Blanco se presentó ayer para detallar cómo fue su paso por el centro clandestino "La Escuelita", durante su secuestro en agosto de 1976. El año pasado testimonió sobre su detención en la comisaría de Cipolletti en marzo tras el golpe de Estado, pero no se le permitió abordar su segundo secuestro y torturas debido a que el hecho ya había sido juzgado en el 2008.
En esa oportunidad, Blanco no pudo ir a la audiencia porque estuvo varios meses internado.
"Tengo las siete pestes de Egipto, pero no sé si son por las torturas", le respondió el sobreviviente del centro clandestino de Neuquén al presidente del tribunal, Leónidas Moldes, cuando le consultó por su salud siempre delicada tras los tormentos.
Con cierto escepticismo de presentarse nuevamente ante los jueces, Blanco detalló las horas bajo la picana, los interrogatorios en los que le recriminaban a golpes su militancia en el partido comunista la semana que pasó en los fondos del Batallón neuquino, vendado y atado a una cama; retirado para las sesiones de torturas, y devuelto luego a la comisaría de Cipolletti.
"Fue humilllante, no sólo de no merecerlo, sino por estar indefenso", recordó Blanco. Le explicó al tribunal que "siempre mi actividad política era pública y pacífica, buscábamos convencer a la gente, generar conciencia, no queríamos apretar a nadie para que pensara como nosotros" describió.
Dijo que cuando fue convocado "pensé mucho en la utilidad o no de declarar, porque dentro de dos años las cosas cambian, y estos tipos están libres", dijo en referencia a los acusados.
Reflexionó que "a veces se simplifica este proceso como una lucha armada entre dos grupos y no fue así, la mayoría no estaba en la lucha armada ni simpatizaba con la idea de la guerrilla: eran obreros, estudiantes, militantes sociales de actuación pública como yo; esta fue la justificación que le permitió a las fuerzas civiles que impulsaron el golpe para eliminar todo tipo de cambio. Había toda una generación dispuesta a generar cambios, y el poder real que aún pervive -dijo- quería impedirlo. La guerrilla fue la excusa para eliminar todo vestigio de organización popular", opinó.
Explicó que lo único que le animó a hablar en público de sus tormentos, fue "por mis compañeros, por los que mataron y por los que no están"; al tiempo que destacó la labor de los "que en 1976 resistieron la dictadura pidiendo la libertad de los desaparecidos".
Neuquén :: Juicio La Escuelita III
Testigo recordó que estuvo vendado y encadenado a una cama por diez días
29/11/2013
Norberto Blanco comentó que no había declardo en los juicios anteriores porque tenía dudas sobre que los "represores cumplan con la condena que les impongan".
El testigo Norberto Blanco dijo hoy que se decidió a declarar en el tercer juicio en Neuquén por crímenes de lesa humanidad porque "lo merecen" los asesinados y quienes lucharon "por los derechos humanos durante estos 37 años".
Sobreviviente del centro clandestino de detención "La Escuelita", Blanco no había declarado en los dos juicios anteriores debido a una salud quebrantada y también, explicó, por dudas sobre que los "represores cumplan con la condena que les impongan".
En su exposición ante el Tribunal Oral Federal 1, recordó que tras ser detenido en agosto de 1976 permaneció vendado y encadenado a una cama por unos diez días, en los que fue interrogado bajo torturas con picana eléctrica y golpes.
"Después de la picana sentía en la boca, la lengua y el paladar una especie de pasta que me impedía hablar", declaró en el juicio contra cinco represores imputados por delitos de lesa humanidad.
En diálogo con la prensa, Blanco señaló que "tuve mis dudas para presentarme a declarar porque tengo dudas de que estos represores cumplan con la condena que les impongan si cambian en un plazo determinado las condiciones políticas".
"Lo hice porque se lo merecen los compañeros que han militado conmigo (integraba en 1976 la juventud del Partido Comunista) y fueron asesinados y que ya no están, más allá de lo que me pasó a mí, y también por la gente que ha luchado por los derechos humanos durante estos 37 años", añadió.
Blanco consideró que que "estos procesos para la Argentina son muy positivos pero en la sociedad no han tenido la repercusión que se merecen".
El testigo expresó además que "esto puede volver a repetirse porque subsisten aún los factores de poder y las causas económicas que generaron la matanza de los años de la dictadura".
"Quienes manejaron siempre el país, la oligarquía, las corporaciones mantienen su poder económico y cuando se quiso aplicar las retenciones, la Sociedad Rural salió a cortar rutas y a mostrar su poder y consiguieron los jueces necesarios para impedir su aplicación y también lo hicieron con la ley de medios".
Blanco estimó que "esto pasa más allá de que tengamos un gobierno que quiere hacer algunas reformas que posibiliten una mejor distribución de la riqueza, un mejor acceso de las clases populares a la educación o a la vivienda".
En esta audiencia dio además su testimonio Edgardo Kristensen, quien también fue detenido en 1976 y estuvo secuestrado en "La Escuelita".
En su exposición, relató que su hermano Carlos permaneció detenido en la cárcel de Rawson y en 1979 tuvo la opción del exilio en Dinamarca, donde falleció en 1996.
Carlos Kristensen se destacó como un hombre de la cultura y las letras y por esa razón se incorporó como prueba documental en el juicio uno de sus libros, titulado "Salmos del Exilio", donde refleja en poesías la crudeza de la represión y del exilio sufrido junto a su familia.
Fuente:RioNegro.com
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