Por Diego Martínez
El ex miembro de Inteligencia del Ejército, Juan Andrés Cabrera.
Al mediodía dijeron “sí, acepto” y se convirtieron en marido y mujer. Cuando salieron del Juzgado de Paz de Cosquín, los pagos de la novia, los agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria observaron al hombre con detenimiento y compararon sus rasgos con la única foto conocida, que Rosario/12 publicó en tapa hace un año. Tenía el pelo más corto, otros anteojos, no llevaba bigote, era más retacón de lo que parecía, pero las canas y los trazos gruesos coincidían. Minutos después se presentaron, ante la mirada de la flamante esposa y un testigo de la boda, y le informaron que quedaba detenido por orden de la Justicia federal por su participación en delitos de lesa humanidad en Rosario. El hombre que en tiempo record dejó de ser soltero y prófugo es Juan Andrés Cabrera, personal civil de Inteligencia del Ejército Argentino y “especialista en torturas” del centro clandestino Quinta de Funes, según confesó uno de sus ex camaradas.
Cabrera, alias Barba, es el único que interrogaba y torturaba porque estaba especializado, lo mandaron a hacer un curso”, declaró ante la Justicia el represor Eduardo “Tucu” Constanzo. “Los que lo hacían eran él y Fariña. El Barba era el que torturó a (Adriana) Arce, a (Tito) Messiez durante cinco horas, es el que tortura a (Osvaldo) Cambiasso y (Eduardo) Pereira Rossi dentro del camioncito de bulevard Oroño al fondo. En democracia empezó a trabajar en la Defensoría del Pueblo, pero no trabaja más, no sé dónde está”, agregó el represor, quien describió ante el periodista José Maggi a la patota de militares, policías y civiles que comandaba el ex jefe de policía Agustín Feced.
A partir de la declaración de Constanzo y de investigaciones periodísticas que revelaron documentos de Inteligencia mexicana en los que se acreditaba la participación de Cabrera en el “Operativo México”, ideado por el dictador Leopoldo Galtieri para asesinar a montoneros exiliados en la capital azteca, la regional Rosario de H.I.J.O.S. solicitó la detención e indagatoria del represor, que hace treinta años se hacía llamar “Carlos Alberto Carabetta”.
A mediados del año pasado, cuando recibió el pedido de detención de parte del juez federal rosarino Marcelo Bailaque, el jefe de la Unidad Regional II del Centro de la PSA, Martín Bruna, supo que la tarea demandaría tiempo y esmero. Desde la reapertura de las causas de la dictadura, gracias a la ceguera selectiva de la policía de Santa Fe, Rosario se destacó por tener más represores prófugos que procesados. El también ex PCI del Ejército Walter Pagano fue detenido de bronca por el hijo policía de Constanzo, que acababa de ser capturado. Pagano no cayó después de la boda sino mientras escuchaba misa en la iglesia de bulevar Oroño y San Luis, a metros de los Tribunales Federales de Rosario. Al ex comisario Carlos Alberto Moore, capturado en abril, tampoco lo detuvieron sus compañeros sino la Policía Federal.
La paciente investigación de la PSA, que encabezó el subinterventor de seguridad aeroportuaria compleja, Alberto Jofre, determinó primero que Cabrera vivía o frecuentaba Cosquín, aunque por seguridad no pisaba la casa de la novia. Un par de veces cambió lugares de citas a último momento y frustró operativos de detención. El dato de que la agraciada contraería enlace renovó las esperanzas de los investigadores, aunque hasta ayer no tenían certeza sobre la identidad del novio, según explicó Bruna a Página/12. “Cuando nos apersonamos al juzgado, lo primero que hicimos fue una identificación positiva para ver si había cambiado la fisonomía. Sacamos sus rasgos de la foto de Rosario/12”, contó. Los agentes no presenciaron la ceremonia. Cuando salió lo siguieron, dejaron que se alejara unas cuadras y, antes de que entrara a la casa del testigo, lo detuvieron. “No opuso resistencia y tenía su documento legítimo”, apuntó Bruna. Según el comunicado que difundió la PSA, Cabrera contaba con “una red de protección de sus allegados” y “se ausentaba de su domicilio por largos períodos sin dejar rastro alguno”.
Esta misma semana el Tribunal Oral Federal Nº 1 de Rosario fijó para el 31 de agosto el comienzo del juicio a cinco represores de la Quinta de Funes: el coronel Oscar Pascual Guerrieri, el verborrágico Constanzo, Jorge Fariña, Juan Daniel Amelong y Walter Pagano. La causa tiene ahora tres prófugos: el gendarme Héctor Gertrudis, el policía santafesino Francisco Scilabra y el PCI del Ejército Carlos Isach. No son los únicos policías santafesinos que burlan a la Justicia. También Antonio “Tony” Tuttolomondo (causa Galdame), Carlos Ulpiano Altamirano, César Luis Peralta y el ex PCI del Ejército Eduardo Revechi, los tres en la causa Feced. El ex comisario Peralta, alias “La Pirincha”, es dueño de una flota de taxis y compartiría con sus ex camaradas negocios menos transparentes pero más rentables.
