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y sabemos la verdad
luchamos por la justicia
4 de febrero de 2024
TROPEL del 04.02.2024.
La dictadura de Milei: Una verdadera
acería policial en la zona del Congreso
/Los uniformados de la Bullrich
detuvieron por portación de rostro y
de cámara fotográfica /Varios
periodista gaseados, golpeados,
encarcelados
Resumen Latinoamericano, 3 de febrero de 2024.
Los efectivos de las fuerzas federales de seguridad detuvieron una docena de personas. Las últimas fueron apresadas cerca de la medianoche. Corridas por avenida Callao.
Mientras la sesión de Diputados llegaba a su fin con la aprobación en general del proyecto de ley ómnibus, en la plaza del Congreso un sobredimensionado operativo de fuerzas de seguridad nacional buscaba inmovilizar a la manifestación de organizaciones sociales y políticas que rechazaban el proyecto que destruye las estructuras del Estado. Con el correr de las horas, ese operativo se dedicó a provocar a los manifestantes para justificar una represión que incluyó refriegas, gases, balas de goma y casi una docena de detenidos. Los últimos siete fueron literalmente cazados cerca de la medianoche en las tres primeras cuadras de la avenida Callao. A esos chicos los tenían esposados y sentados en la esquina de Juan Domingo Perón mientras las Policía de la Ciudad, en el marco de la colaboración represiva, los identificaba para luego trasladarlos a una dependencia policial.
Luego de las 22 ya casi no quedaban manifestantes. Los pocos que persistían cuestionaban a los policías por los cuatro detenidos que había hasta ese momento. Pero parecía que los efectivos tenían orden de sumar detenciones porque mientras el tránsito ya circulaba por la avenida Callao, de repente reaccionaban y salían corriendo detrás de algunos jóvenes. Las detenciones eran violentas. Media docena de efectivos para maniatar a un ventiañero y otros tanto buscando impedir que los medios dieran cuenta del violento tratamiento que les prodigaban por el solo hecho de protestar.
Cerca de la medianoche, columnas de efectivos de la Federal llegaron desde Perón hasta Callao. Otra fila de efectivos impedía que los autos doblaran hacia el oeste. Mientras estaban allí, por Callao se producían las corridas. Desde los handy de la Policía se escuchaba cómo identificaban al que debían detener. Así cayeron al menos siete que luego fueron trasladados a esa esquina de Perón y Callao. Los sentaron, los esposaron y después esperaron que la Policía de la Ciudad los identifique y se los lleve detenidos.
La caída de los jinetes
En la plaza del Congreso se habían ubicado los militantes de distintas agrupaciones y gremios como la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA-A), el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (Sutna), el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), Polo Obrero, Partido Obrero, Libres del Sur, Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), Izquierda Socialista, entre otros.
Desde un primer momento los efectivos de las fuerzas de seguridad buscaron mantener sobre la vereda a los que protestaban. Una larga fila de efectivos de la Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) hacia las veces de una valla humana que impedía que corten la avenida Entre Ríos.
Las motos de la Federal se desplazaban sobre avenida Rivadavia como pavoneándose y mostrándose imponentes. De repente y de entre la gente salió un joven que corrió hacia una de las motos, saltó y se abrazó al policía que va de acompañante. Eso desestabilizó al conductor y los tres cayeron de manera pesada. El joven se puso de pie y salió corriendo festejando la caída de los violentos jinetes policiales.
Poco antes de las 20 las fuerzas de seguridad abrieron el tránsito y comenzaron a pasar los autos por Rivadavia. Media hora más tarde, los efectivos se replegaron unos metros permitiendo que un grupo de jóvenes bajara a la calzada y tras recoger de las calles aledañas cajas de cartón, maderas y hasta un colchón hicieron una fogata sobre la avenida Rivadavia que iluminaba.
De pronto apareció un camión de bomberos en contramano por Rivadavia acompañado de una larga fila de efectivos de la Prefectura que exponían sus cascos, escudos y bastones. Pero alguien dio otra orden ya que el camión se detuvo y lentamente se retiró. La fila de prefectos cubrió toda la avenida Rivadavia y avanzó hacia Montevideo donde estaba la fogata.
Desde atrás reaparecieron las motos de la Federal. Se escuchaba cómo aceleraban sus motores. Unos segundos después sobrepasan a los prefectos y comenzaron las detonaciones. En la oscuridad repartieron palos, el spray de pimienta y balas de gomas. Cuando las tropas superaron la fogata, reapareció el camión de bomberos y rápidamente apagó las llamas.
