En los diálogos de La Habana entre el gobierno de Colombia y las FARC-EP se inicia el debate sobre el segundo punto de la agenda, la reforma política. Y tal como sucedió al comienzo el gobierno intenta reducir los acuerdos a su mínima expresión mientras la insurgencia guerrillera por su parte busca darles el mayor alcance posible.
Santos hace una interpretación muy restrictiva de la reforma política que en la práctica se reduce a garantizar a la guerrilla la participación electoral sin cambiar las reglas de juego mientras la guerrilla propone aprovechar la ocasión para emprender cambios de mucho mayor alcance. En realidad, se repite el escenario inicial cuando se trató el primer punto de la agenda, con posiciones muy encontradas pero que al final -como todo parece indicar- no impidieron un acuerdo básico sobre la cuestión rural. Un comportamiento éste bastante normal que tiene sin embargo un referente mayor, imposible de ignorar: ninguna de las partes está (al menos por ahora) en condiciones de derrotar a la otra. Esta es sin duda la base que da sentido a los diálogos y determina los alcances reales que puede alcanzar el posible acuerdo.
Por supuesto, también intervienen la capacidad de negociar, la habilidad para gestionar las propias fuerzas y la inteligencia para no perder en la mesa de conversaciones aquello que cada cual cree haber ganado en el campo de batalla. Un campo de batalla que en manera alguna se limita a lo estrictamente bélicos como se pone de manifiesto en la actual coyuntura en la cual más que los aciertos militares resulta decisiva la gestión política del proceso. En este sentido, las opiniones más generosas otorgan hasta ahora un empate a gobierno y guerrilla; pero no falta quien enfatice en la gran victoria política que representa para las FARC-EP ser aceptada -de hecho- como interlocutor válido por el gobierno (a pesar de su insistencia en la versión oficial que califica a los insurgentes como simples “terroristas”).
Si el debate sobre la reforma política discurre con la misma dinámica constructiva que ha predominado hasta ahora lo normal sería que se produzca un acercamiento de posiciones que satisfaga a ambas partes. Al parecer, el punto más controvertible se refiere ahora al mecanismo para refrendar los acuerdos (como antes lo fue el modelo económico, intocable para el gobierno pero que de hecho sufriría cambios nada desdeñables a juzgar por lo supuestamente ya acordado). Por el momento no se ve cuál podría ser la fórmula aceptable que no sea ni el simple referendo que propone la delegación gubernamental ni la asamblea constituyente solicitada por la insurgencia y varios movimientos sociales. Quizás sería más factible buscar por ahora coincidencias en los contenidos de la reforma que en los mecanismos de refrendación; quizás lo uno contribuya a despejar lo otro.
La propuesta de la insurgencia sobre la reforma política supone sin duda una revisión radical del ordenamiento jurídico y de las relaciones políticas en general que van mucho más allá de retoques en el sistema electoral para permitir su transformación en un partido político legal (que en en esencia la propuesta del gobierno). De todas formas el gobierno tendría que acometer una reforma radical del actual sistema electoral dada su naturaleza corrupta, primitiva y excluyente. Aceptar sin más el actual orden de cosas es solicitar demasiado a los insurgentes que tienen sólidas razones para no optar por una salida tan restringida y ciertamente peligrosa (la experiencia del exterminio de la Unión Patriótica es un argumento contundente que avala sin duda los temores de la guerrilla).
El gobierno tendría que - en primer lugar y sin demoras- desmantelar efectivamente cualquier manifestación de guerra sucia y terrorismo de estado, prácticas que afectan no solo a la insurgencia sino a los movimientos sociales y a la oposición política legal. Paramilitarismo y militarismo son realidades innegables; sin cambios en relación al pasado se mantienen hoy como política oficial las estrategias de la “seguridad nacional” y del “enemigo interno”, algo impensable en un estado de derecho y en una sociedad civilizada. Nada efectivo se ha hecho hasta ahora por parte de las autoridades para eliminar las huestes paramilitares y limitar el papel de los cuarteles de forma que no resulten envenenando una convivencia ciudadana moderna y sobre todo democrática.
También sería indispensable un cambio radical en la política penitenciaria, denunciada por muchas voces como un sistema de exterminio de la oposición armada y social y como un modo cruel e inhumano de tratar el problema de la delincuencia común. Razones no faltan, tal como lo ponen de presente informes independientes de toda solvencia y hasta instituciones del mismo estado. Tampoco tiene alcances una reforma del sistema político que no emprenda una reestructuración a fondo del sistema judicial del país, altamente desprestigiado e impregnado de un repugnante tufo de justicia de clase a niveles de escándalo. No sería todo lo que piden los insurgentes pero sin duda que contribuirían mucho a acercar posiciones.
Reformar y modernizar la estructura del estado y el tejido político en general puede adelantarse probablemente sin necesidad de elaborar una nueva carta constitucional pero es igualmente cierto que no es posible hablar de reforma si -como pretende el gobierno- se mantienen pilares básicos de lo institucional que para los insurgentes son trampas mortales en las cuales no están en disposición de entrar (motivos no les faltan). ¿Someterse a un sistema de justicia como el actual que hasta destacadas voces del mismo establecimiento reconocen como corrupto e ineficiente en extremo? (más de un 90% de impunidad registrada). ¿Aceptar sin más un sistema electoral tramposo?.
Alcanzar coincidencias sobre los contenidos de la reforma permitiría acaso avanzar hacia un acuerdo en la manera de refrendar lo acordado. Una solución que satisfaga a ambas partes podría consistir en la garantía cierta que den las autoridades a los alzados en armas de que determinadas reformas parciales darán plenas garantías para seguir avanzando en el propósito de reformar a fondo la estructura del estado (que es como entienden los insurgentes la necesaria reforma política).
