11 de julio de 2021

ENTREVISTA con MARTIN FRESNADA.

 

EL EXSECRETARIO DE DERECHOS HUMANOS RECUERDA A SUS PADRES Y LA NOCHE DE LAS CORBATAS


11/07/2021

Martín Fresneda: "El compromiso con el dolor propio lo llevaremos siempre en el corazón"


Martín Fresneda, durante el gobierno de Cristina Fernández, entre 2012 y 2015, se desempeñó  como secretario de Derechos Humanos de la Nación.

Venía de ser uno de los fundadores de la organización HIJOS, y, como abogado, había tenido un rol importante en el juicio en el que se condenó a los represores Luciano Benjamín Menéndez y Jorge Rafael Videla por delitos de lesa humanidad.

En la actualidad, está a cargo del Observatorio de Derechos Humanos del Senado.

Para él, el 7 de julio no es un día más.

En una fecha así, en 1977, vio por última vez a sus padres, quienes desparecieron durante las jornadas de oscuridad producidas en Mar del Plata que se unificaron, para el recordatorio posterior, en la expresión luctuosa “La Noche de las Corbatas”, tal como se conoce al operativo en el que distintos abogados laboralistas, y algunos de sus familiares, fueron secuestrados.

De la mayoría de ellos, nunca más se volvió a saber.

Por ejemplo, de María de las Mercedes y Tomás, mamá y papá de Martín.

Algo más: en ese momento, ella estaba embarazada.

“En lo personal, es un día difícil, complejo… Pasa el tiempo y, obviamente, lo que sucedió se aleja, en todas las dimensiones. Uno es más grande y tiene hijos, e incluso se acerca el momento en que hubiera sido razonable que se produjera la muerte natural de las personas que se llevaron aquella vez”, reflexiona Martín Fresneda. 

“A la vez, la relación con la vida, la muerte, la desaparición y la tragedia es cotidiana… Se intenta ser feliz, con esas ausencias encima, para transformarlas en lucha, en vida, en gestos cotidianos que confrontan contra la oscuridad de los que hicieron aquello, y de los que mantienen oculta la verdad sobre el destino final de mis padres, y, al mismo tiempo, sobre dónde está y cuál es la identidad de mi hermano o hermana menor, de quien se apropiaron”, señala.

“En lo político, creo que sin duda hay un legado de esos abogados laboralistas que desaparecieron: la lucha por llevar adelante una representación legal y política del movimiento obrero argentino. Claramente, ha quedado una herencia, que es la Ley de Contrato de Trabajo, que no sólo fue afectada y dañada por la dictadura, sino que cada vez que vino un gobierno neoliberal, justamente, se intentó tocar la estabilidad laboral y los demás derechos de los trabajadores”, opina.

“La verdadera disputa siempre es tendiente a defender a los sectores más desprotegidos de la sociedad. Entonces, el recuerdo de aquellas personas significa la vigencia de esas banderas”, sostiene.

Martín, en familia: junto al hermano y sus padres.

Aunque tenía dos años y medio al momento de la jornada funesta, afirma que retiene imágenes de lo que sucedió.

Aclara que también atesora fotografías mentales de los rostros de sus padres.

En lo que hace al hecho negro, rememora: “Fue una situación muy violenta. Nos fueron a buscar a nuestra casa: a mi mamá, mi hermano (apenas mayor; tenía cuatro años) y a mí… Nos golpearon y nos subieron a unos autos”.

Los trasladaron al estudio jurídico de su padre.

Allí, esperaron a que Tomás arribara.

“Nos tenían secuestrados de manera extorsiva para que él se entregara”, indica Martín.

Cuando llegó, se lo llevaron junto a su esposa, y también un socio del estudio.

“Es un recuerdo traumático en mi vida… Nunca más volví a ver a mi mamá y a mi papá”, expone el titular del Observatorio de Derechos Humanos del Senado. 

En ese momento, los chicos quedaron con la abuela paterna, que padecía Alzheimer, pero pronto fueron cada uno a lo de un tío distinto.

Después, la abuela materna, Otilia, que vivía en Córdoba, los buscó y se marcharon con ella.

