Ayer los acusados se negaron a testificar | |||
Día clave en el juicio: hoy declararán la madre y la hermana de Kamenetzky
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En la segunda jornada, una perito antropóloga sostuvo que la causa de la muerte del estudiante santiagueño fue un disparo recibido a corta distancia y por la espalda, punto que fue objetado por la defensa. Enseguida, un experto en balística precisó que los proyectiles hallados en los restos de la víctima pertenecían a un arma de calibre 12 de las denominadas de guerra. |
El juicio oral por el crimen de Cecilio Kamenetzky por el cual están acusados Musa Azar Curi y su grupo de tareas, ingresará hoy en una etapa crucial, con la recepción de los testimonios de los testigos aportados por el Ministerio Público Fiscal, querellas y defensas.
Ayer, antes de cerrar la audiencia, el Tribunal Oral Federal informó que hoy atestiguarían Adela Kamenetzky, hermana; Rosa Elena Bulgarelli de Kamenetzky, la madre; y Abelardo Basbús, integrante de la Sala 2 de la Cámara de Apelación en lo Criminal y Correccional del foro local y compañero de Cecilio en la universidad. Luego le seguirán Eugenio Rizzo Patrón, Carlos López y Luis Garay, todos ex presos políticos que compartieron momentos con Cecilio cuando estaban detenidos en el Penal de Varones. Garay es actualmente el presidente del Instituto Espacio de la Memoria.
Según el expediente judicial, Rosa y Adela estaban con Cecilio el 9 de agosto de 1976 cuando una comisión encabezada por Miguel Tomás Garbi ingresó al domicilio de la familia Kamenetzky en Roca (S) 1195 y se llevó al joven. Durante la instrucción, ambas mujeres relataron que se les permitió ver a Cecilio en la oficina de Musa Azar Curi en la DIP. Esta versión consta en el requerimiento fiscal, donde se señala que mientras estaban con el hijo menor de la familia, “Miguel Tomás Garbi, recostado en un sofá, jugaba con una manopla de bronce, en clara actitud amenazante e intimidatoria”.
Adela también sufrió la persecución por parte del grupo represivo, así asentó en la requisitoria fiscal de elevación a juicio oral: “Juan Bustamante -integrante de la DIP- rondaba constantemente a la hermana de Cecilio, en los lugares donde ella se manejaba y entablaba conversaciones de índole política, exhibiéndole en una ocasión el arma que portaba”.
También refiere que la mujer fue buscada y llevada ante Azar Curi en la DIP, a fines de agosto de 1976. En su testimonio, recordó que el hoy juzgado “le manifestó que si alguna persona la contactaba por el tema de su hermano, debía ir a contarles a ellos, porque de lo contrario la pondrían a disposición del PEN”. El documento judicial indica además, que fue intimidada con amenazas, identificada en la Jefatura de Policía y llevada nuevamente a la DIP, desde donde la dejaron ir.
El sufrimiento de la familia Kamenetzky no terminó con la muerte de Cecilio, sino que también soportó allanamientos con gran despliegue de personal militar, quienes en un operativo en diciembre de 1976, se llevaron libros, máquinas de escribir, parlantes, discos y otros bienes.
Adela testimoniaría en 1984, ante el Juzgado de Instrucción en lo Criminal de Primera Nominación, a cargo del Dr. Carlos Ramón Schammas, que en septiembre u octubre de 1976, su padre recogió del DIP un bolsón con ropa sucia perteneciente a Cecilio. La mujer revisó las vestimentas y notó que una camisa no era de su hermano, sino que pertenecía a Daniel Dicchiara, otro desaparecido.
Ex presos
Eugenio Rizzo Patrón, ex preso político, brindó testimonio de cuando vio a Mario Giribaldi -otro desaparecido- y a Cecilio en el Penal de Varones y los alojaron en un pabellón distinto al que él se encontraba, y las versiones que recibió sobre las muertes de ambos. En el caso de Garay, manifestó que los presos eran retirados en un Peugeot 504 amarillo “que siempre manejaba Ramiro López”, y que un día antes de ser trasladado a la DIP; le entregó un poco de dinero y una campera a Cecilio “pensando que iba a pasar hambre y frío hasta que lo regresaran al Penal, hecho que nunca sucedió”.