Santos hace una interpretación muy restrictiva de la reforma política que en la práctica se reduce a garantizar a la guerrilla la participación electoral sin cambiar las reglas de juego mientras la guerrilla propone aprovechar la ocasión para emprender cambios de mucho mayor alcance. En realidad, se repite el escenario inicial cuando se trató el primer punto de la agenda, con posiciones muy encontradas pero que al final -como todo parece indicar- no impidieron un acuerdo básico sobre la cuestión rural. Un comportamiento éste bastante normal que tiene sin embargo un referente mayor, imposible de ignorar: ninguna de las partes está (al menos por ahora) en condiciones de derrotar a la otra. Esta es sin duda la base que da sentido a los diálogos y determina los alcances reales que puede alcanzar el posible acuerdo.
Por supuesto, también intervienen la capacidad de negociar, la habilidad para gestionar las propias fuerzas y la inteligencia para no perder en la mesa de conversaciones aquello que cada cual cree haber ganado en el campo de batalla. Un campo de batalla que en manera alguna se limita a lo estrictamente bélicos como se pone de manifiesto en la actual coyuntura en la cual más que los aciertos militares resulta decisiva la gestión política del proceso. En este sentido, las opiniones más generosas otorgan hasta ahora un empate a gobierno y guerrilla; pero no falta quien enfatice en la gran victoria política que representa para las FARC-EP ser aceptada -de hecho- como interlocutor válido por el gobierno (a pesar de su insistencia en la versión oficial que califica a los insurgentes como simples “terroristas”).
Si el debate sobre la reforma política discurre con la misma dinámica constructiva que ha predominado hasta ahora lo normal sería que se produzca un acercamiento de posiciones que satisfaga a ambas partes. Al parecer, el punto más controvertible se refiere ahora al mecanismo para refrendar los acuerdos (como antes lo fue el modelo económico, intocable para el gobierno pero que de hecho sufriría cambios nada desdeñables a juzgar por lo supuestamente ya acordado). Por el momento no se ve cuál podría ser la fórmula aceptable que no sea ni el simple referendo que propone la delegación gubernamental ni la asamblea constituyente solicitada por la insurgencia y varios movimientos sociales. Quizás sería más factible buscar por ahora coincidencias en los contenidos de la reforma que en los mecanismos de refrendación; quizás lo uno contribuya a despejar lo otro.
La propuesta de la insurgencia sobre la reforma política supone sin duda una revisión radical del ordenamiento jurídico y de las relaciones políticas en general que van mucho más allá de retoques en el sistema electoral para permitir su transformación en un partido político legal (que en en esencia la propuesta del gobierno). De todas formas el gobierno tendría que acometer una reforma radical del actual sistema electoral dada su naturaleza corrupta, primitiva y excluyente. Aceptar sin más el actual orden de cosas es solicitar demasiado a los insurgentes que tienen sólidas razones para no optar por una salida tan restringida y ciertamente peligrosa (la experiencia del exterminio de la Unión Patriótica es un argumento contundente que avala sin duda los temores de la guerrilla).
El gobierno tendría que - en primer lugar y sin demoras- desmantelar efectivamente cualquier manifestación de guerra sucia y terrorismo de estado, prácticas que afectan no solo a la insurgencia sino a los movimientos sociales y a la oposición política legal. Paramilitarismo y militarismo son realidades innegables; sin cambios en relación al pasado se mantienen hoy como política oficial las estrategias de la “seguridad nacional” y del “enemigo interno”, algo impensable en un estado de derecho y en una sociedad civilizada. Nada efectivo se ha hecho hasta ahora por parte de las autoridades para eliminar las huestes paramilitares y limitar el papel de los cuarteles de forma que no resulten envenenando una convivencia ciudadana moderna y sobre todo democrática.
También sería indispensable un cambio radical en la política penitenciaria, denunciada por muchas voces como un sistema de exterminio de la oposición armada y social y como un modo cruel e inhumano de tratar el problema de la delincuencia común. Razones no faltan, tal como lo ponen de presente informes independientes de toda solvencia y hasta instituciones del mismo estado. Tampoco tiene alcances una reforma del sistema político que no emprenda una reestructuración a fondo del sistema judicial del país, altamente desprestigiado e impregnado de un repugnante tufo de justicia de clase a niveles de escándalo. No sería todo lo que piden los insurgentes pero sin duda que contribuirían mucho a acercar posiciones.
Reformar y modernizar la estructura del estado y el tejido político en general puede adelantarse probablemente sin necesidad de elaborar una nueva carta constitucional pero es igualmente cierto que no es posible hablar de reforma si -como pretende el gobierno- se mantienen pilares básicos de lo institucional que para los insurgentes son trampas mortales en las cuales no están en disposición de entrar (motivos no les faltan). ¿Someterse a un sistema de justicia como el actual que hasta destacadas voces del mismo establecimiento reconocen como corrupto e ineficiente en extremo? (más de un 90% de impunidad registrada). ¿Aceptar sin más un sistema electoral tramposo?.
Alcanzar coincidencias sobre los contenidos de la reforma permitiría acaso avanzar hacia un acuerdo en la manera de refrendar lo acordado. Una solución que satisfaga a ambas partes podría consistir en la garantía cierta que den las autoridades a los alzados en armas de que determinadas reformas parciales darán plenas garantías para seguir avanzando en el propósito de reformar a fondo la estructura del estado (que es como entienden los insurgentes la necesaria reforma política).
