Resumen Latinoamericano, 9 de mayo de 2019.-
DISCURSO COMPLETO (VIDEO)
La expresidenta presentó su bestseller «Sinceramente» en la Feria del Libro y llamó a sellar un compromiso de todos los sectores para hacer frente a la crisis. Las señales políticas, mensaje a los empresarios y diagnóstico social.
(Foto: Unidad Ciudadana)
En clave político-electoral, Cristina Fernández de Kirchner propuso este viernes un “contrato social de ciudadanía responsable” que incluya “el compromiso de todos los sectores” para buscar una salida a la crisis. La exmandataria realizó la convocatoria durante la presentación de su libro “Sinceramente” –un éxito editorial de ventas que ya va por su cuarta edición”- en la Feria del Libro.
Las siguientes son los puntos centrales del mensaje de CFK:
“Yo no creo en los neutrales. Para neutrales están los suizos. Nunca fui neutral ni lo voy a ser”.
“El libro es una interpelación a todos. Una interpelación a la sociedad”.
“Yo no creo en sociedades maravillosas y perfectas que den malos dirigentes . Creo que hay un reflejo arriba de lo que hay abajo”.
“Quise transmitir a los jóvenes , es mi gran apuesta, mi esperanza”.
“Son momentos difíciles, muy difíciles. Nos quieren presentar la realidad como si fuera resultado de cosas inconexas”
“La política y la economía no tienen patrones de imprevisión”.
“Los argentinos somos difíciles y creo que muchas veces nos movemos a partir de la información que contamos o con la que creemos contar”.
“Hay una base social compleja en la Argentina, no es una cuestión ideológica”.
“Muchas veces se etiquetan o dicen cosas: choriplaneros, planeros”.
“Primero hay que tratar de comprender, para después resolver. Mucha gente decide sobre información que no es correcta”.
«Es importante conocer y tener la información correcta: hoy hay casi medio millón de planes, mucho más de los que tenía el gobierno de los planeros y choriplaneros».
“Estamos en un momento muy especial. Tenemos que aportar a este tipo de debate para que todos los argentinos y argentinas podamos construir algo diferente”.
“Es necesario que todos pongamos ese esfuerzo sin lugares comunes ni clichés”.
“Nadie, en épocas de discursos de unidad, de grandes acuerdos entre sectores políticos, nadie puede estar en desacuerdo con esos enunciados, pero va a ser necesario algo más: un contrato social de todos los argentinos y argentinas, con metas”.
“Nos hacen faltan dirigentes empresarios que piensen en el desarrollo del país y no sólo en el beneficio personal. Para que una empresa sea más grande tienen que ganar todos y comer todas”.
“Si tuviera que poner un titulo diría: contrato social de ciudadanía responsable, que el compromiso sea de todos”.
“No hay posibilidades de generar crecimiento económico sin mercado interno fuerte”.
Envío:RL
10 de mayo de 2019
Cristina Kirchner en la Feria del Libro
“Es necesario un contrato social de todos los argentinos y argentinas”
Cristina Kirchner presentó su libro ante una multitud reunida dentro y fuera del predio de La Rural. En tono coloquial, dijo que espera “que sirva para el debate” y planteó un “contrato social de ciudadanía responsable” que impulse el crecimiento económico a partir del desarrollo del mercado interno.
Por Fernando Cibeira
Cristina Kirchner presentó su libro, Sinceramente, ante una verdadera multitud.
La ex presidenta Cristina Kirchner convocó a los argentinos a suscribir un nuevo contrato social “con metas cuantificables” que contenga a todos los sectores, desde empresarios a sindicalistas, intelectuales, trabajadores y beneficiarios de ayuda social. “Para que una empresa gane plata tienen que ganar todos”, ejemplificó. Fue durante la esperada presentación de su libro Sinceramente, un singular éxito de ventas que ya lleva 300 mil ejemplares impresos en cuestión de días. La expectativa se notó en la convocatoria que se dividió por tres: los mil invitados que colmaron la Sala Jorge Luis Borges de la Feria del Libro y en las miles de personas que desafiaron la lluvia -por momentos torrencial- y se quedaron a seguir el mensaje a través de pantallas gigantes tanto dentro como fuera del predio de La Rural, sobre avenida Sarmiento. Cristina Kirchner se limitó a exponer en el marco de la presentación de su libro pese a que el masivo contexto incitaba a más. No hubo mención ni indicio sobre una posible candidatura, también dejó afuera los temas de la coyuntura. “Cristina presidenta, Cristina presidenta”, fue uno de los estribillos más repetido. La senadora respondía tomando de su vaso de agua. Con todo, nadie pareció irse decepcionado.
