¿Qué pasa con nuestro yo triste en
internet? del meme a la patologización
de la angustia
Por Dalia Cybel, Resumen Latinoamericano, 24 de junio de 2021.
¿Alguna vez sintieron que internet era el lugar adecuado para contar sus penurias? ¿Terminaron una jornada laboral compartiendo memes de colapso? ¿Ventilaron sus inseguridades a desconocides de la web? ¿Subieron historias para descargar su enojo cuando no podían más del estrés?
¿Qué pasa con nuestras emociones negativas en internet?
Sí, aunque parezca contradictorio con la idea del exitismo de las redes, para muches la web es un espacio donde liberar ese costado triste, frustrado y un poco patético que todes tenemos. Anécdotas de citas desastrosas, amistades perdidas y hasta crisis emocionales se viralizan rápidamente en las redes donde, entre la tristeza y el morbo, todo se hace meme. Pero ¿puede transformarse esto en un fenómeno contraproducente?
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De eso habló la revista Vice en su artículo “Likes y lágrimas: qué ocurre cuando estar mal se convierte en tu identidad en redes sociales”, donde advierte que, si bien colectivizar nuestros estados de ánimo negativos genera alivio, conseguir reconocimiento a partir de ellos -y la enfermiza dopamina del algoritmo- puede entramparnos en un loop donde terminamos perpetuando nuestro sufrimiento para ser validades.
Ojo, no es que esto no suceda fuera de las redes, o antes de ellas, pero la repercusión que tenemos en Instagram o Twitter suele ser mucho mayor a la que nuestras interacciones cara a cara. Además, al no haber un único destinatario el mensaje se despersonaliza y puede ser leído y contestado de cualquier manera, incluso algunas muy crueles.
“Las redes sociales nos ofrecen audiencias tan grandes que en ocasiones es imposible saber a quién le estamos contando nuestros problemas. Lanzamos mensajes íntimos al aire esperando una respuesta que nos calme, igual que cuando llorábamos de bebés”, explica otra nota del mismo medio.
Existen miles de cuentas de “influencers sad” con les cuales nos identificamos y nos hacen sentir mejor cuando creemos que todo el pasto del vecine está más verde. Sin embargo, me cuestiono dónde está el fino límite entre reírnos de lo que nos pasa y banalizar patologías mentales o ridiculizar situaciones dolorosas.
¿Se me ocurre que podríamos hacer una encuesta de Instagram, no? Spoiler alert: no tengo respuesta, yo también vivo entre la risa y el llanto.
Además de un aumento de la ansiedad, el vuelco digital que supuso la cuarentena alteró la manera en la que nos posicionamos en las redes, tanto ante les otres como ante nosotres mismes, lo que nos obliga a estar super atentes a cómo gestionamos la información para no quedar demasiado expuestes y ahorrarnos más angustia. Entre el FOMO y el multitasking, ¿cómo hacemos para lidiar con la necesidad de socializar, la obligación de trabajar en casa, las medidas de cuidado y la ansiedad de estar “perdiendo nuestra juventud” por no estar en un bar un viernes a las dos de la mañana (aunque sea con dos grados bajo cero y afrontando el viento porteño)?
Fuente: Grito del sur
Club de Paris
Por Horacio Rovelli (*), RedEco, Resumen Latinoamericano, 24 de junio de 2021.
La negociación con el Club de París está vinculada al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, donde los principales países aportantes y que toman las decisiones son exactamente los mismos en ambas instituciones. Al Club de París se le debe a junio 2021 la suma de U$s 10.800 millones. Que incluye el vencimiento de capital de U$s 2.400 millones con fecha lunes 31 de mayo 2021.
La propuesta original de la Argentina era que tanto al Club de París como al FMI pagarle solamente los intereses y comenzar a amortizar el capital en el segundo semestre de 2024 (igual trato que a los acreedores privados), pero la negociación con el FMI se encuentra en un impase y seguramente ello van hacer una contra propuesta. De hecho en el Presupuesto Nacional 2021 no está contemplado ninguna amortización de capital a esos dos organismos internacionales y si se le paga el capital adeudado a otros organismos internacionales de crédito (CAF, Banco Mundial; BID, etc.). Si se prevé en el Presupuesto Nacional 2021 el pago de los intereses de esas deudas por 430 millones de dólares al Club de París y de 1.200 millones de dólares al FMI, que se efectúa en forma trimestral
Más de la mitad de la deuda argentina al Club de París está concentrada en dos países: Alemania (37%) y Japón (22%). Más atrás le siguen Holanda (casi 8%), España (6,68%), Italia (6,29%), Estados Unidos (6,28 por ciento) y Francia.
El Ministro de Economía Martín Guzmán sostuvo hoy (martes 22 de junio 2021) que «El entendimiento consiste en que la Argentina tendrá tiempo hasta el 31 de marzo del año 2022 para apuntar a una reestructuración más permanente con el Club de París, y que la Argentina continuará haciendo esfuerzos para llegar a un entendimiento con el FMI que nos permita refinanciar el stock de deuda de 45.000 millones de dólares que el gobierno de Juntos por el Cambio tomó entre 2018 y 2019, que no fueron utilizados en modo alguno para aumentar la capacidad productiva de la economía«.
Me pregunto a cambio de qué: Y la única respuesta lógica y cierta es el Decreto 949/2020 que entrega nuevamente el dragado y el balizamiento del Río Paraná al capital privado.
¿Por qué lo hacen?, Porque detrás del Club de París y detrás del FMI están los grandes fondos de cobertura: Blackrock; Franklin Templeton, PIMCO, Goldman Sach; HSBC, JP Morgan; etc. y ellos tienen intereses en grandes empresas que operan en el país como es el caso de las cinco grandes trasnacionales del grano como son ADM; Bunge; Cargill; Glencore y Louis Dreyfus, y esa es la razón por la que el gobierno de Alberto Fernández continúa con la licitación de la mal llamada “Hidrovía del Paraná”. O cuando vemos que se autorizó en el año 2020 exportar 37 millones de toneladas de granos de maíz sobre las 45 millones que se declaran producir y este año 2021 van a exportar 40 millones de toneladas de maíz, encareciendo de sobre manera todo tipo de carnes para el consumo local (que la utiliza como forraje).
Igual sucede con la extracción del oro donde el 50% de la explotación de Bajo de la Alumbrera es de Glencore (que Blackrock reconoce tener participación en su capital accionario) y en Mina Veladero explotada por la Barrick Gold. O en energía como es el caso de Pampa Energía con explotación de petróleo y gas y con la mayoría accionaria de Transener SA, que es la empresa que realiza el 85% del transporte de energía de alta tensión en la Argentina y en la que Blackrock también tiene fuerte y determinante participación accionaria
En síntesis, no van a precipitar el default o la exigencia que la Argentina pague el vencimiento del capital, cuando las grandes empresas y financista del mundo occidental y tienen intereses mucho más valiosos en el país
Cuando Alberto Fernández fue a Europa no solamente se vio con Emmanuel Moulin Director General del Tesoro francés que es el Director del Club de París, se reunió también con el CEO de Louis Dreyfus, una empresa transnacional que tiene puerto propio en el Paraná; se vio con uno de los hermanos de Jan de Nul, la empresa belga que hace el dragado del Río Paraná.
(*) Es economista y está en el Frente por la Soberanía Nacional
Nota: El Club de París es un conjunto de países acreedores creado en el año 1956 para que los Estados más solventes financien problemas de las naciones endeudadas. Actualmente los países miembros son: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Japón, Noruega, Holanda, Inglaterra, Rusia, Suecia y Suiza.
Envio:RL
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