda humanitaria hacia Venezuela, por uno de los puentes que conectan estos dos países.
Fuente: Sputnik
La cruzada religiosa del Comando Sur contra Venezuela
Resumen Latinoamericano / 10 de febrero de 2019
Como se sabe, el Pentágono nunca deja de trabajar. Sus labores en América Latina y el Caribe están a cargo del Comando Sur (en inglés, SouthCom), que tiene como objetivo resguardar los intereses militares de los Estados Unidos en la región.
Estos se ven reflejados en el documento que presentó el almirante Craig S. Faller (Posture Statement 2019), comandante del Comando Sur, ante el Comité de Servicios Armados del Senado estadounidense el 7 de febrero. Allí se encuentra descrito un balance de sus acciones en la región, sus roles y desafíos en este año.
La política del Comando Sur se inserta en el Hemisferio Occidental, como una pata de los planes estratégicos trazados por el Pentágono para los años venideros de la Administración Trump.
En la Estrategia de Seguridad Nacional firmada por Donald Trump, publicada en 2017, documento axial que refleja el presente y prospectiva de los Estados Unidos como potencia militar y económica, dice que “China y Rusia quieren dar forma a un mundo antitético a los valores e intereses de los Estados Unidos”.
Esa afirmación es clave puesto que acepta a las dos potencias euroasiáticas como las principales “amenazas existenciales” de la ya decaída hegemonía estadounidense, y según el documento que presentó el Comando Sur, ambas se encuentran muy presentes en el Hemisferio Occidental, sobre todo en América Latina y el Caribe, donde ve peligrar la influencia de Washington.
AMPLIACIÓN DEL CAMPO DE BATALLA
Según el Comando Sur, el Hemisferio Occidental vuelve a ser un gran campo de batalla de la coyuntura global entre actores transnacionales y estatales, con una triada emergente (Rusia, China, Irán) que apoya a la “troika de la tiranía”, según John Bolton: Cuba, Nicaragua y Venezuela.
En vista de las amenazas de esta “troika de la tiranía” a lo que supone la influencia estadounidense, el Comando Sur ha reforzado lazos militares y de “cooperación” con Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú en América Latina; El Salvador, Panamá, Honduras, Guatemala en Centroamérica; Trinidad y Tobago y Jamaica en el Caribe.
Por cierto, son todos países que recientemente votaron a favor de la intervención en la Organización de Estados Americanos (OEA), claramente coordinado por el secretario general Luis Almagro.
Volviendo a la ampliación del campo de batalla en territorio americano, la “troika de la tiranía” debe ser neutralizada para la supuesta prosperidad y desarrollo del resto de países que se ven perjudicados por la influencia euroasiática. La nomenclatura usada por Bolton no aparece en el documento, sin embargo la presencia de ese concepto queda inmanente en todo el texto, pues da por hecho la criminalización de los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, como males a extirpar.
Las implicaciones militares en todos los ámbitos de la política, la economía y los intereses estratégicos de los países en donde está mejor insertado el gobierno de la Casa Blanca son más que evidentes en el discurso que promueve el Comando Sur.
En su informe, apela a la expresión moral del establishment estadounidense (“nosotros somos los buenos, los otros son los malos”), e insiste en llamar a Rusia, China, Irán, Cuba, Nicaragua y Venezuela los “actores malignos”, como si se tratara de una extensión proverbial de la Doctrina Monroe.
De hecho, esta visión filosófica es el centro de toda la política estadounidense con relación al “patio trasero”, como suele llamar Washington a la mayoría del continente. Es una doctrina de subordinación y subsumisión del resto de la nación continental a los intereses de los Estados Unidos.
Mientras su presencia en el cuerno de África, el Máshrek y el Magreb intentaba cambiar el curso del mapa geopolítico mediante del plan “Gran Medio Oriente” del Pentágono, en América Latina y el Caribe se vieron inmersos en una conmoción generalizada cuyo punto de inflexión fue el surgimiento del chavismo como corriente histórica e incluso continental.
La influencia de Venezuela en la región amenazaba el consenso de Washington, y por ello desde el Norte, sobre todo luego de los esfuerzos perdidos en aquellas regiones (se espera un pronto retiro de tropas norteamericanas de Siria), los planes de redibujar el mapa del Hemisferio Occidental han tomado una aceleración a escala regional.
El balance del Comando Sur muestra un panorama de las influencias de China y Rusia sobre el continente, donde las inversiones y acuerdos euroasiáticos han tomado una delantera importante y han formado, sobre todo en Venezuela, un cuadro de relaciones internacionales más ampliado a la tónica implantada por los Estados Unidos.
Sin embargo, en pocos años los poderes estatales en Argentina, Brasil y Ecuador cambiaron el rumbo del integracionismo latinocaribeño a la integración panamericana neocolonial. La balanza se empezó a inclinar regionalmente a la dominación estadounidense en detrimento de Celac, ALBA y Petrocaribe.
La presencia del Comando Sur, como lo deja notar en su Posture Statement 2019, es tan íntima a las relaciones políticas de la Casa Blanca que ya no se diferencia la diplomacia del manual estratégico militar. Un elemento que traza todo el documento presentado al Senado, y que ha resultado favorable a los planes del Pentágono para el continente.
LA RED DE REDES DEL PENTÁGONO
A todas las amenazas, el Comando Sur tiene una respuesta y una acción. La idea a través de los últimos años es expandir los trabajos conjuntos entre el ejército de los Estados Unidos y el resto de los países satélites. El incremento de las bases militares norteamericanas en suelo latinoamericano y caribeño es un claro dato de suyo, y las operaciones y ejercicios que involucran sobre todo “asistencias humanitarias” y “desastres naturales”.
Faller en su balance nombra los esfuerzos del USNS Comfort, un hospital militar naval que estuvo en varios puertos en todo el Hemisferio Occidental, con especial atención mediática en Colombia por tratarse fronterizo de Venezuela.
El informe habla claramente de una “integración” en cuanto a los ejercicios militares, cooperaciones de inteligencia y, básicamente, al tutelaje que representa el Pentágono por sobre los intereses castrenses de los demás Estados.
A esta inserción regional de la oficialidad colonial, se une el brazo civil representado por organizaciones no gubernamentales (militares y no militares) que ya han hecho la labor de roer desde su seno las estructuras pertinentes a los intereses del Comando Sur. A través de programas educativos, jurídicos y operativos, el Pentágono ha logrado penetrar profundamente en las decisiones de los ejércitos latinoamericanos.

