Por Doris Musalem Rahal, Resumen Latinoamericano 8 de diciembre de 2019
La Intifada: solidaridad política y social en la lucha nacional palestina Doris Musalem Rahal* elíes se han desarrollado en un fondo de represión creciente en Gaza y Cisjordania, en un intento de suprimir la Intifada, rebelión popular palestina que estalla en diciembre de 1987.

La Intifada, que literalmente significa «el despertar a sobresaltos», es un producto histórico de todos los esfuerzos previos de resistir a la supresión de la identidad nacional palestina, mediante la expropiación gradual y un control totalitario de los territorios ocupados.

Como resultado de la guerra de 1967 Israel conquistó lo que quedaba de la Palestina histórica, Gaza y Cisjordania, incluido Jerusalén Oriental, desplazando a 350 mil palestinos y palestinas. Los que quedaron, alrededor de un millón, son los padres y madres de la generación de la Intifada.

Poco después de su conquista se impuso en los Territorios Ocupados un régimen colonial, estatuto impuesto militarmente a través de un proceso de supresión política, estrangulación económica y represión ideológica y cultural, con el objetivo de evitar el desarrollo de la sociedad civil palestina que llevara a sostener política o económicamente un Estado palestino independiente.

Se puede decir que desde el desposeimiento de los habitantes de Palestina, a partir de la instauración del mando británico durante la Primera Guerra Mundial, la Intifada representa el primer movimiento de masas sostenido de larga duración. Al mismo tiempo la rebelión palestina fue totalmente inesperada: ni los servicios de inteligencia israelíes ni los gobiernos árabes y extranjeros pudieron preverla; incluso después de varias semanas de la insurrección pocos pensaron que continuaría por meses y aún por años.

El entonces ministro de defensa, Isaac Rabin, quien se apresuró a declarar que la insurrección se debía al trabajo de incitadores de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), declaró un mes después: «los disturbios reflejan la tensión que se está gestando en los territorios administrados durante 20 años y no son el resultado de los llamados de la OLP a la violencia».

Asimismo, el jefe de Estado Mayor Dan Shomron dijo: «no existe tal cosa como erradicar la Intifada, porque en esencia expresa la lucha del nacionalismo […] la participación de un gran número de civiles en la violencia ha creado lo que los físicos llaman ‘una masa crítica'».

La Intifada alentó una acción colectiva tal que en mayo de 1988 cientos de comités populares locales —instrumentos fundamentales del movimiento— estaban funcionando en la totalidad de los territorios de Gaza y Cisjordania: en cada aldea, campo de refugiados y ciudades, e involucró a toda la comunidad en diferentes actividades.

Se constituyeron comités de alimentación, de salud, de donadores de sangre; también comités de calles y de guardia a fin de proteger a los negocios que eran abiertos por el ejército israelí.

Pero no sólo existía una red de apoyo en favor de los más afectados por la represión, también se formaron comités cuya finalidad fue reducir en lo posible la dependencia económica de los territorios palestinos. En efecto, los comités agrícolas lograron que el mercado local se volviera autosuficiente en legumbres y en productos avícolas, lo que permitió asegurar el alimento a los habitantes sometidos a prolongados lapsos de toque de queda.

Las mujeres jugaron un papel fundamental en los comités locales, al participar con los representantes de diversas fuerzas políticas (AL-FATAH, Frente Popular para la Liberación de Palestina, Frente Democrático, Partido Comunista, Corriente Islámica) o sociales (estudiantes).

Los comités populares deciden el estallido de las huelgas, fijaban las horas de apertura y cierre de negocios y organizan la ayuda a las familias víctimas de la represión. Los comités populares se organizaban bajo las directrices de un liderazgo, el Comando Nacional Unificado (CNU), formado por representantes de cuatro facciones de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP): (El Fath, que tiene representación mayoritaria en el CNU, el Frente Popular para la Liberación de Palestina, el Frente Democrático para la Liberación de Palestina y el Partido Comunista) y el movimiento Jihad Islámico, quienes pertenecian a una nueva generación de jóvenes dirigentes.

El CNU operaba en la clandestinidad total; su autoridad se ejercía sobre toda la población de Gaza y Cisjordania y trabajaba en coordinación con la OLP. El debilitamiento del liderazgo local en el cuarto año de la Intifada, debido a la ola de arrestos y deportaciones de sus líderes y cuadros, permitió a los líderes de la OLP tener más injerencia en la dirección de la Intifada y en la dirección de los Territorios Ocupados de Gaza y Cisjordania en general.

La primera Intifada y sus versiones posteriores continuaron con los levantamientos contra la colonización israelí, que sigue pretendiendo avanzar en lae la ocupación con características más duras, represivas y expoliadoras.
Envio:RL
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