13 de diciembre de 2010

MENDOZA: DOS FUNCIONARIOS DE JAQUE QUE LOGRARON SALVARSE DEL PRECIPICIO.

12 de Diciembre de 2010
Viven: la historia de dos funcionarios de Jaque que lograron salvarse del precipicio

Ivana Gonzalez / MDZ
Guillermo Carmona y Mario Adaro, los sobrevivientes mendocinos.
Guillermo Carmona y Mario Adaro estuvieron a punto de ser expulsados del gobierno esta semana, pero consiguieron retener sus cargos. Cómo lo lograron y cuáles son sus aspiraciones en 2011. Por qué sus rebeldías explican el "posjaquismo", lo que se viene en el PJ mendocino.
por Juan Carlos Albornoz
Lo que no mata, fortalece. Por eso están fortalecidos los dos funcionarios que esta semana superaron una nueva crisis interna en el gabinete de Celso Jaque, que amenazaba con dejarlos sin trabajo.

El secretario de Ambiente, Guillermo Carmona; y el ministro de Gobierno, Mario Adaro, tambalearon en sus cargos, pero no cayeron. Se sobrepusieron a la tormenta. Por el contrario, han sido ratificados por el gobernador Celso Jaque en sus puestos y ambos tienen aspiraciones políticas fuertes en 2011.

¿Cómo consiguieron sobrevivir? ¿Quiénes los ayudaron a mantenerse? ¿Qué ambiciones tienen para el futuro? Sus historias, si bien no son tan heroicas como la de los rugbiers uruguayos que escaparon de la muerte en la montaña, merecen ser conocidas y analizadas, pues revelan buenas dosis de valentía, amor propio y estrategia política.

El ejercicio también ayuda a vislumbrar cómo será el último tramo del gobierno de Jaque. Explican en qué consiste el "posjaquismo", una disputa abierta y acelerada en el peronismo mendocino que se acentúa camino a las elecciones. Y de la cual puede no estar a salvo la gestión de gobierno.

Adaro y su decisión de incomodar. El ministro de Gobierno logró hacerse conocido para el kirchnerismo nacional gracias a sus apariciones en el programa hiperoficialista “6, 7, 8” donde ha estado más de una vez para hablar del proceso por delitos de lesa humanidad que se sustancia en los tribunales federales de Mendoza. En ese roce mediático descubrió su modo de trascender.
Pero Adaro cruzó la línea la semana pasada cuando declaró públicamente que le daba “vergüenza” que el ex comisario Carlos Rico, calificado frecuentemente como un torturador por las víctimas del D2 pero aún sin un proceso judicial en su contra, haya formado parte del gobierno jaquista.

“El gobernador soy yo y Adaro es sólo un colaborador”, fue la frase que usó Jaque para desautorizar a su ministro de Gobierno al día siguiente, tras recalcar que no iba a emitir opinión sobre asuntos que estaba resolviendo la justicia.

Pero esta semana, a pesar de que Jaque lo mandó a callar públicamente, Adaro (que no trató el episodio a solas con el gobernador) ratificó que el paso de Rico por el Poder Ejecutivo le sigue dando vergüenza. El polémico comisario fue subsecretario de Seguridad durante la gestión como ministro de Juan Carlos Aguinaga, el primer hombre que eligió Jaque para combatir el delito.

“Dije lo que me parecía como militante, la mayoría de los testimonios en el juicio lo reconocen como miembro del D2”, afirmó Adaro, sin pudores. Apenas tuvo el cuidado de aclarar que el gobernador tuvo poca responsabilidad en su breve tránsito por la gestión, ya que Aguinaga ataba su continuidad como ministro a la del propio Rico.

El argumento es por lo menos dudoso: en la Vendimia de 2008, ante los primeros embates de organizaciones filokirchneristas para destronar a Rico del gobierno, Jaque vociferó que "la seguridad de los mendocinos no se negocia". Había algo más en la relación del gobernador con el comisario sospechado.

Elecciones internas: contra los intendentes. Pero Adaro no sólo se ha transformado en un funcionario que pone incómodo a Jaque por su exacerbada militancia de los derechos humanos. Esta semana, el funcionario también salió a exponer públicamente su postura respecto de las elecciones internas del año que viene, sin cuidarse de que ese pronunciamiento era contrario a las propuestas de los intendentes de su partido.

La rebeldía dejó en ese momento de ser un mero ejercicio histórico para convertirse en un verdadero desafío para los deseos de los caciques del justicialismo mendocino.

Adaro dijo y ratificó en estos días que esos comicios deberían realizarse en agosto de 2011, fecha prevista para las primarias abiertas por el gobierno nacional, a contra mano de los intendentes, quienes ya le hicieron conocer sus pretensiones a Jaque: quieren que las internas se realicen en Mendoza por separado, a más tardar en junio.
“Ellos (los intendentes) tienen una idea y yo otra”, dice el ministro palmirense, sin inmutarse por contradecirlos. Adaro resalta que el peronismo mendocino nunca acompañó a Kirchner en los anteriores procesos electorales internos, por lo cual 2011 representa una buena oportunidad para mimetizarse con el modelo.

“Hay que tener unidad operativa y electoral, en este momento tenemos que ayudar a Cristina”, agrega Adaro. Y deja en el final una sugerencia punzante: “No estaría de más una consulta al gobierno nacional por este tema”.

