Autor: El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile
Fecha: 21/07/2010
Pais :Chile
Ciudad: Santiago
Ref. Cech:
Chile, una mesa para todos en el Bicentenario
I.- UN SIGNO DE CLEMENCIA
Como ciudadanos y pastores queremos comprometernos con los esfuerzos de nuestro país por la paz: tanto por la paz que se abre espacio en nuestros corazones, como por aquella que anhelamos para las familias y todos los habitantes de nuestra Patria. Sabemos que la paz es obra de la justicia, pero estamos convencidos que también contribuyen a ella el perdón y la misericordia.
Por eso tenemos que seguir avanzando, como país, por los caminos de la justicia social, aquella que se construye sobre los derechos humanos y cuya alma es la dignidad del hombre y de la mujer, de la familia y de los niños, de los jóvenes y los ancianos. No escatimemos esfuerzos ni medios en la conquista de la seguridad y la paz ciudadanas. Apoyemos decididamente el trabajo de los tres Poderes del Estado en su lucha contra la delincuencia.
Pero para construir la paz, también debemos recurrir a la clemencia y al perdón. Por eso, en el contexto del Bicentenario, apreciando la libertad que otorga el Estado de Derecho, los pastores de la Iglesia Católica queremos ofrecer una nueva colaboración, a nuestro parecer necesaria, en el ámbito de los derechos humanos.
nuestra sociedad puede conceder como expresión de la actitud humana y enaltecedora que construye la paz ciudadana y ayuda a la reconciliación.
Con ese objetivo, en el mes de agosto de 2009, los miembros del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, presentamos a la Excma. Señora Presidenta de la República, Dra. Michelle Bachelet, y en el mes de abril del presente año, a Su Excelencia el Presidente de Chile, don Sebastián Piñera, una reflexión titulada «Misericordia y clemencia: signos del Bicentenario. Petición de la Iglesia Católica de Chile».
introducción acerca del sentido del Bicentenario de Chile, celebrado en el hoy de nuestra historia, haciendo memoria agradecida del pasado y asumiendo compromisos que lo proyecten hacia el futuro.
Citando al Papa Juan Pablo II, señalamos que nuestro jubileo del Bicentenario quiere tener un significado positivo. «Al igual que la misericordia de Dios, siempre nueva en sus formas, abre nuevas posibilidades de crecimiento en el bien, celebrar el Jubileo significa también esforzarse en crear nuevas ocasiones de recuperación para cada situación personal y social, aunque aparentemente parezca irremediablemente comprometida» («Mensaje Jubileo en las cárceles», nº 4).
En nuestro mensaje, con el aval de tantos hombres y mujeres creyentes que acompañan a quienes han delinquido, recordábamos que el Papa nos advertía que abstenerse de acciones promocionales en favor del recluso significaría reducir la prisión a una suerte de venganza social.
II- EL HORIZONTE DE NUESTRA PETICIÓN DE INDULTO
Los creyentes en Cristo recordamos que Él ha inaugurado una historia basada no sobre la indiferencia, ni sobre la venganza, ni menos sobre la guerra, sino sobre el amor hasta el extremo del perdón. Quisiéramos que esta historia, respetando el sentido de la justicia, alcance a las personas que están encarceladas.
Por ello, quisimos compartir las siguientes reflexiones para solicitar a las autoridades del país, con ocasión del Bicentenario, un indulto a personas privadas de libertad. Los recordamos brevemente:
1. El País del Bicentenario quiere ser un país desarrollado, por lo mismo, reflexionemos acerca de un sistema penal y carcelario más humano. Como la delincuencia es una preocupación constante de la ciudadanía, queremos promover aquellos valores y aquella forma de convivencia que la evitan. Entre ellos, debemos procurar la rehabilitación y reinserción social de quienes han causado quiebres y daños en la sociedad por sus crímenes y delitos. En contraste con este propósito, muchos recintos carcelarios no procuran oportunidades verdaderas y suficientes de rehabilitación a los internos, incluso las nuevas cárceles. Por el contrario, sabemos que con frecuencia los recintos penales son un hábitat más violento y deshumanizante que aquéllos que favorecieron el desarrollo de la delincuencia. Tales ambientes, tampoco propician la conversión interior ni los deseos de cambio en las personas. «La cárcel -decía Juan Pablo II- no
debe ser un lugar de deseducación, de ocio y tal vez de vicio, sino de redención» («Mensaje Jubileo en las
cárceles», nº 7).