El ex miembro de Inteligencia del Ejército, Juan Andrés Cabrera.Al mediodía dijeron “sí, acepto” y se convirtieron en marido y mujer. Cuando salieron del Juzgado de Paz de Cosquín, los pagos de la novia, los agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria observaron al hombre con detenimiento y compararon sus rasgos con la única foto conocida, que Rosario/12 publicó en tapa hace un año. Tenía el pelo más corto, otros anteojos, no llevaba bigote, era más retacón de lo que parecía, pero las canas y los trazos gruesos coincidían. Minutos después se presentaron, ante la mirada de la flamante esposa y un testigo de la boda, y le informaron que quedaba detenido por orden de la Justicia federal por su participación en delitos de lesa humanidad en Rosario. El hombre que en tiempo record dejó de ser soltero y prófugo es Juan Andrés Cabrera, personal civil de Inteligencia del Ejército Argentino y “especialista en torturas” del centro clandestino Quinta de Funes, según confesó uno de sus ex camaradas.
Cabrera, alias Barba, es el único que interrogaba y torturaba porque estaba especializado, lo mandaron a hacer un curso”, declaró ante la Justicia el represor Eduardo “Tucu” Constanzo. “Los que lo hacían eran él y Fariña. El Barba era el que torturó a (Adriana) Arce, a (Tito) Messiez durante cinco horas, es el que tortura a (Osvaldo) Cambiasso y (Eduardo) Pereira Rossi dentro del camioncito de bulevard Oroño al fondo. En democracia empezó a trabajar en la Defensoría del Pueblo, pero no trabaja más, no sé dónde está”, agregó el represor, quien describió ante el periodista José Maggi a la patota de militares, policías y civiles que comandaba el ex jefe de policía Agustín Feced.
A partir de la declaración de Constanzo y de investigaciones periodísticas que revelaron documentos de Inteligencia mexicana en los que se acreditaba la participación de Cabrera en el “Operativo México”, ideado por el dictador Leopoldo Galtieri para asesinar a montoneros exiliados en la capital azteca, la regional Rosario de H.I.J.O.S. solicitó la detención e indagatoria del represor, que hace treinta años se hacía llamar “Carlos Alberto Carabetta”.
A mediados del año pasado, cuando recibió el pedido de detención de parte del juez federal rosarino Marcelo Bailaque, el jefe de la Unidad Regional II del Centro de la PSA, Martín Bruna, supo que la tarea demandaría tiempo y esmero. Desde la reapertura de las causas de la dictadura, gracias a la ceguera selectiva de la policía de Santa Fe, Rosario se destacó por tener más represores prófugos que procesados. El también ex PCI del Ejército Walter Pagano fue detenido de bronca por el hijo policía de Constanzo, que acababa de ser capturado. Pagano no cayó después de la boda sino mientras escuchaba misa en la iglesia de bulevar Oroño y San Luis, a metros de los Tribunales Federales de Rosario. Al ex comisario Carlos Alberto Moore, capturado en abril, tampoco lo detuvieron sus compañeros sino la Policía Federal.
La paciente investigación de la PSA, que encabezó el subinterventor de seguridad aeroportuaria compleja, Alberto Jofre, determinó primero que Cabrera vivía o frecuentaba Cosquín, aunque por seguridad no pisaba la casa de la novia. Un par de veces cambió lugares de citas a último momento y frustró operativos de detención. El dato de que la agraciada contraería enlace renovó las esperanzas de los investigadores, aunque hasta ayer no tenían certeza sobre la identidad del novio, según explicó Bruna a Página/12. “Cuando nos apersonamos al juzgado, lo primero que hicimos fue una identificación positiva para ver si había cambiado la fisonomía. Sacamos sus rasgos de la foto de Rosario/12”, contó. Los agentes no presenciaron la ceremonia. Cuando salió lo siguieron, dejaron que se alejara unas cuadras y, antes de que entrara a la casa del testigo, lo detuvieron. “No opuso resistencia y tenía su documento legítimo”, apuntó Bruna. Según el comunicado que difundió la PSA, Cabrera contaba con “una red de protección de sus allegados” y “se ausentaba de su domicilio por largos períodos sin dejar rastro alguno”.
Esta misma semana el Tribunal Oral Federal Nº 1 de Rosario fijó para el 31 de agosto el comienzo del juicio a cinco represores de la Quinta de Funes: el coronel Oscar Pascual Guerrieri, el verborrágico Constanzo, Jorge Fariña, Juan Daniel Amelong y Walter Pagano. La causa tiene ahora tres prófugos: el gendarme Héctor Gertrudis, el policía santafesino Francisco Scilabra y el PCI del Ejército Carlos Isach. No son los únicos policías santafesinos que burlan a la Justicia. También Antonio “Tony” Tuttolomondo (causa Galdame), Carlos Ulpiano Altamirano, César Luis Peralta y el ex PCI del Ejército Eduardo Revechi, los tres en la causa Feced. El ex comisario Peralta, alias “La Pirincha”, es dueño de una flota de taxis y compartiría con sus ex camaradas negocios menos transparentes pero más rentables.
