21 de abril de 2012

NEUQUÉN: Gladis Sepúlveda declaró que reconoció al desaparecido Carlos Schedan durante su detención.

El juicio 
Gladis Sepúlveda declaró que reconoció al desaparecido Carlos Schedan durante su detención 
apdh ⋅ abril 20, 2012 
La testigo reconoció que vio a Carlos Schedan en la U9 de Neuquén. Schedan, quien permanece desaparecido, fue detenido por la policía en su lugar de trabajo en 1976. Hubo varias intervenciones por parte de los abogados defensores y de la querella en los que el Tribunal debió intervenir.

Foto Sindicato de Prensa (Oscar Livera)

La empleada de la Universidad Nacional del Comahue Gladis Sepúlveda -que declaró el jueves 19 de abril por la mañana-, estudiante de la carrera de Servicio Social en 1976, relató que conoció a Virginia Recchia, esposa de Schedan, en la cárcel de La Floresta (Bahía Blanca) en setiembre del 76. Le comentó que a su hija la había dejado con una vecina y le describió cómo era su marido secuestrado y cómo vestía, lo que le permitió a Gladis reconocerlo como uno de hombres que estaba en la U9 también detenido y que fue trasladado junto con ella desde Neuquén al centro clandestino de Bahía.
El 11 de junio de 1976 un grupo comando atacó la casa de los padres de Sepúlveda, a quienes detuvo e incomunicó durante dos días junto a sus hermanos y su abuela de 78 años. La mujer era alumna de la carrera de Servicio Social y como no estaba en su casa, dejaron una guardia policial en su domicilio y al resto de la familia encerrada.
A los tres días, acompañada de su madre y el cura párroco de Cipolletti, se entregó en la comisaría de esa ciudad. Allí fue interrogada y le confirmaron que fue detenida por orden del V Cuerpo de Ejército para solicitar datos sobre otros estudiantes detenidos-desaparecidos. El 15 de ese mes fue trasladada con los ojos vendados a la Unidad de Detención 9 de Neuquén donde le hicieron firmar una libertad que no llegó, porque horas más tarde fue trasladada a Bahía Blanca. En “La Escuelita” de Bahía identificó a Susana Mujica, Alicia Pifarré, Cecilia Vecchi y Mirta Tronelli. También dijo que “reconocí a Mónica Morán porque era alumna de la Universidad y hacía teatro. A ella la sacaron con mucha violencia e insultos”. Dijo que “teníamos algo en la cabeza que nos decía si nos iban a matar o no”. Sepúlveda, de 60 años, declaró que reconoció a otros sobrevivientes en La Floresta , entre otros a María Emilia Salto, Laura Manso, Virginia Recchia y Graciela Juliá.
Luego relató su traslado al penal de Devoto, donde estaban en cada pabellón se agolpaban entre 50 y 60 personas. En agosto del 79, tras pasar por varios meses por “la calesita”, como se describía al cambio continuo de celdas de los presos, de un pabellón a otro, de unas celdas a otras de a tres o cuatro para desalentar los vínculos entre ellos, se pudo exiliar a Alemania.
Antes de finalizar su declaración, Sepúlveda pidió “un agradecimiento al ex presidente Néstor Kirchner y a la actual presidenta, Cristina Fernández, por haber permitido llevar adelante los Juicios por la Verdad y la Justicia y a los organismos de derechos humanos” y dirigiéndose al tribunal solicitó “justicia, en nombre de los compañeros desaparecidos”. Se retiró ovacionada de la sala de audiencias.
Pasado el mediodía se presentó Élida Sifuentes quien dijo sobre Virgina Recchia que “la conocí en la cárcel, no la conocía de antes, estuvimos poco tiempo, no llegamos a establecer un contacto, estábamos en la cárcel de La Floresta, estaba muy atemorizada”.
Al salir de la sala de audiencias, Sifuentes dijo que “estaba muy tranquila, me sentí muy apoyada por colegas y familiares” y se lamentó de la ausencia de “los compañeros que jamás van a poder dar testimonio de lo vivido”. Sifuentes confesó que “estamos hablando de la verdad, si hubo detenciones y represión fue contra todos aquellos que estábamos organizados por la transformación de un mundo más justo, fuimos reprimidos por pensar como pensábamos”. Sobre la ausencia de los imputados, opinó que “hubiera preferido que estuvieran, aunque no es nada sorprendente”.
Imputados ausentes 
Estuvieron ausentes nuevamente la mayoría de los imputados en el salón de AMUC. Desde el Consejo de la Magistratura, en Buenos Aires, el represor Oscar Reinhold pidió por teleconferencia ser trasladado a una sala contigua y ya no presenciará el juicio. Lo mismo ocurrió después con José Ricardo Luera, por lo que sólo se verá por la pantalla, desde Bahía Blanca, al ex interventor de la policía neuquina, el militar Osvaldo Laruella Crippa.
Las audiencias testimoniales continuaron esta mañana con una declaración anulada de Roberto Oscar Soria, médico policial que atendió a Virginia Recchia cuando ésta ingresó a la sede policial después de haber sido interrogada y torturada en el centro clandestino de detención La Escuelita.
Soria, de 70 años, quien declaró por el caso de la detención y tortura de Virginia Recchia, se desempeñaba dentro del departamento de Sanidad de la Policía de Neuquén y quedó al borde del falso testimonio al contradecir sus dichos con las declaraciones formuladas en 2007. Soria declaró que recordaba haber atendido a personas atadas de pies y manos o con marcas en las manos, y ante una pregunta de la querella respondió que en 24 años de profesión no atendió a personas torturadas con picana eléctrica.
Según figura en el expediente, era uno de los médicos que pudo haber recibido a los secuestrados que eran traídos de la tortura y reingresados a la U9, mientras que específicamente se lo citó por el caso Recchia porque la atendió en la alcaidía de Neuquén cuando venía desmayada de una sesión tortuosa.
El abogado Marcelo Hertzriken Velazco pidió que Soria sea detenido por reticente y el Tribunal resolvió finalizar el testimonio porque estaría “autoincriminándose”. Soria aseguró ante los jueces que ante cualquier tipo de atención médica se extendía un certificado con firma y sello y se dejaba asentado en un libro de actas, pero no reconoció ni recordó el nombre de Viriginia Recchia. El doctor dijo que, en el ámbito médico, Hilarión de la Paz Sosa “era una persona normal” y lo describió “como un colega con el que trabajamos juntos”.
Fuente: Sindicato de Prensa
Fuente:APDHNeuquén

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