Y eso que lo del contrato social podría haberlo relacionado con el acuerdo de diez puntos que el Gobierno la invitó a discutir. No hizo mención. El contrato de la ex presidenta pareció algo pensado más sobre cuestiones de fondo y a mayor plazo que el escuálido decálogo macrista. La idea de Cristina Kirchner ya aparece esbozada en el epílogo de Sinceramente. Allí describe “un nuevo y verdadero contrato social con derechos pero también con obligaciones”, que debería abarcar no sólo lo social y lo económico sino también lo político y lo institucional. En este punto, Cristina Kirchner se mostró crítica con el sector empresario. “No hay posibilidades de generar crecimiento económico sin mercado interno fuerte”, remarcó. Recordó el acuerdo firmado en el ‘74 por Juan Domingo Perón y José Bel Gelbard –a quien destacó como “el último gran dirigente empresario”– y que si el pueblo llenó la Plaza de Mayo aquel 12 de junio del recordado y final “llevo en mis oídos la más maravillosa música...” fue porque los empresarios no estaban cumpliendo con el pacto social.
Además de la amonestación a la clase empresarial, también se refirió a la sociedad en general. Explicó que con su libro, lejos de plantear enfrentamientos y peleas había buscado una “interpelación”. “Yo no creo en las sociedades maravillosas y perfectas que dan malos dirigentes. Hay un poco de reflejo”, analizó. “Las decisiones y conductas no son sólo dirigenciales”, agregó, y deslizó la idea de un sector social que vota en contra de sus propios intereses. Habló, por ejemplo, de la mujer humilde que por ahí se levanta de madrugada y viaja para trabajar como doméstica en alguna casa de la Ciudad y se queja de los que cobran planes y no trabajan. Reiteró el dato del libro acerca del reparto de planes sociales. Que recibieron el gobierno en 2003 con 2.300.000 planes Jefas y Jefes de Hogar distribuidos por la gestión de Eduardo Duhalde para hacer frente a la crisis y que al término de su gestión fueron sólo 207 mil, correspondientes a Ellas Hacen y Argentina Trabaja. Y que hoy, en la gestión Cambiemos, se reparten más del doble que esos planes: 467 mil. “Más que los que tenía el gobierno de los choriplaneros”, ironizó.
La ex presidenta llegó puntual a un auditorio que había empezado a llenarse dos horas antes. Las primeras filas estuvieron destinadas a los invitados especiales, entre los que se destacaron Estela Carlotto y Taty Alemida entre otras Madres y Abuelas de Plaza de Mayo aplaudidas a su ingreso. Hubo muchos ex integrantes de su gabinete, también legisladores e intendentes. La apertura estuvo a cargo de la presidenta de la Fundación El Libro, María Teresa Carbano, quien reinvindicó la Feria como espacio para todos los debates y “múltiples voces”, ante la crítica de los últimos días desde algunos medios porque se permitiera a la ex presidenta realizar un acto. Se ganó aplausos cuando habló de la difícil situación que atraviesa hoy la industria gráfica en contraste con el éxito inmediato del libro de CFK. La senadora la reivindicó como “la primera presidenta” de la Fundación. Por la reacción se dio cuenta que algún sector del público interpretó otra cosa. “No, yo ya fui presidenta. Ella es la presidenta”, aclaró.
A la explosiva venta de ejemplares se refirió Juan Boido, director de Penguin Random House. “Se vendieron los primeros 60 mil ejemplares en un día”, contó. Más allá de la venta, destacó que desde hace 15 días el país esté hablando sobre un libro. Al final del acto tuvo un divertido contrapunto con la ex presidenta. “Juan me dijo que con 30 mil sería un éxito”, le dijo ella. “Bueno, estábamos hablando de una escritora novel”, respondió él.