¿Cuál es el mensaje que envía al Pueblo trabajador colombiano, la oligarquía militarista aliada del Imperialismo gringo, que toda Unida, acaba de aprobar contra viento y marea, en medio de un proceso de paz y de una resistencia comunitaria tan tenaz como la del Catatumbo, la rechazada ley feudal del Fuero Militar, en especial, el haber convertido a la población civil en “banco legítimo”?
La respuesta es obvia: Ganar la guerra contra el enemigo interno, como llaman verdaderamente a la población civil, o como Uribe Vélez lo gritaba: “a los guerrilleros vestidos de civil”. Pero miremos algunos aspectos de su “contexto”:
1 - La primera consideración que se debe hacer es que, históricamente, (desde fines del siglo XIX) Colombia adquirió para los intereses del Imperialismo Norteamericano en expansión ilimitada, un valor Geo-estratégico inusitado que lejos de haber disminuido ha ido aumentando en la medida que el desarrollo capitalista de su complejo militar- industrial-financiero y el neoliberalismo, han demandado nuevas materias primas de las cuales carecen y al contrario yacen abundantes en nuestras montañas y selvas. Pero además, en la lucha a muerte inter-imperialista por la Hegemonía y control de regiones enteras de Nuestramérica; Colombia se convirtió en una mega-base militar de altísima tecnología con varios anillos de bases satélites, desde la cual se dominó toda Centroamérica y el Caribe, y toda la región Andino-Amazónica hasta la Patagonia.
2 - En este proceso, y a partir de la implementación del Plan Colombia (paralelo al proceso de paz del Caguán) el ejército colombiano, absorbiendo a la Policía Nacional como una división contrainsurgente más, se convirtió en una fuerza descomunal de medio millón de hombres armados que consumen el 6% del Producto Interno Bruto (PIB) colombiano, logrando generalizar por todo el territorio del país un cuerpo considerable de narco-para-militares y aglutinar con ellos (como burguesía lumpen o mafiosa) un bloque de clases dominante; que finalmente puso bajo su control todo el aparato del Estado y expandió el neoliberalismo mediante el terror del Estado y la militarización social por todo el territorio del país. Es la llamada por los economistas, “acumulación militarizada de capital mediante el despojo”.
3 - Proceso económico-militar de largo aliento que, en los últimos años fue acelerado por la crisis capitalista global, la cual exigió de la oligarquía colombiana en su conjunto, la aplicación a sangre y fuego del “extractivismo y la re-primarización económica” como ideología Dominante, y que fuera expresada trémulamente por JM Santos como “la locomotora del Desarrollo”.
Es pues un proceso de modernización y adecuación trasnacional del capitalismo colombiano que como lo estamos viendo por toda su geografía, ha generado cada vez más resistencias populares y comunitarias, necesarias de aplastar militarmente, y cuyos objetivos de fondo rebasan las fronteras colombianas e incluso van más allá de la mera guerra contra guerrillera. Para eso acaban de dar a sus heroicas Fuerzas Armadas la patente de corso que necesitan y puedan aplastar la resistencia popular y comunitaria disfrazada de civil.
4 - Pero hay más. Santos eufórico porque consideró que la muerte de Alfonso Cano sumada a la de los otros miembros del secretariado muertos, y por sobre todo, engañado por sus generales quienes le venían asegurando desde la época de Padilla de León, “que las guerrillas estaban en el fin del fin”, entró en un proceso de Paz con ella convencido de que era mamey: votos por fusiles yá. Pero la ira de su agente Humberto de la Calle en Oslo cuando en el discurso de inauguración del proceso el comandante Iván Márquez le mostró la realidad, quedaron al descubierto sus ilusiones.
5 - Santos entrado en gastos y sobre todo habiendo generado expectativas internacionales, quienes también tienen grandes intereses en la LOCOMOTORA SANTISTA, echó mano del as que había guardado en su manga de “negociar en medio del conflicto” y apuró a sus generales para lograr una derrota militar (también yá) de las guerrillas; la que aún después de 6 meses de diálogos en la Habana no aparece visible. Entonces sin poder retirarse de la mesa, sin derrota militar de la guerrilla a la vista, y con una movilización popular creciente y consiente; no le ha quedado más remedio que jugar a la incertidumbre dándole juego mediático y tuitero a su ex socio-adversario Uribe Vélez, para que funja de “coco” (fantasma asustador de niños) del proceso de paz de la Habana, y, darle órdenes a su agente de la Calle para que convencido de que el asunto es simplemente votos por armas, se convierta en un verdadero y “satánico doctor NO”.
6 - Y, si esta incertidumbre no funciona, pues quedan sus militares legalizados y debidamente protegidos con una ley de Fuero Militar para aplastar militarmente la creciente resistencia de los civiles, convertidos en “blancos legítimos” del heroico ejercito de Colombia.
La respuesta es obvia: Ganar la guerra contra el enemigo interno, como llaman verdaderamente a la población civil, o como Uribe Vélez lo gritaba: “a los guerrilleros vestidos de civil”. Pero miremos algunos aspectos de su “contexto”:
1 - La primera consideración que se debe hacer es que, históricamente, (desde fines del siglo XIX) Colombia adquirió para los intereses del Imperialismo Norteamericano en expansión ilimitada, un valor Geo-estratégico inusitado que lejos de haber disminuido ha ido aumentando en la medida que el desarrollo capitalista de su complejo militar- industrial-financiero y el neoliberalismo, han demandado nuevas materias primas de las cuales carecen y al contrario yacen abundantes en nuestras montañas y selvas. Pero además, en la lucha a muerte inter-imperialista por la Hegemonía y control de regiones enteras de Nuestramérica; Colombia se convirtió en una mega-base militar de altísima tecnología con varios anillos de bases satélites, desde la cual se dominó toda Centroamérica y el Caribe, y toda la región Andino-Amazónica hasta la Patagonia.
