17 de abril de 2013

CATAMARCA: Wikileaks difundió cables secretos de la Masacre de Capilla del Rosario, 11 y 12 de agosto de 1974 - El respaldo de EEUU a los militares, antes de la muerte de Peron‏.

La organización accedió a los polémicos “Cables de Kissinger” 
Wikileaks difundió cables secretos de la “Masacre de Capilla del Rosario” 
En dos comunicados, uno de “uso limitado oficial” y otro confidencial, se revelan detalles sobre el enfrentamiento armado. 

Wikileaks, la organización mediática mundial creada por el australiano Julian Assange en 2006, publicó en los primeros días de abril un conjunto de documentos referidos a la “Masacre de Capilla del Rosario” en el marco de una nueva serie de documentos confidenciales ahora desclasificados conocidos como The Kissinger Cables -Los Cables Kissinger-, todos correspondientes al período 1793-1976. 

Estos documentos, a los que El Esquiú.com pudo acceder en forma exclusiva, brindan nuevos detalles sobre el brutal enfrentamiento que terminó con la vida de 14 guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo, encabezado en forma general en la década de 1970 por el santiagueño Mario Roberto Santucho, y particularmente en el intento de ataque al 17º Regimiento de Infantería Aerotransportada por Hugo Irurzún, también conocido como Capitán Santiago. 

De los cables que mencionan el intento de ataque a las instalaciones del Regimiento por parte del ERP, uno permaneció en carácter “confidencial” desde el 13 de agosto de 1974 hasta junio de 2005, cuando finalmente fue desclasificado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Si bien la “oficina de origen” de los cables permanece desconocida hasta el momento, se estima que los mismos podrían haber sido enviados desde la Embajada norteamericana en Buenos Aires a la Agencia de Inteligencia de Defensa, el Comandante en Jefe del Comando Sur, y el Departamento de Estado. 

Los cables 
Tras conocerse el enfrentamiento armado en inmediaciones de la Capilla del Rosario, en el departamento Fray Mamerto Esquiú, un primer cable de “uso oficial limitado” fechado 13 de agosto de 1974 a las 12, fue enviado desde Buenos Aires a los ya citados destinatarios con las primeras informaciones sobre el ataque al Regimiento catamarqueño y la exitosa avanzada del ERP en la planta de fabricaciones militares de Villa María, en Córdoba. 

En el mismo se da cuenta de las conocidas circunstancias en que los comandos del ERP fueron descubiertos por un ciclista que vio movimientos extraños de personas vistiéndose con uniformes militares. 

En uno de los comentarios al pie de página del cable, el anotador explica que el ataque al Regimiento “seguramente provocará una respuesta por parte del GOA -Gobierno de Argentina- enfocándose en los ‘terroristas’ e izquierdistas esperándose más capturas en las próximas horas”. 

El texto detalla además el entusiasmo de las Fuerzas Armadas tras el desmantelamiento de la operación aunque “deja expuesto cuán lejos necesita llegar el Gobierno para protegerse adecuadamente de los ataques del ERP que minan la moral pública”. 

El segundo cable, catalogado como confidencial, da cuenta de la participación de las Policías Provincial -dirigida por el Teniente Coronel Anello -y Federal además de la ya conocida injerencia del Ejército, dirigido en la ocasión por el Coronel Cubas, y la utilización de armas de fuego y morteros de largo alcance para reducir la posición de los guerrilleros en los momentos previos al combate final. 

“Fuentes del Ejército están muy contentas con el desenlace del ‘incidente en Catamarca’ tanto militar como políticamente; si bien varios oficiales del Ejército temían que el Gobierno fallara en apoyar al Coronel Cubas, quien tomó la iniciativa de comenzar el enfrentamiento sin órdenes explícitas, los mismos exhibieron júbilo luego de conocerse las declaraciones del ministro de Defensa describiendo la acción como un ‘caso especial de necesidad’ bajo circunstancias únicas, contando con ‘todo el apoyo civil’”, detalla el tercer párrafo del cable.

No obstante, agrega el comunicado que “si bien el Coronel Cubas y las fuerzas que lideró durante el ataque jugaron un papel clave durante todo el enfrentamiento y momentos posteriores, el Ejército tratará de otorgar todo el crédito de la operación a la Policía ya que por razones políticas los militares no desean ser vistos como un factor de importancia esencial en el ‘incidente’”. 

Por otro lado, en el penúltimo párrafo del cable el comunicador explica que el Ejército da por descontado que el ERP responderá con algún “ataque espectacular” para reponer su imagen pública tras el “duro revés” en Catamarca. “El gigantesco complejo militar ubicado en el suburbio bonaerense de Belgrano es considerado como un posible objetivo y ya ha sido puesto en máxima alerta, además del estado de alerta vigente para todas las unidades y efectivos de la Policía Federal y Bomberos”, se explica en el cable confidencial. 