La ex presidenta nombró al ex jefe de Gabinete Alberto Fernández, ubicado en primera fila, como quien le llevó la idea. Dijo que él se sentía dolido por las cosas que se decían de ella y de Néstor y de sus hijos Máximo y Florencia y que de bía escribir un libro para contar la verdad. CFK relató que empezó con esa idea pero que después el libro fue creciendo. Comenzó la tarea en abril del año pasado y pensaba terminarla en diciembre, pero que se extendió porque también se extendió el libro. Le pareció “muy mezquino” escribir sólo sobre sus asuntos personales y que buscó escribir algo “que nos sirviera a todos”. “No creo en los neutrales, para neutrales están los suizos”, definió.
Lo que la llevó a ir más allá, contó, fue que pocas veces se puede dar el caso de ver un gobierno que cumple tres mandatos y arrojando determinados resultado, al que lo sigue otro de diferente signo con las consecuencias que vemos hoy. De ahí su idea de “interpelar” a un sector la sociedad. “Los argentinos somos difíciles. Las argentinas también”, resumió.
Adentro de la sala a veces llegaba el sonido de lo que cantaba afuera la militancia. En algún momento el “vamos a volver” de afuera contagió el ambiente de adentro. “Estamos en la Sala Borges y como decía él son incorregibles”, bromeó con la famosa frase del escritor sobre los peronistas. En otra ocasión, en una referencia de la ex presidenta al Gobierno, se escucharon silbidos que ella paró. Se mostró preocupada en evitar un clima de confrontación, ni siquiera mencionó a Mauricio Macri. Apenas deslizó alguna ironía como cuando habló del crecimiento de la economía de Estados Unidos basada en el fortalecimiento de su industria y de los mayores índices de empleo. “Sería bueno que algunos que viajan tanto allá y escuchan tanto, imiten lo que hacen allá”, dijo.
En el final se emocionó al contar que lo que nunca estuvo en duda, pese a que estiró el cierre de la entrega del libro, fue que lo presentaría el 9 de mayo, porque ayer cumplía 44 años de su casamiento con Néstor Kirchner en el registro civil de La Plata. “Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo”, cantó la militancia. Contó que se lo había querido dedicar pero no llegó a avisar a tiempo a la editorial, así que lo hizo ayer. “No como ex presidente, ni estadista. Néstor ya está en la historia. Se lo quería dedicar a él como mi compañero, al Néstor hombre, padre de nuestros hijos, porque él se lo merecía”, mencionó. Terminó hablando de los límites que creía que se habían sobrepasado en las críticas que les hacían y que eso motivó el origen del libro. “Empezó siendo una reflexión sobre algunas cosas e intentó ser una reflexión sobre nosotros, los argentinos”, concluyó.
Se fue como llegó, en medio de un mar de celulares enfocados hacia ella, incluso en el caso de dirigentes políticos que querían tener un registro del momento que todos imaginaron como el comienzo de alguna otra cosa.
10 de mayo de 2019
El entusiasmo y la épica de los que esperaban a CFK
Hacer el aguante dentro de La Rural
Mojados, cantando, felices, miles de personas esperaron frente a la pantalla que hablara Cristina. Tatuajes, remeras y consignas.
“¿Qué puede hacernos un chaparrón?”, dijeron los que esperaban el discurso en La Rural.
La lluvia a cántaros alienta la épica, como si el agua lograra, al empapar a cientos y miles de mujeres y de hombres que se refugian donde pueden en el predio de La Rural, que la pasión por Cristina Fernández de Kirchner crezca cada vez más. Los truenos empujan las gargantas a cantar “vamos a volver, a volver a volver, vamos a volver”. Alicia sonríe junto a sus compañeros de militancia, Teresa, Yeni y Eduardo. En un brazo tiene tatuado: “La patria es el otro”. Se arremanga el buzo y le muestra a PáginaI12 el otro tatuaje: “el amor vence al odio”. No importa que se mojen; cuanto más llueve más cantan y hablan y esperan la presentación de Sinceramente, a metros de la puerta de la sala Jorge Luis Borges. “No nos vencieron las balas de los milicos, ¿qué puede hacernos un chaparrón?”, se pregunta Alicia. Sus compañeros la aplauden y gritan: “¡La patria no se rinde!”.