2 - En este proceso, y a partir de la implementación del Plan Colombia (paralelo al proceso de paz del Caguán) el ejército colombiano, absorbiendo a la Policía Nacional como una división contrainsurgente más, se convirtió en una fuerza descomunal de medio millón de hombres armados que consumen el 6% del Producto Interno Bruto (PIB) colombiano, logrando generalizar por todo el territorio del país un cuerpo considerable de narco-para-militares y aglutinar con ellos (como burguesía lumpen o mafiosa) un bloque de clases dominante; que finalmente puso bajo su control todo el aparato del Estado y expandió el neoliberalismo mediante el terror del Estado y la militarización social por todo el territorio del país. Es la llamada por los economistas, “acumulación militarizada de capital mediante el despojo”.
3 - Proceso económico-militar de largo aliento que, en los últimos años fue acelerado por la crisis capitalista global, la cual exigió de la oligarquía colombiana en su conjunto, la aplicación a sangre y fuego del “extractivismo y la re-primarización económica” como ideología Dominante, y que fuera expresada trémulamente por JM Santos como “la locomotora del Desarrollo”.
Es pues un proceso de modernización y adecuación trasnacional del capitalismo colombiano que como lo estamos viendo por toda su geografía, ha generado cada vez más resistencias populares y comunitarias, necesarias de aplastar militarmente, y cuyos objetivos de fondo rebasan las fronteras colombianas e incluso van más allá de la mera guerra contra guerrillera. Para eso acaban de dar a sus heroicas Fuerzas Armadas la patente de corso que necesitan y puedan aplastar la resistencia popular y comunitaria disfrazada de civil.
4 - Pero hay más. Santos eufórico porque consideró que la muerte de Alfonso Cano sumada a la de los otros miembros del secretariado muertos, y por sobre todo, engañado por sus generales quienes le venían asegurando desde la época de Padilla de León, “que las guerrillas estaban en el fin del fin”, entró en un proceso de Paz con ella convencido de que era mamey: votos por fusiles yá. Pero la ira de su agente Humberto de la Calle en Oslo cuando en el discurso de inauguración del proceso el comandante Iván Márquez le mostró la realidad, quedaron al descubierto sus ilusiones.
5 - Santos entrado en gastos y sobre todo habiendo generado expectativas internacionales, quienes también tienen grandes intereses en la LOCOMOTORA SANTISTA, echó mano del as que había guardado en su manga de “negociar en medio del conflicto” y apuró a sus generales para lograr una derrota militar (también yá) de las guerrillas; la que aún después de 6 meses de diálogos en la Habana no aparece visible. Entonces sin poder retirarse de la mesa, sin derrota militar de la guerrilla a la vista, y con una movilización popular creciente y consiente; no le ha quedado más remedio que jugar a la incertidumbre dándole juego mediático y tuitero a su ex socio-adversario Uribe Vélez, para que funja de “coco” (fantasma asustador de niños) del proceso de paz de la Habana, y, darle órdenes a su agente de la Calle para que convencido de que el asunto es simplemente votos por armas, se convierta en un verdadero y “satánico doctor NO”.
6 - Y, si esta incertidumbre no funciona, pues quedan sus militares legalizados y debidamente protegidos con una ley de Fuero Militar para aplastar militarmente la creciente resistencia de los civiles, convertidos en “blancos legítimos” del heroico ejercito de Colombia.
MARTES, 25 DE JUNIO DE 2013
La peste en provinciaPor Alberto Pinzón Sánchez
Hacía pocos días había pasado el periodo de lluvias en Provincia. De la tierra salía un vaho fuerte y denso con un olor intenso y húmedo a tierra mojada y fértil. Los rayos del sol ahora atravesaban verticalmente las pocas nubes con más facilidad y más transparencia, y la poca brisa que soplaba aumentaban la sensación de calor. Era una mañana que se iniciaba lenta y tranquila; cuando una mujer de mediana edad, a toda luz campesina, con alpargates y con un vestido completo de algodón estampado, llegó muy agitada a la puerta del centro de salud de Provincia:.
- Ay doctor, dijo con un notorio dolor reflejado en la cara, salve a mi hija; que desde hace una semana está endiablada.
¿Cómo es eso? Dijo el médico tratando de calmar a la mujer y, de ordenar la información que ella precipitadamente le estaba diciendo.
- Si doctor, confirmó la mujer con marcada ansiedad: Hace como una semana el perro de la casa se volvió loco. Se echó en el piso en un rincón oscuro de la cocina, mirando tristemente, babeando y gruñendo todo el tiempo. La niña preocupada porque no comía desde hacía días, se le acercó para darle un platico de comida y el chandoso le mordió la mano. Luego salió corriendo como alma en pena y se perdió en el potrero hacia la montaña. Nunca más lo volvimos a ver.
- No le puse mucha atención a la mordedura, continuó la mujer, le lavé la herida que era pequeña y la mandé a rajar la leña y continuar con el oficio de la casa. Pero unos pocos días después, fue ella la que se volvió como loca. Primero me dijo que tenía mucho dolor de cabeza, y que le molestaba el sol. Luego empezó a gritar y a ver y oír cosas raras. Dizque nos iban a matar y a quemar la casa y esas cosas. Después no comió más y ayer, cuando le fui a dar de comer me atacó a puños y patadas y salió corriendo echando una babaza espesa y dando gritos desesperantes.