Por último, el comunicador desliza un nuevo comentario al final del cable preguntándose si “el ERP, que ahora está mutando de pequeñas unidades a operaciones mayores combinadas, permanecerá en la clandestinidad total ‘lamiéndose las heridas’ o si intentará operaciones a gran escala con la esperanza de restablecer el ‘mito de la invulnerabilidad’”. 

Kissinger 
Henry Kissinger, a quien se estima llegaban todos los cables informativos desde la Embajada de Buenos Aires, ganó el Premio Nobel de la Paz en 1973 y se desempeñó como secretario de Estado de Richard Nixon y Gerald Ford, jugando un papel preponderante en la política exterior de Estados Unidos entre 1969 y 1977. Un conocido Wikileak le atribuye la frase “si es ilegal, se hace de inmediato, si es anticonstitucional, llevará un poco de tiempo”. 

Además, archivos desclasificados Archivo Nacional de Seguridad de los Estados Unidos confimaron su aceptación e instigación de la “guerra sucia” y el “terrorismo de Estado” en los momentos iniciales del Proceso de Reorganización Nacional. 

Una de las operaciones mundialmente conocidas que se estima fue directamente ideada por Kissinger en un intento por mantener a Latinoamérica libre de ideas de izquierda es el Plan Cóndor; el mismo estipulaba una seria coordinación de procedimientos entre todos los gobiernos dictatoriales de América del Sur y la CIA con un código de detención e interrogatorios con apremios psicofísicos -llegando incluso a traslados internacionales o la desaparición directa- de personas que fueran catalogadas en base a estudios previos como subsversivas u opositoras a la dictadura instaurada. 

En base a esta información y otros documentos filtrados o desclasificados, varias iniciativas se han presentado para que se le retire el Nobel por considerarlo instigador de genocidios sistemáticos. 
Diego Moreno.-

6 de mayo, el juicio 
El próximo 6 de mayo iniciará en el Tribunal Oral Federal el juicio que se sigue contra Mario Nakagama, Carlos Eduardo del Valle Carrizo Salvadores y Jorge Exequiel Acosta como autores responsables de la muerte de los guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo. El proceso penal llega finalmente a un debate oral y público tras 31 años de espera por parte de familiares de los asesinados y asociaciones de Derechos Humanos. Cabe destacar que la investigación, tras ser finalizada por el Fiscal Federal Santos Reynoso, registró un pedido de nulidad presentado por el abogado Lucio Montero en base a la inconstitucionalidad de la imputación. Esta apelación fue rechazada por el juez Federal Ricardo Moreno y la causa fue enviada a juicio. El tribunal que juzgue a los imputados estará compuesto por Juan Carlos Reynaga, Gabriel Eduardo Casas y Carlos Enrique Jiménez Montilla 
Fuente: http://www.elesquiu.com 
Envío:Agnddhh

15.04.2013
Se desprende de una serie de cables de la diplomacia estadounidense, revelados por Wikileaks 
Antes de la muerte de Perón, EE UU ya había dado su respaldo a los militares 
En noviembre de 1973, Washington recomendó a su Embajada en Argentina estrechar vínculos con las Fuerzas Armadas, ante el posible fallecimiento del líder justicialista. Veían a los uniformados como "una de las pocas alternativas viables".
Por: Gerardo Aranguren y Javier Borelli 
Desde noviembre de 1973, ocho meses antes de la muerte de Juan Domingo Perón, la Cancillería estadounidense ya recomendaba estrechar vínculos con las Fuerzas Armadas ante una eventual sucesión del presidente argentino. Así lo asegura un documento secreto divulgado por la organización Wikileaks. Los cables de la diplomacia estadounidense develan el apoyo de Washington a la dictadura militar que se instaló en 1976, a la que consideraba la mejor opción ante "el clima de incertidumbre que amenaza a sus intereses en el país". Elaborado en el Departamento de Estado días después de que se conociera que Perón había tenido que ser atendido de urgencia a raíz de un edema pulmonar, el documento recomendaba: 

"Debemos esforzarnos por mantener un estrecho vínculo con los líderes militares clave en tanto representan una de las pocas alternativas institucionales viables a los peronistas." La complicación en el estado de salud del presidente había puesto en alerta al servicio exterior estadounidense que encontraba en Argentina a una "nación importante para la formulación e implementación de políticas hacia Latinoamérica".

El primero en reaccionar ante el cuadro de Perón había sido el embajador de Estados Unidos en Argentina, Robert Hill, quien el 21 de noviembre de 1973 redactó un cable "confidencial" al Departamento de Estado titulado "El serio estado de salud de Perón y sus posibles efectos".