La Prefectura entonces tomó la esquina de Rivadavia y Montevideo. Parecía que todo se había calmado. Sin embargo, la Federal tenía otros planes. De repente cinco efectivos de la Federal se lanzan contra un joven que portaba una cámara en la esquina de Rivadavia y Callao. Se lo llevan entre seis policías como si se tratara de un feroz delincuente. Visiblemente golpeado y agotado por la golpiza tomaba aire para gritar su nombre. En el medio del bramido de las motos y los gritos decía que se llamaba Sergio Rivotta.
A metros de allí, detuvieron a otro, el periodista chileno Pablo Sabando Aburto que hace seis años reside en la Argentina. No serían los últimos. La estrategia de los efectivos policiales era clara. Avanzar, recuperar terreno, agitar a los manifestantes, irritarlos para luego retirarse. Entonces, una vez que los manifestantes volvían a bajar a la calle las fuerzas de seguridad reiniciaban su cacería.
El Gobierno apunta contra la prensa
con represión, privatizaciones y
desfinanciamiento
Por Federico Amigo, Resumen Latinoamericano, 3 de febrero de 2024.
Los testimonios de las víctimas del accionar policial coinciden en que el operativo reprimió en forma deliberada a la prensa. Se da en simultáneo sobre el avance sobre los medios públicos.
La represión desatada en los alrededores del Congreso, conducida por la ministra Patricia Bullrich, descargó su brutalidad contra un grupo concreto: las trabajadoras y los trabajadores de prensa. Entre las sesiones del miércoles y jueves, el sindicato contabilizó ataques sobre al menos 30 personas de medios públicos, privados y autogestivos. Balas de goma, palazos y gas pimienta fue el combo que recibieron mientras cubrían las manifestaciones en rechazo a la Ley Ómnibus. “Necesitan represión porque es parte de un mismo plan de entrega y de ajuste”, dice Agustín Lecchi, secretario general del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba). Sucede mientras negocian la privatización de los medios públicos, desfinancian fondos -como el Fomeca- que generan cientos de trabajo en las experiencias sin fines de lucro y buscan cerrar la Defensoría del Público.
Durante el debate en el Congreso, el cruce entre Hipolito Yrigoyen y Entre Ríos se convirtió en el improvisado búnker de prensa. Ahí se ubican los distintos móviles televisivos, periodistas y reporteros gráficos, la gran mayoría con alguna vestimenta que los identificaba. Ahí fue donde fueron las motos de la Policía Federal a dar vueltas en círculos y dispararon balas de goma al aire que impactaron en distintos trabajadores. “Iban de a dos. Uno manejaba, el otro cargaba la ithaca y disparaba desde muy cerca. Generaron mucho caos y temor”, cuenta Ignacio Petunchi, fotógrafo de Ámbito Financiero y delegado, que recibió una bala de goma en la espalda. “Empezamos a ver que aparecían motos, cruzamos a la plaza y se vinieron al humo mientras mostraban las armas. Quedamos como en una emboscada. Ahí sentí una ráfaga con varios impactos en la cintura y en los glúteos”, relata Lorena Tapia Garzón, también delegada y trabajadora de la TV Pública.
Lucas Pedulla, integrante de la revista cooperativa La Vaca y referente de la Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina (Arecia), cubrió las jornadas de protestas en las calles durante el debate de la Ley Bases. Fue otras de las víctimas de la brutalidad policial y perdió su celular al intentar documentar una detención arbitraria en Riobamba y avenida Rivadavia. Un policía de la Federal lo zarandeó y lo tiró contra la pared del Congreso. “Por suerte logré poner las manos para no pegarme la cabeza, pero me rompió el celular, mi herramienta de trabajo que además me permitía dejar constancia de lo que pasaba”, cuenta sobre las detenciones y las provocaciones del miércoles por la noche cuando las manifestaciones incluso transcurrían sobre la vereda, sin cortes de calle.
“El jueves hubo una represión con mucho más fuerzas. Claramente hay un foco represivo orientado a los profesionales de comunicación mientras hacemos nuestro trabajo”, señala Pedulla y recuerda que a Martín Brunas, del equipo de prensa de Unidad Popular y miembro de la CTA Autónoma, lo detuvieron cuando el acto del 27 de diciembre convocado por la CGT, las dos CTA y la UTEP a Tribunales ya se había desconcentrado. “Fueron espantosas las imágenes del jueves. Las revivo y me angustia un montón. Había compañeras llorando y nos acorralaron contra unas vallas aún estando en la plaza”, repasa Tapia Garzón sobre la cacería comandada por Bullrich.
