29 de octubre de 2023

OPINION.

 

Nietos que faltan

Las embarazadas detenidas transitaban su gestación en condiciones tenebrosas, para, luego del nacimiento, ser separadas de su bebé, que era “ubicado” en familias afines al régimen.

Por Enrique Orschansky

domingo, 29 de octubre de 2023



Sonia Torres. (José Gabriel Hernández / La Voz)



La década de 1970 transcurrió particularmente sombría en la mayoría de los países latinoamericanos. 

La imposición de regímenes cívico-militares por sobre gobiernos democráticos causó heridas 

sociales y económicas, y violaciones de derechos que aún no cicatrizan.

En Argentina, la nueva dictadura incrementó los niveles de violencia sobre las infancias a 

límites insospechados.

Chicos y chicas fueron lastimados en, al menos, dos dimensiones: la de testigo y la de víctima 

directa. Incontables hijos e hijas presenciaron la detención de familiares, mientras que otros/

as compartieron prisión junto a sus mayores y recibieron torturas físicas con el fin de quebrar 

la resistencia de los adultos; muchos fueron abandonados luego en hospitales, comisarías o 

simplemente en la calle.

Un número incalculable de adolescentes fue secuestrado y desaparecido al “subvertir el orden 

público” sólo por pertenecer a centros de estudiantes, manifestarse en contra de la dictadura o 

figurar en listas de amigos o compañeros.

Y cientos fueron víctimas del sistema desde antes de nacer. Las embarazadas detenidas 

transitaban su gestación en condiciones tenebrosas, para, luego del nacimiento, ser separadas 

de su bebé, que era “ubicado” en familias afines al régimen.

Así surgieron los primeros conceptos de identificación anómala de la época: los “niños 

desaparecidos” y los “niños apropiados”. Un punto de referencia podría ser la intolerable 

declaración del dictador Jorge Rafael Videla: “Frente al desaparecido, en tanto esté como tal, 

es una incógnita. (…) no tiene entidad, no está… ni muerto ni vivo, está desaparecido”.

Esta agobiante definición impregnó de dolor y desconcierto a 

quienes descubrían que podía haber nuevas y aberrantes 

representaciones sociales infantiles.

Tal apropiación era justificada públicamente como una “reparación 

ante el error cometido por la falta de apego y responsabilidad de 

padres subversivos”. Según esa lógica, el Estado otorgaría un mejor 

destino a esos niños “desamparados” o “en situación de peligro”.

Sin disponer de registros exactos, se estima que fueron secuestrados

alrededor de 400 recién nacidos, “colocados” de inmediato en familias 

vinculadas con las fuerzas armadas, amigos de dirigentes o funcionarios 

ocasionales.

La violación a los derechos humanos alcanzaba límites impensables.

Como forma de resistencia, nació en 1977 la asociación Madres de 

Plaza de Mayo con el fin de reclamar la recuperación con vida de los 

detenidos desaparecidos. En poco tiempo se creó Abuelas de Plaza de 

Mayo, agrupación centrada en localizar e identificar a nietos sustraídos

 y restituirlos a las familias legítimas.

ABUELA CORDOBESA

Sonia Torres, emblema de Abuelas en Córdoba, falleció el pasado 20 

de octubre a los 94 años sin haber conocido a su nieto.

Durante el juicio por crímenes cometidos en el centro de detención La 

Perla, pudo saber que su hija Silvia había parido un varón en junio de 

1976 en la Maternidad Provincial de Córdoba, y que se lo llamó 

Daniel Efraín.

Ese hijo –ese nieto– es hoy una persona de 47 años que tal vez 

desconoce su historia. No sospecha la violencia sufrida por su familia 

biológica ni sabe de la búsqueda de casi medio siglo de su abuela, a 

pesar de las amenazas recibidas, el atentado contra su vida y de los 

obstáculos que encontró a cada paso.

Si hubiera sido el nieto recuperado número 133, Daniel Efraín (¿cuál 

es su nombre hoy?) podría haber ayudado a Sonia a despedirse en paz.

Y tal vez podría haber moderado –si eso es posible– uno de los mayores 

daños infligidos contra la infancia argentina; demasiado profundo 

como para no seguir buscando; demasiado extenso como para no 

seguir recordando.

* Médico

Fuente:LaVoz

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