Murió el médico Héctor Grillo, un símbolo de la dictadura en el Chaco
31/12/2013
El ex médico policial, Héctor Orlando Grillo, murió este lunes. Tenía 70 años. Estaba preso en su domicilio acusado de participar de sesiones de tortura durante la represión ilegal en el Chaco. En pocos meses, iba a ser enjuiciado por delitos de lesa humanidad.

Faltaba sólo algunos meses para que se le inicie el juicio oral. Sin embargo, este lunes la muerte se lo llevó impune. El exmédico policial, Héctor Orlando Grillo, murió con el beneficio de la prisión domiciliaria. Tenía 70 años. Estaba imputado por la comisión de delitos de lesa humanidad que incluyen torturas, privación ilegítima de la libertad y encubrimiento, entre otros.
"Murió ayer nuestro Dr. Mengele provincial, Héctor Grillo", escribió en su cuenta de Facebook este martes el escritor y expreso político, Miguel Molfino, recordó que él mismo fue una de las víctimas de este personaje.
"Básicamente, este conocido médico resistenciano, recuperaba compañeros que 'se les iban' a los torturadores en las sesiones de picana. Yo mismo fui atendido por el médico de los tormentos, cuando 'casi me les quedé' en la 'parrilla' (cama de metal acondicionada para las sesiones de tortura) por exceso de consumo de electricidad".
"Es una pena que la muerte nos lo haya arrebatado. Todas sus víctimas queríamos verlo sudar (y no de calor) sentado en el TOF (Tribunal Oral Federal), mientras los testimonios le recordaran los alaridos de sus 'pacientes' atormentados", lamentó Molfino.
Según pudo saber CHACO DIA POR DIA, Grillo había sido detenido en diciembre de 2011 en el marco de la causa Caballero Residual, que investiga crímenes de lesa humanidad en el Chaco los cuales tuvieron como núcleo la Brigada de Investigaciones de la capital chaqueña. La orden de detención firmada por el exconjuez Juan Piñero aclaraba que Grillo estaba acusado de ser autor de los delitos de Privación Ilegítima de la Libertad Agravada, en Concurso Real, con el delito de Tormentos Agravados.
A esta imputación, por la cual se mantuvo detenido con el beneficio de la prisión domiciliaria, se le sumó el pedido realizado en septiembre de este año, por los fiscales Federales de Resistencia, Patricio Sabadini y Diego Vigay. Lo acusaron de encubrir el homicidio del joven Pablo Alberto Martinelli, ocurrido en la vía pública en noviembre de 1976. Según los fiscales, Grillo constató su defunción como producto de un "accidente" cuando en realidad la víctima fue asesinada en una emboscada por policías y militares.
Una historia
Desde el informe final que la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados presentó ante la sociedad en 1985 donde se revelaron las atrocidades que perpetró la dictadura, el nombre de Grillo se repitió una y otra vez en los testimonios de ex detenidos políticos que sufrieron los peores vejámenes y torturas físicas y psicológicas.
Sin embargo, recién en los últimos años la Justicia federal dio pasos concretos en cuanto a la posibilidad de sentar en el banquillo al ex médico policial. Uno de los primeros se dio en diciembre de 2009, cuando el por ese entonces fiscal ad hoc, Roberto Mena, presentó un requerimiento de instrucción ante Piñero pidiendo que se impute a Grillo y a una treintena de represores el delito de asociación ilícita, una figura penal que dejaba asentado que en la provincia hubo una organización delictiva, que se dedicaba a torturar, matar y secuestrar. Todo, bajo el amparo del Estado.
En su presentación, Mena puntualizó que Grillo tenía la función dentro de la asociación ilícita de participar en actos de tormentos poniendo a disposición de los autores de las torturas su conocimiento médico a fin de supervisar el sufrimiento de la víctima.
El requerimiento expresaba que Grillo también cometía delitos por homición al no comunicar al Poder Judicial el estado de deterioro de las víctimas que en reiteradas ocasiones le revelaban las marcas de torturas y vejámenes que padecían, así como las condiciones lamentables de encierro. "Resultando su obligación denunciarlas por ser funcionario público con conocimientos específicos", señaló el exfiscal.
Pentotal
A ese requerimiento, le siguió un segundo. Fue el que presentó en abril de 2010 el por ese entonces fiscal Federal, Gustavo Corregido. El mismo solicitaba que se impute a Grillo y a una veintena de represores por los delitos de apremios ilegales, violación calificada y privación ilegítima de la libertad.
