Prosigue la violencia contra líderes
sociales: denuncian el asesinato de
dos activistas
Resumen Latinoamericano, 30 de octubre de 2020.
Organizaciones campesinas y ecologistas denunciaron el jueves el asesinato de dos activistas, mientras que otros dos dirigentes salieron ilesos de sendos atentados con armas de fuego en diversas regiones de Colombia.
La alcaldía del municipio de Nuquí, en el departamento del Chocó, en el noroeste del país suramericano, informó que el jueves la lideresa comunitaria colombo-española Juana Perea, quien dirigía un hotel ecoturístico en el corregimiento de Termales, fue asesinada por personas aún sin identificar.
“Con mucha nostalgia hoy supimos su asesinato. Esto deja un muy mal mensaje para la zona y para la seguridad aquí en el Chocó”, externó el presidente del Grupo Institucional y Comunitario de Pesca Artesanal (GICPA), Luis Perea.
El cuerpo de Juana Perea, quien tenía 50 años de edad y que se oponía a la construcción de un puerto en la zona, fue hallado frente a la estación de policía del municipio, en la playa.
El mismo jueves, un grupo armado asesinó en su residencia al médico tradicional indígena Pompilio Narváez, en la localidad de El Plateado, departamento del Cauca, en el suroccidente.
Más temprano, el senador indígena Feliciano Valencia, vocero de la Minga del Suroccidente, publicó en su cuenta de Twitter que fue víctima de un atentado en el norte del Cauca, del cual salió ileso.
El congresita detalló que el vehículo en el que se transportaba fue atacado con ráfagas de fusil en la vía que conduce de El Palo, Caloto, a Tacueyó, en el municipio de Toribío, en el Cauca.
Asimismo, la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), en un tuit, alertó que la lideresa Wayuu Irama Movil, quien integra esa agrupación, sufrió un atentado.
“Su vehículo de seguridad fue baleado, hay 2 heridos, ella salió ilesa. exigimos que se proteja la vida de la lideresa y su familia”, reclamó la organización indígena.
De acuerdo con estadísticas del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), de enero pasado a la fecha van 246 líderes sociales asesinados en Colombia.
Fuente: TeleSUR
Fiscalía informa la captura de exjefe
paramilitar
Resumen Latinoamericano, 30 de octubre de 2020.
La Fiscalía General de Colombia informó el miércoles mediante un comunicado sobre la captura del exjefe paramilitar, Eder Pedraza Peña (alias Ramón Mojana), quien presuntamente fue el gestor del asesinato de la fiscal especializada de la ciudad de Sincelejo, departamento de Sucre, Yolanda del Carmen Peternina Negrete.
El excomandante paramilitar había sido capturado en el municipio de Coveñas en octubre de 2009, siendo deportado a Estados Unidos (EE.UU.), donde cumplió con una condena de nueve años de prisión por narcotráfico.
El pasado 11 de septiembre la Cancillería colombiana solicitó al Departamento de Estado norteamericano la entrega en calidad de deportación de “Ramón Mojana”.
El pedido se basó en que desde el año 2011 cursa una orden de detención preventiva por la conformación de un grupo criminal responsable material de la ejecución de la fiscal Negrete, cuando era el máximo cabecilla del Bloque Mojana de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
“El crimen habría obedecido a la verticalidad, eficiencia y eficacia de la fiscal por conocer la verdad de las masacres de Macayepo, El Salado y Chengue, en las cuales alias `Cadena´ y `Ramon Mojana´ estarían vinculados y en contra de quienes, en su momento, se dictaron ordenes de captura. La doctora Paternina Negrete habría sido objetivo militar por las AUC”, expresa el comunicado de la Fiscalía colombiana.
La Fiscalía, a través de la dirección especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, esclareció que existen procesos jurídicos en contra de Mojana por los delitos de concierto para delinquir, desaparición y desplazamiento forzado.
El exparamilitar afirmó ante la Comisión de Justicia y Paz que estando al mando del Bloque Mojana de las AUC materializó al menos 151 casos de desplazamiento forzado, con afectación a 8.636 víctimas del conflicto armado.
Fuente: TeleSUR
Iván Duque y su paquete chileno
Por Pablo Nariño. Resumen Latinoamericano, 31 de octubre de 2020.
Cuando Iván Duque apenas sí se restablecía del impacto que significó el apoyo masivo de los colombianos a la Minga indígena que llegó a Bogotá, que fue como una “brisa que pasó ardiendo”, dejando un poderoso mensaje de organización y un llamado a la movilización social, y cuando la derecha aún se frotaba los ojos observando el retorno al poder en Bolivia del MAS (Movimiento Hacia el Socialismo) a través de un aplastante triunfo de Luis Arce y Choquehuanca con el 55,1 %; el escozor no podía ser mayor cuando el 25 de octubre el pueblo chileno aprobaba el cambio de la constitución fascista redactada durante la dictadura de Pinochet, a lo que se le suma que los chilenos resolvieron en las urnas con un rotundo 78%, que la nueva constitución no será redactada por un comité de parlamentarios (Convención mixta constitucional) sino por una “convención constitucional” una asamblea conformada 100% por constituyentes elegidos por voto popular.