2. Prestémosles atención a los internos más débiles, a los que están gravemente enfermos o son adultos mayores. Para ello valoremos en su integridad los derechos humanos, especialmente el derecho a la vida, cuya conciencia es progresiva en nuestra Patria, pero aún insuficiente. Es imprescindible defender la vida, sobre todo la vida indefensa, ante quienes la amenazan; crear condiciones favorables para que se viva y se trabaje conforme a la dignidad humana, y prestar especial atención a quienes, por estar en prisión, ven vulnerados sus derechos a una atención sanitaria apropiada o, incluso, a una muerte digna.
3. Trabajemos para una promoción integral de los reclusos. En efecto, recordábamos que «si un sistema penitenciario busca sancionar un mal cometido con un castigo proporcional y, a la vez, rehabilitar al agresor para que se transforme en un bien para la sociedad, resultaría incomprensible no considerar acciones promocionales a favor del recluso. La prisión no tiene solamente un fin reivindicativo. En la legislación se contemplan rebajas de pena y estímulos para quienes, dentro de la normativa, demuestran un comportamiento apropiado y, pese a las dificultades y falta de oportunidades, cumplen con lo requerido por el sistema penal».
Por eso, en nuestra reflexión hacíamos un llamado:
a)- A quienes tienen el conocimiento técnico y las facultades pertinentes, a promover integralmente la rehabilitación y reinserción de aquellos que, a pesar de sus condiciones vitales, muchas veces indignas, quieren salir del círculo de la delincuencia y la marginación del que hoy son parte.
b)- A resolver definitivamente el drama de las cárceles de Chile: el estado estructural de un gran número de recintos penitenciarios, la superpoblación de los internos, las tensiones de convivencia marcadas por la agresividad y el temor, la discriminación y las luchas de poder, las dificultades y los conflictos que deben
enfrentar quienes custodian a los internos, cuya magnitud la gran mayoría de los chilenos y chilenas desconocen.
c)- A generar programas de acompañamiento hacia quienes salen de prisión y que muchas veces no descubren otro horizonte que la reincidencia, debido a la falta de oportunidades y al estigma que tienen que cargar.
4. Como comunidad eclesial estamos empeñados en que el Chile del Bicentenario se convierta, de verdad, en una «Mesa para todos»: mesa del pan, del trabajo, de la fraternidad, de la libertad, de la equidad, del respeto por la dignidad de cada cual. Este propósito nos obliga a fijarnos en quienes no están gozando de la mesa común, ya sea por los efectos del terremoto, por carecer de empleo, por vivir en la pobreza extrema, o bien, por ser jóvenes en situación de vulnerabilidad social. Todos tienen derecho a un puesto de honor en la mesa de todos. Entre quienes no son acogidos en la mesa de todos, están aquellos que llaman nuestra atención por estar privados de libertad.
Pedir un indulto que los beneficie, no es contrario al apoyo que damos al compromiso de las autoridades del país, que quieran velar por nuestra seguridad, luchando para que la delincuencia y el narcotráfico, con su alta cuota de violencia y muerte, no corroa el “alma de Chile”, y procurando una justicia pronta y eficiente para quienes atenten contra la integridad de otros chilenos, malogrando así los esfuerzos de lograr la paz y el espíritu fraterno que debe caracterizar a la mesa para todos.