El CS en su informe apela a la perorata moralística que siempre dicta el establishment estadounidense (nosotros somos los buenos, los otros son los malos), e insiste en llamar a Rusia, China, Irán, Cuba, Nicaragua y Venezuela los "actores malignos", en clave Doctrina Monroe.
El CS también reporta que tiene una red dispuesta en toda la región que impulsa sus puntos de vista, intereses y percepciones vía ONGs y personal militar sobre los diferentes temas en los que opera, específicamente en las áreas de narcotráfico, terrorismo, tramas financieras. pic.twitter.com/hx1RcTh6QW





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Uno de los puntos que más preocupa a los altos oficiales estadounidenses es un centro de entrenamiento securitario ruso en Nicaragua, que “potencialmente provee a Moscú de una plataforma regional para incorporar fuentes de inteligencia y colectar información”.
Este uso discursivo de la “intromisión rusa” se conserva no sólo para la política interna de los Estados Unidos, impulsado claramente por los neoconservadores y el establishment del Partido Demócrata, sino también para los países que conforman la “troika”.
Al mismo tiempo que se reconoce la influencia china y, en parte, rusa en la región latinocaribeña, asimismo se habla del Hezbolá libanés como un actor que “opera donde fuera puedan recoger ayudas, recaudar fondos y continuar sus agendas terroristas”; de igual manera habla del Daesh y al-Qaeda, dos proxies íntimamente conectados a las estructuras de la OTAN y contratistas usadas en la guerra siria.
En la lucha contra el terrorismo, uno de los objetivos del Comando Sur consta de neutralizar las supuestas operaciones de Hezbolá en territorio americano, donde se han podido encontrar rastros en Brasil, Bolivia, Perú y Paraguay. Extrañamente no hay mención alguna sobre Venezuela, aun cuando altos funcionarios del gobierno central fueron ligados a este grupo del Líbano, clave en su política local y en las invasiones de Israel sobre aquel territorio en 1982 y 2006.
Para contrarrestar esta y otras amenazas a la hegemonía estadounidense, el Comando Sur informa que existe una coordinación con el Departamento de Estado para implementar “un cambio de juego estratégico”: la instalación de programas en asistencia securitaria como el International Military Education and Training (IMET) y el Foreign Military Financing (FMF).

El balance del @Southcom muestra:
-un panorama en el que la influencia de potencias globales como Rusia y China;
-a Nicaragua como centro de operaciones de inteligencia del Kremlin en la región;
-rastros de Hezbolá en Brasil, Bolivia, Perú y Paraguay.
Un dato importante que devela el informe: desde 2009, programas del Departamento de Estado en el área de seguridad han expandido la influencia estadounidense en sectores clave estatales, por ejemplo en Chile, Argentina y Trinidad y Tobago. pic.twitter.com/u83fsBPp5A





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El IMET, por ejemplo, ha dado por lo menos unos 55 mil estudiantes que ahora forman parte de estructuras estatales en diferentes áreas políticas y militares, y nombra los casos de Argentina, Chile y Trinidad y Tobago como los más resaltantes en su plan de “integración”.
Así, entre ONG, instituciones tipo USAID y NED, programas de educación y “cooperación” castrense, los Estados Unidos tienen, desde el punto de vista político-militar, un despliegue de redes sumamente importante a la hora de tomar decisiones y dar respuestas en contextos latinoamericanos y caribeños. De ese tamaño es el mando del Pentágono sobre gobiernos de su “patio trasero”.
CUBA, NICARAGUA Y VENEZUELA EN EL FONDO
Los temas más resaltantes del informe son el narcotráfico, el terrorismo, la migración, los desastres naturales, y la importancia de reforzar los lazos con los países tutelados por Estados Unidos.
En el marco de los tres primeros tópicos, Venezuela toma relieve importante por los desafíos que confiere la mediatizada “diáspora venezolana” como por la adjudicación por parte de la Casa Blanca de nombrar al venezolano como un Estado forajido, que supuestamente conmina sobre todo a sus países vecinos a desestabilizaciones y “hace sufrir a la población”.
Por ello se reseña a profundidad los ejercicios militares que han desempeñado en conjunto con los diferentes países, fueran de manera bilateral o multinacional. UNITAS (naval), PANAMAX y CRUZEIRO DU SOL son los más subrayados por el Comando Sur, pues “incrementamos el entendimiento mutuo, la interoperabilidad y la presteza colectiva”.
Básicamente, Estados Unidos a través de su red de redes operado por el Pentágono en todo el continente asegura, bajo el discurso de que todos esos esfuerzos lo hacen en honor al “humanitarismo”, que los intereses que representa no sean polvo en el viento ante disposiciones contrarias como sucede con Cuba, Nicaragua y Venezuela. Nada es casualidad.
Casi al final del documento, en torno a lo referido a desastres naturales, muy dados en los últimos tiempos en el Caribe, se reseña una importante reunión multinacional en el que los diferentes ministerios de Defensa de la región acordaron asegurar “las respuestas a emergencias en sus propios países” y “los países vecinos en crisis”.
“El pasado octubre en la Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas en Cancún, México, el Secretario de Defensa estadounidense y sus homólogos a través del Hemisferio se comprometieron a fortalecer la cooperación militar regional y asistencia ante desastres con apoyo de las agencias civiles principales. En respaldo, el Comando Sur trabaja cercanamente con los países socios, el Departamento de Estado, USAID, ONG y organizaciones multinacionales como el Caribbean Disaster Emergency Management Agency (CDEMA) de Caricom y el Regional Security System (RSS) para construir capacidades nacionales y regionales de respuesta”.
Un trabajo de esas dimensiones se ha venido consolidando con los años, en los momentos en que Venezuela ha sido cada vez más aislada de las relaciones donde predominan los intereses estadounidenses en la región. Eso incluye los lazos diplomáticos con los países que hoy integran el Grupo de Lima y la OEA.
Pensando, precisamente, en la región latinocaribeña como un inmenso campo de batalla, en el que China y Rusia tienen participación, así como también lo ha sido en Medio Oriente y África, el Comando Sur presenta sus credenciales y muestra al Senado, y al mundo en general, que todas las capacidades están a tono para continuar los intentos de deponer (y si puede, destruir) a los gobiernos de la “troika de la tiranía”, al mismo tiempo que profundiza el mando del timón regional en manos estadounidenses.
En el fondo del balance, como textualmente puede verse a lo largo del documento, Venezuela es objetivo primario en las intenciones de Estados Unidos por dominar el tablero de juego en América Latina y el Caribe. Lastimosamente para Washington, no es el único jugador que participa activamente en la disputa.

Fuente: Misión Verdad
Golpe de Estado híbrido y asimétrico contra Venezuela
por Marcos Roitman Rosenmann, Resumen Latinoamericano, 10 febrero 2019

