18 de junio de 2011

LA PLATA: LA TITULAR DE MADRES DE PLAZA DE MAYO RECIBIÓ EL PREMIO RODOLFO WALSH.

Emotivo acto con la participación de víctor hugo morales
Hebe fue distinguida en La Plata y dijo que tiene la conciencia tranquila
Publicado el 18 de Junio de 2011
La titular de Madres de Plaza de Mayo recibió el premio Rodolfo Walsh en la Universidad de La Plata por su aporte a la comunicación y los Derechos Humanos. “En estos días descubrí todo lo que hice en los últimos años”, advirtió.

En el contexto más difícil de su trayectoria pública, mientras la justicia investiga el presunto desvío de fondos en la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini recibió ayer el premio Rodolfo Walsh en la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata. Cargado de emoción, el acto se convirtió en un desagravio a la figura de Hebe. De pañuelo blanco, con su rostro endurecido, la titular de Madres recibió el galardón de manos del periodista Víctor Hugo Morales. En su discurso, el Víctor Hugo recordó que Walsh fue el autor de Carta Abierta de un escritor a la dictadura militar. “¿Cuántos, de todos los periodistas que ejercemos la profesión, hubiésemos firmado esa carta? Conozco a muy pocas personas que se hubieran animado a hacerlo, y Hebe es una de ellas.” dijo el uruguayo.
Hebe fue recibida por la decana de la facultad, Florencia Staintout, en un aula atestada de gente donde se veían pañuelos y banderas de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Víctor Hugo presentó a Hebe como un paradigma de la verdad, como una de las pocas voces que contaban lo que pasaba en la dictadura. “Hebe fue la gran periodista de la época. Hay mucha más verdad en ella que en muchos periodistas de estos tiempos”, aseguró el periodista. El oriental se refirió a la personalidad de la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. La definió como una “dulcísima mujer, con mucha ternura, transparencia y sinceridad”, una faceta que no muchos conocen, pero también la describió como “una topadora, una luchadora que va al frente” que muchas veces cae en “la desmesura”.
En la apertura, la decana había dicho que con el premio se buscaba homenajear a todas las Madres. La aclaración fue muy aplaudida en las primeras filas, donde se habían ubicado las compañeras de Hebe en la Asociación. Tras recibir la plaqueta recordatoria y posar para los fotógrafos en una sucesión de flashes, la titular de Madres improvisó un discurso por pedido de Víctor Hugo. Estaba visiblemente emocionada. “No sé cuántas palabras se pueden decir cuando (en los medios) se dicen tantas cosas de uno. En estos días he descubierto todas las cosas que hice en los últimos años”, comenzó con tono irónico. Era su forma de referirse a la cobertura periodística de la investigación judicial sobre los hermanos Schoklender. “Tengo la conciencia tranquila”, subrayó luego.
Hebe destacó el aporte que significó la “socialización de la maternidad”, como ella define a la decisión de no pelear exclusivamente por sus hijos biológicos secuestrados. El paso siguiente fue considerar a todos los desaparecidos como “hijos”. “Nadie sabe cuántos hijos desaparecidos tuve y cómo se llamaban, ¿vieron? Porque todos eran nuestros hijos, no importa cómo se llamaban o de qué organización eran”, contó ante un respetuoso silencio. Y entonces llegó el momento más conmovedor del acto. Tras elogiar a Walsh, Hebe tomó un papel y leyó la carta que escribió el escritor cuando se enteró de la muerte de su hija María Victoria. La hija de Walsh cayó en un combate contra un grupo de tareas de las FF AA, el 29 de septiembre de 1976, en una casa de Yerbal y Del Corro, en Floresta.
La titular de Madres comentó que el texto de Walsh se llamaba “Carta a Vicky” y que había sido escrito en la clandestinidad (“en las catacumbas”, fue su expresión). “El día que te mataron cumpliste 26 años. Los últimos fueron muy duros para vos. Me gustaría verte sonreír una vez más”, leyó Hebe en voz alta. Mientras leía ese párrafo no pudo evitar quebrarse. Hizo silencio, se recompuso y recién entonces pudo seguir. “No podré despedirme, vos sabés por qué. Nosotros morimos perseguidos, en la oscuridad. El verdadero cementerio es la memoria”, siguió Hebe. El auditorio la acompañó con cantitos. “Che gorila/ che gorila/ no te lo decimos más/ si las tocan a las Madres/ qué quilombo se va a armar”, fue la consigna más escuchada.
Fuente:TiempoArgentino

Opinión
Las Madres y Rodolfo Walsh
Publicado el 18 de Junio de 2011
Por Demetrio Iramain Director de la revista Sueños Compartidos.
El premio Rodolfo Walsh a las Madres de Plaza de Mayo, concedido en la persona de Hebe de Bonafini, y en reconocimiento a la organización que ella preside desde 1979, destaca una trayectoria de 34 años de entrega apasionada por la comunicación, la libertad y la superación del hombre y la mujer contemporáneos. Es inaceptable que el mérito de las Madres para recibir este galardón quiera ser desvirtuado por las últimas15 portadas del diario Clarín.
La marcha en Plaza de Mayo y el pañuelo blanco fueron las primeras herramientas de comunicación forjadas por las Madres en pleno horror dictatorial, para conjurar la censura con que las trataba el régimen. Esas armas fueron sostenidas hasta hoy, y ampliadas a múltiples soportes. Quienes impugnan la cualidad de Hebe para recibir el premio, seguramente desconocen sus formidables entrevistas a personajes de nuestra cultura en su revista Sueños Compartidos, ni han oído su estilo personalísimo y muy efectivo en la conducción de Pariendo Sueños, su ciclo radial en la AM530.
El recuerdo de aquel hombre que durante su vida encaró una lucha desigual contra un enemigo criminal y poderoso, desde una trinchera montada en su máquina de escribir; que fue orgánico y aceptó formar parte de una estructura política alzada en armas, a pesar de no conducirla y con la cual discrepó internamente; que dio valientemente un ejemplo de ética profesional, de coraje cívico y de actitud militante, no puede pertenecer sólo a quienes portan su mismo apellido.
El ejemplo de Walsh no es un título de nobleza. Sus herederos de sangre podrán disponer con soberanía de los derechos de autor de sus obras, pero no del sentimiento que inspira una vida entregada generosamente a los demás, cuyo último acto lo hizo “sin la esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso asumido hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles”.
Las Madres de Plaza de Mayo, que durante su recorrido ideológico-político arribaron al concepto de “socialización de la maternidad”, a la reivindicación de todos los hijos e hijas desaparecidos, sin distinción alguna por pertenencia tal o cual organización u opción partidaria; que pasaron del reclamo individual a la lucha colectiva, se reconocen, ahora, y hace ya varios años, “Madres de todos los desaparecidos”. También de Rodolfo Walsh. Los une una ligadura mucho más inquebrantable que el vínculo filial: su amor al pueblo, su pertenencia a la clase trabajadora, su común sueño de comunicación en libertad y socialismo.
Fuente:TiempoArgentino

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