Walter Salazar, de Gregorio de Laferrère, llegó muy temprano junto a Eugenia Terán, de Cañuelas. “Antes estábamos mejor, con Cristina teníamos trabajo y llegábamos a fin de mes”, compara Walter, con la verdad de su bolsillo como termómetro de la crisis, que trabaja vendiendo helados hace veinte años. Se queja porque las ventas bajaron “un montón”. María Teresa Antón, que vive en Morón, fue doblemente previsora: se trajo un gran paraguas que la resguarda de la tormenta y una silla, donde está sentada, justo enfrente de la pantalla que está afuera de la sala. “La silla la llevo a todas las marchas –revela María Teresa, como si diera una modesta clase práctica de lo que hay hacer para movilizarse–. Yo espero que Cristina sea candidata. Cuando ella se fue, dejó un país que estaba económicamente bien. Ahora el nuevo gobierno que asuma en diciembre va a tener que solucionar todos los problemas de la pesada herencia de la gestión de Mauricio Macri”.
Muchos exhiben con orgullo remeras con la tapa de Sinceramente, el libro más vendido de esta 45° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, con más de 200 mil ejemplares. Una mujer abre el cierre de su campera y expone un sentimiento que, enunciado desde lo individual y desde la primera persona del singular, se vuelve colectivo: “Yo quiero volver a tener futuro”. El poeta español Benjamín Prado está por empezar una actividad en Zona Futuro, en el Pabellón Amarillo del predio. Leerá poemas de su libro Ya no es tarde (Visor). “Parece que no soy al único que se le ha ocurrido que no es tarde y que siempre se puede volver a intentar otra vez lo mismo que se intentó antes. Coincido con Cristina Kirchner que va a presentar su libro y quién sabe si algo más… No hay ningún problema: el público que me sobre se lo pasamos a ella y así tenemos para los dos”, bromea Prado.
Julián Soldi, debajo de un paraguas, cuenta por qué está parado, esperando hace más de tres horas. “La amo, yo vengo por amor. Cristina va a ganar las elecciones en octubre”, afirma Julián, que dice que está leyendo el libro. Los que se mojan cantan “vamos a volver” y los que están adentro, refugiándose en los pabellones de la tormenta, también. La creatividad no tiene límites. Como si fuera una pequeña estampita, un par de jóvenes reparten una imagen de Eva Duarte de Perón con un lema contundente para las próximas elecciones: “Evita el macrismo”. El escritor Gonzalo Unamuno confiesa que no recuerda “algo equiparable” en la presentación de un libro en el predio de La Rural. “Que yo recuerde es la primera vez que un libro de una estadista y dirigente adquiere la magnitud de hecho sustancialmente político”, subraya el autor de las novelas Que todo se detenga y Lila, entre otras. “La enmiendan desde todos los ángulos posibles y no hace silencio, como dicen, responde con un libro. Lo que dista mucho de parecerse al silencio”, agrega Unamuno, hijo del histórico dirigente peronista Miguel Unamuno.
Desde San Fernando, Rodolfo viene equipado con carteles escritos a mano. En la mano derecha tiene uno que dice: “Más recordamos, más te amamos. Machirula”. En el dorso de ese mismo cartel: “Volvé Bruja Malvada”. En su mano izquierda apela a cierta terminología del lenguaje neoliberal: “Reconvertimos a la clase media en pobres, 2 millones más. Sí se puede, ¿qué tal?”. Rodolfo agrega: “hay que amar a Cristina, hay que estar en la calle porque es lo que necesitamos para que esta sociedad cambie”. Carlos Díaz, editor de Siglo XXI, está caminando por unos de los pabellones rumbo a la sala Borges. El editor está entre los mil invitados. “Siento mucha curiosidad por escuchar a Cristina; esto es un momento histórico”, resume el editor. Eva Sangiovanni, que nació en 1945, aclara que no se llama así por Evita. “Vengo de una familia peronista, mi padre presidía una unidad básica en el barrio de La Paternal. Yo solo quiero verla a Cristina”, confiesa y se emociona hasta las lágrimas. Desde las patas en la fuente hasta la tormenta a cántaros previa a la presentación de Sinceramente, hay una historia por escribir entre el agua y el peronismo.
