17 de junio de 2022

OPINION.

 LA ANÓNIMA, LOS BRAUN Y LAS MANOS LLENAS DE SANGRE


Mauricio Braun, miembro de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego

Cacería de Indios en la Patagonia

LA ANÓNIMA, LOS BRAUN Y LAS MANOS LLENAS DE SANGRE

RADICALES ERAN LOS DE ANTES

En el último tiempo muchos se pueden haber anoticiado de la existencia de la empresa “La Anónima”, a través de la intensa campaña publicitaria en medios de comunicación, páginas y portales de internet. La cual es quizás la mayor cadena de comercialización de la Patagonia y la cuarta en importancia a nivel nacional.

Menos conocido era su titular Federico Braun, hasta que aquél, por obra de su incontinencia verbal, se pasó de listo y cometió un sincericidio, burlándose de las necesidades y angustias de los argentinos, manifestando que ganar plata en épocas de inflación era muy fácil, el secreto, remarcar los precios todos los días. Lo que generó una catarata de repudios generalizados y justificados.

Pero todavía es casi desconocida la historia de esta familia y el rastro dejado por sus manos manchadas de sangre, que los tuvo como responsables del genocidio de indios onas y tehuelches y de obreros sureños, desde el fin del siglo XIX, hasta entrado el siglo XX.

La llegada a estas latitudes es incierta para mí, pero se los menciona como rusos o rusos chilenos, si se sabe por crónicas de la época que desde su arribo, se dedicaron con ahínco a matar hasta casi hacer desaparecer a los pueblos originarios de la región, para proteger sus negocios y enriquecerse a manos llenas.

En sus correrías no estuvieron solos, ya que contaron con la inestimable cooperación de sus parientes los Menéndez Behety (hispano-ruso-chileno) y otras familias de notables “primeros pobladores” extranjeros, como les gustaba autodenominarse, la Sociedad Rural, grupos parapoliciales a los que se les pagaba una libra por cada cabeza de indio y las brigadas enroladas en la Liga Patriótica Argentina.

Esa alianza funesta y asesina, les permitió alzarse con las riquezas del país y acaparar cientos de miles de ha. de propiedad del fisco, que fue la base de su fortuna.

Para dicho objetivo, el veneno, el cuchillo, las armas de fuego, los incendios y los asesinos a sueldo fueron las herramientas elegidas para transformarse en amos y señores de las tierras frías del sur, ante un silencio que aturdía, producto de la complicidad de muchos y en otros casos por ignorancia de lo que ocurría.

Sólo un hombre, un radical olvidado, llamado José María Borrero con su libro “La Patagonia Trágica” cuyo subtítulo es: “Asesinatos, Piratería y Esclavitud” (1928), el Comité de la U.C.R., el Juez Letrado Dr. Ismael Viñas, y pocos más en Río Gallegos, alzaron su voz y actuaron en contra de estos crímenes de lesa humanidad, sumando en su lucha a los diarios El Radical y la Verdad, ambas de aquella ciudad.

Por su parte los diarios de Buenos Aires tergiversaban, ocultaban o negaban estas tropelías.

Dice Borrero en su libro: “Sed de oro” debió tener quién concibió como única solución para fomentar la cría del ganado lanar, la matanza de indios de Tierra del Fuego y Santa Cruz”. Y sigue: “José Menéndez “el último conquistador”, resolvió poner manos a la obra”; “La política del último conquistador se cumple a través de los años, siguiendo al pie de la letra los sabios consejos…los hijos son dignos del padre…En cabo Domínguez se hace matar en masa. En la Anita se mata en masa. Allá eran indios hambrientos. Aquí eran obreros.”

No es casual que en la Estancia La Anita, de propiedad de la familia Braun Menéndez, cerca de El Calafate, se fusilaran cientos de obreros, donde existe un cenotafio que recuerda la masacre.

Muchos años más tarde, Osvaldo Bayer retoma estas denuncias sobre la crueldad inhumana de estos personajes, en su libro “Los Vengadores de la Patagonia Trágica”, en el que profundiza las denuncias sobre las tropelías, asesinatos y piratería de estos “PRO” hombres y que fueron retratados en la excelente película “La Patagonia Rebelde”.

Lamentablemente hoy, la dirigencia radical camina a la par de los asesinos de la Patagonia, guardan silencio y no se inmutan por los dichos de Braun, no sea que se malquiste con ellos y les quite apoyo a sus sueños neoliberales.

Dicen los que saben, que las huellas de la sangre no se borran nunca y ahí tenemos esas fortunas incalculables amasadas con manos sangrientas.

Pero no toda su actividad era la muerte, la misma tenía otros fines, como la apropiación de grandes territorios en Santa Cruz y la evasión contumaz e inveterada de impuestos.

Tan grande fue su cinismo, hipocresía e impunidad que pocos días después y cuando los miles de cadáveres todavía estaban insepultos, le piden, estos “patriotas”, en fecha 17 de Abril de 1922 en un documento imperdible, al Gobernador de esos territorios, con la firma de las 73 familias de extranjeros que cometieron estos crímenes, que les autorice a izar la bandera de la patria los días domingos y los festivos.