Allí, señalaba que "aun si Perón se recupera, esta recaída en su estado de salud deja una nube sobre el futuro de su administración". También agregaba que, en caso de morir el líder, los militares quizá debieran tomar el control como "medida preventiva" a pesar de su "reticencia a asumir el gobierno de manera directa". Henry Kissinger, nombrado al frente del Servicio Exterior estadounidense apenas dos meses antes, encargó la elaboración de un "documento de contingencia" para circular entre las distintas agencias del país norteamericano en el que se planteaban los posibles escenarios ante la muerte del líder peronista y recomendaba líneas de acción. 

Recién envió el material al embajador en Argentina el 2 de julio del año siguiente, mientras en las calles el pueblo despedía al fundador del Partido Justicialista. El documento enfatizaba que "cualquier intervención en casi cualquier aspecto de la política interior de la Argentina requiere que Estados Unidos actúe con la mayor discreción y sensibilidad". 

En especial, remarcaba la importancia de no quedar "identificado" con las actividades represivas para "suprimir la subversión", para lo cual "el gobierno argentino (…) está formando unidades especiales de policías, personas del movimiento obrero y posiblemente de las Fuerzas Armadas a las que les dará libre acción". Además, concluía que "cualquier vínculo, no importa cuán tenue sea, de Estados Unidos con estas organizaciones casi legales puede traer serias repercusiones". Ante la muerte de Perón, el escenario más probable, según el Departamento de Estado, era que María Estela Martínez lo sucediera. 

De todos modos, anticipaban que le sería muy difícil controlar "las fuerzas centrífugas" que su esposo manejaba y podía ser posible que se produjera una escalada de la violencia. Ante ello, suponían que los militares "ganarían influencia detrás de escena" y "podrían realizar arrestos preventivos para evitar los problemas". Es en ese marco que se sugiere "mantener contacto cercano con líderes militares clave en tanto son representantes de una de las pocas alternativas institucionales viables a los peronistas".

El 8 de julio del '74, el embajador Hill responde que comparte el análisis del Departamento de Estado y hace unas pequeñas aclaraciones. Entre ellas, pone en duda la capacidad de Isabelita de ocupar la presidencia. En los meses subsiguientes, el representante estadounidense en Buenos Aires siguió la política de acercamiento a las Fuerzas Armadas, un hecho que queda de manifiesto en la creciente alusión a fuentes militares sin identificar en los cables intercambiados entre la delegación local y el Departamento de Estado. Para octubre de 1975, casi dos años después de aquella primera especulación, el análisis no había cambiado pero la posibilidad de un golpe se veía más próxima. Un cable titulado "La señora Perón no sigue el guión" así lo prueba. "La señora Perón está tratando de manejar el poder por sí misma y ha puesto a un lado a su asesor y al ministro del Interior Robledo.

Si esto continúa, los militares deberán organizar una movida contra ella antes de fin de año", aventuraba. El 18 de diciembre de ese año, Hill agregaba que "varios contactos militares que antes habían restado importancia a la posibilidad de un golpe" ahora lo veían como algo "inevitable". Sobre la fecha, precisaba que "la mayoría de los observadores esperan que los militares actúen antes de marzo". Si eso sucede, preveía, los uniformados "pueden tener que usar la fuerza" para controlar a la "extrema izquierda". 

Ante un golpe de Estado que consideraba inminente, Hill aprovechó sus contactos con los distintos actores políticos para conocer sus posiciones. Entre los cables de la embajada del período diciembre 1975 y marzo de 1976, representantes de los principales partidos, el movimiento obrero y la Iglesia pasearon por la sede diplomática, expresando su opinión y hasta dando su apoyo ante la eventualidad de un golpe . 

El 21 de febrero de 1976, un cable firmado por Hill informó de un encuentro con el titular de la Fuerza Aérea, Orlando Agosti, en el que este le preguntó por la postura de su país sobre la situación argentina. Allí, capciosamente, el embajador respondió que entendía que en Estados Unidos se compartía la línea planteada por Jorge Rafael Videla acerca de que "sólo la intervención militar podría manejar los problemas del país" y que, si eso sucediera, la política de su gobierno para reconocer a otros se basaba en "el efectivo ejercicio del poder y la asunción de las obligaciones internacionales".

La prueba de que Estados Unidos acompañaba la decisión militar quedó rubricada en un cable del 21 de abril de 1976, horas después de que el embajador asistiera a la Casa Rosada junto a sus pares de otros países para un encuentro formal con los integrantes de la Junta Militar. 

En ese documento, Hill destacó que Agosti se refirió a su encuentro previo de manera muy "jovial" y que, cuando se estaba retirando, Videla lo llamó aparte y le dijo: "Quiero agradecerle a usted y a su embajada por su comportamiento." 

H. Kissinger Servicio Exterior 
Fue quien pidió elaborar un "documento de contingencia" ante una posible muerte de Perón. 
Fuente:TiempoArgentino
Envío:Agnddhh

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