10 de mayo de 2019
Miles de personas siguieron la presentación de Sinceramente desde la calle
Ni la lluvia ni el frío detuvieron a la multitud
Sobre la avenida Sarmiento se levantó una pantalla gigante para que los que no pudieron entrar a la feria pudieran seguir el discurso de Cristina Kirchner.
La emoción y la alegría de los miles que acompañaron el discurso de la ex presidenta Cristina Kirchner.
Sobre una multitud inamovible ante la inclemencia del clima y con los ojos vidriosos de la emoción comenzaron a escuchar, pasadas las 20, las palabras de la ex presidenta y actual senadora Cristina Fernández de Kirchner. Fueron miles los que se apretujaron bajo la tormenta que cayó sobre la avenida Sarmiento. Ninguno se quería perder la presentación del libro de la principal dirigente de la oposición.
“Siempre que puedo estar, vengo a agradecer y a apoyar el modelo de Néstor y de Cristina”, sostiene Paula, una artesana de 41 años, con los ojos llenos de lágrimas. Su relato, que encarna el de muchos otros que durante la década pasada pudieron mejorar sus condiciones de vida como consecuencia directa de la aplicación de políticas públicas concretas, se condensa en una frase: “No soy kirchnerista por elección, yo siempre sufrí los oficialismos, pero de pronto vi que personas que pensaban como yo estaban en el poder y comenzaban a llevar adelante medidas que favorecían a los sectores que siempre habían sido postergados”.
El silencio abrumador que se apoderó de la calle cuando empezó a hablar la ex mandataria contrastó abruptamente con los bombos y los cánticos que habían comenzado en las primeras horas de la tarde. Ya en el subte, los desconocidos –jóvenes y viejos– se reconocían camino a la Feria del Libro y se sonreían, se palmeaban e intercambiaban dedos en V. Los vendedores ambulantes ofrecían pilotos, paraguas y pañuelos color azul-tapa-de-libro, y saludaban a los eventuales compradores con un “gracias, compañero”. A medida que pasaban las horas, los truenos empujaban cada vez más las gargantas a cantar “vamos a volver, a volver a volver, vamos a volver”.
“Vine para escucharla, quiero saber qué opina de lo que está pasando en el país”, sostiene Viernes (así se llama), que llegó con su compañera a ver la presentación del libro transmitida en una de las pantallas gigantes montada sobre Sarmiento. El joven, que admite que todavía no pudo comprar el libro, agrega que, aunque nunca integró un espacio orgánico de militancia, siempre siguió de cerca las movilizaciones y los actos impulsados desde el kirchnerismo.
Sinceramente revolucionó la 45° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y ya lleva más de 300 mil ejemplares impresos. El libro se transformó rápidamente en un bestseller, agotando los 60 mil ejemplares de su primera edición en una semana. Pero, además, generó un suceso político inédito: que miles y miles de personas colmaran el predio de la Sociedad Rural Argentina, lo llenaran de militancia, de bombos, de humo de parrilla improvisada. La jornada se vivió como una fiesta, llena de baile, música y color, a pesar de las fuertes lluvias que no cesaron hasta pasadas las 21.
“Vine a acompañar a Cristina, una referente del campo nacional y popular”, comenta Armando, un pequeño comerciante del rubro textil. “Yo estaba en una situación económica muy complicada, prácticamente en la calle, y eso cambió cuando llegaron Néstor y Cristina: pudimos levantar cabeza”, agrega, al tiempo que reconocer que actualmente “la situación está muy difícil, pero podemos tirar gracias al colchón que nos quedó de la etapa anterior”. Como él, muchos llegaron solos al barrio porteño de Palermo, empujados por las ganas de volver a escuchar a la ex presidenta. En ese sentido, las expectativas respecto a su pronunciamiento en torno a una eventual candidatura en las elecciones de octubre se sentían en el aire: la frase más entonada, sin dudas, fue “Cristina presidenta”.
Informe: Sibila Gálvez Sánchez.
Fuente:Pagina12
Fuente:Pagina12




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