La guerra contra Venezuela ha subido un peldaño en la planificación de
los golpes de Estado. Hasta hoy, en América Latina, asistimos a una
variedad de quiebres constitucionales bajo el manto protector de los
Estados Unidos. Acciones encubiertas, ejércitos mercenarios,
invasiones, asesinato político o magnicidio. Cualquier estrategia ha
validado sus delirios de dominación planetaria. En este plano, Estados
Unidos no puede emprender con garantías una guerra global, sin el
control de materias primas. América Latina es su arsenal particular.
Níquel, litio, cobre, petróleo, gas. La existencia de una plutocracia
y elite política sumisa le cubre las espaldas. Se convierten en los
ejecutores materiales del golpe de Estado.
Si el triunfo inesperado de las izquierdas pone en entredicho su
control, el dispositivo entra en liza. Sociedades dependientes
tecnológica, militar e industrialmente con 70 por ciento de las
importaciones provenientes de Estados Unidos, son un blanco fácil.
Estrangular la economía, provocar desabastecimiento, mercado negro e
inflación es tarea simple. Basta con pedir el pago por adelantado de
las importaciones para vaciar las arcas públicas y provocar una crisis
inflacionaria. Asimismo, patrocinar el abandono de multinacionales del
territorio y cerrar sus filiales acaba desangrando la economía. La
falta de repuestos, productos de primera necesidad, pasta de dientes,
jabón, papel higiénico, medicamentos antes en abundancia, desaparecen
del mercado. Un discurso señalando como responsables al gobierno y una
guerra sicológica multiplican por mil la escasez. Levantar una
economía alternativa cuesta mucho, y a corto plazo los visos de éxito
son escasos. Proceso desestabilizador, estrangulamiento de la
economía, ruptura de las fuerzas gubernamentales concluyen llamando a
las fuerzas armadas al golpe restaurador.
La tarea de provocar la caída de los gobiernos populares en América
Latina se asignaba a la alianza interna cívico-militar. Hoy el factor
exterior se estrena como determinante y articulador del golpe de
Estado. Países extranjeros y un personaje irrelevante es proclamado
presidente interino. Sin control del territorio, sociedad a la cual
gobernar, instituciones a la cual administrar, ni las fuerzas armadas,
en definitiva sin poder, es elevado a la presidencia. Hoy, en
Venezuela, no se trata de derrocar un gobierno legítimo. El objetivo
final, no es restaurar la democracia, es desintegrar el país para que
Estados Unidos pueda seguir su afiebrada marcha por el control del
mundo, cuyas miras están en el gigante asiático que le amenaza: China.
Estados Unidos, Brasil, Canadá, países de la Unión Europea, la OEA y
el grupo de Lima, actúan de lanzadera para legitimar un golpe de
Estado desde el exterior. La mentira, la manipulación informativa, los
factores emocionales y sicológicos cobran un papel fundamental. Se
trata de romper los apoyos al gobierno hasta hacerlo caer. Es la
articulación de un orden paralelo. Hacer creer que nos hemos instalado
en un poder dual. Pero ni la OEA ni la Unión Europea han logrado la
unidad para ratificar al golpista. Sólo 16 de sus 34 miembros apoyan
el discurso de Almagro. México y Uruguay, entre otros, han preferido
mantener la dignidad, negándose a reconocer el gobierno de facto.
Donald Trump y Jair Bolsonaro, presidentes considerados un peligro
para la democracia representativa, la paz mundial y regional se
rescatan por un sector de la comunidad internacional, para legitimar
el golpe en Venezuela. En España, los medios de comunicación, partidos
políticos, gobierno y oposición se hacen eco para justificar el apoyo
a los alzados. No es un golpe de Estado argumentan. Así le dan el
estatus de interlocutor válido. ¿Cuáles serán las consecuencias? No se
engañen, serán como en Paraguay, Honduras o Brasil: el asesinato
político, la pérdida de espacios democráticos y el exilio. El discurso
de odio, venganza y represión política son las cartas del
autoproclamado presidente. Ya lo han demostrado con las guarimbas.
Decenas de asesinatos políticos, entre cuyos responsables se encuentra
Leopoldo López. Venezuela sufre la cólera de un conglomerado golpista
mundial donde están la socialdemocracia, liberales, conservadores y el
complejo industrial-financiero-militar. El diálogo no entra en sus
planes, ni la paz, ni las elecciones, sólo el derrame de sangre. En
Venezuela, el punto de inflexión fue el rechazo a firmar los acuerdos
para configurar un calendario de diálogo y elecciones entre gobierno y
la oposición (MUD) celebrado en República Dominicana. Prestos a
firmar, el gobierno republicano de Donald Trump desautorizó a los
negociadores. Así, renunciaron a la soberanía. Llenos de odio,
desprecio a las clases trabajadoras, acabaron articulados a una
estrategia de muerte bajo el mando de Estados Unidos y banderas
extranjeras. En España, el presidente de gobierno, Pedro Sánchez,
acompasado por los medios de comunicación, junto a los dirigentes
Casado, Rivera, Iñigo Errejón, Pablo Iglesias, Manuela Carmena o el ex
vicepresidente del PSOE Alfonso Guerra, tal loritos repetidores
califican al presidente Nicolás Maduro de dictador. No asumirán
responsabilidades secundando un golpe de Estado, una invasión o una
potencial guerra civil. Ellos se lavarán las manos. La sangre será del
pueblo venezolano.
Congresista de EEUU a Guaidó: “Usted no puede autorizar intervenciones militares de EE.UU.”
Resumen Latinoamericano*, 10 de febrero 2019.
Después de que el diputado de la Asamblea Nacional en desacato y nulidad jurídica, Juan Guaidó no descartara esta semana autorizar una intervención de Estados Unidos (EEUU) en Venezuela, el congresista demócrata estadounidense Ro Khanna le recordó al autoproclamado “presidente encargado” que no le corresponde a él tomar este tipo de decisiones.
“Señor Guaidó, usted no puede autorizar las intervenciones militares de EE.UU. Solo el Congreso de EE.UU. puede hacerlo”, tuiteó Khanna el sábado. Y agregó: “No lo haremos“.
En otro tuit reiteró que ni el presidente, ni los “funcionarios neoconservadores del Departamento de Defensa”, ni tampoco los cabilderos contratistas de defensa “tienen el poder de decidir si EE.UU. debe participar en conflictos militares”. “Solo el Congreso”, enfatizó.
Estados Unidos recrudeció desde enero pasado su tutelaje sobre las acciones de asedio internacional contra Venezuela y el presidente de EEUU, Donald Trump, y voceros insisten en reiterar sus pretensiones de optar por una intervención militar contra la nación venezolana, donde además promueven un golpe de Estado con la participación de factores de la oposición nacional.
El ofrecimiento de una supuesta “ayuda humanitaria” a Venezuela, amparado por el gobierno de Estados Unidos y sectores de la derecha nacional e internacional ha sido denunciada por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, como una maniobra para justificar una intervención en la nación caribeña.
Texto: Radio del Sur, RT





Excandidata presidencial de EEUU cuestiona el repentino apego de Trump por los venezolanos