Pero sabemos que en Chile, también con los reclusos de diversos penales, tenemos una deuda que compromete el respeto por sus derechos humanos. No podemos tener cárceles inhumanas ni seguir permitiendo el hacinamiento, con toda su secuela de males. Se trata de personas humanas como todos nosotros. Es cierto, han cometido faltas, delitos y hasta crímenes, pero no por eso podemos negarles la dignidad que Dios les confirió desde el día de su gestación. El sólo recurso al encarcelamiento sin otras medidas, como por ejemplo el trabajo remunerado para quienes caen en estas situaciones, no basta para que rediman sus vidas y puedan reincorporarse plenamente a la sociedad. En este ámbito tenemos una conversación pendiente como país.
III- EL INDULTO CON OCASIÓN DEL BICENTENARIO
Al presentar esta petición, no ha sido nuestro ánimo poner al Gobierno de Chile, ni al actual ni al anterior, en una situación de incomodidad ante la realidad de las personas recluidas y de las víctimas. El contexto de una sana laicidad reconoce las competencias propias del Estado y aquellas de las confesiones religiosas.
Por esta razón, sólo presentamos algunas ideas que pueden enriquecer el espíritu y la práctica de nuestra convivencia y hacemos una petición, pero sin proponer un articulado de ley, tarea que corresponde a la autoridad política. Anhelamos que estas reflexiones sean discutidas por los ciudadanos y por nuestras instituciones, y que cada una asuma la responsabilidad que le corresponde.
En lo que se refiere a quienes están privados de libertad, dentro del respeto a la Constitución y a los Tratados Internacionales suscritos por Chile, solicitamos a las autoridades del Estado, en particular al Señor Presidente de la República y al Gobierno que preside, así como a los Honorables miembros del Parlamento, considerar y estudiar las siguientes proposiciones:
1. Que los condenados por sentencia ejecutoriada –con las restricciones que la autoridad competente considere prudente establecer como, por ejemplo, delitos de sangre-, que en los últimos años hayan tenido buena conducta en los recintos carcelarios, y no constituyen un peligro para la sociedad:
a. Puedan ver reducidas parcialmente sus penas privativas o restrictivas de libertad.
b. Además de lo señalado, que se conceda una reducción adicional a quienes tengan más de 70 años de edad.
c. Igualmente, que a las mujeres que tengan uno o más hijos menores de 18 años se les conceda también una reducción adicional.
d. Que a las personas condenadas privadas de libertad que padezcan alguna enfermedad invalidante, grave e irrecuperable, se les conmute su pena por otra, que no deba cumplir en las condiciones más aflictivas de la cárcel.
e. Que a los enfermos terminales, debidamente comprobados por la instancia competente, se les condone el saldo de las penas que les resten por cumplir.
2. Que se mejoren sustancialmente las condiciones de vida de quienes cumplen penas privativas o restrictivas de libertad, aumentando las horas de convivencia fuera de sus celdas, favoreciendo el trabajo remunerado y el acceso a la enseñanza, el deporte, la cultura, y al auxilio espiritual. A pesar de los esfuerzos realizados en diversos gobiernos anteriores, no se ha logrado satisfacer estas necesidades, requiriéndose hacia adelante decisiones urgentes que la autoridad competente debiera ir adoptando por el bien común de la sociedad. Asimismo, considerando las especialmente difíciles circunstancias del ambiente laboral en que se desempeñan, y en el contexto del conjunto de los funcionarios públicos, que se mejoren las condiciones de vida, de convivencia y de trabajo de los gendarmes y empleados por el sistema penitenciario; éstas irían en directo beneficio de la dignidad y rehabilitación de los privados de libertad.
3. Que se modifique la legislación que se refiere a las penas, en lo que atañe a los condenados de edad muy avanzada y a quienes estén gravemente aquejados de una enfermedad terminal. Proponemos que se les condone la pena o que puedan cumplir el resto de su condena junto a su familia o en instituciones asistenciales. Este cambio o condonación de la pena se concedería siempre, salvo que el organismo competente excluya este beneficio para un reo determinado por juzgarlo un peligro para la sociedad.
