Terrorismo de Estado
Tras la feria judicial, el juicio por la apropiación de Victoria Donda
avanza hacia el veredicto
El ex marino Adolfo Donda Tigel es juzgado por su
responsabilidad en la apropiación y ocultación de la identidad de su sobrina.
Es el tercer juicio que enfrenta el represor, quien ya fue condenado a prisión
perpetua en las causas "Esma II" y "Esma Unificada" por
crímenes de lesa humanidad
21 de enero de 2024
Laura Pomilio/Télam
El juicio en el que el ex marino Adolfo Donda Tigel es juzgado
por su responsabilidad en la apropiación y ocultación de la identidad de su
sobrina, Victoria Donda Pérez, nacida en el centro clandestino de detención de
la Esma durante el terrorismo de Estado, transita su tramo final y se espera
que tras la feria judicial se reanuden las audiencias para finalizar la etapa
de alegatos y conocer la fecha de veredicto.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 6 de Caba, integrado
por los magistrados Ricardo Basílico, María Gabriela López Iñiguez y Daniel
Horacio Obligado, reanudará el debate el próximo 7 de febrero a las 10, día en
que el abogado defensor Guillermo Fanego continuará su alegato.
Se trata del tercer juicio que enfrenta Donda Tigel, quien ya
fue condenado a prisión perpetua en las causas “Esma II” y “Esma Unificada” por
ser coautor de los secuestros, torturas, homicidios y sustracción de menores en
perjuicio de alrededor de 400 víctimas en el centro clandestino de detención
que funcionó en la Escuela Mecánica de la Armada (Esma) durante la última
dictadura, en su carácter de jefe de Operaciones del Grupo de Tareas 3.3.2.
“Cuando Adolfo Donda recibió la sentencia a cadena perpetua por
la causa Esma y vi que no estaba condenado por la desaparición de mis padres
-hermano y cuñada del condenado- y por mi apropiación, sentí que había algo en
el universo que no estaba en equilibrio”, contó Victoria Donda en diálogo con Télam.
Su padre, José María Laureano Donda Tigel, fue secuestrado a los
21 años al igual que su madre, María Hilda “Cori” Pérez, quien por ese entonces
estaba embarazada de cinco meses de Victoria y daría a luz en cautiverio en
1977 en la maternidad clandestina que funcionaba en la Esma.
Victoria recién podría recuperar su identidad 27 años después,
en octubre de 2004, gracias a la labor conjunta de Abuelas de Plaza de Mayo y
la Comisión Hermanos de la Regional Capital de H.I.J.O.S.
Según el sobreviviente Lisandro Cubas, uno de los 27 testigos
que brindaron testimonio en esta causa, Donda Tigel habló con su cuñada durante
su cautiverio en la Esma y hasta trató de tranquilizarla diciéndole que “a la
niña la iban a entregar a la familia”.
En otros testimonios, como el de la defensora del Público y
sobreviviente, Miriam Lewin, quedó evidenciada la “presencia frecuente” de
Donda Tigel en la Esma y su “trato cotidiano” con el prefecto Juan Antonio
Azic, apropiador de Victoria condenado por delitos de lesa humanidad en 2012.
“La relación con Juan Antonio Azic evidentemente era estrecha.
Le entregó la bebé a un subordinado, alguien que podía dominar, a alguien con
quien había robado bienes a las personas secuestradas y desaparecidas. Esto fue
así porque fue un acuerdo”, sostuvo la querella de Abuelas de Plaza de Mayo
durante su alegato a cargo de los abogados Emanuel Lovelli y Carolina Vilella.
Según manifestó Victoria a Télam, tanto la
apertura del juicio por parte de la fiscalía como la posibilidad de estar
llevando adelante actualmente este proceso oral es “la posibilidad de decirle a
mi papá «quedate tranquilo hice todo lo que pude, podés descansar en paz»”.
La ex diputada expresó que el desarrollo de este juicio
significa “empezar a cerrar un ciclo” y “cicatrizar una herida que no deja de
estar pero deja de doler cada vez que la tocás”.
“Esa marca sigue estando ahí y probablemente me acompañe toda la
vida pero el juicio para mí es eso, la posibilidad de cicatrizar una herida que
todavía estaba abierta”, reflexionó Victoria.
Y en ese sentido, agregó que “la única forma de poder vivir en
paz y tranquila es con amor, memoria, verdad y justicia, como nos enseñaron las
Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo”.
Durante sus alegatos tanto la querella como la fiscalía pidieron
que se condene a Donda Tigel a 15 años de prisión, máxima pena prevista para
los delitos de sustracción, retención y ocultamiento de un menor de 10 años -en
este caso perpetrados contra su propia sobrina- y que los mismos sean
declarados crímenes de lesa humanidad y, por lo tanto, imprescriptibles.
La fiscalía resaltó durante su alegato que el crimen cometido
por el acusado es “un caso especialmente atroz” en tanto “muestra la atrocidad
propia de toda apropiación de niños nacidos en cautiverio con sus madres
durante el terrorismo de Estado”, pero destacó que en este caso, además, “se
suma que el acusado como parte del sistema represivo cometió estos delitos
contra su propia familia, lo que lo convierte en un caso único en la historia
de estos juicios”.
“Entendemos que hay elementos de prueba contundentes, así que
esperamos la condena y, además, que se declare, como pedimos, que fueron hechos
que implicaron violencia de género contra una mujer embarazada y luego
puérpera”, dijo a Télam el fiscal
de la causa a cargo de la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de
Niños y Niñas durante el Terrorismo de Estado, Pablo Parenti.
Si bien la defensa negó los cargos y todo tipo de participación
del acusado en la apropiación y ocultamiento de la identidad de Victoria, y
hasta el propio Donda Tigel afirmó desconocer el paradero de su hermano y
cuñada, la ex diputada espera que en las últimas palabras de su tío previas al veredicto,
él “tenga el valor de afrontar lo que hizo”.
Durante su testimonial, Victoria expresó que sólo desea saber
dos cosas.
“Quiero saber mi fecha de nacimiento, estoy segura que él
(Adolfo Donda Tigel) la sabe. Y la otra es si hay alguna posibilidad que sepan
en qué fosa lo tiraron a mi papá para poder, aunque sea, llevar sus huesos o
cenizas a algún lugar y poder llevarle una flor alguna vez”, concluyó.
Fuente:ElCiudadanoyLaRegion
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