DETUVIERON EN COSQUIN AL "BARBA" CABRERA.

Por José MaggiEl represor Juan Andrés Cabrera, alias el Barba, fue detenido ayer en Cosquín minutos después de casarse. Cabrera es un ex miembro de la inteligencia del Ejército, acusado por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura en Santa Fe, y sindicado además como uno de los integrantes de la "Operación México" con la que se intentó secuestrar en ese país a Mario Firmenich, dirigente de Montoneros. La abogada de Hijos, Nadia Schujman, dijo estar "muy contenta" por la noticia, ya que hay "testigos que reconocieron a Cabrera como uno de los torturadores de Quinta Funes y de Fábrica de Armas, dos centros clandestinos de detención durante la última dictadura militar".
"El Barba" está imputado en la Causa Quinta de Funes y según dijo Schujman "aunque está comprobado que era personal de inteligencia, él formaba parte de la patota del ejército y está acusado de homicidio, privación ilegítima de la libertad y torturas".
Cabrera se casó en el mediodía de ayer en el Registro Civil de Cosquín, distante 45 kilómetros al noroeste de Córdoba, y desde allí efectivos de la División de Operaciones Especiales de la Policía de Seguridad Aeronáutica (PSA) le hicieron "un seguimiento" hasta la casa de un funcionario municipal, su padrino de bodas, donde irrumpieron y lo arrestaron sin que ofreciera resistencia.
"El Barba" vivía con su mujer y una hija y hasta hace poco se desempeñó en Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de Cosquín, que patrulla la ciudad, pero no fue la única vez que se desempeñó en la función pública: entre 1991 y 2000 trabajó en la Defensoría del Pueblo de Rosario, hasta que accedió a un retiro voluntario.
La hija del desaparecido militante del Partido Comunista de Rosario, Rubén Tito Messiez y querellante en una de las causas en la que Cabrera está procesado, Alicia Bernal, le dijo al diario La Voz del Interior de Córdoba que la identificación de Cabrera fue posible a partir de la testimonial de otro represor, Eduardo "Tucu" Constanzo, quien asoció por primera vez -en una fotografía publicada en Rosario/12- el nombre de Juan Andrés Cabrera con el rostro de la imagen y el alias con el que se encubría.
Eso ocurrió el 18 de febrero de 2008: poco después la militante y querellante fue a Cosquín junto a otros militantes de derechos humanos, siguiendo una pista de Cabrera y lo ubicaron en una vivienda de calle María Eloísa de esa ciudad serrana, camino al cerro Pan de Azúcar.
"Cabrera vivía ahí tranquilo, con su mujer y una hija. No había cambiado de identidad e incluso trabajaba para la Municipalidad de Cosquín. Era de suma confianza de un funcionario de nombre Presas", precisó Bernal en comunicación telefónica con este diario.
Bernal se adjudicó haber aportado esos datos al juez federal Nº4, Marcelo Bailaque, y la Policía de Seguridad Aeroportuaria fue al lugar. "Hasta la semana pasada, Cabrera no estaba ya en la casa donde sí seguían viviendo su mujer y su hija. Incluso la casa estaba en venta", dijo Bernal al diario cordobés.
Pero antes que Bernal, Alicia Gutiérrez había aportado nuevos elementos a la causa, que se sumaron a los que ya había dado "Tucu" Costanzo, en una entrevista radial con este periodista en el programa Trascendental (LT8). "Pero lo que yo quiero decirle es la gente de la patota que anda afuera. Por ejemplo Cabrera alias el Barba, es el único que interrogaba y torturaba porque estaba especializado, lo mandaron a hacer un curso. El resto ni yo ni nadie hemos tocado a nadie porque no estábamos autorizados. Los que lo hacían eran él y Fariña. El Barba era el que la torturó a (Adriana) Arce, a (Tito) Messiez durante cinco horas lo torturó, es el que tortura a Cambiaso y Pereira Rossi dentro del camioncito en boulevard Oroño al fondo, cuando estaban haciendo la avenida de Circunvalación. En democracia empezó a trabajar en la Defensoría del Pueblo, pero no trabaja más, no sé dónde anda", reveló el represor rosarino bajo arresto domiciliario.
(Fuente:Rdendh-Pagina12-Rosario12).
1 comentario:
Convivivimos con el enemigo!!!!!!!!y y pensar que estaba a cargo de la seguridad ciudadana.... de mi ciudad,que ironico no???? siento verguenza ajena y pesar por sentirme rodeada de quien sabe cuantos mas, escondido hasta quizas con falza identidad, pero con cargos acomodados!!!!!! tengo un gran dolor en mi corazon por todo esto...
Publicar un comentario