Foto: Archivo
La candidata a la presidencia de EEUU por el Partido Verde en 2012 y 2016, Jill Stein, puso en duda que el actual mandatario estadounidense, Donald Trump, busque realmente asistir al pueblo de Venezuela con su “artimaña” humanitaria.
“¿Acaso creen que el mismo Trump que permitió que murieran miles de puertorriqueños, el mismo Trump que permite que separen las familias de latinoamericanos en nuestra frontera y que enjaulen a sus niños, de repente tanto se preocupa por el pueblo de Venezuela que está dispuesto incluso a INVADIRLA para que acepte la ayuda humanitaria?”, interrogó la política y activista en su cuenta de Twitter.
Según Stein, “mientras los medios principales informan incesantemente sobre la artimaña de la ‘ayuda a Venezuela’ de Trump, casi nadie dice que la ‘ayuda’ de EEUU ya está llegando, por ejemplo los fusiles de asalto introducidos de contrabando de Miami para armar a la oposición de derecha financiada por EEUU y dirigida ahora por (Juan) Guaidó”, escribió Stein.
Does anyone actually believe the same Trump who let thousands of Puerto Ricans die, who has Latino refugee families at our border ripped apart & their children caged, suddenly cares so much about the people of #Venezuela, he’s ready to INVADE to make them accept humanitarian aid?
— Dr. Jill Stein🌻 (@DrJillStein) February 9, 2019
Texto: sputniknews
El hombre elegido por Trump para llevar la “democracia” a Venezuela se pasó la vida aplastando la democracia
Por Jon Schwarz. 9 de febrero de 2019
El 11 de diciembre de 1981, en El Salvador, una unidad militar salvadoreña creada y entrenada por el Ejército de los Estados Unidos comenzó a asesinar a todas las personas que encontró en una aldea remota llamada El Mozote. Antes de matar a las mujeres y las niñas, los soldados las violaban repetidamente, incluyendo algunas de apenas 10 años de edad, siendo  sus preferidas las de 12 años. Un testigo describió a un soldado tirando a un niño de 3 años hacia arriba y ensartándolo con su bayoneta. El número final de muertos fue de más de 800 personas.
Al día siguiente, 12 de diciembre, fue la primera jornada de trabajo para Elliott Abrams como secretario de Estado adjunto para los derechos humanos y asuntos humanitarios en el gobierno de Reagan. Abrams entró en acción, ayudando a encubrir la masacre. En declaraciones al Senado, Abrams dijo que las noticias sobre lo que había ocurrido “no tenían credibilidad” y que todo estaba siendo “significativamente mal utilizado” como propaganda por parte de guerrilleros antigubernamentales.
El pasado viernes, el secretario de Estado Mike Pompeo nombró a Abrams como enviado especial de Estados Unidos a Venezuela. Según Pompeo, Abrams “será responsable de todas las cosas relacionadas con nuestros esfuerzos para restaurar la democracia” en la nación rica en petróleo.
La elección de Abrams envía un mensaje claro a Venezuela y al mundo: el gobierno Trump pretende brutalizar a Venezuela, al mismo tiempo que produce un flujo de discursos obsequiosos sobre el amor de Estados Unidos por la democracia y los derechos humanos. Combinar estos dos factores -la brutalidad y la magnanimidad- es la principal competencia de Abrams.
Elliott Abrams, esquerda, escuta o Secretário de Estado Mike Pompeo falar sobre a Venezuela no Departamento de Estado, em Washington, D.C., em 25 de janeiro de 2019.
Elliott Abrams, izquierda, escucha al Secretario de Estado Mike Pompeo hablar sobre Venezuela en el Departamento de Estado, en Washington, D.C., el 25 de enero de 2019.
Anteriormente, Abrams sirvió en una infinidad de funciones en los gobiernos de Ronald Reagan y George W. Bush, muchas veces con títulos que ponen el  foco en la “moralidad”. Primero, fue secretario de Estado adjunto para asuntos de organización internacional (en 1981); después, ocupó el cargo de “derechos humanos” del departamento de Estado mencionado anteriormente (de 1981 a 1985); secretario de Estado adjunto para asuntos interamericanos (de 1985 a 1989); director general de democracia, derechos humanos y operaciones internacionales del Consejo de Seguridad Nacional (de 2001 a 2005); y, finalmente, consultor adjunto de seguridad nacional de Bush para la estrategia de la democracia global (de 2005 a 2009).
En esas posiciones, Abrams participó en muchos de los actos más siniestros de la política exterior norteamericana de los últimos 40 años, siempre proclamando cuánto le importaba a los extranjeros que él y sus amigos estaban asesinando. En retrospectiva, es inquietante ver cómo Abrams casi siempre estuvo presente cuando las acciones de EEUU eran más sórdidas.
Abrams, graduado del Harvard College y de la Harvard Law School, se unió a la administración Reagan en 1981, a los 33 años. Luego recibió una promoción debido a un golpe de suerte: Reagan quería nombrar a Ernest Lefever como secretario de Estado adjunto para los derechos humanos y asuntos humanitarios, pero el nombramiento de Lefever encalló cuando dos de sus hermanos revelaron que él creía que los afroamericanos eran “Inferiores, intelectualmente hablando”. Un Reagan decepcionado fue obligado a recurrir a Abrams como segunda opción.
Una preocupación central de la administración Reagan en la época era América Central, en particular, las cuatro naciones adyacentes de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua. Todas habían sido dominadas desde su fundación por minúsculas elites blancas y crueles, con un siglo de ayuda de las intervenciones de EEUU. En cada uno de esos países, las familias dominantes veían a los demás habitantes de su sociedad como animales de forma humana, que podían ser usados ​​o muertos, según sea necesario.
Sin embargo, poco antes de la posesión de Reagan, Anastasio Somoza, el dictador de Nicaragua y aliado de Estados Unidos, fue derrocado por una revolución socialista. Los reaccionarios lo consideraron racionalmente como una amenaza para los gobiernos de los vecinos de Nicaragua. Todos los países tenían grandes poblaciones que, de la misma forma, protestaban por las condiciones de trabajo en las plantaciones de café o por ver a los hijos morir de enfermedades fácilmente tratables. Algunos se alzaron en armas y 0tros simplemente bajaban la cabeza, pero todos, desde el punto de vista de los fríos asesinos de la Casa Blanca, eran probablemente “comunistas” qu recibían órdenes de Moscú. Necesitaban aprender una lección.
Parentes e moradores do vilarejo realizam um funeral para enterrar os restos mortais de 21 pessoas mortas no massacre de El Mozote de 1981, em 10 de dezembro de 2016.

Los familiares y los pobladores del pueblo realizan un funeral para enterrar los restos de 21 personas muertas en la masacre de El Mozote de 1981, el 10 de diciembre de 2016.
El Salvador
El exterminio de El Mozote fue sólo una gota en el río de lo que sucedió en El Salvador durante los años 1980. Cerca de 75 mil salvadoreños murieron durante lo que se llama “guerra civil”, aunque casi todos los asesinatos fueron perpetrados por el gobierno y sus escuadrones de la muerte.
Las cifras por sí solas no cuentan la historia entera. El Salvador es un país pequeño, del tamaño del estado norteamericano de Nueva Jersey. El número equivalente de muertes en Estados Unidos sería de casi 5 millones. Además, el régimen salvadoreño continuamente se comprometió en actos de barbarie tan hediondos que no hay equivalente contemporáneo, excepto tal vez el ISIS. En una ocasión, un sacerdote católico relató que una campesina dejó brevemente a sus tres hijos pequeños al cuidado de su madre y hermana. Cuando volvió, descubrió que todos los cinco habían sido decapitados por la guardia nacional salvadoreña. Sus cuerpos estaban sentados alrededor de una mesa, con las manos colocadas en las cabezas delante de ellos, “como si cada cuerpo estuviera acariciando la propia cabeza”.  En el centro de la mesa, había un gran tazón lleno de sangre.
La crítica de la política de EEUU en la época no estaba solo confinada a la izquierda. Durante ese período, Charles Maechling Jr., que había liderado la planificación del departamento de contrainsurgencia durante la década de 1960, escribió en Los Angeles Times que Estados Unidos estaba apoyando “oligarcas similares a la mafia” en El Salvador y en otros lugares y eran directamente cómplices en “métodos de los escuadrones de exterminio de Heinrich Himmler”.
Abrams fue uno de los arquitectos de la política del gobierno Reagan de apoyo total al gobierno salvadoreño. Él no tenía escrúpulos en relación a nada de eso ni piedad de quien escapara del matadero salvadoreño. En 1984, actuando exactamente como lo hacen los empleados de Trump hoy, Abrams explicó que los salvadoreños que estaban en Estados Unidos ilegalmente no deberían recibir ningún tipo de status especial. “Algunos grupos argumentan que los inmigrantes ilegales que se envían de regreso a El Salvador se enfrentan a la persecución y a menudo a la muerte”, dijo a la Cámara de Diputados. “Obviamente, no creemos en esas alegaciones, o no deportaríamos a esas personas.”
Incluso fuera del cargo, 10 años después de la masacre de El Mozote, Abrams expresó dudas de que algo desagradable había ocurrido allí. En 1993, cuando una comisión de la verdad de las Naciones Unidas descubrió que el 95% de los actos de violencia ocurridos en El Salvador desde 1980 habían sido cometidos por amigos de Abrams en el gobierno salvadoreño, él calificó a lo que él y sus colegas en el gobierno Reagan habían cometido como:  “realización fabulosa”.