- Señora, dijo el médico tomando un respiro; su hija no está endemoniada. Por lo que usted cuenta, lo más probable es que tenga rabia. Luego mirando a la enfermera que lo asistía le dijo que había que avisar al alcalde de la población. Y usted, le dijo a la mujer, debe darnos todos los datos donde está la niña para ir por ella y traerla al hospital.
El alcalde una vez tuvo la noticia, se fue al cuartel atrincherado que tenía la policía a un costado de la alcaldía. Allí mientras se tomaban un café tinto acordó con el capitán la estrategia a seguir para este caso.
- Mire señor alcalde, dijo el comandante de la policía; estos casos de peste son muy graves, por que como tenemos pocos medios para detenerlos, se propagan con mucha rapidez y hacen mucho daño a la población.
- ¿Entonces qué sugiere Capitán? Interrogó el alcalde con cierto aire de desidia. Me parece que debemos ponernos de acuerdo con el medico del puesto de salud. ¿No le parece? Agregó dando un sorbo pequeño al café.
- Alcalde: respondió el capitán de la policía. Ese medico izquierdoso sí que menos puede hacer, excepto ver morir a esa niña, mientras se propaga la peste. A menos que nosotros como autoridad detengamos el asunto. Lo que se debe hacer es enfrentar esa amenaza de peste como si se tratara de un ataque sorpresivo de un grupo armado ilegal. Igualito. Vamos por la niña y se la traemos al médico para que haga lo que pueda. Luego aislamos a los convivientes y los ponemos en observación. Después alertamos a la población sobre el peligro de la peste que se inició para que nos colaboren, y luego, vamos por los perros y los gatos. ¿Le parece? El alcalde con cierto sobrecogimiento movió afirmativamente la cabeza. Salió del cuartel de la policía y afuera una ráfaga de viento le trajo el olor a tierra húmeda y fértil que flotaba en el aire de Provincia.
Se hizo tal y como lo había dicho el policía. Unos cuantos agentes trajeron casi amarrada a la niña al Hospital, en medio de contorciones y gritos desesperados hasta entregarla en la puerta al médico. Sus dos padres y dos hermanitos más pequeños fueron llevados al hospicio de beneficencia para vigilancia. Por las cornetas de los dos altoparlantes que estaban colocados en un alto poste a un lado de la puerta de la alcaldía, se anunció a la población con una voz gangosa y en medio de un ruido monótono, la llegada de una peste trasmitida por los perros y gatos que amenazaba seriamente a toda la población y finalmente, se solicitaba la activa colaboración ciudadana.
El medico asistido por la enfermera le puso a la niña una inyección de un potente calmante y la llevó al único cuarto de aislamiento que tenía el centro de salud. Allí con las ventanas cerradas y en un catre de hierro oxidado, la amarraron con unas tiras de gasa, mientras le colocaban en una vena del brazo una botella de suero.
- Nada más podemos hacer, le dijo sofocado el medico a la enfermera: Tratar de mantenerla sedada y con la venoclisis. ¿Nada más doctor? Agregó la enfermera. Nada más respondió secamente el médico. Lo otro es acordar con la alcaldía el inicio de las medidas de protección a la población contra la zoonosis. Solicitar a Bogotá el envió 500 dosis de vacuna humana contra la rabia, más 500 dosis de inmunoglobulina antirrábica también para uso humano y además, todas las dosis que puedan enviar para iniciar una vacunación masiva de los perros y gatos de Provincia.
- Pero eso demorará mucho doctor, agregó la enfermera. Después de una pausa silenciosa, el médico con un sudor perlado en la frente le respondió que no sabía nada más.
La noticia prontamente se propagó por todo el pueblo. El padre Silvestre rápidamente con su sacristán hizo tocar a “arrebato” las campanas de la Iglesita y sacó al atrio un palio bordado sobre tela burda que cubría una mesa de madera cubierta con un mantel blanco con encajes, sobre la que estaba la custodia dorada de la iglesia, y anunció una procesión por las principales calles del pueblo para pedir el favor de Dios.
En medio de la angustia y el miedo colectivo, las escuelas, de varones y de señoritas, dieron asueto por el resto de la semana, y sabiendo que la vacuna canina no llegaría hasta los próximos 15 días, comenzó la cacería y exterminio de perros y gatos de Provincia.
En el centro de salud, la niña cuando se despertaba, cada vez más frecuentemente, con una respiración muy agitada, los ojos aterrorizados y en medio de convulsiones espantosas y alucinaciones; gritaba desgarradoramente que no fueran a matar a sus padres, ni a sus hermanitos, que no le quemaran la casa y que la dejaran ir. Luego entraba en un periodo de sosiego que nadie podía saber cuánto más duraría. Afuera, las duras voces de los cazadores mezcladas con los aullidos de perros y chillidos de gatos moribundos, ventanas cerradas y murmullos, le daban a Provincia una indescriptible sensación terrorífica y alucinante, como de una verdadera peste medieval europea.
El medico abrió la puerta del hospital para comprobarlo, y una racha de viento le trajo ese olor nauseabundo y putrefacto de los animales muertos o sangrantes, mezclado con el olor a tierra húmeda. Entonces con la garganta apretada como por un nudo invisible se dijo:
– Hombre, Colombia definitivamente no es esa postal sepia cuyo fondo es la tristeza y la soledad pintada magistralmente por García Márquez. Con esto, creo que en el fondo de Colombia es el terror; el miedo. Ese miedo viscoso, paralizante y contagioso que nadie se ha atrevido a contar, precisamente por miedo. El grito lastimero de la enfermera desde el cuarto de la niña con rabia, cortó la cavilación.
- Ay doctor, dijo con un notorio dolor reflejado en la cara, salve a mi hija; que desde hace una semana está endiablada.