En el requerimiento, se detalla el infierno que tuvo que atravesar una detenida política (que para evitar su revictimización aquí se omite su nombre). El escrito recuerda que la mujer fue apresada en Resistencia junto a su hijo. El operativo estuvo a cargo de personal de civil perteneciente a la Brigada de Investigaciones. Luego de tres días de tormentos y torturas la trasladaron a un galpón ubicado cerca del río, probablemente Barranqueras, por el tiempo de viaje y el olor de la costa.
Según relató, entre golpes e interrogatorios, el médico Grillo le colocó Pentotal en la espalda. Cabe recordar que el Pentotal (Tiopentato de sodio) es una droga que tiene un efecto sedante que desconcierta a la víctima y que los militares lo utilizaban como "suero de la verdad". Sin embargo, el uso más conocido de esta droga durante la dictadura fue para sedar a los detenidos políticos que posteriormente eran arrojados vivos al mar desde aviones.
Además, mientras los represores Gabino Manader y José Cardozo (fallecido impune) la interrogaban, Grillo controlaba el pulso y el ritmo cardíaco de la detenida. Posteriormente y por la acción del sedante y la tortura, la víctima perdió el conocimiento y reacciona tiempo después en una sala de la Brigada de Investigaciones. Allí, permanece junto a unos 30 detenidos que son torturados permanentemente y por efectos del Pentotal queda 40 días con la pierna derecha paralizada.
GA7
Cabe recordar que Grillo pertenecía al grupo Grupo de Artillería 7 y era miembro del cuerpo profesional del escalafón sanidad de la policía de la provincia en dependencia de los cuarteles de La Liguria. Uno de los hitos en su carrera, fue la firma de las actas de defunción de algunos de los fusilados en Margarita Belén, como Manuel Parodi, Patricio Tierno y Carlos Duarte.
A pesar de tener un pasado vidrioso, en democracia Grillo devino en próspero empresario. Su chalet ubicado en la calle Salta al 500 y el sanatorio Galeno, de Necochea al 200, que es de su propiedad, así lo demuestran. También se dedicaba al golf, donde llegó a tener cargos directivos dentro de la asociación que nuclea a los golfistas chaqueños.
Una de sus últimas apariciones públicas fue el 4 de junio de 2010 en una nota publicada en el portal Diario Chaco. Bajo el título: "Médicos de la región crearon la Unión Gremial de Sanatorios del Nordeste", Grillo aparece en el centro de una foto, sentado, con sus 67 años encima, rodeado de distintos dueños de clínicas chaqueñas.
En agosto de 2010, y mientras se sustanciaba el juicio por la Causa Caballero 1, Grillo se presentó ante el Tribunal Oral Federal de Resistencia con la idea de prestar declaración testimonial. La intención del médico se frustró luego de que el abogado querellante, Mario Bosch y el Fiscal General, Germán Wiens Pintos recordaran que estaba imposibilitado de hacer tal declaración debido a que era uno de los requeridos en la causa Caballero Residual.
Autopsias
Donde sí lo dejaron declarar fue en la juicio por la Masacre de Margarita Belén. Fue el 16 de septiembre del año pasado. Esa mañana ingresó a la sala rengueando. Se lo vio bastante demacrado, pero en ningún momento demostró nerviosismo.
Como era de esperarse, durante toda su declaración se ciñó a la historia oficial; "Fui convocado para certificar el deceso de unos fallecidos que estaban en el regimiento un lunes a última hora de mi guardia ( 13 o 14 horas aproximadamente)". Llegó en un patrullero, no recuerda si acompañado o sólo, tampoco la autoridad que lo convocó.
Contó que vio 6 o 7 cuerpos en el suelo, estaban vestidos, medianamente limpios, no tenían lesiones pero si múltiples heridas de bala en abdomen y tórax. Todos eran nn. Había una mujer. No había cadáveres con balazos en la cabeza. Después de constatar todo esto, en Sanidad hizo los certificados de defunción. Como la causa de muerte "era evidente" no hizo autopsia.
Cuando se le preguntó por la posibilidad de notar un fémur quebrado sin autopsia respondió que en caso de producirse un desvío la fractura es evidente, pero que también pude pasar desaperciba. La pregunta hace referencia a Carlos Zamudio, asesinado en la Masacre. Zamudio tenía una fractura perimortem en el fémur izquierdo.