A Fundação de Antropologia Forense da Guatemala examina sacolas de fotografias soltas dos arquivos da polícia nacional em 27 de julho de 2006, estudando as atrocidades cometidas pela polícia e os assassinatos cometidos durante os 30 anos de guerra civil na Guatemala.
La Fundación de Antropología Forense de Guatemala examina bolsas de fotografías sueltas de los archivos de la policía nacional el 27 de julio de 2006, estudiando las atrocidades cometidas por la policía y los asesinatos cometidos durante los 30 años de guerra civil en Guatemala.
Foto: Sarah L. Voisin / The Washington Post / Getty Images

Guatemala
La situación en Guatemala durante los años 1980 era prácticamente la misma, así como las acciones de Abrams. Después de que Estados Unidos planeó el derrocamiento del presidente democráticamente elegido de Guatemala en 1954, el país había sucumbido en una pesadilla en torno a dictaduras militares. Entre 1960 y 1996, en otra “guerra civil”, 200 mil guatemaltecos fueron muertos – el equivalente a tal vez a 8 millones de personas en Estados Unidos-. Una comisión de la ONU descubrió después de que el estado guatemalteco fue responsable del 93% de las violaciones de los derechos humanos.
Efraín Ríos Montt, que sirvió como presidente de Guatemala a principios de los años 1980, fue considerado culpable en 2013 por el sistema de justicia de la propia Guatemala de cometer genocidio contra los indígenas mayas del país. Durante la administración de Ríos Montt, Abrams pidió el levantamiento de un embargo a las remesas de armas de EEUU a Guatemala, alegando que Ríos Montt había “traído progreso considerable”. “Estados Unidos tuvo que apoyar al gobierno guatemalteco, argumentó Abrams, porque” si asumimos la actitud de “no nos busquen hasta que estén perfectos, vamos a alejarnos de ese problema hasta que Guatemala tenga un registro de derechos humanos perfecto”, y le soltaremos la mano personas que están tratando de progresar “. Un ejemplo de las personas que estaban haciendo un esfuerzo honesto, según Abrams, era Ríos Montt.
Gracias a Ríos Montt, “hubo un tremendo cambio, especialmente en la actitud del gobierno en relación a la población indígena”, decía. (La condena de Ríos Montt fue más tarde anulada por la más alta corte civil de Guatemala, y murió antes de que un nuevo juicio pudiera terminar.)
Nicaragua
Abrams se volvería más conocido por su entusiasmo por el esfuerzo del gobierno de Reagan para derrocar al revolucionario gobierno sandinista de Nicaragua. Él defendió la invasión total de Nicaragua en 1983, inmediatamente después del exitoso ataque de Estados Unidos a la pequeña nación insular de Granada. Cuando el Congreso cortó fondos para los Contras, fuerza guerrillera antisandandista creada por Estados Unidos, Abrams logró persuadir al sultán de Brunéi a desembolsar 10 millones de dólares por la causa. Desgraciadamente, Abrams, actuando bajo el codigo “Kenilworth”, proporcionó al sultán el número equivocado de la cuenta bancaria en Suiza, de modo que el dinero fue transferido a un beneficiario afortunado al azar.
Abrams fue cuestionado por el Congreso sobre sus actividades relacionadas con los contras y mintió abundantemente. Más tarde, se declaró culpable de dos cargos de retención de información. Una era sobre el sultán y su dinero, y otra, sobre el conocimiento de Abrams de un avión C-123 de reabastecimiento de los contras que había sido abatido en 1986. En una bella rima histórica con su nueva función en la administración Trump, Abrams ya había intentó obtener dos C-123 para los contras de los militares de Venezuela.
Abrams recibió una sentencia de 100 horas de prestación de servicio comunitario y consideró todo el caso como una injusticia de proporciones cósmicas. Luego escribió un libro en el que describió su monólogo interior sobre sus acusadores, que decía: “¡Sus desgraciados miserables e inmundos, sus sanguijuelas!” Más tarde, fue perdonado por el presidente George W. Bush tras perder la elección de 1992.

