20 de diciembre de 2023

OPINION.

 

Cuando al pueblo se lo provoca, la 

protesta surge con más fuerza y es 

imparable: Recordar hoy más que 

nunca el Argentinazo de 2001

Resumen Latinoamericano, 20 de diciembre de 2023.

Pasaron 22 años de la caída del gobierno de la Alianza, encabezado por Fernando De la Rúa, a la que se llegó por una crisis financiera y económica que terminó en un estallido social.

Estos 19 y 20 de diciembre se cumplen 21 años de la caída del gobierno de la Alianza, que encabezaba el radical Fernando De la Rúa, quien terminó abandonando la Casa Rosada en helicópero tras dos años de gestión. Esos días estuvieron atravesados por un estallido social que fue reprimido en el marco de un Estado de sitio, dejando un saldo de 39 muertoscientos de heridos4000 detenidos en todo el país.

Si bien el país atravesaba una situación de recesión desde 1989, la crisis económica se agudizó, llegaba el fin de la Convertibilidad y la medida del “corralito” implementada por el ministro de Economía Domingo Cavallo, que limitó a 250 pesos/dólares la extracción de dinero en los bancos, escaló el malhumor social expresado en cacerolazos que se reiteraban cada noche. En los barrios más pobres, se registraron múltiples saqueos a supermercados, almacenes y comercios de todo tipo.

La policía montada tira los caballos contra las Madres de Plaza de Mayo.

19 de diciembre

Como respuesta al estallido, De La Rúa anunció el 19 de diciembre de 2001, poco después de las 19 y mediante una cadena nacional, que había decidido “decretar el Estado de sitio para asegurar la ley, el orden y terminar con los incidentes”.

En ese sentido, argumentó que “los hechos de violencia ponen en peligro personas y bienes, y crean un cuadro de conmoción interior. Así como dispuse medidas de emergencia para asistir a los más necesitados, decidí poner límites a los violentos”.

Tras el anuncio, se registraron diferentes protestas a lo largo del país y una multitud se concentró esa noche en la Plaza de Mayo al grito de “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, consigna que se generalizó y se volvió uno de los lemas que caracterizó las protestas. En un intento de controlar las manifestaciones y el caos social, el Gobierno desplegó a las fuerzas de seguridad, que reprimieron a quienes se habían movilizado. 

La Quinta de Olivos tambiénfue rodeada de gente con las mismas consignas. Una guardia perimetral de la Policía Bonaerense -que respondía al gobernador Carlos Ruckauf–  fue levantada a medianoche, dejando desguarnecida la residencia presidencial, donde se encontraba De la Rúa. Algunos manifestantes treparon los paredones y se quedaron en los muros. De pasar hacia el interior de la quinta, los esperaban tres líneas de fuego en defensa del presidente de la Nación. 

20 de diciembre

Tanto las protestas como la violencia policial se extendieron hasta la tarde del 20 de diciembre. Se calcula que durante la extensa jornada unas 38 personas fueron asesinadas en todo el país.

Durante la madrugada, una multitud se concentró en Palermo frente a la casa de Cavallo, quien a las 3 anunció su renuncia y que dejaría el país junto a su familia. En simultáneo, otro masivo grupo seguía en Plaza de Mayo, donde la Policía Federal reprimió con gases lacrimógenos.

A media mañana, las Madres fueron junto a militantes de derechos humanos y el grupo Quebracho, a la Plaza de Mayo, donde fueron reprimidos por la Policía Montada. Los periodistas y fotógrafos que se encontraban en el lugar intentaron hacer un escudo humano para evitar que las Madres salieran heridas. 

Las imágenes fueron transmitidas por televisión y replicadas por todos los medios de prensa, lo que provocó que más manifestantes se acercaran. Al mediodía, el lugar estaba lleno de oficinistas de la City, familias, incluso niños, pero con el correr de los minutos, la plaza quedó rodeada por carros hidrantes y agentes de infantería de la Federal, que reprimieron a la multitud con gases lacrimógenos y balas de goma.

Los incidentes fueron creciendo y se extendieron a lo largo de la avenida de Mayo hasta la 9 de Julio donde grupos de militantes de izquierda se enfrentaban con las fuerzas de seguridad. Y lo mismo se replicó en las principales ciudades del país.

Como saldo de la represión fueron asesinados en la ciudad de Buenos Aires Gastón Riva (31), Carlos Almirón (24), Diego Lamagna (27), Gustavo Benedetto (30), Jorge Cárdenas (52), Ruben Aredes (24) y Alberto Márquez (57). Los homicidios se concretaron en Plaza de Mayo, en Congreso y en las inmediaciones del Obelisco. El de Aredes se cometió en Ciudad Oculta, Villa Lugano.

En la provincia de Buenos Aires, se registraron los asesinatos de Diego Avila (24, Villa Fiorito); Julio Flores (15, Merlo); Ariel González (24, Pilar); Roberto Gramajo (19, Claypole); Pablo Guías (23, Almirante Brown); Ví­ctor Ariel Enriquez (21, Almirante Brown); Cristian Legembre (20, Castelar); Damián Ramírez (14, Gregorio de Laferrere); Ariel Salas (30, Gregorio de Laferrere), José Vega (19, Moreno), Mariela Rosales (28, Lomas de Zamora) y Carlos Spinelli (25, Pablo Nogués).

En Santa Fe, las muertes de Graciela Acosta (35) en Villa Gobernador Gálvez y de Walter Campos (16), Juan Delgado (28), Yanina García (18), Ruben Pereyra (20), Claudio Lepratti (35), Sandra Ríos, Miguel Pacini (15) y Ricardo Villalba (16) en Rosario.

En Paraná, Entre Ríos, se concretaron los asesinatos de Romina Iturain (15), Rosa Paniagua (13) y de José Daniel Rodríguez (25). En Corrientes, Ramón Arapi (22) y Juan Alberto Torres (21). En Río Negro, Elvira Avaca (46). En Tucumán, Luis Fernández (27). En Córdoba, Sergio Miguel Ferreira (20), Sergio Pedernera (16) y David Moreno (13).

Renuncia de Fernando De la Rúa

A las 16, De la Rúa anunció por cadena nacional que no dejaría la Presidencia y, durante el mensaje que duró 11 minutos, convocó a un acuerdo para reformar la Constitución. 

Se trató de una “última jugada” para recomponer la situación de su Gobierno. Pero poco después, recibió la llamada de los líderes del PJ, quienes consideraron que “ya era tarde” para probar con algo así.

Luego de no haber recibido apoyo ni por parte del radicalismo, ni del poder económico, redactó su renuncia de puño y letra, dirigida al presidente provisional del Senado, Ramón Puerta: “Confío en que mi decisión contribuirá a la paz social y a la continuidad institucional de la República”.

Poco después de las 19, cuando ya la policía usaba balas de verdad contra los manifestantes, De la Rúa dejó la Casa Rosa y su gobierno, en el helicóptero presidencial. La imagen se convirtió en un símbolo de la caída del proyecto político y económico de la gestión de la Alianza, una coalición entre la UCR y el Frepaso. 

El 21 de diciembre, por la mañana, concretó su última acción: derogó el Estado de sitio. A su salida, le sucedieron cinco presidentes en una semana. Finalmente, Eduardo Duhalde ocupó el sillón de Rivadavia hasta 2003, cuando Néstor Kirchner asumió como jefe de Estado. 

Fuente:RL


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