En tanto, López, manifestó que luego del golpe de 1976, ingresó al penal “un contingente que fue repartido en tres pabellones, entre los que había detenidos legales e ilegales”. Señaló que allí reconoció a Cecilio Kamenetzky y Mario Giribaldi, “quienes luego fueron asesinados”. Agregó que “mientras estaba detenido escuchó decir a un militar a quién iban a matar porque tenían que cumplir con la ‘cuota’ y recorrían la lista de detenidos, refiriendo que la razón por la que mataron a Kamenetzky y Giribaldi fue porque el primero estaba más o menos legal, mientras que Giribaldi estaba en condición de “desaparecido”, debido a que estaba en distintos lugares de detención sin que nadie supiera dónde”.
Ayer, antes de cerrar la audiencia, el Tribunal Oral Federal informó que hoy atestiguarían Adela Kamenetzky, hermana; Rosa Elena Bulgarelli de Kamenetzky, la madre; y Abelardo Basbús, integrante de la Sala 2 de la Cámara de Apelación en lo Criminal y Correccional del foro local y compañero de Cecilio en la universidad. Luego le seguirán Eugenio Rizzo Patrón, Carlos López y Luis Garay, todos ex presos políticos que compartieron momentos con Cecilio cuando estaban detenidos en el Penal de Varones. Garay es actualmente el presidente del Instituto Espacio de la Memoria.
Según el expediente judicial, Rosa y Adela estaban con Cecilio el 9 de agosto de 1976 cuando una comisión encabezada por Miguel Tomás Garbi ingresó al domicilio de la familia Kamenetzky en Roca (S) 1195 y se llevó al joven. Durante la instrucción, ambas mujeres relataron que se les permitió ver a Cecilio en la oficina de Musa Azar Curi en la DIP. Esta versión consta en el requerimiento fiscal, donde se señala que mientras estaban con el hijo menor de la familia, “Miguel Tomás Garbi, recostado en un sofá, jugaba con una manopla de bronce, en clara actitud amenazante e intimidatoria”.
Adela también sufrió la persecución por parte del grupo represivo, así asentó en la requisitoria fiscal de elevación a juicio oral: “Juan Bustamante -integrante de la DIP- rondaba constantemente a la hermana de Cecilio, en los lugares donde ella se manejaba y entablaba conversaciones de índole política, exhibiéndole en una ocasión el arma que portaba”.
También refiere que la mujer fue buscada y llevada ante Azar Curi en la DIP, a fines de agosto de 1976. En su testimonio, recordó que el hoy juzgado “le manifestó que si alguna persona la contactaba por el tema de su hermano, debía ir a contarles a ellos, porque de lo contrario la pondrían a disposición del PEN”. El documento judicial indica además, que fue intimidada con amenazas, identificada en la Jefatura de Policía y llevada nuevamente a la DIP, desde donde la dejaron ir.
El sufrimiento de la familia Kamenetzky no terminó con la muerte de Cecilio, sino que también soportó allanamientos con gran despliegue de personal militar, quienes en un operativo en diciembre de 1976, se llevaron libros, máquinas de escribir, parlantes, discos y otros bienes.
Adela testimoniaría en 1984, ante el Juzgado de Instrucción en lo Criminal de Primera Nominación, a cargo del Dr. Carlos Ramón Schammas, que en septiembre u octubre de 1976, su padre recogió del DIP un bolsón con ropa sucia perteneciente a Cecilio. La mujer revisó las vestimentas y notó que una camisa no era de su hermano, sino que pertenecía a Daniel Dicchiara, otro desaparecido.
Ex presos
Eugenio Rizzo Patrón, ex preso político, brindó testimonio de cuando vio a Mario Giribaldi -otro desaparecido- y a Cecilio en el Penal de Varones y los alojaron en un pabellón distinto al que él se encontraba, y las versiones que recibió sobre las muertes de ambos. En el caso de Garay, manifestó que los presos eran retirados en un Peugeot 504 amarillo “que siempre manejaba Ramiro López”, y que un día antes de ser trasladado a la DIP; le entregó un poco de dinero y una campera a Cecilio “pensando que iba a pasar hambre y frío hasta que lo regresaran al Penal, hecho que nunca sucedió”.
En tanto, López, manifestó que luego del golpe de 1976, ingresó al penal “un contingente que fue repartido en tres pabellones, entre los que había detenidos legales e ilegales”. Señaló que allí reconoció a Cecilio Kamenetzky y Mario Giribaldi, “quienes luego fueron asesinados”. Agregó que “mientras estaba detenido escuchó decir a un militar a quién iban a matar porque tenían que cumplir con la ‘cuota’ y recorrían la lista de detenidos, refiriendo que la razón por la que mataron a Kamenetzky y Giribaldi fue porque el primero estaba más o menos legal, mientras que Giribaldi estaba en condición de “desaparecido”, debido a que estaba en distintos lugares de detención sin que nadie supiera dónde”.
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