Panamá
Aunque esto se ha olvidado ahora, antes de que Estados Unidos invadiera Panamá para derrocar a Manuel Noriega en 1989, éste era un aliado cercano a Estados Unidos – a pesar de que la administración Reagan sabía que era un traficante de drogas a gran escala.
En 1985, Hugo Spadafora, una figura popular en Panamá y su ex viceministro de salud, creía haber obtenido pruebas de la implicación de Noriega en el tráfico de cocaína. Él estaba en un autobús en camino a Ciudad de Panamá para hacerlas públicas cuando fue capturado por los capitanes de Noriega.
De acuerdo con el libro “Overthrow”, del ex corresponsal del New York Times, Stephen Kinzer, la inteligencia de Estados Unidos apoyó a Noriega dando a sus subalternos el permiso para derribar a Spadafora como “un perro rabioso”. Spadafora fue torturado durante una larga noche y le serrucharon la cabeza mientras todavía estaba vivo. Cuando el cuerpo fue encontrado, el estómago de Spadafora estaba lleno de sangre que él tragó.
Fue algo tan terrible que llamó la atención de quienes lo vieron. Pero Abrams saltó en defensa de Noriega, impidiendo al embajador de EEUU en Panamá de aumentar la presión sobre el líder panameño. Cuando el hermano de Spadafora convenció al hiperconservador senador del Partido Republicano de Carolina del Norte, Jesse Helms, a celebrar audiencias en Panamá, Abrams le dijo a Helms que Noriega estaba “siendo realmente útil para nosotros” y “no era un problema tan grande. … Los panameños prometieron que nos ayudarán con los contras. Si usted hace las audiencias, eso los alejará”.
… Y eso no es todo
En 1986, una periodista colombiana llamada Patricia Lara fue invitada a Estados Unidos para participar en una cena de homenaje a escritores que habían promovido “el entendimiento interamericano y la libertad de información”. Cuando Lara llegó al aeropuerto Kennedy en Nueva York, fue llevada bajo custodia y luego colocada en un avión de regreso a casa. Luego, Abrams apareció en el programa “60 minutos” para alegar que Lara era miembro de los “comités dirigentes” del M-19, un movimiento guerrillero colombiano. Según Abrams, ella era también “una conexión activa” entre el M-19 “y la policía secreta cubana”.
Dada la frecuente violencia paramilitar de derecha contra los reporteros colombianos, eso representó un blanco marcado en la espalda de Lara. No hubo evidencia de que las afirmaciones de Abrams fueran verdaderas – el propio gobierno conservador de Colombia las negó – y ninguna prueba apareció desde entonces.
Los engaños sin fin y desvergonzados de Abrams desgastaron a reporteros americanos. “Ellos decían que el negro era blanco”, explicó más tarde Joanne Omang, del Washington Post, sobre Abrams y su colega en la Casa Blanca, Robert McFarlane. “Aunque había utilizado todos mis recursos profesionales, engañó a mis lectores.” Omang se quedó tan exhausta con la experiencia, que dejó el empleo tratando de describir el mundo real para intentar escribir ficción.
Después de la condena, Abrams pasó a ser visto como un problema que no podía regresar al gobierno. Eso lo subestimó. El almirante William J. Crowe Jr., ex comandante de los jefes de estado mayor conjunto, se involucró ferozmente con Abrams en 1989 sobre la política de EEUU en cuanto a Noriega, después de que quedó claro que era más problemático de lo que era posible aceptar . Crowe se opuso fuertemente a la brillante idea que Abrams había presentado: de que Estados Unidos debería establecer un gobierno en el exilio en suelo panameño, lo que exigiría la custodia de miles de soldados norteamericanos. Fue algo profundamente estúpido, Crowe dijo, pero eso no importaba. Luego, Crowe emitió una advertencia sobre Abrams: “Esta serpiente es difícil de matar”.
Nancy Brinker, Dick Cheney, Elliott Abrams, Condoleezza Rice e Stephen Hadley no salão oval enquanto o então presidente George W. Bush se reúne com o líder do parlamento libanês em 4 de outubro de 2007.
Nancy Brinker, Dick Cheney, Elliott Abrams, Condoleezza Rice y Stephen Hadley en el salón oval mientras que el entonces presidente George W. Bush se reúne con el líder del parlamento libanés el 4 de octubre de 2007.
Foto: Dennis Brack-Pool / Getty Images
Para la sorpresa de los iniciados más ingenuos de Washington, Abrams estaba de vuelta activo luego de que George W. Bush entrara en la Casa Blanca. Como podría ser difícil obtener la aprobación del Senado para alguien que había engañado al Congreso, Bush lo colocó en un cargo en el Consejo de Seguridad Nacional – donde no era necesaria ninguna aprobación del Legislativo. Así como ocurrió 20 años antes, Abrams recibió una cartera que involucra “democracia” y “derechos humanos”.