¿Cómo es eso? Dijo el médico tratando de calmar a la mujer y, de ordenar la información que ella precipitadamente le estaba diciendo.
- Si doctor, confirmó la mujer con marcada ansiedad: Hace como una semana el perro de la casa se volvió loco. Se echó en el piso en un rincón oscuro de la cocina, mirando tristemente, babeando y gruñendo todo el tiempo. La niña preocupada porque no comía desde hacía días, se le acercó para darle un platico de comida y el chandoso le mordió la mano. Luego salió corriendo como alma en pena y se perdió en el potrero hacia la montaña. Nunca más lo volvimos a ver.
- No le puse mucha atención a la mordedura, continuó la mujer, le lavé la herida que era pequeña y la mandé a rajar la leña y continuar con el oficio de la casa. Pero unos pocos días después, fue ella la que se volvió como loca. Primero me dijo que tenía mucho dolor de cabeza, y que le molestaba el sol. Luego empezó a gritar y a ver y oír cosas raras. Dizque nos iban a matar y a quemar la casa y esas cosas. Después no comió más y ayer, cuando le fui a dar de comer me atacó a puños y patadas y salió corriendo echando una babaza espesa y dando gritos desesperantes.
- Señora, dijo el médico tomando un respiro; su hija no está endemoniada. Por lo que usted cuenta, lo más probable es que tenga rabia. Luego mirando a la enfermera que lo asistía le dijo que había que avisar al alcalde de la población. Y usted, le dijo a la mujer, debe darnos todos los datos donde está la niña para ir por ella y traerla al hospital.
El alcalde una vez tuvo la noticia, se fue al cuartel atrincherado que tenía la policía a un costado de la alcaldía. Allí mientras se tomaban un café tinto acordó con el capitán la estrategia a seguir para este caso.
- Mire señor alcalde, dijo el comandante de la policía; estos casos de peste son muy graves, por que como tenemos pocos medios para detenerlos, se propagan con mucha rapidez y hacen mucho daño a la población.
- ¿Entonces qué sugiere Capitán? Interrogó el alcalde con cierto aire de desidia. Me parece que debemos ponernos de acuerdo con el medico del puesto de salud. ¿No le parece? Agregó dando un sorbo pequeño al café.
- Alcalde: respondió el capitán de la policía. Ese medico izquierdoso sí que menos puede hacer, excepto ver morir a esa niña, mientras se propaga la peste. A menos que nosotros como autoridad detengamos el asunto. Lo que se debe hacer es enfrentar esa amenaza de peste como si se tratara de un ataque sorpresivo de un grupo armado ilegal. Igualito. Vamos por la niña y se la traemos al médico para que haga lo que pueda. Luego aislamos a los convivientes y los ponemos en observación. Después alertamos a la población sobre el peligro de la peste que se inició para que nos colaboren, y luego, vamos por los perros y los gatos. ¿Le parece? El alcalde con cierto sobrecogimiento movió afirmativamente la cabeza. Salió del cuartel de la policía y afuera una ráfaga de viento le trajo el olor a tierra húmeda y fértil que flotaba en el aire de Provincia.
Se hizo tal y como lo había dicho el policía. Unos cuantos agentes trajeron casi amarrada a la niña al Hospital, en medio de contorciones y gritos desesperados hasta entregarla en la puerta al médico. Sus dos padres y dos hermanitos más pequeños fueron llevados al hospicio de beneficencia para vigilancia. Por las cornetas de los dos altoparlantes que estaban colocados en un alto poste a un lado de la puerta de la alcaldía, se anunció a la población con una voz gangosa y en medio de un ruido monótono, la llegada de una peste trasmitida por los perros y gatos que amenazaba seriamente a toda la población y finalmente, se solicitaba la activa colaboración ciudadana.
El medico asistido por la enfermera le puso a la niña una inyección de un potente calmante y la llevó al único cuarto de aislamiento que tenía el centro de salud. Allí con las ventanas cerradas y en un catre de hierro oxidado, la amarraron con unas tiras de gasa, mientras le colocaban en una vena del brazo una botella de suero.
- Nada más podemos hacer, le dijo sofocado el medico a la enfermera: Tratar de mantenerla sedada y con la venoclisis. ¿Nada más doctor? Agregó la enfermera. Nada más respondió secamente el médico. Lo otro es acordar con la alcaldía el inicio de las medidas de protección a la población contra la zoonosis. Solicitar a Bogotá el envió 500 dosis de vacuna humana contra la rabia, más 500 dosis de inmunoglobulina antirrábica también para uso humano y además, todas las dosis que puedan enviar para iniciar una vacunación masiva de los perros y gatos de Provincia.
- Pero eso demorará mucho doctor, agregó la enfermera. Después de una pausa silenciosa, el médico con un sudor perlado en la frente le respondió que no sabía nada más.
La noticia prontamente se propagó por todo el pueblo. El padre Silvestre rápidamente con su sacristán hizo tocar a “arrebato” las campanas de la Iglesita y sacó al atrio un palio bordado sobre tela burda que cubría una mesa de madera cubierta con un mantel blanco con encajes, sobre la que estaba la custodia dorada de la iglesia, y anunció una procesión por las principales calles del pueblo para pedir el favor de Dios.
En medio de la angustia y el miedo colectivo, las escuelas, de varones y de señoritas, dieron asueto por el resto de la semana, y sabiendo que la vacuna canina no llegaría hasta los próximos 15 días, comenzó la cacería y exterminio de perros y gatos de Provincia.