4. No sería completa la “mesa para todos” si no considerásemos en esta petición a quienes cumplen penas por delitos contra los derechos humanos cometidos durante el Régimen Militar. Es un tema que debemos poner sobre la “mesa de todos” para conversarlo con la seriedad que corresponde, especialmente en el Parlamento de la República. No olvidemos que no todos ellos tuvieron igual responsabilidad en los crímenes que se cometieron. A nuestro parecer no cabe ni un indulto generalizado ni un rechazo general del indulto para todo ex uniformado condenado. La reflexión debe distinguir, por ejemplo, el grado de responsabilidad que le cupo a cada uno, el grado de libertad con que actuó, los gestos de humanidad que tuvo y el arrepentimiento que ha manifestado por sus delitos.
IV- EN EL CAMINO DEL EVANGELIO: JUSTICIA Y CLEMENCIA
No somos nosotros quienes debemos dictar las leyes, pero creemos que podemos interceder para dar paso a la “justicia con clemencia” como connotados juristas lo han pedido en el pasado. Es decir, velando por el imperio de la justicia -nada más injusto que la impunidad- y salvaguardando el pleno imperio de los derechos humanos en materia de crímenes de lesa humanidad, creemos que se pueden dar pasos de clemencia.
Sabemos que estas peticiones tendrán opiniones encontradas. Las respetamos, especialmente cuando vienen de personas que sufrieron en carne propia o en sus familiares más cercanos los delitos condenados.
Sólo solicitamos dar el paso de pedir justicia sin ensañarnos en el castigo, que nunca puede reparar totalmente el mal causado. Y solicitamos también, hablando al corazón de cada uno, que consideremos de qué manera quisiéramos ser tratados si estuviéramos en la situación de los condenados, y con qué espíritu fraterno podremos construir el futuro de Chile si no somos capaces de hacer gestos decisivos de reencuentro y reconciliación.
Más allá de los ordenamientos jurídicos y de sus interpretaciones, el mismo Jesús nos enseñó con su testimonio y su palabra, que la lógica del perdón es la única que restaña las heridas, devuelve la confianza e inaugura tiempos nuevos para quienes tienen la valentía de concederlo y de pedirlo. Nos conmueve el solo hecho de pensar que Jesús clavado en la cruz de la injusticia, antes de morir, pide al Padre que perdone a quienes lo han crucificado.
Ésa es la lógica y la pedagogía que anhelamos para cada uno de nosotros y la gracia que pedimos por intercesión de la Virgen del Carmen, Madre de todos los chilenos y chilenas, sin excepción alguna, pero especialmente de aquellos que por diversas causas atraviesan horas de angustia y de dolor.
EL COMITÉ PERMANENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE
† Alejandro Goic Karmelic
Obispo de Rancagua
Presidente
† Gonzalo Duarte García de Cortázar
Obispo de Valparaíso
Vicepresidente
† Francisco Javier Errázuriz Ossa
Cardenal Arzobispo de Santiago
† Ricardo Ezzati Andrello
Arzobispo de Concepción
† Santiago Silva Retamales
Obispo Auxiliar de Valparaíso
Secretario General
Santiago, 21 de Julio de 2010
Indulto: Iglesia pide que se estudie caso a caso situación de condenados por delitos de Derechos Humanos
El cardenal Francisco Javier Errázuriz y al presidente de la Conferencia Espiscopal, Alejandro Goic, entregaron su propuesta de indultos para el Bicentenario.

Claves:
La Iglesia dice que para construir la paz en el país "también debemos recurrir a la clemencia y al perdón". En ese sentido, el texto señala que amparados en el Estado de Derecho, la institución pide "un indulto que nuestra sociedad puede conceder como expresión de la actitud humana y enaltecedora que construye la paz ciudadana y ayuda a la reconciliación".