La ola privatista
Pocas horas después, el Gobierno sumó otra señal sobre la dirección que busca imponer en el campo de la comunicación. Con el Decreto 110/2024 del Boletín Oficial, facultó a la Jefatura de Gabinete para «intervenir, de conformidad con las pautas y lineamientos en la administración y funcionamiento de Radio y Televisión Argentina S.E -integrada por LS82 Canal 7, LRA Radio Nacional y Radiodifusión Argentina al Exterior (RAE)–; en Télam S.E y en Contenidos Públicos S.E. «. Asoma como otro paso en la senda privatista. “Avanzan con la ley con métodos antidemocráticos, extorsionando y usando a los medios públicos como moneda de cambio porque amenazan a los diputados con que van a fundir sus provincias”, evalúa Lecchi mientras todavía está en debate el eventual camino parlamentario que van a transitar las empresas sujetas a privatización incluidas en la Ley Ómnibus.
“Nos llama la atención que los diputados radicales estén traicionando su rol histórico”, refuerza Tapia Garzón y recuerda el papel que ese espacio cumplió en la década del 90 cuando resistía las privatizaciones impulsadas por Carlos Menem. “Hay una relación entre el trabajo que realiza la prensa y el plan económico que pretende imponer Milei”, apunta Petunchi. Una de sus imágenes de esta semana fue una muestra del rol de los reporteros gráficos: fue el autor de la foto en la que se veía a un gendarme que llevaba un parche con la bandera libertaria norteamericana durante el dispositivo en el Congreso.
En la mira
Después de la nueva ola de represión, Pedulla se acercó al Juzgado 28 para aportar su testimonio como una de las tantas víctimas del accionar policial. Allí radica una presentación de Periodistas Argentinas y Arecia. Antes de la marcha en Tribunales habían pedido un habeas corpus colectivo para que las y los trabajadores de prensa que realicen cobertura de protestas sociales no sean detenidos, agredidos ni amedrentados al realizar su labor. Pero la justicia lo convirtió en un amparo que, hasta ahora, anda rebotando por distintos juzgados.
“Desde esa movilización se empezó a ver lo que se desató de forma brutal esta semana”, marca Pedulla y cuenta que hoy también presentaron un informe a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con las y los profesionales de la comunicación que resultaron heridos en las protestas. Ocurre en sintonía con el reclamo de Sipreba que volvió a “rechazar los ataques deliberados de las fuerzas de seguridad a trabajadores y trabajadoras de prensa por hacer su trabajo”.
En Casa Rosada nada dijeron sobre los periodistas heridos. “¿Quiere efectivamente la libertad de prensa este Gobierno para que se pueda transmitir lo que sucede?”, le preguntó Fabián Waldman, de FM La Patriada, a Manuel Adorni. “Sí. Siguiente pregunta”, fue la lacónica respuesta del vocero presidencial.
FUENTE: Tiempo Argentino
Esto sucede en la dictadura de Milei
: Numerosos detenidos por la policía
de la Bullrich: apuntaron a periodistas
y a otros que fueron cazados
indiscriminadamente
Por Carlos Aznárez, Resumen Latinoamericano, 3 de febrero de 2024.
Foto; Madrugada del sábado frente a la comisaría donde están algunos de los detenidos. Decenas de jóvenes haciendo el aguante a “los presos por luchar”
Era de esperar lo ocurrido en la tarde-noche del viernes en Congreso. A la “sargento” Bullrich le molesta muchísimo que la gente del pueblo no cumpla sus ordenanzas autoritarias. Y cuando ella dice: “no quiero gente en la calle, que nadie se baje de la vereda”, eso se convierte en orden para sus subordinados de uniforme. Enredada en su tremenda soberbia, la “sargento” debe pensar para sus adentros que todo aquel que ponga sus pies en la calle es un o una “enemiga a abatir”. No se trata de “la gente de bien” para la que gobierna Milei, sino de “subversivos peligrosos”.
Por eso, cuando este viernes, la agresiva y armada policía se les fue encima a las y los jubilados que, pacíficamente, estaban cantando consignas en la vereda y los atacó con gas pimienta, muchos y muchas que hasta ese momento habían cumplido a desgano con el “protocolo anti protestas”, se lanzaron a la calle al grito: “con los viejos y las viejas, no”, y “fuera yuta, fuera”, refiriéndose a esos cobardes que por un sueldo golpean a quien se le ponga adelante. Las viejitas y viejitos, esos “Jubilados insurgentes”, pueden ser nuestras madres o abuelos, y allí estaban dando el ejemplo frente a muchos que deberían estar movilizándose también, pero que siguen especulando o trenzando en sus despachos de “digentes”.