Venezuela
A principios de 2002, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se había vuelto profundamente irritante a la Casa Blanca de Bush, que estaba repleta de veteranos de las batallas de los años 1980. En aquel mes de abril, de repente, de la nada, Chávez fue expulsado del poder a través de un golpe. De qué forma los Estados Unidos estaban involucrados, todavía no es conocido, y probablemente no lo será por décadas hasta que los documentos relevantes sean descalificados. Pero, sobre la base de los cien años anteriores, sería sorprendente que Estados Unidos no haya desempeñado ningún papel entre bastidores. Por lo que se sabe, en la época, el London Observerrelató que “la figura crucial en torno al golpe fue Abrams”, y él “dio un acento” a los conspiradores. De cualquier modo, Chávez tuvo apoyo popular suficiente para conseguir reagruparse y volver al cargo en cuestión de días.
Irán
Al parecer, Abrams desempeñó un papel importante en el silenciamiento de una propuesta de paz de Irán en 2003, luego de la invasión de Irak por Estados Unidos. El plan llegó por fax, y debería haber ido a Abrams y luego a Condoleezza Rice, en la época, consejera de seguridad nacional de Bush. En cambio, de alguna manera, la propuesta nunca llegó a la mesa de Rice. Cuando se le preguntó más tarde, el portavoz de Abrams respondió que él “no tenía recuerdo de cualquier fax del tipo”.
Abrams, como tantas personas que prosperan en el nivel más alto de la política, tienen una memoria terrible para cualquier cosa política. En 1984, le dijo a Ted Koppel que no podía recordar si los EE.UU. habían investigado relatos de masacres en El Salvador. En 1986, cuando le fue preguntado por el comité de inteligencia del Senado si había discutido la recaudación de fondos para los contras con cualquier persona del equipo del Consejo de Seguridad Nacional, tampoco pudo recordar.
Israel y Palestina
Abrams también estuvo en el centro de otro intento de frustrar el resultado de una elección democrática en 2006. Bush había presionado por elecciones legislativas en Cisjordania y Gaza para dar a Fatah, la organización palestina altamente corrupta liderada por el sucesor de Yasser Arafat, Mahmud Abbas , una legitimidad muy necesaria. Para sorpresa de todos, el rival de Al Fatah, Hamas, ganó, dándole el derecho de formar un gobierno.
Este desagradable brote de democracia no fue aceptable para el gobierno de Bush, en especial para Rice y Abrams. Ellos elaboraron un plan para formar una milicia de Fatah para asumir la franja de Gaza y aplastar a Hamás en su territorio. Como relató Vanity Fair, esto implicaba mucha tortura y ejecuciones. Pero Hamas combatió a Fatah con su propia ultraviolencia. David Wurmser, neoconservador que trabajaba para Dick Cheney en la época, dijo a Vanity Fair: “Me parece que lo que sucedió no fue tanto un golpe de Hamas, sino un intento de golpe de Al Fatah que fue vaciado antes de que pudiera suceder”. Sin embargo, desde entonces, estos eventos fueron tergiversadospor los medios de Estados Unidos, con Hamas siendo presentado como el agresor.
Aunque el plan de Estados Unidos no ha sido un éxito total, tampoco fue un fracaso total desde la perspectiva de Estados Unidos e Israel. La guerra civil palestina dividió a Cisjordania y Gaza en dos entidades, con gobiernos rivales en ambos. En los últimos 13 años, ha habido pocos signos de la unidad política necesaria para que los palestinos tengan una vida digna para sí mismos.
Abrams entonces dejó el cargo con la salida de Bush. Pero ahora está de vuelta a una tercera ronda por los corredores del poder – con los mismos tipos de esquemas que ejecutó en las dos primeras oportunidades.
Recapitulando la vida de mentiras y crueldad de Abrams, es difícil imaginar lo que él podría decir para justificarla. Pero él tiene una defensa para todo lo que hizo – y es una buena defensa.
En 1995, Abrams apareció en el “The Charlie Rose Show” con Allan Nairn, uno de los reporteros estadounidenses más versados ​​sobre la política exterior de su país. Nairn observó que George W. Bush ya había discutido colocar a Saddam Hussein en juicio por crímenes contra la humanidad. “Esa era una buena idea, dijo Nairn, pero” si usted es serio, necesita ser imparcial “- lo que significaría también procesar a empleados como Abrams.
Abrams se rió ante el absurdo de tal concepto. Eso exigiría, dijo, “poner a todos los funcionarios estadounidenses que vencieron en la Guerra Fría en el banquillo de los acusados”.
Abrams en gran tenía razón. La realidad angustiante es que Abrams no es un bandido aislado, sino un respetado y honrado miembro del centroderecha del establishment de la política exterior de EEUU. Sus primeros empleos antes de ingresar al gobierno de Reagan fueron a trabajar para dos senadores demócratas, Henry Jackson y Daniel Moynihan. Él era un miembro destacado del consejo centrista de relaciones exteriores. Él es miembro de la Comisión de los Estados Unidos sobre la libertad religiosa internacional y ahora está en el consejo del National Endowment for Democracy. Él dio clases a la próxima generación de funcionarios de política exterior en la Escuela de Servicio Exterior de la Universidad de Georgetown. Él no engañó a Reagan y George W. Bush de alguna manera – ellos querían exactamente lo que Abrams proporcionaba.
Por lo tanto, no importan los detalles macabros de la carrera de Abrams, lo importante a ser recordado -según el águila americana aprieta sus garras afiladas alrededor de otro país de América Latina – es que Abrams no es tan excepcional así. Es sobre todo un engranaje en una máquina. El verdadero problema es la máquina, no sus partes mal intencionadas.
fuente: The Intercept
traducción: Resumen Latinoamericano
Venezuela: La crisis, pretexto para una intervención militar
por Luis Hernández Navarro, 10 febrero 2019
Los fantasmas de Irak y Siria recorren las calles de Caracas
Caracas. Los fantasmas de Irak, Libia y Siria pasean libremente por
las calles de Caracas. Son el espejo en el que líderes políticos y
sociales venezolanos se miran y ven a su país. Son la referencia
obligada para analizar las amenazas de intervención militar por parte
del presidente estadunidense Donald Trump.
En 2003, Washington invadió Irak, con el pretexto de que el régimen de
Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva. En 2011, una
intervención militar multinacional, de la que Estados Unidos fue
parte, derrocó y asesinó a Muamar Kadafi y sumió al país en la ruina.
Desde 2011, las potencias occidentales han auspiciado una guerra
civil, y desde 2014 han realizado incursiones bélicas para deponer a
Bashar al Assad.
Las intervenciones militares en estos tres países fueron justificadas
inventando que sus gobiernos tenían en su poder armas químicas o de
destrucción masiva o que eran un peligro para la paz y la estabilidad
mundial. También, en nombre de los derechos humanos, la democracia y
la igualdad de género. En los hechos, fueron verdaderas guerras de
conquista y saqueo de los recursos naturales, sobre todo de gas
natural y petróleo.
Resulta entonces inevitable que el chavismo analice su situación
actual desde la perspectiva de las agresiones neocoloniales a esas
naciones. No hay en ello novedad. Venezuela ha sido, desde 1999, un
actor clave en la diplomacia petrolera que permitió elevar los precios
del oro negro entre 1998 y 2012. Tiene relaciones estrechas con el mundo árabe.
El presidente Nicolás Maduro ha sido el primero en asomarse al espejo
libio y sirio. Conoce bien lo sucedido en estas naciones. Fue
canciller de su país entre 2006 y 2013 y artífice de la diplomacia
petrolera. Por ello, reconoció en la conferencia de prensa del pasado
viernes, que hay puntos en común entre la política que llevó a la
destrucción y el desmembramiento de Libia, llevó a la agresión y
destrucción de Siria y la política que se ha aplicado contra Venezuela.
Y añadió: Se pretende destruir países independientes con grandes
fuentes de riquezas. En Venezuela no han llegado al punto que llegaron
en Libia o en Siria: crear una oposición armada. ¡No se lo vamos a permitir!
Su advertencia no es nueva. Apenas el pasado 12 de diciembre acusó a
Estados Unidos de pretender sumir a su país en la violencia, como
ocurrió en naciones donde intervino militarmente. “Están jugado con
candela –denunció. Ellos quisieran ver a Venezuela partirse en 20
pedazos como hicieron en Irak, Libia y Siria, y luego dejarlo en las
manos del caos del terrorismo y de la violencia”.
Guerra no convencional
Con el análisis del presidente Maduro coinciden, al menos en parte,
diversos analistas. Según el colaborador de La Jornada Raúl Zibechi,
La clave del actual conflicto en ese país es más geopolítico que
social. Venezuela, explica, es una nación plena de riquezas. Es un
país emplazado en una posición estratégica, es bisagra entre dos
subcontinentes. Creo que se está configurando una guerra interna en
Venezuela, de manera que puede convertirse en la Siria de América Latina.
Según dijo a este diario Juan Contreras, integrante de la Coordinadora
Simón Bolívar del Barrio 23 de Enero, su país enfrenta hoy una guerra
mediática que ha tratado de crear en la opinión pública internacional
la idea de que Venezuela es un Estado fallido o un narco estado; de
que hay anarquía y por eso deben intervenir. Es, asegura, una guerra
no convencional asimétrica. Es un formato parecido a lo ocurrido en
Libia, Irak, Afganistán y Siria.
El mensaje que manda Washington es que hay que destruir al Estado
nación. Combina esta táctica con la teoría del caos. Trata de
estrangular al país financiera y económicamente, e impedir que se
consigan medicinas y alimentos. Por eso, en 2015 Estados Unidos
declaró a Venezuela una amenaza inusual. Y desde entonces ha insistido
en que hay una crisis humanitaria y que se requiere ayuda humanitaria,
preparativos de una intervención militar.
Parte de esta táctica, precisa, es la guerra por delegatura a un
tercer país. Y se lo ha encomendado a Colombia, que se presta en esta
situación por conducto de un presidente de la extrema derecha, como
Iván Duque. Lo mismo sucede con Jair Bolsonaro en Brasil y con Macri
en Argentina. Son los títeres del imperio.
Los escenarios
Luis Bonilla es un reconocido pedagogo venezolano y un fino analista
de la realidad de su país. “Washing-ton y las naciones imperiales
europeas –explica a La Jornada– han abierto una situación de golpe de
Estado. Han lanzado un ultimátum en dos vías: a) negociación para una
transición y, b) opción militar con una fuerza multinacional. En ambos
casos el único punto de llegada aceptable para ellos es la salida del
gobierno del presidente Maduro”.
Pero, como la solución negociada parece altamente improbable,
pareciera ser que la segunda vía se abre paso. En este caso, las
opciones a seguir serían: 1) la de Panamá para sacar a Noriega; 2)
como en Libia o Irak, con una tormenta del Caribe; 3) una intervención
parecida al escenario sirio.
Pienso que la tercera iniciativa es la más viable. Podría estarse
construyendo ya. Por ello plantean tres puntos de recolección de
medicinas y alimentos: a) La ciudad de Cúcuta, en la frontera
occidental con Venezuela; b) Roraima, en Brasil, que se conecta con la
frontera sur de Venezuela y, c) En Curazao o Aruba, lo que permitiría
accionar desde la región nororiental.
Hasta ahora, explica, quienes promueven la invasión han señalado que
el primer intento de ingreso de ayuda humanitaria se produciría desde
Cúcuta. Esto se debe a que Táchira es uno de los bastiones históricos
de la derecha conservadora.
“La entrada de la ayuda humanitaria por este lugar tendría como
propósito controlar militarmente ese estado, y extenderse hacia los de
Mérida y Trujillo, privando al centro del país de un importante
surtidor de alimentos.
“Han señalado que si la ayuda humanitaria (que busca ser entregada por
soldados venezolanos que han desertado en los pasados 20 años) llega a
ser rechazada, se verían obligados a llamar a la conformación de una
fuerza multinacional que garantice su ingreso. Si logran controlar
Táchira, podrían plantearse un segundo momento de expansión hacia los
pozos petroleros fronterizos con Colombia.
“La apuesta imperialista –concluye– sería deteriorar las condiciones
de vida de la población de tal forma que podría precipitarse una
rebelión popular y el resquebrajamiento de la unidad militar, con lo
la fuerza multilateral estaría en posibilidades de entrar triunfante a
la capital venezolana. Pero esa sería su apuesta. Otra cosa es que
puedan hacerlo.”
fuente: La Jornada