La petición dice que "los condenados por sentencia ejecutoriada –con las restricciones que la autoridad competente considere prudente establecer como, por ejemplo, delitos de sangre-, que en los últimos años hayan tenido buena conducta en los recintos carcelarios, y no constituyen un peligro para la sociedad:
- Puedan ver reducidas parcialmente sus penas privativas o restrictivas de libertad.
Con respecto a la situación de las personas condenadas por delitos relacionados con violación a los derechos humanos, la Iglesia dice que "no sería completa la 'mesa para todos' si no considerásemos en esta petición a quienes cumplen penas por esos delitos cometidos durante el régimen militar". En esa línea, hace un llamado a que se estudie caso a caso para ver la factibilidad. "Es un tema que debemos poner sobre la 'mesa de todos' para conversarlo con la seriedad que corresponde, especialmente en el Parlamento de la República. No olvidemos que no todos ellos tuvieron igual responsabilidad en los crímenes que se cometieron. A nuestro parecer no cabe ni un indulto generalizado ni un rechazo general del indulto para todo ex uniformado condenado. La reflexión debe distinguir, por ejemplo, el grado de responsabilidad que le cupo a cada uno, el grado de libertad con que actuó, los gestos de humanidad que tuvo y el arrepentimiento que ha manifestado por sus delitos", dice el texto.
La Iglesia hace un llamado para que no se permita el hacinamiento en las cárceles de manera de otorgarle mejores condiciones a los presos. "Se trata de personas humanas como todos nosotros. Es cierto, han cometido faltas, delitos y hasta crímenes, pero no por eso podemos negarles la dignidad que Dios les confirió desde el día de su gestación", señalan.
Finalmente, sostienen que no ha sido la intención de la Iglesia poner en una situación "incómoda" al gobierno con esta propuesta. Asimismo, el texto señala que "estas peticiones tendrán opiniones encontradas. Las respetamos, especialmente cuando vienen de personas que sufrieron en carne propia o en sus familiares más cercanos los delitos condenados".
Diputados UDI: Propuesta de indulto "es equilibrada e integradora"
El jefe de la bancada gremialista, Patricio Melero, llamó a la oposición a analizar el documento presentado por la Iglesia "con objetividad y altura de miras".

"La propuesta le da al Presidente y al gobierno un margen de acción para actuar cautelando los elementos de seguridad ciudadana, de respeto a los derechos humanos y de clemencia que la Iglesia Católica plantea", añadió.
Melero valoró el hecho de que el documento de la Iglesia "no excluye sectores, pero sí excluye a los delitos más graves como garantía de una adecuada defensa de la seguridad ciudadana y el respeto a los derechos humanos".
En esa línea, el diputado hizo un llamado a todos los sectores políticos, y en particular a la oposición, a analizar esta propuesta con "objetividad y altura de miras; este es un desafío a mirar estas propuestas sin sesgos y aprovecharlas como una instancia de reconciliación nacional y de sentido positivo hacia el futuro".
Finalmente, Melero recordó que aún falta que las Iglesias Evangélicas entreguen su propuesta de indulto, documento que darán a conocer este viernes, y pidió esperar hasta ese momento "para tener una completa visión de las iglesias cristianas sobre la materia".
Milton Juica: "Los indultos y la amnistía no debieran coexistir en un régimen democrático"
El Presidente de la Corte Suprema dijo "que estas son situaciones que están obsoletas en una sociedad moderna".

Al ser consultado sobre la propuesta, Juica afirmó que "cada juez tiene su punto de vista particular sobre el tema. Yo personalmente creo que todavía son situaciones que ya están obsoletas en una sociedad moderna. Los indultos y la amnistía no debieran coexistir en un régimen democrático como el que tenemos. Esa es una opinión personal".