Esas jubiladas y jubilados que cobran una miseria, fueron atacades por protestar, y como podían, se restregaban los ojos o vomitaban por los efectos del gas pimienta, mientras desde algún despacho de su ministerio, Patricia Bullrich Luro Pueyrredón pensaría que ese es el correctivo que hay que aplicar, para que estos “viejos de mierda” aprendan que hay que respetar a la autoridad.
Párrafo aparte ocupa ese gas que te deja ciego durante horas y te quema la piel generando dolores agudos. Es el mismo que la ministra adquirió para este mismo ministerio que dirigía en la época de Macri, cuando hizo un “viaje de negocios” a su amado “Israel”. Allí invirtió en armamento de todo tipo y hasta se puso el uniforme del ejército sionista para acompañar a sus pares genocidas en entrenamientos en los territorios robados a Palestina.
Imbuida de las enseñanzas que recibió en Tel Aviv, ahora la ministra se dedica a combatir jubilados, trabajadores, estudiantes y también grupos de vecinos indignados por las políticas destructivas de la familia Milei. Por eso, este viernes, cuando la gente se lanzó a la calle, la sargenta ordenó el “operativo castigo”. Fue el momento justo en que empezaron a avanzar violentamente policías, gendarmes, personal de la Prefectura y hasta policía portuaria, cientos de uniformados y no uniformados que a la ministra le gusta exponer, espectacularizando la represión. Las motos con los integrantes de la Federal deseosos de sangre comenzaron a pasearse por todos lados, unas veces por la calle y otras por la vereda, mientras el “fusilero” que va sentado en el asiento trasero descargaba balazos de goma a los cuerpos de los jóvenes, mientras la guardia de infantería se ensañaba con los fotógrafos, camarógrafos y cronistas, que perfectamente indentificados cubrían los hechos.
La ministra no quiere imágenes de sus salvajadas, y los esbirros cumplen su mandato de pulverizarlos. Tolerancia cero a la prensa, como en épocas del genocida Videla.
Finalmente, vinieron las detenciones, primero a los periodistas, luego a cualquiera con cara de haber estado en la concentración y por último, al voleo. Asi cayeron comunicadores y pibes que solo transitaban por alli a la hora en que la ministra imponía su propio estado de sitio.
Numerosos detenidos fueron el resultado de estas “operaciones” típicas de cualquier gobierno autoritario. Algunos fueron trasladados a comisarías y en horas de la madrugada los sacaron del recinto para llevarlos a otra dependencia muy alejada del centro pero antes los pasearon casi tres horas, provocando incertidumbre entre los familiares y compañeros que se habían acercado a dichos centros policiales para hacer el “ guante”. Tres horas donde estuvieron literalmente desaparecidos (lo mismo pasó días atrás con otras tres chicas detenidas horas antes). Esos “paseos”, buscan amedrentar y son similares a los que estas mismas fuerzas de (in)seguridad practicaban en los años 70, y que se sabe dejaron un saldo de 30 mil víctimas.
Lo importante es que a pesar de todas estas salvajadas represivas, poco a poco está naciendo una nueva resistencia, abordada por la militancia, pero también por la gente de a pie, que ya no puede pagar los aumentos de todos los artículos de primera necesidad, o por los despedidos, o por las jubiladas y jubilados, o las familias de los barrios humildes que literalmente se mueren de hambre. Todos ellos y ellas están saliendo a la calle y luchan. Se organizan en asambleas, discuten y pelean por los derechos que este “grupo de tareas” que asaltó la Casa Rosada, quiere arrebatarles. “Es cuestión de autodefensa”, dijo este viernes una mujer que rondaba los 80 años, frente a un policía gigantón, mientras le mostraba un cartel pintado por ella misma donde se leía: “Estoy aquí, luchando, no por mí, sino por el futuro de mis nietos”. Eso es lo que irrita a los Milei y a las Bullrich. Que en pequeños gestos empiezan a vislumbrar la noche de su derrumbe, y que eso ocurrirá cuando menos se lo imaginen, a pesar de los gases, las balas, los presos y presas, y toda la represión que se les ocurra aplicar. No podrán con este pueblo, y lo saben.
LISTA DE ALGUNOS DE LOS DETENIDOS
Joaquín Suárez Martin Gould Maximiliano Sosa. (De San Miguel) Jorge Galan. (de Parque Patricios)
Bruno Chamorro
Juan Ignacio García
LA CACERÍA
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Hola necesito comunicarme con este organismo mi celular es 341 5508578
1 comentario:
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