- ¿Usted sabía que es obligatorio hacer autopsias en caso de muerte violenta?"preguntó el querellante Mario Bosch.
-No - respondió Grillo, autor de un libro sobre medicina legal, y con una dilatada trayectoria como perito.
Fuente:ChacoDiaPorDia
Envío.Agnddhh
"Murió ayer nuestro Dr. Mengele provincial, Héctor Grillo", escribió en su cuenta de Facebook este martes el escritor y expreso político, Miguel Molfino, recordó que él mismo fue una de las víctimas de este personaje.
"Básicamente, este conocido médico resistenciano, recuperaba compañeros que 'se les iban' a los torturadores en las sesiones de picana. Yo mismo fui atendido por el médico de los tormentos, cuando 'casi me les quedé' en la 'parrilla' (cama de metal acondicionada para las sesiones de tortura) por exceso de consumo de electricidad".
"Es una pena que la muerte nos lo haya arrebatado. Todas sus víctimas queríamos verlo sudar (y no de calor) sentado en el TOF (Tribunal Oral Federal), mientras los testimonios le recordaran los alaridos de sus 'pacientes' atormentados", lamentó Molfino.
Según pudo saber CHACO DIA POR DIA, Grillo había sido detenido en diciembre de 2011 en el marco de la causa Caballero Residual, que investiga crímenes de lesa humanidad en el Chaco los cuales tuvieron como núcleo la Brigada de Investigaciones de la capital chaqueña. La orden de detención firmada por el exconjuez Juan Piñero aclaraba que Grillo estaba acusado de ser autor de los delitos de Privación Ilegítima de la Libertad Agravada, en Concurso Real, con el delito de Tormentos Agravados.
A esta imputación, por la cual se mantuvo detenido con el beneficio de la prisión domiciliaria, se le sumó el pedido realizado en septiembre de este año, por los fiscales Federales de Resistencia, Patricio Sabadini y Diego Vigay. Lo acusaron de encubrir el homicidio del joven Pablo Alberto Martinelli, ocurrido en la vía pública en noviembre de 1976. Según los fiscales, Grillo constató su defunción como producto de un "accidente" cuando en realidad la víctima fue asesinada en una emboscada por policías y militares.
Una historia
Desde el informe final que la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados presentó ante la sociedad en 1985 donde se revelaron las atrocidades que perpetró la dictadura, el nombre de Grillo se repitió una y otra vez en los testimonios de ex detenidos políticos que sufrieron los peores vejámenes y torturas físicas y psicológicas.
Sin embargo, recién en los últimos años la Justicia federal dio pasos concretos en cuanto a la posibilidad de sentar en el banquillo al ex médico policial. Uno de los primeros se dio en diciembre de 2009, cuando el por ese entonces fiscal ad hoc, Roberto Mena, presentó un requerimiento de instrucción ante Piñero pidiendo que se impute a Grillo y a una treintena de represores el delito de asociación ilícita, una figura penal que dejaba asentado que en la provincia hubo una organización delictiva, que se dedicaba a torturar, matar y secuestrar. Todo, bajo el amparo del Estado.
En su presentación, Mena puntualizó que Grillo tenía la función dentro de la asociación ilícita de participar en actos de tormentos poniendo a disposición de los autores de las torturas su conocimiento médico a fin de supervisar el sufrimiento de la víctima.
El requerimiento expresaba que Grillo también cometía delitos por homición al no comunicar al Poder Judicial el estado de deterioro de las víctimas que en reiteradas ocasiones le revelaban las marcas de torturas y vejámenes que padecían, así como las condiciones lamentables de encierro. "Resultando su obligación denunciarlas por ser funcionario público con conocimientos específicos", señaló el exfiscal.
Pentotal
A ese requerimiento, le siguió un segundo. Fue el que presentó en abril de 2010 el por ese entonces fiscal Federal, Gustavo Corregido. El mismo solicitaba que se impute a Grillo y a una veintena de represores por los delitos de apremios ilegales, violación calificada y privación ilegítima de la libertad.
En el requerimiento, se detalla el infierno que tuvo que atravesar una detenida política (que para evitar su revictimización aquí se omite su nombre). El escrito recuerda que la mujer fue apresada en Resistencia junto a su hijo. El operativo estuvo a cargo de personal de civil perteneciente a la Brigada de Investigaciones. Luego de tres días de tormentos y torturas la trasladaron a un galpón ubicado cerca del río, probablemente Barranqueras, por el tiempo de viaje y el olor de la costa.