Venezuela. Enfrentar las amenazas del Norte
Eleazar Díaz Rangel / Resumen Latinoamericano / 10 de febrero de 2019
Tienen que haberla leído. En el aeropuerto internacional de Valencia fueron descubiertos 17 fusiles AR15, un fusil Colt Ar15, otro Micro D racot, 118 cargadores, tres miras telescópicas y seis teléfonos Iphone, que habían sido trasladados en un avión Air- Bus, siglas CSB703. No era ningún contrabando ni nada parecido. No es exagerado suponer que fueron despachados por algún organismo de Defensa de EEUU, en todo caso, con autorización de altos niveles. Y les pregunto, ¿ustedes no creerán que ese era el único envío? ¿Cuántos habrían burlado la vigilancia en otros aeropuertos? Solo lo saben allá, quienes los enviaron.
En Santa Bárbara de Barinas, también el domingo, efectivos de la GNB del D-332, decomisaron 7 fusiles automáticos (FAL) uno de ellos con mira telescópica, con 7 cargadores, todos pertenecientes al Ejército Nacional.
Podemos añadir algunos recientes actos de sabotaje, en los estados Miranda y Anzoátegui, de los 16 que han ocurrido desde enero. Y más de 100 denuncias recibidas en las REDI, solamente en enero; de esas denuncias, 17 correspondían a acciones de sabotaje. Si nos vamos un poco más lejos, son cada vez más
evidentes y claros los anuncios o advertencias de Washington sobre una posible invasión, que si se ha anunciando tanto, seguro que simultáneamente la han estado preparando y consultando. No es casual que María Zajárova, calificada vocera de la cancillería rusa, dijera hace poco que “desde Washington siguen llegando señales sobre la posibilidad de usar el escenario de la fuerza para derrocar las autoridades legítimas, incluso a través de una intervención militar directa”. Si a ellos les llegan esas señales a Moscú, es de suponer que usted las habrá captado aquí en Venezuela.
Usted extraerá las conclusiones que crea lógicas, sin conocerlo-a, no le pediría que se entrenara para utilizar un arma de guerra, ni siquiera después de escuchar el viernes al presidente Nicolás Maduro, pero hay algo que puede hacer, como es firmar la declaración por la paz que se entregará en Washington, y quizás hacer un poco más, junto a amigos salir a recoger firmas para alcanzar los millones que se aspiran a recolectar en todo el país.
¿Adelantar las elecciones?
No es exactamente válido para las presidenciales toda vez que se realizaron hace ocho meses, y el electo presidente Maduro ejerce desde hace apenas un mes.
¿Por qué adelantarlas? La única forma es que el autoproclamado Guaidó, como Presidente de la Asamblea Nacional, y de acuerdo al art. 233 de la Constitución, convoque, en plazo de 30 días, desde el 23 de enero, a nuevas presidenciales.
Otra forma de adelantar elecciones, es para elegir una nueva Asamblea Nacional, lo que ocurriría si la oposición está de acuerdo para buscar mejorar su actual sólida mayoría, tan seguro como están de ganarlas en forma abrumadora sumando el descontento chavista por los altos precios sin control. La propuesta la hizo públicamente el presidente Maduro, y la ANC designó una comisión especial que preside Darío Vivas para que la estudie y presente un informe. Pero no ha habido respuesta alguna de ninguno de los grupos opositores. Todos guardan silencio, los radicales y los comedidos, lo que hace suponer que no están tan seguros del triunfo como dicen.
¿Cuál puede ser el resultado de esa comisión? No descartemos que recoja opiniones mayoritarias contrarias a esas elecciones, que, en tal caso tendrían la abstención opositora. Y finalmente, el gobierno puede verse obligado a dar un paso atrás y no las convocaría.
  • El de los altos precios sigue siendo el problema mayúsculo de este gobierno, el que más perturba el ánimo de los gobernantes, y al que no se le ve solución en tanto no se decidan a actuar. Pero si es perturbador de la acción gubernamental, es determinante en el estado de ánimo de millones de venezolanos. Yo no puedo imaginarme que en el alto gobierno no están conscientes de la gravedad de la situación, y cómo en muchas de las manifestaciones ocurridas en estos días, una buena parte de quienes lo hacen contra el gobierno, han asumido posiciones neutrales o se han abstenido en las votaciones cuando antes estuvieron identificados con el chavismo. Es de suponer que es cuestión de estudio tanto en la Dirección Nacional del Psuv, como en el alto gobierno.
  • Usted no será de los ingenuos que creyó que cuando la Unión Europea se hizo presente en Montevideo, lo hizo para ayudar a encontrar el diálogo. Todo lo contrario fue a entorpecerlo. Y vea los resultados, se dividieron, unos pretenden que se convoque a elecciones presidenciales, y otros (México, los 14 países de Caricom y Bolivia) que opinan que es intervenir en cuestiones internas de Venezuela.
  • El periodismo, y algo más, perdieron a uno de sus más originales y creadores en la profesión y áreas similares. La muerte de Pablo Antillano, puede ser un lugar común decirlo, deja un vacío difícil de llenar. Nuestra sentida palabra a sus deudos.
  • Pocas veces se ha visto un ensañamiento contra un político popular como el que a cada rato se expresa en Brasil contra el expresidente Lula. Le impidieron acompañar a su hermano en la hora de la muerte, y lo acaban de condenar a 12 años por una causa que nunca ha podido ser probada.
  • El expresidente Uruguayo Pepe Mujica sobre la crisis en Venezuela dijo en la BBCde Londres: “Si EEUU no tiene más remedio que intervenir, va a intervenir”. Pero ni una palabra de condena o reproche a Washington. ¿Y cómo nos pudo engañar tanto tiempo?
Fuente: ÚN
Envío:RL

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