“En un momento, nos mudamos a Catamarca… Boyamos en exilios internos hasta que se recuperó la democracia”, expresa Martín.

En cuanto a la criatura que su madre llevaba en el vientre, el exsecretario de Derechos Humanos explica que una de las personas que estuvo cautiva con su mamá, y logró salir, contó que a María de las Mercedes la cuidaban para que el embarazo llegara a buen término. “Le daban aspirinas para el dolor de cabeza, porque se sentía mal… Hay que imaginar aquello, una mujer con un embarazo de seis meses, en esa situación….”, suspira.

“Hubo fuentes anónimas que dijeron que mi madre tuvo una nena, pero nunca se pudo comprobar, porque al no poder encontrarla...”, continúa, sin terminar la frase.

“Siempre estuvo presente una especie de hipótesis de que a mi madre la llevaron a parir al Hospital Regional de Mar del Plata, y que, con posterioridad a ello, la tiraron en los vuelos de la muerte, como a la mayoría de los que estuvieron cautivos en los centros clandestinos de la costa argentina”, asevera.

“Para las fuerzas, en ese momento, operativamente hablando, lo más cómodo era arrojar los cuerpos al mar”, afirma.

El papá de Martín había nacido en Mar del Plata, y viajó a Córdoba para estudiar.

Allí conoció a María de las Mercedes.

Él venía de una tradición peronista.

Su padre fue unos de los descamisados del 45, y su mamá había estado relacionada con la Fundación Eva Perón.

María de las Mercedes, en tanto, provenía de una familia radical, pero junto a sus hermanos (eran cinco) se había corrido hacia el margen izquierdo del mapa político. “Eran todos trotskistas, del Partido Revolucionario de los Trabajadores, anarquistas… tenían una tendencia de izquierda”, apunta Martín.

Ante la enfermedad de la madre de Tomás, la familia se fue a vivir a Mar del Plata, para acompañarla.

Allí, el hombre se dedicó al derecho laboral, y tuvo una importante función como letrado de sindicatos.

–No es casualidad que usted haya sido abogado…

–Para nada, fue un destino más que marcado. Cuando uno tiene conciencia de la tragedia, debe decidir si la enfrenta o no. A mí, me afectaron la vida cuando tenía dos años y medio; eso me acondicionó para siempre, en lo que soy y elegí. Creo que estuve a la altura de las circunstancias. Me tocó ser fundador de una organización como HIJOS, después participé como abogado en los principales juicios de lesa humanidad de la Argentina, luego fui secretario de Derechos Humanos de la Nación, ahora estoy en el Senado… Es una trayectoria ligada a la tragedia, pero convertida en lucha con el fin de construir una Argentina con justicia, para que aquello que pasó no suceda nunca más. En definitiva, todo lo que hicimos y hacemos es para eso. Nuestros padres ya no volverán, la tragedia sucedió; por lo tanto, lo que se repara es la democracia, y, en ese sentido, la pelea sigue.

Tras unos instantes, Martín reflexiona: “Gran parte de nuestra vida está direccionada a tratar de reparar ese pasado tan traumático”

Cuando se le menciona que varios funcionarios actuales vienen, a partir de situaciones personales, marcados a fuego por lo que sucedió en los años de plomo, como por ejemplo el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, y el actual secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, ambos nietos restituidos, Martín observa: “Somos compañeros que, a partir de la tragedia, hemos podido diseñar políticas de Estado, contar con iniciativa, construir organización, ser militantes…”.

“A veces no tenemos opciones, la conciencia y el compromiso nos guían hacia un único lugar. También la comprensión de que nada se hace solo, y que todo se realiza dentro de un colectivo, y así lo hicimos, y así arribamos a los lugares de responsabilidad a los que llegamos, que también son sitios de partida”, desarrolla.

“El compromiso con el dolor propio lo llevaremos siempre en el corazón, y jamás lo vamos a dañar ni especularemos en torno a eso, lo que creo que es un componente importante a la hora de pensar en las políticas de derechos humanos”, concluye.

Fuente:ElCordillerano

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