En el centro de salud, la niña cuando se despertaba, cada vez más frecuentemente, con una respiración muy agitada, los ojos aterrorizados y en medio de convulsiones espantosas y alucinaciones; gritaba desgarradoramente que no fueran a matar a sus padres, ni a sus hermanitos, que no le quemaran la casa y que la dejaran ir. Luego entraba en un periodo de sosiego que nadie podía saber cuánto más duraría. Afuera, las duras voces de los cazadores mezcladas con los aullidos de perros y chillidos de gatos moribundos, ventanas cerradas y murmullos, le daban a Provincia una indescriptible sensación terrorífica y alucinante, como de una verdadera peste medieval europea.
El medico abrió la puerta del hospital para comprobarlo, y una racha de viento le trajo ese olor nauseabundo y putrefacto de los animales muertos o sangrantes, mezclado con el olor a tierra húmeda. Entonces con la garganta apretada como por un nudo invisible se dijo:
– Hombre, Colombia definitivamente no es esa postal sepia cuyo fondo es la tristeza y la soledad pintada magistralmente por García Márquez. Con esto, creo que en el fondo de Colombia es el terror; el miedo. Ese miedo viscoso, paralizante y contagioso que nadie se ha atrevido a contar, precisamente por miedo. El grito lastimero de la enfermera desde el cuarto de la niña con rabia, cortó la cavilación.
MARTES, 25 DE JUNIO DE 2013Con mentiras, justifican la peor reforma a la salud en veinte añosPor Jorge Enrique Robledo (MOIR)
Pinzón explicó que el acuerdo “permitirá que las experiencias de Colombia en la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo internacional y otras capacidades desarrolladas puedan ser conocidas por otros países que lo requieran”. Este acuerdo servirá asimismo a Colombia para adquirir conocimientos de la Alianza, por ejemplo en materia de educación militar, explicó.
“Queremos tomar conocimiento en materia de formación de los miembros de las fuerzas armadas y aprender los altos estándares de la OTAN en materias como emergencias civiles y operaciones humanitarias y de paz”, explicó Pinzón. El ministro colombiano precisó que también hay otras áreas sobre las que Bogotá puede aprender de los socios de la OTAN, como en los “asuntos asociados a la integridad, la transparencia, así como mecanismos anticorrupción”.
Además de Colombia, la OTAN ha firmado acuerdos de cooperación con socios como Australia, Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Kuwait, Emiratos Arabes Unidos y Qatar, entre otros. Aunque Chile y Argentina han participado de forma puntual en algunas misiones como la fuerza de la OTAN en Kosovo (KFOR), Colombia es el primer país latinoamericano con el que la Alianza Atlántica firma un memorándum de información y seguridad.
La OTAN coopera con terceros países “porque los retos globales exigen respuestas globales”, explicó la portavoz adjunta de la OTAN, Carmen Romero.
El acuerdo firmado con Colombia “podrá facilitar la participación de Bogotá en un buen número de actividades de la OTAN” y también “demuestra el interés de la OTAN en querer cooperar y discutir posibles áreas de intercambio” con el país latinoamericano, afirmó la portavoz.
La Alianza dejó claro, sin embargo, que “el documento de seguridad firmado hoy no otorga rango de socio, sino de cooperación para intereses comunes” a Colombia, apuntó la portavoz.
Por su geografía y según el artículo 10 del Tratado de Washington, “Colombia no podría ser nunca país candidato a la organización”, explicó la portavoz. Recordó también que “en los últimos años se ha modernizado mucho operando contra amenazas como los ciberataques o la piratería” y que sus misiones “tienen el mandato de Naciones Unidas”. Ante las suspicacias que en otros países latinoamericanos ha despertado el acuerdo entre Colombia y la OTAN, el ministro de Defensa colombiano explicó que su país “no es ni será miembro de la Alianza Atlántica”.
“Colombia forma parte de otras alianzas, como la Unión de Países Suramericanos (Unasur) o la Organización de Estados Americanos (OEA) y ése es su ambiente natural”, explicó el ministro. Bruselas es la primera parada de una gira europea que llevará después al ministro colombiano a Francia, Reino Unido y España. Pinzón llegará a España el viernes, y en Madrid tiene previstos sendos encuentros con el ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, así como con el titular español de Defensa, Pedro Morens. El objetivo de esta gira es fortalecer la cooperación de las fuerzas armadas con organismos multilaterales importantes para tomar experiencias en materia de operaciones de paz, humanitarias y de justicia militar.
Fuente:Pagina12
El trámite de la ley empezó y terminó con las falsedades de Santos. Seguirán las EPS y sus enormes ganancias. Continuará la enfermedad y la muerte por males que la medicina sabe curar. Bombas de tiempo contra la tutela. Se destapó la demagogia del control de precios de los medicamentos.
El senador Jorge Enrique Robledo denunció que la reforma a la salud empezó y terminó de la peor manera, con el presidente de la República mintiendo. Porque el primer día del trámite Santos dijo que “se acabarán las EPS”, y apenas les cambiarán el nombre (a gestoras). Y ayer agregó que “la salud no será un negocio”, cuando las intermediarias financieras (EPS o gestoras) mantendrán ganancias por unos seis billones de pesos al año, además de lo que reciben por la administración.
También miente el gobierno al afirmar que se acabará el POS restringido que hoy enferma y mata por lo escaso de los derechos que otorga, pues apenas le cambiarán el nombre (Mi Plan). Y falta a la verdad cuando dice que la reforma no es contra la tutela, porque la ley le deja el campo minado, con el propósito de destrozarla en los fallos de los jueces.
Para completar el cuadro de las demagogias, quedó al desnudo la farsa de ayer del control de precios de los medicamentos. Porque, tras la conciliación de hoy, se definió que solo “se regularán los precios de los medicamentos hasta la salida del proveedor mayorista”, con lo que las trasnacionales, con toda facilidad, les mantendrán los precios que se les antojen a los consumidores finales (ver facsímil: http://db.tt/IZoRtW42).
