Finalmente se conocerá el veredicto final en el juicio por la tortura y desaparición 

forzada seguida de muerte de Franco Casco. Son 19 policías santafesinos los 

imputados y hay pedido de prisión perpetua para catorce de ellos. Familiares 

aseguran que se trata de "una estructura dedicada a construir la culpabilidad de 

trabajadores inocentes". Tras casi nueve años de la desaparición del joven de 23 

años este martes se desarrollará la jornada final del juicio.

Si bien estaba prevista para el jueves 13, se pospuso por pedido expreso del 

ministro de Seguridad de la provincia, Claudio Brilloni, quien dijo no poder 

“garantizar un correcto operativo policial con fines preventivos puesto que se 

superpone con la afectación de recursos destinados a las Elecciones Primarias, 

Abiertas, Simultáneas y Obligatorias en la provincia de Santa Fe”. Desde Tribunales 

Federales definieron reprogramarla para este martes a las 9. 

Casco era oriundo de Florencio Varela y había viajado a visitar a unos parientes en 

el barrio rosarino de Empalme Graneros a principios de octubre de 2014. El 6 de 

octubre debía tomar el tren que lo lleve de regreso a su casa pero nunca llegó a 

hacerlo. El 30 de octubre su cuerpo apareció en la orilla del río Paraná. La policía 

local sostiene que el joven fue retenido por averiguación de antecedentes pero 

liberado el 7 de octubre de 2014, pero esa versión contrasta con lo que se ventiló 

en el juicio.

Los pedidos de condenas para lo imputados de la querella y la fiscalía coinciden 

en lo esencial: participación y responsabilidad sobre los delitos imputados. 

Catorce efectivos policiales acusados por los delitos más graves, recibieron los 

pedidos de perpetua, mientras que otros dos fueron considerados "partícipes 

secundarios" y los alegatos reclamaron para ellos penas de entre 14 años y diez 

meses y 15 años de cárcel. Hay además dos acusados de encubrimiento, para los 

que el pedido de penas oscila entre cinco años y diez meses y seis años de prisión 

y uno no tuvo pedido de condena ya que las partes acusatorias coincidieron en 

que no había pruebas suficientes para condenarlo.

Por su parte, los representantes de la Defensoría General que asisten a la familia 

Casco reclamaron "medidas reparatorias", entre ellas la señalización de la Comisaría como el lugar donde ocurrieron los hechos y la instalación de un memorial que perpetúe el recuerdo del homicidio. 

Para el abogado querellante Guillermo Campana y la investigadora y testigo 

Eugenia Cozzi el caso marca un antes y un después en la ciudad. La posibilidad de 

expresión de los jóvenes de barrios marginales, el mea culpa del Estado y un nuevo

ciclo del activismo organizado contra la violencia institucional. 

El juicio se podrá ver en vivo a través del canal de youtube del Poder Judicial. OCF 

de Rosario N°2 - Causa Gysel

Los cargos que enfrentan los 19 imputados

El jefe de la comisaría 7ma. de Rosario, Diego Álvarez; y los agentes Cecilia 

Contino, Walter Benítez y Fernando Blanco, están procesados por el delito de 

"desaparición forzada seguida de muerte y ejercicio de tortura" en perjuicio de 

Franco.

Rocío Hernández, Marcelo Guerrero, Enrique Gianola Rocha, César Acosta, 

Guillermo Gysel, Cintia Greiner y Esteban Silva -también miembros de la misma 

seccional-, están acusados de "desaparición forzada seguida de muerte".

A su vez, Rodolfo Murúa, Walter Ortiz, Romina Díaz, Ramón Juárez, Elisabeth Belkis 

y Franco Zorzoli se encuentran imputados como "partícipes secundarios" de la desaparición forzada seguida de muerte. Y dos agentes de Asuntos Internos, Pablo Síscaro y Daniel Escobar, están acusados de "encubrimiento".

La versión policial

Según la versión policial, un vecino llamó al celular del comisario de la seccional 

para alertarlo, sobre "la actitud sospechosa" de Casco. En consecuencia, el 

comisario Álvarez envió un patrullero a vigilar al joven, que habría ignorado la 

señal de alto que dieron los agentes y apedreó un móvil policial. En aquella 

oportunidad, Casco fue trasladado a la comisaría 7ma., ubicada en Cafferata 342, 

donde fue visto por última vez con vida. 

Durante los siguientes días, Ramón y Elsa (madre de Franco, fallecida en 2016),

aseguraron haber recibido información confusa desde la comisaría, que indicaba 

distintos días y horarios de ingreso y egreso de la seccional.

El 30 de octubre del 2014, el cuerpo de Casco fue hallado personal de Prefectura 

Naval Argentina (PNA) flotando en el río Paraná, mientras se llevaba a cabo una 

movilización en las puertas de la comisaría, exigiendo la aparición con vida del

joven. Los imputados sostiene que Franco Casco se ahogó en el río 

sin intervención de terceros. La autopsia reveló que la víctima había muerto antes 

de ser arrojada al agua.

Fuente:RP