Duro golpe a la burocracia en las decisiones políticas y a la democracia restringida de los partidos de derecha, “centro” e izquierda; la decisión de los chilenos fue expresión de una fuerza auto referida, que, con organización y movilización, consiguió el plebiscito y lo ganó abrumadoramente, y que avanzará en dirección a que en la nueva constitución se reflejen las transformaciones exigidas en las calles.
Seguramente después de pensarlo mucho, Iván Duque decidió felicitar a los chilenos por la jornada; “Felicito al pueblo chileno por su participación en las urnas este domingo y el valor democrático expresado por sus ciudadanos. Les deseamos éxitos en las etapas que vienen y los acompañamos, desde Colombia, en este proceso”. Pero al felicitar a los chilenos y a su participación en las urnas, ¿Duque está congratulando las masivas y sostenidas movilizaciones de los más diversos sectores sociales durante un año que hicieron posible dicha consulta? ¿Está ahora Duque saludando las mismas movilizaciones que fueron señaladas por la derecha colombiana y por su partido como inspiradas y organizadas por el comunismo internacional?
Obviamente no; el mundo y sobre todo los colombianos sabemos que se trata de ese molesto recurso de la procacidad, de eso que se pretende llamar diplomacia colombiana; una tentativa por hacer creer que un plebiscito que fue luchado por el pueblo e impuesto desde las calles al Estado neoliberal chileno; fue aparentemente una especie de condescendencia de la “democracia” chilena. Las felicitaciones de Duque en realidad propenden por auxiliar a Piñera, quien no ocultó su rostro de derrota cuando reconoció el triunfo popular.
Iván Duque no reconocerá jamás la decisión popular de cambiar una constitución neoliberal, autoritaria y herencia de un régimen militar en Chile, cuando en Colombia su gobierno profundiza el modelo porque su presidente es tecnócrata neoliberal, desconoce los fallos de las cortes, anula el Congreso de la República, lacera los procesos de paz, felicita a la policía y al ejército en medio de asesinatos políticos, masacres y ejecuciones extrajudiciales.
A pesar de las “felicitaciones” Duque y la élite colombiana nunca reconocerán la voluntad del pueblo chileno -revalidada el pasado domingo- de cambiar ineluctablemente una constitución que no contempla el derecho a la seguridad social, ni a la libertad de enseñanza porque delega esa responsabilidad al ávido apetito del capital privado; ya que en Colombia el gobierno del Centro Democrático, ha profundizado la miseria con un millón de personas que ingresan hoy a la pobreza, que le entrega el manejo de la salud a las Eps y de las pensiones a los fondos privados para que especulen con los escasos recursos de los colombianos, que subsidia a los bancos y desprecia a los ciudadanos. ¿Cómo el presidente Duque va a estar a favor de las decisiones tomadas por el pueblo chileno, si estas van en contra de la privatización del patrimonio del Estado y a favor de la libertad de cátedra?
¿Cómo van a ser sinceras las “felicitaciones al pueblo chileno” por parte del régimen colombiano, si ese pueblo chileno quiere una nueva constitución en la que el Estado asuma y centre su misión en los derechos sociales, económicos y políticos y que no sólo sea un dispositivo para “salvaguardar” el orden público, la seguridad y la defensa?
Que va a gustarle a la derecha colombiana, que sea abolida esa trágica realidad chilena donde el 1% de la población se lleva el 26,7% del PIB y el 66,5% reúne sólo el 2,1%; si en Colombia las cifras más optimistas muestran que el 1% más rico de la población concentra el 20% del ingreso, si la pobreza creció a un 14% este año, si el 1 % de la población colombiana concentra el 40 % de la riqueza total del país, si Colombia es el país más desigual de América Latina en distribución de la tierra y un millón de hogares campesinos en Colombia tienen menos tierra que la que tiene una vaca para pastar y el 30 % de las áreas sembradas en departamentos como el Meta corresponde a palma aceitera, mientras el gobierno importa café, papa y maíz.
No puede ser del agrado del actual gobierno colombiano que eventualmente se gesten cambios sobre esta realidad ya sea en Chile o en Colombia, porque a la tecnocracia neoliberal sólo le interesa una cosa: autorregulación para el mercado y regulación para los ciudadanos, sólo así perdurará esa realidad decadente que defienden; que el 82% de la riqueza mundial se anide en los bolsillos del 1% más rico de la población, entre ellos a los de Sarmiento Angulo.
El gobierno de Sebastián Piñera agoniza y su consumación será -sarcásticamente- llevar adelante el proceso constitucional que lo revoca a él y a todo lo que representa, por eso a Piñera al igual que a Duque muchos sectores hoy le piden renunciar. La élite neoliberal chilena, beneficiaria de la dictadura, pugnará por evitar que el camino elegido por las mayorías chilenas sea andado, incluso se habla ya de autogolpe, lo que no es inverosímil en el país donde Pinochet guiado por la CIA, asesinó y torturó a miles de chilenos en nombre de la “democracia”, con el propósito último de incrustar como una daga el neoliberalismo, que como en Colombia ha hundido a millones de seres humanos en la miseria y la desigualdad.
El gobierno colombiano “felicita” hoy la realización del plebiscito en Chile, pero se trata de un artificio, se le vio más genuino hace casi un año avalando el golpe de Estado en Bolivia contra Evo Morales y reconociendo a la golpista Jeanine Añez, y aunque con el triunfo de Luis Arce hace unos días se recuperó la democracia en ese país, todo ha sido silencio.
Fuente: Las 2 Orillas
Envio:RL
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