La propuesta entregada por la Iglesia pide no excluir a condenados por delitos de violaciones a los derechos humanos, aunque pide analizar caso a caso las distintas situaciones, tomando en cuenta diversos factores relacionados con el grado de participación en los delitos.
Respecto a esta posibilidad, el titular de la Suprema afirmó que al documento "le eché una hojeada; hay que leerlo más en profundidad para entenderlo bien, y cuáles son los fines y principios en los que se funda ese documento. En general, la Iglesia Católica lo hace bien, muy estudiado y con altura de miras, pero en general no lo conozco".
El senador PPD se opone a que se incluya en el beneficio a condenados por delitos de violaciones a los derechos humanos.

"Creemos que si en el Bicentenario tenemos que reafirmar algo, es la plena vigencia de los derechos humanos (...). Permitir que los asesinos, violadores y pedófilos vuelvan a salir, es producir un segundo sufrimiento a las víctimas, además de una gran frustración y decepción. El primer compromiso tiene que ser con las víctimas", afirmó el senador.
La propuesta entregada por la Iglesia pide no excluir a condenados por delitos de violaciones a los derechos humanos, aunque analizando caso a caso las distintas situaciones, tomando en cuenta diversos factores relacionados con el grado de participación en los delitos.
Al respecto, el senador aludió a las palabras utilizadas por la Iglesia -que en su propuesta se refiere a una "mesa para todos" para solicitar la no exclusión- y afirmó que "se dice que tenemos que sentarnos todos a la mesa. Yo pienso que las víctimas son los que primero se tienen que sentar a la mesa, con un sentimiento de justicia. No les vamos a reparar el daño, pero creo que les vamos a agravar el dolor si quienes mataron y violaron caminan libremente por las calles".
En cuanto a las víctimas de violaciones a los derechos humanos en dictadura, Girardi dijo que el indulto implica "volver a abrir una herida que no está cerrada".
Además, el parlamentario manifestó su preocupación por la situación carcelaria, y en ese sentido dijo que "se le podría dar un indulto a muchos chilenos que tienen problemas de deudas; el mejor indulto sería terminar con el Dicom".
Oposición rechaza que indulto pueda beneficiar a violadores de DDHH
Parlamentarios concertacionistas rechazaron que un indulto general pueda beneficiar a quienes cometieron crímenes en dictadura. Zaldívar(DC) dice que el punto está salvado al señalar que se deben cumplir los tratados internacionales y que sólo podría haber indultos particulares en esos casos.
En contra de que la propuesta de indulto bicentenario incluya la posibilidad de beneficiar a violadores de derechos humanos y responsables de crímenes de lesa humanidad, se plantearon los parlamentarios de la Concertación, aunque hay matices al interior de la DC, donde algunos legisladores plantean que ese tema queda resuelto en la propuesta por estipular el necesario respeto a los tratados internacionales.
Por parte del PS, Sergio Aguiló aseguró que “los diputados y senadores socialistas, sin excepción alguna, rechazamos de manera categórica el punto 4 porque induce a una confusión ética y moral que a nuestro juicio es inaceptable”, refiriéndose a la sentencia de la iglesia de que “no cabe ni un indulto generalizado ni un rechazo general del indulto para todo ex uniformado condenado”.
Para Aguiló, “la iglesia está cometiendo un grave error al proponer insistente y majaderamente la libertad de quienes han cometido gravísimos delitos contra los derechos humanos”.
Fidel Espinoza (PS) se declaró “dolido” con la iglesia católica y dijo que, siendo parte de esta confesión religiosa, siente “decepción, vergüenza, pena y tristeza por esta propuesta”, pues “quienes violaron los derechos humanos de forma cruel no merecen indultos de ningún tipo”.
Recalcó que la propuesta implica “una bofetada brutal, un segundo gran golpe después de la muerte de nuestros seres queridos, una puñalada en el alma de la sociedad chilena”.