De ese linaje proviene el dueño de “La Anónima”, el amigo del alma de Macri, Marcos Peña Braun y Miguel Braun ex secretario de comercio de esa gestión y seguramente muchos más que siguieron saqueando al país.

Ricardo Luis Mascheroni - docente






REFLEXIONES EN TORNO A LOS DERECHOS ADUANEROS Y LA BATALLA CULTURAL

 Soy un convencido que las palabras no son inocentes ni inocuas, en muchos casos, el uso de determinadas de ellas, encierran una finalidad política y sobre todo de manipulación de visiones y conciencia.

A título de ejemplo pongamos “el campo”, que los sectores de poder y los medios hegemónicos emplean para hacer creer a muchos, que dicho término engloba a todos los productores rurales y casi sinónimo de la potencia productiva argentina, cuando solamente son un pequeño grupo de exportadores o miembros de la Sociedad Rural, terratenientes y unos pocos más, que se llevan las riquezas del país.

Veamos otros casos: A los controles de cambio o compra de divisas extranjeras se los denominó “cepo”, y a los derechos aduaneros “retenciones”, creando una idea represiva o invasiva por parte del Estado en el manejo de la economía y que en uno y otro caso importan, según los medios dominantes y los economistas neo liberales, una suerte de atentado al derecho “sagrado de la propiedad”.

Para precisar la cuestión, de que estos derechos, no son impuestos, ni tributos netamente fiscales, sino que constituyen una herramienta fundamental de la política económica nacional y de soberanía, abrevemos en los que saben más.

El Dr. Ricardo Xavier Basaldúa, dice que el valor de ellos radica en que posibilita tomar “medidas que permiten subir o bajar el arancel según la situación internacional y las necesidades de la industria. Agregando a continuación que: “Si se informa con anticipación, los importadores toman sus medidas (cierran cartas de crédito, se apuran en importar, se abastecen, etc.), porque el trámite legislativo es un trámite que al ser público, lleva tiempo y le da margen a los importadores y exportadores para acomodarse frente a la futura suba del arancel”.

De su posición, se deduce la inconveniencia de que el Congreso sea quien fije los derechos aduaneros, de conformidad al art. 4 de la C.N. y demás aplicables, pudiendo el Poder Ejecutivo establecerlos sin su intervención, teniendo en cuenta la situación internacional, el estado de excepción de la economía global, las necesidades del país y las autorizaciones que se desprenden del Código Aduanero Nacional vigente.

Seguidamente el Dr. Basaldúa, reafirma en la misma dirección: “Esos derechos son aduaneros porque implican la posibilidad de elevar las alícuotas del Arancel. Y en esos casos, ¿cómo darle intervención al Congreso? El principio de legalidad debe flexibilizarse en materia aduanera pues la delegación es imprescindible. La generalidad de los países del mundo manejan así el arancel porque las distintas medidas aduaneras requieren para ser eficaces una rápida ejecución”.

Para la comprensión cabal del tema simplemente quiero poner a consideración del lector, los artículos pertinentes del Código Aduanero Nacional, que habilitan la instrumentación de esas decisiones por parte del Poder Ejecutivo Nacional, dentro de la prudencia y por el tiempo que se mantengan las situaciones excepcionales.

Artículo 664 y 755:

1.-En las condiciones previstas en este código y en las leyes que fueren aplicables, el Poder Ejecutivo podrá: a) gravar con derecho de exportación la exportación para consumo de mercadería que no estuviere gravada con este tributo; y c) modificar el derecho de exportación establecido.

2. Salvo lo que dispusieren leyes especiales, las facultades otorgadas en el apartado 1 únicamente podrán ejercerse con el objeto de cumplir alguna de las siguientes finalidades: a) asegurar el máximo posible de valor agregado en el país con el fin de obtener un adecuado ingreso para el trabajo nacional; b) ejecutar la política monetaria, cambiaria o de comercio exterior; c) promover, proteger o conservar las actividades nacionales productivas de bienes o servicios, así como dichos bienes y servicios, los recursos naturales o las especies animales o vegetales; d) estabilizar los precios internos a niveles convenientes o mantener un volumen de ofertas adecuado a las necesidades de abastecimiento del mercado interno; e) atender las necesidades de las finanzas públicas.

El apartado d) es central en el tema largamente debatido y cuestionado, pero debe quedar en claro en esta simple reseña, que el Poder Ejecutivo tiene la potestad de establecer aumentos en las alícuotas o aranceles de exportación, ya que ello es una decisión eminentemente política, en virtud de los intereses en juego en la emergencia, que excede el marco de un tratamiento legislativo.

Después vendrán todas las discusiones al respecto y las decisiones de los Supremos que siempre juegan en el equipo de los poderosos, pero eso es otra historia.

A modo de cierre, digo: ¡ANÍMESE SR. PRESIDENTE A HACER LO QUE DEBE Y LO QUE LA HORA EXIGE!

 

Ricardo Luis Mascheroni - docente




No hay comentarios: