15 de agosto de 2021

OPINION.

 


Opinion

Una cuna de ideas que hay que valorar

PENSAMIENTOS AISLADOS

15/08/2021

El plan «Qunita» relanzado esta semana en la provincia de Buenos Aires con la presencia de la vicepresidenta de la Nación es solo la más reciente de las ideas que primero fueron reimpulsadas desde Santa Rosa y luego replicadas en otros puntos del país.
El programa original, como se recordará, tuvo su final tras un escándalo generado por la oposición y bombardeado a través de un orquestado «nado sincronizado» entre legisladores, medios hegemónicos y jueces afines, todos ellos funcionales a los peores designios antipatrióticos. El odio por todo lo que sea mejorar la calidad de vida del pueblo es para ellos más fuerte que cualquier otro sentimiento. Ahora, pasados los años, les debería llegar el momento de dar explicaciones y rendir cuentas por tanta falsa denuncia que hizo tanto daño. Habrá que ver si la justicia llega en este caso hasta las últimas consecuencias y lleva al banquillo de los acusados a todos los responsables.
Ese programa nacional que ahora vuelve perfeccionado tuvo antes y también ahora el objetivo de acompañar a madres y niños, no solo con la entrega de todo lo necesario para la primera crianza sino sobre todo para hacer un seguimiento cercano de cuestiones vinculadas con la nutrición y la vacunación. Un loable fin, que en aquel momento no se pudo cumplir.
Pero antes que esta semana en la provincia de Buenos Aires, la idea de ese relanzamiento surgió en marzo en Santa Rosa, aunque en este caso bajo el nombre de «Acunar», en el entendimiento de que aquel programa materno infantil tenía más virtudes que defectos y que si había fracasado era solamente porque los «odiadores seriales» habían puesto en marcha su maquinaria de destrucción al máximo.
De todos modos, no se trata de una carrera para establecer quién lo hizo primero, porque en definitiva lo que interesa es el bienestar de la población.
La referencia al lanzamiento tiene que ver con empezar a valorar un poco más lo nuestro y para esto el «Qunita» puede servir de muestra.

Una usina creativa.

Alguna vez desde esta misma columna se ha hecho referencia al movimiento cooperativista, no solo para destacar su legado histórico sino también a esa usina creativa que llevó a extender servicios y ganar batallas en prestaciones impensadas en otros tiempos, como la televisión por cable, internet o la telefonía fija.
Pero también hay que hablar de otros ejemplos con ideas que terminan marcando caminos y siendo referencia a nivel nacional. Hay hechos cercanos, también mencionados y destacados hace poco tiempo, como la municipalización y capitalización de los colectivos santarroseños a través del Ente de Transporte Urbano.
A nivel provincial también hay iniciativas innovadoras para destacar que luego son elogiadas e inclusive replicadas en otras jurisdicciones, como el caso de la creación de la petrolera Pampetrol o la Empresa Pampeana de Telecomunicaciones. También hay ejemplos a nivel educativo y de salud, como la eficacia en la aplicación de dosis contra el Covid, la construcción de hospitales modulares y la puesta en marcha de nuevos tratamientos.
En todos los casos, notablemente, siempre aparece el Estado jugando su rol en favor de la equidad social.

La cuestión política.

Párrafo aparte para la cuestión política. Fue desde La Pampa que surgió la idea de recuperar la unidad de todo el justicialismo para aglutinar en un gran frente a las fuerzas progresistas. El tiempo demostró que era la única forma de derrotar en 2019 al neoliberalismo que había llegado para destrozar al pueblo trabajador argentino. Esa idea sí tuvo su reconocimiento, tanto que esa campaña nacional tuvo su histórico acto de cierre en Santa Rosa.
Aún con el riesgo de olvidar u omitir algunas iniciativas por falta de espacio, vale señalar que todas las ideas mencionadas surgieron humildemente en los últimos años en esta provincia.
En síntesis, hay una cuna inagotable de ideas que surgen en la ciudad y en la provincia. Y que tal vez por tenerlas tan cerca y tan a mano, no terminamos de valorarlas. Y tal vez sea el tiempo de empezar a destacarlas.
El problema parece ser que esta provincia sin peso electoral no cuenta con esa «buena prensa» que tienen las más poderosas. Habrá que seguir mostrando que además del campo, las vacas y «el ombú», La Pampa tiene desde hace años ideas pioneras, como para que nos vayan respetando y escuchando todos los días un poco más.

DANIEL ESPOSITO

Fuente:LaArena

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