20 de abril de 2013

CHILE.

VIERNES, 19 DE ABRIL DE 2013
Cae ministro, en la mira el modelo educacional
Por Enrique Torres (PL) 
Líderes estudiantiles, profesores y otras voces en Chile coinciden en que, más allá de la destitución del ministro de Educación Harald Beyer por el Congreso, el país lo que necesita es cambiar el modelo en la enseñanza. 

"Este proceso, que termina con la destitución de Beyer, no es más que la manifestación clara de que nuestro sistema educacional está en una profunda crisis", expresó en una declaración el Colegio de Profesores, tras ser aprobada la acusación constitucional por el Senado. 

Según los profesores, la experiencia le debe servir al Gobierno para entender que el único camino posible es abordar los problemas de fondo que ha generado la educación de mercado, propiciar los cambios estructurales que se requieren y que con tanta urgencia piden estudiantes, maestros, organizaciones sociales y la ciudadanía en general. 

El Colegio reiteró que la educación en Chile es un negocio con el cual se lucra, desenfocado de la tarea social que le compete, y que en el caso de la enseñanza superior, existe un sistema desregulado que funciona más como un bien de consumo que como un derecho de todos los ciudadanos. 

Desde el gremio profesoral están conscientes de que la destitución de un ministro no es la solución del problema, y esperan que el episodio sirva para que el Gobierno se allane a tratar los grandes temas estructurales que afectan a la educación chilena. 

En ese sentido llamaron al Ejecutivo a conversar y establecer mesas de diálogo para escuchar las propuestas de todos los actores sociales a fin de enmendar de una vez el rumbo, que debe apuntar a la enseñanza como un derecho de todos. 

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) ha diagnosticado que "la educación chilena está influida por una ideología que da una importancia indebida a los mecanismos de mercado para mejorar la enseñanza y el aprendizaje. 

Por lo tanto, el intervencionismo activo del centro, está limitado por mecanismos de mercado". En gran medida, el rechazo a ese modelo ha sido el causante de las multitudinarias manifestaciones que desde 2011 inundaron la Alameda y varias avenidas de Santiago de Chile y otras ciudades, en reclamo de que finalice el lucro en la educación, práctica que por ley está prohibida en el país. 

"Se trata de que unos pocos empresarios se llenan los bolsillos con los sueños de miles de familias, precarizando la educación y, al final del día, haciendo de este espacio que debería ser inclusivo, una gran estafa a la mayoría de los chilenos más pobres", así describió la situación el exvocero de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) Gabriel Boric, en una reciente entrevista.

Lo cierto es que Chile mantiene en lo fundamental un sistema educativo que heredó de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990). 

El régimen golpista redujo a menos de la mitad las erogaciones públicas a la educación e incentivó los colegios privados. Con esa fórmula, las reformas establecieron en Chile uno de los sistemas educativos más desiguales y costosos del orbe, como dictaminó la OCDE.

La embestida de Pinochet en el sector provocó que solo un 40 por ciento de los estudiantes de secundaria en el país austral asista a colegios públicos gratuitos. Tal facilidad sigue siendo un anhelo en la enseñanza universitaria. En opinión del académico Patricio López, director del Observatorio de Políticas Educativas de la Universidad de Chile, a su país le sobra dinero para dar gratuidad universal a todos los niveles educativos, pero eso supone un replanteamiento del uso de los recursos nacionales. 

Desde las filas del estudiantado, varios dirigentes aplaudieron la destitución, pero manifestaron estar conscientes que con la caída de Beyer no quedaba sepultado el sistema. "Es, al menos, el fin simbólico del lucro", consideró Diego Vela, uno de los voceros de la Confech, quien consideró que "ahora es necesario avanzar hacia su total término". 

Otro directivo de esa organización, Andrés Fielbaum, quien preside la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, insistió en que "sacar a Beyer con una mano, y con la otra aprobar su agenda legislativa pro lucro, de nada sirve". 

Por su parte, la emblemática exdirigente estudiantil Camila Vallejo escribió en su cuenta de Twitter que la destitución del ministro refleja que hay una ciudadanía mucho más empoderada que exige fiscalizar y terminar con el lucro. Desde el Palacio de La Moneda, el presidente Sebastián Piñera, consideró que "una pequeña mayoría en el Senado cometió una inmensa injusticia".

Según el mandatario, fueron injustos los argumentos en que se basó la acusación, en su opinión "profundamente reñidos con la letra y el espíritu de la Constitución". Beyer, el tercer ministro de Educación de la administración Piñera, fue destituido por abandonar sus deberes en el enfrentamiento al lucro en la enseñanza, sanción que le prohíbe ejercer por cinco años cualquier cargo público, pese a que no recaigan sobre él la imputación de un delito y un juicio penal.
Fuente:Argenpress

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