El jefe de la bancada PPD , Ramón Farías, apuntó que la iglesia “se equivoca al pedir que un indulto a aquellos que mataron a sus propios feligreses en la época de dictadura. Ni los violadores de los DDHH, ni pedófilos, ni pederastas deben ser indultados”.
Tucapel Jiménez (PPD) sostuvo que si la Iglesia Católica se refiere a que hay que revisar caso a caso, habría que plantear un indulto particular, por lo tanto, sería facultad del Presidente de la República aplicarlo. En este sentido, dijo que el documento “pone al Presidente en una situación muy incómoda, principalmente por los tratados internacionales”.
Quien valoró íntegramente la propuesta de la iglesia fue el senador DC Andrés Zaldívar, quien dijo que se trata de “una propuesta bastante seria en todo sentido”, destacando que “no puede haber indultos que afecten delitos de lesa humanidad porque sería incumplir tratados internacionales que Chile ha suscrito”
Dijo que “respecto al tema de los militares, el hecho que se vea caso a caso y si acaso hay razones humanitarias y la responsabilidad menor que pudieran haber tenido, es un tema que podría verse por parte del Presidente, es un tema de responsabilidad de él acceder o no a estas condiciones”, destacando que esto correspondería a “un indulto particular” que notiene relación con la propuesta general.
Para el diputado Sergio Ojeda (DC) la cuestión no queda tan clara en la propuesta. “Si no se hacen diferencias entre categorías de delitos que se van a indultar, se entenderán incluidos los delitos por violaciones a los Derechos Humanos y el indulto de estos, es improcedente y no contribuirá a unir a los chilenos, sino que a revivir y ahondar diferencias”.
ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS
AFDD rechaza propuesta de indulto de la Iglesia Católica
Lorena Pizarro dijo que la propuesta que incluye a violadores de derechos humanos constituye “un error” y “fragiliza” la posibilidad de asegurar el respeto a la vida a las futuras generaciones
"Un error muy grave” es para la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) la propuesta de indulto bicentenario dada a conocer hoy por las autoridades de la iglesia católica, incluyendo la posibilidad de beneficiar a violadores de derechos humanos en dictadura.
“Ellos han cometido un error muy grave, una falta muy grave, porque no hay acto más misericordioso ni más humano que asegurar a las futuras generaciones el respeto a la vida y a los derechos humanos, y con lo que ellos han hecho hoy día han fragilizado esa posibilidad”, dijo la presidenta del organismo, Lorena Pizarro.
La dirigente rechazó el argumento relativo a que no todos los ex uniformados habrían tenido la misma responsabilidad en los crímenes, subrayando que “aquí no hay cómplices ni más ni menos responsabilidades, todos sin excepción no pueden ser beneficiados por indultos”.
Recalcó que “lo que se agrede finalmente es el respeto a la vida, se agrede al Estado, se agrede el derecho internacional y sobre todo se ofende a las actuales y futuras generaciones porque se las pone en riesgo de volver a vivir terrorismo d Estado y crímenes de lesa humanidad”.
Pizarro enfatizó que es necesario preguntarles a monseñor Alejandro Goic y al cardenal Francisco Javier Errázuriz –que hicieron la entrega del documento en La Moneda- “si ellos creen que el perdón va a devolverles a los familiares de los detenidos desaparecidos la tranquilidad que perdimos hace tantos años, cuando ese mismo Estado los hizo desaparecer y los secuestró y los persiguieron”.
Pizarro enfatizó que es necesario preguntarles a monseñor Alejandro Goic y al cardenal Francisco Javier Errázuriz –que hicieron la entrega del documento en La Moneda- “si ellos creen que el perdón va a devolverles a los familiares de los detenidos desaparecidos la tranquilidad que perdimos hace tantos años, cuando ese mismo Estado los hizo desaparecer y los secuestró y los persiguieron”.
FuentedeOrigen:DiariosdeChile
Fuente:Agndh
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