Una versión mendocina de “Colina”. En su construcción política, irritante para muchos compañeros, Adaro ha ido dejando atrás a uno de sus mentores, el líder sindical del Centro Empleados de Comercio, Guillermo Pereyra. Los ha cambiado por dirigentes de peso en la CGT nacional y con entrada fluídas a la Casa Rosada, como Julio Piumato, del sindicato de los empleados judiciales, con quien se familiarizó gracias a los juicios por los delitos de lesa humanidad en Mendoza.


Lo que insinúa a partir de planteos desafiantes para el conjunto del peronismo mendocino, es, quizás, el resultado de esos contactos con los popes sindicales cercanos a Cristina. Condicionado dentro del gobierno por el protagonismo de Alejandro Cazabán (el líder de la Línea Mendoza, que integra) y limitado fuera del Ejecutivo por los intendentes, que le marcan la cancha constantemente, el ministro se ha jugado a hacer la suya: dice que va a propiciar un armado "cristinista" en la provincia que capte algo más que el peronismo y que lo haga referente, a su manera, de una vertiente del oficialismo nacional.

“Tenemos la idea de hacer una versión mendocina de Colina”, suelta Adaro, a propósito de sus planes políticos para 2011. Y compara así su armado político a favor de la presidenta nada menos que con el movimiento de Alicia Kirchner, hermana del fallecido ex presidente Néstor Kirchner.

Los une el espanto, no el amor: en la aventura incluye nada menos que al secretario Carmona, con quien Adaro está organizando un acto kirchnerista de cierre del año que será convocado para el 21 o el 22 de este mes en la Asociación Mendocina de Box. Allí el funcionario aspira a reunir no sólo a justicialistas, sino a aliados de otros partidos y miembros de organizaciones sociales oficialistas, como La Cámpora y Tupac-Amaru.

La fecha del acto provincial depende de la reunión del Consejo Federal Justicialista, en la que la presidenta será ungida como jefa virtual del justicialismo a pesar de que Daniel Scioli es el heredero natural del partido tras la muerte de Néstor. Un día después de ese acto en Olivos, Adaro y Carmona lanzarían en Mendoza “una organización muy horizontal. Sin protagonismos y al servicio de cristina y del gobierno, que no se va a contraponer con los azules y la Línea Mendoza”, promete el ministro de Gobierno. Los codazos del posjaquismo son más que evidentes.

Los cuidados con Carmona. Si Jaque ha medido los efectos nocivos que podía tener echar al ministro que más habla de derechos humanos en Mendoza y que se muestra abiertamente "cristinista", con Carmona, el otro sobreviviente, tuvo otro tipo de cuidados.



El secretario de Ambiente ha sabido construir su propia red de aliados en el gobierno y varios municipios. Tiene un pie en el cuarto piso, a través del subsecretario de gestión pública, Alberto Gurruchaga. En tanto que su subsecretario de Recursos renovables, Daniel Gómez, le ha generado adhesiones en un sector sorprendente para la política: los guardaparques de la provincia son "carmonistas".

En esta incipiente estructura oficialista se apoyó para lanzar antes que nadie su precandidatura a gobernador de la provincia en 2011, como parte de la resquebrajada Línea Mendoza que controla el Chiqui Cazabán.

Carmona fue uno de los oradores en el ya lejano lanzamiento de la línea jaquista del PJ. Pero más cerca en el tiempo, demostró que "habla con todos": fue uno de los invitados a la cena de fin de año que organizó el Chueco Mazzón en Buenos Aires. Nadie consigue asiento en semejante tertulia si no cuenta con influencias o es bien considerado por el maxi operador de la Casa Rosada.

Nadie subestima a Carmona en el justicialismo, a pesar de su aspecto de hosco peleador solitario. El daño que podía hacerle a nivel interno a Jaque (con quien compitió en la interna para gobernador del 2007) debió pesar en la reunión a solas que mantuvieron el gobernador y el funcionario el martes, cuando en el gobierno soplaban a gritos que el funcionario sería echado, pero esto al final quedó en sólo "un intercambio de opiniones sobre la minería", según la explicación del secretario de Ambiente.

Aunque los temores (oficiales y privados) a que se radicalizaran las protestas en Mendoza contra la actividad minera con la ida de Carmona también tuvieron que ver en la decisión.

Carmona y Adaro, dueños de su destino. La supervivencia de Carmona en el Gobierno de todos modos es más difícil que la del ministro Adaro. Con su férreo control, visto como obstaculizante, del proyecto minero San Jorge en Uspallata, el secretario de Ambiente está al filo de pararse contra una actividad económica que promueve no sólo Jaque, sino la propia Cristina de Kirchner.


La presidenta le dio esta semana un empujón muy importante a la explotación minera, más allá de resaltar que hay que evitar la contaminación. Ese acto le marca la cancha al secretario kirchnerista, que no puede salirse de ese esquema político-económico.

Todos los ojos están puestos sobre su manejo del expediente San Jorge y el gobernador lo emplazó a aprobarlo hace 10 días. Aunque el liderazgo que ejerce el gobernador es ambigüo y ha demostrado que, en su gabinete, nadie más que sus ministros son dueños de su destino.
Fuente:Mdzol.com                             

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