Según relató, entre golpes e interrogatorios, el médico Grillo le colocó Pentotal en la espalda. Cabe recordar que el Pentotal (Tiopentato de sodio) es una droga que tiene un efecto sedante que desconcierta a la víctima y que los militares lo utilizaban como "suero de la verdad". Sin embargo, el uso más conocido de esta droga durante la dictadura fue para sedar a los detenidos políticos que posteriormente eran arrojados vivos al mar desde aviones.
Además, mientras los represores Gabino Manader y José Cardozo (fallecido impune) la interrogaban, Grillo controlaba el pulso y el ritmo cardíaco de la detenida. Posteriormente y por la acción del sedante y la tortura, la víctima perdió el conocimiento y reacciona tiempo después en una sala de la Brigada de Investigaciones. Allí, permanece junto a unos 30 detenidos que son torturados permanentemente y por efectos del Pentotal queda 40 días con la pierna derecha paralizada.
GA7
Cabe recordar que Grillo pertenecía al grupo Grupo de Artillería 7 y era miembro del cuerpo profesional del escalafón sanidad de la policía de la provincia en dependencia de los cuarteles de La Liguria. Uno de los hitos en su carrera, fue la firma de las actas de defunción de algunos de los fusilados en Margarita Belén, como Manuel Parodi, Patricio Tierno y Carlos Duarte.
A pesar de tener un pasado vidrioso, en democracia Grillo devino en próspero empresario. Su chalet ubicado en la calle Salta al 500 y el sanatorio Galeno, de Necochea al 200, que es de su propiedad, así lo demuestran. También se dedicaba al golf, donde llegó a tener cargos directivos dentro de la asociación que nuclea a los golfistas chaqueños.
Una de sus últimas apariciones públicas fue el 4 de junio de 2010 en una nota publicada en el portal Diario Chaco. Bajo el título: "Médicos de la región crearon la Unión Gremial de Sanatorios del Nordeste", Grillo aparece en el centro de una foto, sentado, con sus 67 años encima, rodeado de distintos dueños de clínicas chaqueñas.
En agosto de 2010, y mientras se sustanciaba el juicio por la Causa Caballero 1, Grillo se presentó ante el Tribunal Oral Federal de Resistencia con la idea de prestar declaración testimonial. La intención del médico se frustró luego de que el abogado querellante, Mario Bosch y el Fiscal General, Germán Wiens Pintos recordaran que estaba imposibilitado de hacer tal declaración debido a que era uno de los requeridos en la causa Caballero Residual.
Autopsias
Donde sí lo dejaron declarar fue en la juicio por la Masacre de Margarita Belén. Fue el 16 de septiembre del año pasado. Esa mañana ingresó a la sala rengueando. Se lo vio bastante demacrado, pero en ningún momento demostró nerviosismo.
Como era de esperarse, durante toda su declaración se ciñó a la historia oficial; "Fui convocado para certificar el deceso de unos fallecidos que estaban en el regimiento un lunes a última hora de mi guardia ( 13 o 14 horas aproximadamente)". Llegó en un patrullero, no recuerda si acompañado o sólo, tampoco la autoridad que lo convocó.
Contó que vio 6 o 7 cuerpos en el suelo, estaban vestidos, medianamente limpios, no tenían lesiones pero si múltiples heridas de bala en abdomen y tórax. Todos eran nn. Había una mujer. No había cadáveres con balazos en la cabeza. Después de constatar todo esto, en Sanidad hizo los certificados de defunción. Como la causa de muerte "era evidente" no hizo autopsia.
Cuando se le preguntó por la posibilidad de notar un fémur quebrado sin autopsia respondió que en caso de producirse un desvío la fractura es evidente, pero que también pude pasar desaperciba. La pregunta hace referencia a Carlos Zamudio, asesinado en la Masacre. Zamudio tenía una fractura perimortem en el fémur izquierdo.
- ¿Usted sabía que es obligatorio hacer autopsias en caso de muerte violenta?"preguntó el querellante Mario Bosch.
-No - respondió Grillo, autor de un libro sobre medicina legal, y con una dilatada trayectoria como perito.
Fuente:ChacoDiaPorDia
Envío.Agnddhh
No hay comentarios:
Publicar un comentario