La peor reforma a la salud, sin duda, pero además la de las mayores trampas para engañar a los colombianos. Además de las falsedades de Santos, jugó importante papel el lenguaje sibilino y melifluo del ministro Alejandro Gaviria, con el que confundió a los que carecen de toda la información y están propensos a ser engañados.
El senador Jorge Enrique Robledo denunció que la reforma a la salud empezó y terminó de la peor manera, con el presidente de la República mintiendo. Porque el primer día del trámite Santos dijo que “se acabarán las EPS”, y apenas les cambiarán el nombre (a gestoras). Y ayer agregó que “la salud no será un negocio”, cuando las intermediarias financieras (EPS o gestoras) mantendrán ganancias por unos seis billones de pesos al año, además de lo que reciben por la administración.
También miente el gobierno al afirmar que se acabará el POS restringido que hoy enferma y mata por lo escaso de los derechos que otorga, pues apenas le cambiarán el nombre (Mi Plan). Y falta a la verdad cuando dice que la reforma no es contra la tutela, porque la ley le deja el campo minado, con el propósito de destrozarla en los fallos de los jueces.
Para completar el cuadro de las demagogias, quedó al desnudo la farsa de ayer del control de precios de los medicamentos. Porque, tras la conciliación de hoy, se definió que solo “se regularán los precios de los medicamentos hasta la salida del proveedor mayorista”, con lo que las trasnacionales, con toda facilidad, les mantendrán los precios que se les antojen a los consumidores finales (ver facsímil: http://db.tt/IZoRtW42).
La peor reforma a la salud, sin duda, pero además la de las mayores trampas para engañar a los colombianos. Además de las falsedades de Santos, jugó importante papel el lenguaje sibilino y melifluo del ministro Alejandro Gaviria, con el que confundió a los que carecen de toda la información y están propensos a ser engañados.
Fuente:Argenpress
COLOMBIA FIRMA UN CONVENIO DE DEFENSA
Santos cierra con la OTAN
Imagen: AFP
La OTAN y Colombia firmaron ayer un acuerdo de intercambio de información y seguridad, que es el primer memorándum de esta naturaleza que la Alianza rubrica con un país latinoamericano. El ministro de Defensa de Colombia del gobierno de Juan Manuel Santos (foto), Juan Carlos Pinzón, y el vicesecretario general de la OTAN, el embajador Alexander Vershbow, fueron los encargados de rubricar el memorándum en el cuartel general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Bruselas.
Pinzón explicó que el acuerdo “permitirá que las experiencias de Colombia en la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo internacional y otras capacidades desarrolladas puedan ser conocidas por otros países que lo requieran”. Este acuerdo servirá asimismo a Colombia para adquirir conocimientos de la Alianza, por ejemplo en materia de educación militar, explicó.
“Queremos tomar conocimiento en materia de formación de los miembros de las fuerzas armadas y aprender los altos estándares de la OTAN en materias como emergencias civiles y operaciones humanitarias y de paz”, explicó Pinzón. El ministro colombiano precisó que también hay otras áreas sobre las que Bogotá puede aprender de los socios de la OTAN, como en los “asuntos asociados a la integridad, la transparencia, así como mecanismos anticorrupción”.
Además de Colombia, la OTAN ha firmado acuerdos de cooperación con socios como Australia, Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Kuwait, Emiratos Arabes Unidos y Qatar, entre otros. Aunque Chile y Argentina han participado de forma puntual en algunas misiones como la fuerza de la OTAN en Kosovo (KFOR), Colombia es el primer país latinoamericano con el que la Alianza Atlántica firma un memorándum de información y seguridad.
La OTAN coopera con terceros países “porque los retos globales exigen respuestas globales”, explicó la portavoz adjunta de la OTAN, Carmen Romero.
El acuerdo firmado con Colombia “podrá facilitar la participación de Bogotá en un buen número de actividades de la OTAN” y también “demuestra el interés de la OTAN en querer cooperar y discutir posibles áreas de intercambio” con el país latinoamericano, afirmó la portavoz.
La Alianza dejó claro, sin embargo, que “el documento de seguridad firmado hoy no otorga rango de socio, sino de cooperación para intereses comunes” a Colombia, apuntó la portavoz.
Por su geografía y según el artículo 10 del Tratado de Washington, “Colombia no podría ser nunca país candidato a la organización”, explicó la portavoz. Recordó también que “en los últimos años se ha modernizado mucho operando contra amenazas como los ciberataques o la piratería” y que sus misiones “tienen el mandato de Naciones Unidas”. Ante las suspicacias que en otros países latinoamericanos ha despertado el acuerdo entre Colombia y la OTAN, el ministro de Defensa colombiano explicó que su país “no es ni será miembro de la Alianza Atlántica”.
“Colombia forma parte de otras alianzas, como la Unión de Países Suramericanos (Unasur) o la Organización de Estados Americanos (OEA) y ése es su ambiente natural”, explicó el ministro. Bruselas es la primera parada de una gira europea que llevará después al ministro colombiano a Francia, Reino Unido y España. Pinzón llegará a España el viernes, y en Madrid tiene previstos sendos encuentros con el ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, así como con el titular español de Defensa, Pedro Morens. El objetivo de esta gira es fortalecer la cooperación de las fuerzas armadas con organismos multilaterales importantes para tomar experiencias en materia de operaciones de paz, humanitarias y de justicia militar.
Fuente:Pagina12

No hay comentarios:
Publicar un comentario